Al parecer, en la mayoría de los servicios secretos de todo el mundo siempre han existido casos en que algunos de sus profesionales, por diferentes motivaciones se han pasado al bando contrario y comenzado a trabajar para él. Se convierten así en dobles agentes por cuenta propia. A otros se les ordena simular ese servicio, […]
Al parecer, en la mayoría de los servicios secretos de todo el mundo siempre han existido casos en que algunos de sus profesionales, por diferentes motivaciones se han pasado al bando contrario y comenzado a trabajar para él. Se convierten así en dobles agentes por cuenta propia. A otros se les ordena simular ese servicio, lo que le da la correspondiente variedad y complejidad al tema.
Como se sabe, al ser capturados, por la propia naturaleza de este trabajo, se dan a conocer públicamente o no, según el caso. En cuanto a la publicidad, lo mismo sucede con los agentes simples o normales al ser apresados.
En todos los casos, la cobertura mediática puede ser inmediata, tiempo después o a largo plazo, de acuerdo con el momento, la conveniencia, intereses y factores políticos de los países involucrados.
Similar situación ocurre con el canje o intercambio de agentes de todo tipo.
Esta breve reflexión quizás explique en parte, porque el caso de Ana Belén Montes, la llamada espía cubana dentro la Agencia de Inteligencia del Departamento de Defensa de Estados Unidos (DIA), .fuese muy poco conocido tanto en Estados Unidos, como en Cuba, donde todavía lamentablemente lo es, como bien ha explicado en sus últimos artículos mi querido amigo Manuel David Orrio del Rosario, publicados en Hermes-Martianos, Cubainformación, Kaosenlared y otros sitios de Internet.
Sin embargo, la última reunión de los gobiernos de Cuba y los Estados Unidos sobre la cooperación en la lucha contra el terrorismo celebrada en La Habana el pasado miércoles 8 de junio de 2016, le ha dado un giro a esta situación.
Así, en los Estados Unidos y en otros países, medios de prensa y blogs de redes sociales difundieron la realización de estas conversaciones entre cuyos temas estaría supuestamente el intercambio entre Ana Belén Montes y Assata Shakur, prófuga de la justicia norteamericana asilada en Cuba, como apuntó para The Guardian la reconocida activista afronorteamericana Angela Davis. También hacen referencia a fuentes oficiales estadounidenses bajo anonimato.
Junto a esto ya se había escuchado el chillido de dolor de la Loba Feroz–Ileana Ros-Lehtinen, cuando conoció de las especulaciones manipuladoras de los reportes sobre estas conversaciones entre ambos gobiernos y que funcionarios del FBI viajarían a La Habana para el diálogo sobre la lucha contra el terrorismo
“Anteriormente, la representante republicana criticó duramente al cantautor cubano Silvio Rodríguez, cuando este le dedicó una canción a Montes y pidió su liberación en un concierto en España en abril.”, según un artículo de Nora Gámez Torres, publicado en el Nuevo Herald de Miami.
Y post-reunión antiterrorista, a pesar de que fue un primer intercambio técnico, las Agencias de prensa han continuado informando que “algunos medios estadounidenses han adelantado que ambos países podrían haber comenzado las negociaciones para el intercambio de prisioneros y fugitivos de la justicia.”, y continúan con la especulación del canje de Ana Belén por Assata y con toda intención hacen recordar que “Estados Unidos incluyó durante más de tres décadas a La Habana en su lista de Estados patrocinadores del terrorismo, en parte por considerar que daba refugio a fugitivos buscados por la justicia estadounidense”.
Sin embargo, todos los medios de prensa cubanos solo se han dedicado a transmitir la nota objetiva que diera a conocer su Ministerio de Relaciones Exteriores. Como trabajo de la prensa está bien y es correcto dar dicha información. Pero como trabajo periodístico, que es en definitiva el que hacen los periodistas, no dar a conocer, o desenmascarar con opiniones distintas, serias, argumentadas, basadas en la verdad, los casos de Ana Belén Montes y Assata Shakur, ya eso es harina de otro costal.
No se debe olvidar que no por gusto se ha llamado y orientado a luchar con fuerza:
– contra el secretismo, so pena que enemigos, o vecinos contrarios llenen los espacios informativos vacíos de todo tipo con sus insinuaciones y pretensiones buscando sus fines, como en el caso que nos ocupa.
