Una vocalista cubana de la nueva generación tributa a un protagonista clave del cancionero de la Isla
Carlos Olivares Baró, Ciudad de México , Cubaencuentro | 22/03/2017 9:44 am
La vocalista, compositora y arreglista Haydée Milanés se encuentra en La Ciudad de México promocionando Amor (Casete Upload, 2017), álbum en que une voz con la de su padre, Pablo Milanés, en la ejecución de once temas rubricados por el autor de “Yolanda”: repaso por la obra musical de un trovador de presencia concluyente en el cancionero cubano de los últimos 50 años. Guitarra acústica y eléctrica (Nam San Fong, Raúl Verdecia), bajo acústico (Jorge Reyes, Yandy Martínez, Gastón Joya), batería (Enrique Plá), percusión (Yaroldy Abreu), órgano (Esteban Puebla), voces (Haydée, Pablo): formato orquestal en el cual las guitarras juegan un rol sustancial. “En este trabajo quise resaltar la importancia de la guitarra, instrumento intrínseco al autor y su obra”, precisa la intérprete de “Palabras”. Conjunción de batería y percusiones en diálogo con las pulsaciones del contrabajo.
Comienza el gaudeamus con “Para vivir”, tema emblemático del compositor de Bayamo: arreglo de Fong y Haydée, quienes conjugan la prerrogativa de guitarras (acústica y eléctrica) con pulso de contrabajo (Reyes) y tabaleos elípticos de batería: recitaciones marcadas por la nostalgia. Padre e hija en ‘conspiración vocal’ que apretuja el alma: “Muchas veces te dije / que antes de hacerlo / había que pensarlo muy bien / que esta unión de nosotros / le hacía falta / carne y deseo también…”.
“Hoy está quizás más lejos”, arreglo de Verdecia (recalca el primero realizado por Pablo) con la incorporación de percusiones y un solo de guitarra con ciertos pespuntes de discreta prosodia de pop/rock. “Ya ves” (arreglo: Fong y Haydée) recalca la acentuación sonera de esta pieza de discurso barroco que los arreglistas rematan con lúdico montuno. Misma fonética se aprecian en “Ya se va aquella edad” (arreglo: Verdecia): preeminencia de la sístole del contrabajo (Reyes) en tertulia provocativa con la guitarra de Verdecia y la batería de Plá; y “A veces cuando el Sol” (letra: Ramiro Gutiérrez; arreglo: Fong y Haydée). Reencuentro con “Te espera una noche de éxitos” (arreglos: Fong y Haydee) y “El 405 de nunca” (arreglo: Verdecia, basado en el original).
Momento crucial en “Amor” (arreglo: Fong y Haydée), composición que Pablo escribió para la madre de Haydée, Zoe Álvarez, hace más de treinta años: reto vocal que la hija glosa con total profesionalismo en connivencia con el contrabajo (Martínez), guitarra (Fong) y percusiones. Esbozos de sonata en bordón bachiano. “Hoy la vi” (arreglo: Verdecia y Haydée): enunciación pop/rock que guitarra, contrabajo (Joya), batería y percusiones subrayan. El remate con órgano edifica un estribillo que apela a algunos ademanes de R&B.
“El breve espacio en que no está” (arreglo de Verdecia basado en el original de Pablo). Guitarra y voces en íntimo coloquio de relentes armónicos sublimados en un imaginario vocal imponderable: otras de las tramas más representativas del cancionero cubano que Haydée retoma y, en componenda con su padre, vuelve a congregarnos en los antiguos tajos del deseo. El convite finaliza con “Canción”, musicalización del poema homónimo de Nicolás Guillén, en arreglo de Verdecia: bajo acústico (Reyes), guitarra (Verdecia), batería y percusiones. Sabroso montuno en el remate en que Pablo y Haydée entrecruzan, con lúdicas declamaciones, los pregones soneros. Oídos atentos al solo de contrabajo de Reyes: virtuosismo cabal.
Amor, placa histórica: una vocalista cubana de la nueva generación tributa a un protagonista clave del cancionero de la Isla. “Uno de mis grandes sueños, el deseo de compartir la música de mi padre. El tiempo de homenajear sus canciones, las cuales han formado mi sensibilidad y son parte de mi vida”, confiesa la directora musical de esta producción. Ella sabe que esas canciones son parte de la vida de millones de cubanos. Gracias, Haydée, por compartir estos trozos de querencia a toda prueba.
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