Por Níkolas Stolpkin*
Resulta interesante el comportamiento que han tenido los Grandes Medios de Comunicación con respecto al proceso eleccionario en Estados Unidos, y específicamente con Donald Trump.
Antes de las primarias, si recordarán, el candidato Donald Trump comenzó siendo objeto de burlas para los Medios y algunos de sus contrincantes. Pero ganó las primarias y dejó de ser el objeto de las burlas para convertirse en un demonio “sexista”, “homofóbico”, “racista”, “xenófobo”, “machista”, etc.
Sería el diario Washington Post, pasado el primer debate presidencial, quien daría a conocer un video el cual había sido grabado hacía más de 10 años atrás, y que daría a conocer un audio de una conversación privada entre el presentador de televisión Billy Bush y Donald Trump.
El audio del video sería suficiente para acusar a Donald Trump de “sexista”. Y a la semana siguiente se habría de sumar una serie acusaciones en contra de Donald Trump, por parte de mujeres supuestamente “abusadas” por el magnate, ocurridas hacía 30, 20 y 10 años atrás aproximadamente. Todo hacía suponer que sus contrincantes deseaban sacar de la carrera presidencial a Donald Trump.
Pero ahora que Donald Trump ha ganado las presidenciales, los Medios han comenzado a dudar de sus capacidades para gobernar el país, encontrándolo como “incapaz” de gobernar un país como Estados Unidos, no sin antes culpar a las encuestas y expertos de haber hecho “mal” sus cálculos, ya que todo apuntaba a que Estados Unidos tendría a su primera mujer presidente, Hillary Clinton.
Para ellos, Donald Trump causa “incertidumbre” y “preocupación”, por lo que haya de hacer cuando asuma la presidencia. Sobrepasando la hipocresía máxima al señalar, por parte de los Medios, que esta había sido “la campaña más sucia de la historia de los Estados Unidos”, inclinando responsabilidades hacia Donald Trump, el “sexista”, “homofóbico”, “anti-inmigrantes”, “racista”, “xenófobo”, etc. Como si la reproducción sistemática de aquel “video” y la serie de acusaciones de supuestos “abusos” fueran tan “limpio” que digamos.
Sin embargo la campaña contra Donald Trump no ha mermado. Los Medios no han dejado de utilizar recursos para ensuciar al nuevo presidente electo. Finalizada la elección, los Medios han tratado de distorsionar la anunciada marcha del Ku Klux Klan para celebrar el triunfo de Donald Trump o el “polémico” nombramiento del “misógino”, “anti-semita”, “racista”, de Stephen Bannon como estratega y consejero en el futuro gobierno de Donald Trump.
De aquí en adelante, cada nombramiento para ocupar el gabinete presidencial ¿será puesto en duda? Sólo falta que nombren a Sarah Palin para que todos salten de sus asientos y la acusen de “racista” y “homofóbica”, y quién sabe qué otras cosas más.
Y es que, para los Medios, en el gabinete de Donald Trump sólo pueden haber “sexistas”, “anti-inmigrantes”, “racistas”, “xenófobos”, “homofóbicos”, “abusadores”…
Y es que a los Grandes Medios de Comunicación les duele aún que su nuevo presidente sea el magnate Donald Trump. El mismo que fue rechazado por la mayoría de los bancos para financiar su campaña. El mismo que fue su objeto de burlas antes de las primarias. El mismo que daban como un seguro perdedor para las presidenciales. El mismo que tapaban con acusaciones de “sexismo”, “racismo”, “anti-inmigrantes”… Qué va, los Medios hicieron una campaña muy limpia ¿verdad?
Que recordemos, nunca antes se había llorado tanto con el resultado de unas elecciones, ni siquiera con George W. Bush.
Lo mejor que podrían hacer los Medios y “expertos” es dejar de llorar. Quieran o no quieran, Donald Trump es el nuevo presidente de los Estados Unidos. O qué, ¿lo querrían ver muerto para fabricar sus hipócritas “homenajes” de un presidente que fue muy “incomprendido”? Los Medios son expertos en ello.
@NStolpkin. Analista político nacional e internacional – Political Analyst – Crítico de política y Cultura Contemporánea – AUTODIDACTA
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