La maison francesa escogió a Cuba como uno de los destinos “exóticos” donde usualmente presenta su colección Cruise.
CULTURA Redacción IPS Cuba 4 mayo, 2016
Chanel ha presentado su línea Cruise en lugares tan diversos como el El Café Marly en París, la Grand Central Station en Nueva York, el aeropuerto de Santa Mónica en Los Ángeles, la playa Lido en Venecia y la isla de Dubái. Foto: Jorge Luis Baños/ IPS
La Habana, 4 may.- La famosa casa francesa de modas Chanel eligió La Habana para su primer desfile en América Latina y usó como pasarela el Paseo del Prado, en el corazón de la parte más antigua de la ciudad, pero solo unas pocas personas de Cuba pudieron asistir a este espectáculo por invitación.
Aunque desde las aceras y los balcones vecinos, muchos siguieron de cerca el suceso, el 3 de mayo, las calles aledañas permanecieron cerradas al tráfico y moradores de la zona, como Ligia María Fernández, debían enseñar el carné de identidad para acceder a su barrio.
César Rodríguez, cuentapropista que trabaja en el Centro Histórico de la Ciudad, dijo a la Redacción IPS Cuba que este tipo de acontecimientos beneficia económicamente al país, pero son muy exclusivos y quienes han vivido toda la vida en ese lugar no pueden participar en ellos.
“No estamos acostumbrados a eso”, remarcó.
La cantante Omara Portuondo, conocida entre el público como la Novia del Filin o la Diva del Buena Vista Social Club, celebró el desarrollo en La Habana de iniciativas pintorescas como el desfile.
“Esto ha sido tremendo”, expresó.
La famosa top model brasileña Gisele Bundchen en auto por La Habana. Foto: Jorge Luis Baños/ IPS
Al músico cubano Raúl Paz, quien asistió a la cita, tampoco le parecía bien al inicio celebrar tal espectáculo aquí, donde no se consumen los artículos del emporio, tan caros y lujosos.
“Luego me di cuenta de que es también una forma de visualizar a Cuba en el mundo”, compartió.
Por su parte, la trabajadora del hogar María de los Ángeles Alonso, de 60 años, señaló que la alta costura va dirigida a un público muy específico, con un poder adquisitivo muy alto.
“La ropa de Chanel es un lujo que no se da nuestra gente”, consideró. A su juicio, el desfile es solo un show, un gran montaje.
Las modelos Guadalupe Blazquez, Jessica Borroto y Johana Borrego, fueron las tres cubanas que participaron en la pasarela, como parte de un elenco internacional donde las edades no sobrepasaron los 25 años.
“Hace tres meses hicieron un casting en La Habana, pero fue hace solo unos días cuando finalmente contactamos con el resto de las modelos y los organizadores, apenas si ensayamos”, contó Blazquez.
Blazquez, Borroto y Borrego se contaban entre las pocas mestizas que lucieron los diseños de la colección Cruise 2016-2017, línea de ropas para destinos tropicales. Los atuendos exhibidos en La Habana recurrían a estampados muy coloridos donde podían verse los emblemáticos carros antiguos conocidos como almendrones, o letreros de Viva Cuba Libre.
Sandalias, bermudas, sombreros y vestidos cortos, formaban parte de los atuendos. Incluso, uno de los modelos masculinos recorrió el Paseo del Prado fumando un habano.
Además de esta pasarela, el actual director creativo de la marca, el alemán Karl Lagerfeld, inauguró el 1 de mayo en la galería de arte Factoría Habana su exposición fotográfica “Obra en Proceso / Work in Progress”, que articula diferentes miradas sobre la moda, la arquitectura y el paisaje.
La muestra estará abierta hasta el próximo 12 de mayo de 2016, durante el mes de la cultura francesa en Cuba.
Pero el evento más “sonado” de su presencia en La Habana fue, sin lugar a dudas, el desfile de Cruise.
La pintora Flora Fong, la bailarina y coreógrafa Lizt Alfonso, la atleta Ana Fidelia Quirot y hasta los integrantes del grupo musical Gente de Zona, estuvieron en el Prado junto a los invitados internacionales.
El espectáculo cerró a ritmo de rumba. Los y las modelos dieron el adiós junto a una comparsa que levantó a los invitados de los bancos y asientos del Prado.
Mientras, en las redes sociales algunas personas criticaban el escenario “rústico” de madera y techo de guano montado en la Plaza de la Catedral para acoger la fiesta privada. “¿Qué imagen de Cuba quieren mostrar?”, se preguntaban. (2016)
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