Por: Alí Rodríguez Araque
Niño venezolano. Foto: Kaloian
Niño venezolano. Foto: Kaloian
El próximo domingo 6 de los corrientes, el pueblo venezolano decidirá por vigésima vez si ratifica, o no, el rumbo trazado y recorrido durante los últimos dieciséis años de nuestra historia política. Y no es cualquier cosa la que está puesta en juego pues, una de dos: o echan atrás las conquistas sociales, políticas, económicas y culturales alcanzadas y torcer el rumbo hacia las propuestas de la oposición; o profundizar aún más esas conquistas. Está en juego, además, por si fuera poco, mantener el esfuerzo integrador de Nuestra América o desbaratar los niveles alcanzados con el ALBA, UNASUR Y CELAC.
Todo esto ocurre dentro de un escenario continental y mundial, dentro del cual Venezuela ha venido jugando un rol muy activo en la defensa de la soberanía de nuestros pueblos sobre sus recursos naturales a cuyo control aspiran las gigantescas corporaciones que señorean sobre la economía mundial.
Si la oposición venezolana, ya inexorablemente maridada con la derecha mundial, ganara la mayoría de la Asamblea Nacional, se habrá desencadenado un plan destinado a obstaculizar la acción del gobierno, impedir el despliegue de su política social y económica, bloquear la aprobación del presupuesto nacional y, en fin, tratar de generar una situación con vistas al derrocamiento el Presidente Nicolás Maduro. Así lo han manifestado explícitamente algunos de esos sectores, dentro y fuera del país.
Éstas, pues, no son unas elecciones de rutina. Es una verdadera batalla política en la cual entran en juego poderosas fuerzas económicas y políticas (ya hemos visto la entente de distintos ex-presidentes de la derecha en nuestra región) frente a las cuales la suerte de nuestro pueblo depende, una vez más, de su conciencia, su grado de organización y movilización.
Pese a las dificultades económicas y sus efectos en nuestra realidad, la gran mayoría de nuestro pueblo tiene la certeza de que solo con un gobierno democrático, bolivariano, podrá superar cualquier obstáculo de la naturaleza que sea. El triunfo de la derecha, es el regreso al pasado y nuestro pueblo seguirá adelante, hacia un futuro de logros inspirado en el ejemplo siempre vivo de su Comandante Hugo Chávez y de los bolivarianos liderizados por su Presidente Nicolás Maduro.
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