12/08/2017
Una impensada acusación de que diplomáticos de Estados Unidos han sido agredidos en Cuba ha sorprendido a los cubanos, desatando más suspicacias que extrañeza entre quienes saben de asedios y agresiones, puesto que algo similar ni se ha visto nunca, ni tolerado por las autoridades cubanas, aun en los peores momentos de las relaciones bilaterales.
Y, la expulsión de dos diplomáticos cubanos, dice más a los isleños, que lo que pueden imaginar en Washington, e inicia una trama propia de las truculencias del ala más conservadora, opuesta a la mejoría de relaciones o algo más.
Los sucesos comentados en la Isla fueron a partir de la Declaración de la Cancillería cubana, con la negativa del Gobierno revolucionario el miércoles (09.08.2017), al respecto de que el país sea utilizado para cometer acciones contra representantes norteamericanos, con lo que la administración Trump echó más fuego para el deterioro de las relaciones bilaterales expulsando a dos diplomáticos cubanos de Washington.
Cuba informó que ha iniciado "una investigación exhaustiva, prioritaria y urgente por indicación del más alto nivel del gobierno cubano, para lo cual transmitió a la Embajada estadounidense la necesidad de compartir información y propuso establecer cooperación entre las autoridades competentes de ambos países."
Para comezar la trama, la portavoz del Departamento de Estado, Heather Nauert, reveló el miércoles que "algunos funcionarios del gobierno estadounidense" que trabajaban en la embajada de Estados Unidos en La Habana, informaron de algunos incidentes que estaban causando "síntomas físicos".
Nauert no pudo explicar la naturaleza o la causa de los incidentes. Algunos de los afectados optaron por regresar a Estados Unidos. Los afectados eran empleados del Departamento de Estado. Nauert dijo que el Departamento de Estado supo por primera vez sobre estos incidentes a finales de 2016.
Ninguna declaración oficial explicó esos "incidentes", pero la "eficiente" CNN aventuró que Estados Unidos cree que varios empleados del Departamento de Estado de la embajada de Estados Unidos en La Habana fueron objeto de un "ataque acústico", que afecta sus ondas cerebrales, y que al menos dos funcionarios quedaron con problemas de salud tan graves que necesitaban ser trasladados a Estados Unidos para recibir tratamiento.
A partir de ese momento, fuentes anónimas del gobierno estadounidense indicaron a la agencia Associated Press que la pérdida auditiva de los diplomáticos pudo estar relacionada con dispositivos de sonido que emiten ondas inaudibles que pueden causar sordera.
Los investigadores, según las fuentes de AP, estiman que los aparatos fueron colocados dentro o fuera de las casas de los funcionarios.
También consideran la posibilidad de que un tercer país, "como Rusia", estuviera detrás de los "incidentes", sostuvo AP.
Un funcionario del gobierno de Estados Unidos dijo a la televisora CNN (interesante este goteo de informes no comprobados) que los hechos apuntan a que no se trató de un caso de espionaje, sino de "un ataque" y reiteró que un tercer país podría estar involucrado en "venganza" por acciones que "causan polémica entre Estados Unidos y Cuba".
Y, para poner más sabor a la trama, vea: un día después del informe del Departamento de Estado, Global Affairs Canada ha confirmado que al menos un diplomático canadiense en Cuba ha sido tratado en un hospital después de sufrir dolores de cabeza y pérdida de audición. Los miembros de la familia del diplomático canadiense también fueron afectados y tratados.
“Somos conscientes de los síntomas inusuales que afectan al personal diplomático canadiense y estadounidense ya sus familias en La Habana, y el gobierno está trabajando activamente -incluyendo las autoridades de Estados Unidos y Cuba- para conocer la causa”, dijo Brianne Maxwell, portavoz de Global Affairs Canada.
Global Affairs no identificó al diplomático ni dijo cuándo tuvo lugar la hospitalización.
Este 10 de agosto, CNN publicó que: "Emergen nuevos detalles sobre un extraño "ataque acústico" a los empleados estadounidenses en la embajada de Cuba. Según un funcionario del gobierno de EE.UU.el incidente fue un "ataque" y no un intento de escuchar las conversaciones que salió mal, y que EE.UU. está investigando si un tercer país estuvo involucrado.
Lo que sí es obvio, es que extraterrestres no son. Habrá que preguntarse si es una operación de bandera falsa.
¿Raro con la paranoia rusa en Estados Unidos y con los reiterados intentos de la ultraderecha de los Marco Rubio y compañía saboteando las relaciones con Cuba, antes y después del tornado Trump?
Esto va a seguir ¡estamos en la posverdad!, y no sabemos las consecuencias.
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