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La Habana, 3 ene (ACN) El presidente estadounidense, Barack Obama, tiene en su agenda para 2016 un amplio plan de giras internacionales que pudiera incluir una visita a Cuba.

  Aunque no es la primera vez que se ha especulado sobre la posibilidad de una estancia en La Habana, según publica Prensa Latina, la información la refiere en esta ocasión el viceasesor de seguridad nacional norteamericano, Benjamin Rhodes, desde Honolulu, Hawai, donde la familia presidencial culmina este domingo sus vacaciones de fin de año.

  Está confirmado que en noviembre Obama viajará a Perú para asistir al encuentro de los líderes del Foro de Cooperación Asia Pacífico, pero pudiera hacer un viaje adicional a América Latina, posiblemente en marzo, que incluiría una estancia en La Habana, dijo Rhodes, uno de los asesores más cercanos al Presidente.

  Recientemente, Josefina Vidal, directora general de Estados Unidos de la Cancillería cubana, dijo al preguntársele sobre un posible viaje presidencial a Cuba que de concretarse, a Obama se le daría la bienvenida en la Isla como a otros tantos mandatarios que la han visitado, pero aclaró que Cuba no admitiría condicionamientos para que se realice.

  La nueva política hacia Cuba enfrenta una oposición fuerte de parte de muchos republicanos, incluyendo los senadores Marco Rubio y Ted Cruz, ambos aspirantes a la jefatura de la Casa Blanca en las presidenciales de noviembre.

   Sin embargo, el diario The New York Times destaca que según las encuestas, la política de Obama hacia la isla antillana tiene amplio apoyo popular, particularmente entre los latinos que viven en Estados Unidos.

   A pesar de los avances que hubo en el marco de esta nueva política, el gobierno cubano ha estimado que el principal escollo hacia la normalización de los vínculos entre los dos países continúa siendo el bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por Washington a Cuba desde hace más de cinco décadas.

   Cuba pide también que se le devuelva el territorio que ocupa la base naval estadounidense en Guantánamo, que cesen las transmisiones ilegales de radio y televisión, así como los planes subversivos contra la mayor de las Antillas.

   De acuerdo con Rhodes, el presidente trabajará para capitalizar y fortalecer la posición de Estados Unidos en las Américas, incluyendo la normalización de los nexos con Cuba, donde Washington sostiene que busca ahora por otros medios sus fines de socavar el sistema político y económico vigente en la nación caribeña, tras el fracaso de políticas de administraciones anteriores.

    Como parte de su programa internacional, Obama planifica visitar Bogotá en marzo, para apoyar el proceso de paz entre el Gobierno del país suramericano y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC-EP).

   Además, tiene previsto llegar a Argentina, donde según el Times la reciente elección del presidente Mauricio Macri promete una mejoría de las relaciones entre los dos países.

   El rotativo neoyorquino afirma que estas visitas a la región durante el proceso electoral serán cruciales y tendrán beneficios obvios debido a la importancia del voto hispano en los comicios generales en Estados Unidos.

   Con un intenso plan en medio de la campaña para las presidenciales de noviembre próximo, el mandatario visitará también un número considerable de ciudades estadounidenses para hacer proselitismo y recaudar dinero en beneficio de los candidatos demócratas a los comicios.

   Sus periplos nacionales también tendrán como fin recibir a dignatarios extranjeros fuera de la capital, y el mayor evento de ese tipo en Estados Unidos tendrá lugar entre el 15 y 16 de febrero en Rancho Mirage, California, que será sede de la Cumbre de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático.

   Expertos señalan que este ambicioso plan de visitas del mandatario pudiera estar afectado por otros aspectos clave, como la guerra contra el Estado Islámico y asuntos domésticos que requieran su presencia en el país en momentos decisivos en que lo exijan la presión de la campaña por la Casa Blanca y el Congreso.