Por Carlos Rafael Dieguez
Por el Dr Julio V Ruiz
Fidel, en Playitas de Cajobabo 1995
Me he pasado la mañana leyendo muchos comentarios sobre Fidel y lo que significó para cada uno de ellos.
Aunque a mi de adolescente de 12 años y desde luego a mis padres nos afectó grandemente el advenimiento de la Revolución Cubana el 1º de enero de 1959, no por tener nada fuera de lo ordinario pues éramos gente simple, el cambio en nuestras vidas fue para no regresar atrás nunca más.
Fidel fue y es la Revolución. No creo que nunca hubiera sido igual sin él. Fue un gigante político con una visión increíble sobre Cuba y el mundo de su época que permitió que un país tan insignificante como el nuestro pudiera enfrentarse al Imperio de los Estados Unidos de America.
Fidel era un ser humano con todos los encantos, virtudes, errores, defectos, y grandiosidades de un humano.
Habrán muchos que siguen compartiendo sus ideales y apoyando la Revolución, habrán otros que nunca los compartieron, otros después de compartirlos por años decidieron cambiar, no se si por cansancio, necesidad, o limitaciones para poder crecer, incluso la mayoría después de haber nacido, ser educado, y haber formado todas sus vivencias con la Revolución. Lo que demuestra una vez más que la genética de nuestros padres no tiene nada que ver con lo socio-político-económico de un país.
No me creo el cuento de la búsqueda de la libertad y la democracia, las cuales siempre tuvieron sus limitaciones en Cuba en dependencia de la clase social en la cual te desarrollaste, con o sin la famosa Constitución del 1940, con o sin los famosos comunistas.
Tuve la suerte de que mis padres a pesar de estar en desacuerdo con los nuevos cambios políticos de principios de la Revolución, nunca me inculcaron odio, ni rencor, solo amor por la Patria que dejamos atrás y a la cual mi padre mas nunca pudo volverla a ver.
Este diciembre venidero se cumple el 40ª aniversario del primer viaje a Cuba de la Brigada Antonio Maceo, jóvenes hijos e hijas de aquellos desafectos de la Revolución en su principio. Tanto los del Primer Contingente en diciembre de 1977, como los que asistimos en el 20 Aniversario de la Revolución en diciembre de 1978 invitados por el ICAP, como los que participamos en el Segundo Contingente en julio de 1979 nos unió un amor y añoranza por la tierra que nos vio nacer. Un desarraigo forzoso que tanto daño síquico nos causó, desde luego padres incluidos. Ya no somos los mismos jóvenes Maceitos, las cosas las vemos con otro prisma, somos viejos, muchos han muerto, otros no son ya tan “55 Hermanos” como entonces, en fin se evoluciona en la vida, pero lo que no se olvida y perdura aunque existan diferencias de pensamientos políticos e idiosincrásicos, es nuestro amor por Cuba y por nuestro Pueblo. No les quede la menor duda!
Ya en aquel diciembre de 1977 lejano algunos le pidieron a Fidel y a Armando Hart, el poder regresar a vivir permanentemente y definitivamente a Cuba. La contesta fue que lo estudiarían, tomó años pero se cumplió. Los que quisimos pudimos regresar y hasta el derecho a votar tenemos.
No soy de los que recuerdan a los muertos, soy un médico nada menos que siquiatra, hay gentes como nuestros padres y otros seres queridos que aunque muertos siempre permanecen vivos en nosotros. Hay muertos que tampoco nunca mueren, nuestros Patriotas o próceres que sacrificaron sus vidas por nuestra Independencia, y Fidel tengo que admitir ocupa un lugar destacado en nuestra historia, es un Eterno Mío Cid Campeador.
Honrar honra!
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