Es por lo que cabe preguntarse:: ¿Cuántos conocen en Cuba el caso de Ana Belén Montes?. ¿Y cuántos la verdad sobre el caso de Assata Shakur? Entonces, ellos los manejan a su antojo en el momento que quieran de acuerdo a sus intereses, manipulando la información y especulando con verdades-mentiras.
– contra el hábito de esperar por indicaciones “desde arriba” para cumplirlas y ejecutarlas, como forma de promover la iniciativa y un espíritu innovador, y emprendedor; que tanta falta hace para superar la mentalidad obsoleta que conforma una actitud de inercia ante problemas, dificultades y hechos complicados para su solución.
– a enfrentar cualquier situación que dañe a la Revolución y a sus principios, por lo cual Raúl enfatizó en su Informe Central al VII Congreso del PCC: “Lo peor que puede hacer un revolucionario es quedarse cruzado de brazos ante un problema”, por lo que si era necesario, había que buscarse problemas dentro de un marco lógico de orden y disciplina, en lugares y momentos adecuados.
Orientaciones todas que caben perfectamente en el caso de Ana Belén Montes, más aún si tenemos en consideración que sus declaraciones, que todos los que escriben del caso citan, han estado acorde con nuestros principios.
Así en el juicio que se le celebró declaró: “Honorable, yo me involucré en la actividad que me ha traído ante usted porque obedecí a mi conciencia más que obedecer a la Ley…considero que la política de nuestro gobierno hacia Cuba es cruel e injusta… Mi mayor deseo sería ver que surja una relación amistosa entre Estados Unidos y Cuba. Espero que mi caso, en alguna manera, estimule a nuestro gobierno para que abandone su hostilidad en relación con Cuba y trabaje conjuntamente con La Habana, imbuido de un espíritu de tolerancia, respeto mutuo y entendimiento”.
Y en una entrevista que le hicieron declaró: “Es importante que en la isla sepan que hay muchos norteamericanos honestos, aunque el sistema crea una forma de pensar que nos hace creernos superiores, dueños del mundo. Por eso para que las cosas cambien realmente, tiene que venir un cataclismo político en la vida norteamericana que haga evolucionar el pensamiento, la psicología y la cultura del país, preservando lo mejor que tengamos y modificando lo perjudicial”, aseveró. “No está a la vista ese cambio. Pero llegará. Me siento una contribuyente a ese cambio. Hay otras personas que también lo han hecho. No pretendo darme exclusividad”.
Visto y conocido esto, se puede decir que esta mujer ha sido y es, sin ser cubana, más que consecuente con su pensamiento al luchar con su acción contra el injusto y cruel asedio a que este archipiélago ha sido sometido durante más de 50 años, reflejando así, la firmeza de sus ideas en este, su llamado, en la lucha por la paz.
Conversaciones secretas sobre intercambios de este tipo aparte(que como es lógico deben ser así, como ocurrió con los 5), ¿qué haremos y cómo actuaremos los revolucionarios cubanos de ahora en adelante en este caso?
Todo el mundo conocía a los 5, lo que no limitó u obvió que hubiese conversaciones secretas sobre ellos para un intercambio que resolviera su situación. Entonces, ¿por qué no se puede conocer y luchar por el caso de Ana Belén, y paralelamente, sin que nadie lo sepa, intentar resolverle la situación? Más aún que en Cuba debe existir varios casos que puedan ser intercambiables y no precisamente con Assata Shakur. Parece que vale la pena.
Pero además, se debe considerar y tener en cuenta que es posible estemos perdiendo una oportunidad política-ideológica maravillosa de darle a la juventud cubana, que tanto la necesita, una nueva bandera concreta de lucha solidaria, ética, revolucionaria y humana, como lo fue en el caso de los 5. En definitiva, Ana Belén Montes también nos defendió de actividades terroristas de las cuales hemos sido víctimas desde los mismos inicios de la Revolución, promovidas por los distintos gobiernos norteamericanos, republicanos y demócratas. ¡Es ético defenderla!
¿O es que nos quedaremos cruzados de brazos los revolucionarios cubanos?
La Habana, 12 de junio de 2016
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