18 enero, 2018, Correo del Orinoco
Caracas ( Venezuela) Operativo para capturar a Oscar Perez. El Junquito se encuentra militarizado por el operativo contra el ex funcionario Óscar Pérez Desde tempranas horas se escucharon detonaciones en el lugarSucesos/Caracas Hoy Lunes 15/01/2018 Foto/Carlos RamirezCaracas Venezuela
18 enero, 2018
Cuando a finales de junio del año pasado, Óscar Pérez, inspector del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc), secuestró un helicóptero y atentó contra la vida de civiles que se encontraban en la sede del Ministerio de Relaciones Interiores, Justicia y Paz y del Tribunal Supremo de Justicia, inmediatamente la oposición celebró los actos y alentó a su militancia a mirarlo como el salvador de la causa contrarrevolucionaria.
La oposición, que venía de recibir una contundente derrota en las calles luego de su intento de incendiar el país mediante el plan denominado La Salida que sembró el terror en las calles con las guarimbas, presentó a Pérez como el líder que lograría derrocar al Gobierno constitucional de Nicolás Maduro, sin embargo la mayoría de los militantes y dirigentes de derecha pusieron en duda que el expolicía tuviera intenciones genuinas y su rebelión despertó menosprecio entre la población.
Tomando en cuenta las reiteradas mentiras, falsos positivos y planes fracasados de los opositores, la incertidumbre y hasta la mofa fueron la respuesta de la mayoría de los venezolanos ante las acciones realizadas por este terrorista. Aunque Pérez luego robó armas, aparecía en público e invitaba a otros funcionarios del Estado a rebelarse, su impacto en la opinión pública era limitado mientras en redes sociales no pasaba de ser una curiosidad o novedad.
“No todos terminaban de comprar la osadía del funcionario. No solo miraban con escepticismo sus pretensiones, sino que se banalizaba completamente. A Óscar Pérez le dijeron de todo. Sus esfuerzos fueron rechazados por gran parte de la sociedad”, señala un artículo del PanAm Post.com.
El medio digital español cita que la periodista Thabata Molina en su cuenta de Twitter @Thabatica expuso: “Oscar Pérez sabía en qué problema se estaba metiendo al echarse de enemigo a la dictadura. La dictadura no lo iba a perdonar. El país necesita soluciones, no ensayos”.
Asimismo refieren que el economista Luis Oliveros calificó el enfrentamiento donde murió Oscar Pérez como un “show”. En Twitter escribió: “Óscar Pérez negocia su rendición y ‘no quiere enfrentamiento’. El escuadrón anti República Dominicana sufre ante una nueva inconsistencia. Cómo les gusta un show de algún mesías”. Suponiendo que se trataba de otra puesta en escena de la oposición.
“En Twitter y Facebook muchos cuestionaron que la sangre en el rostro de Pérez fuese real”, agrega el portal, que además acusa a los opositores de haber convertido “en una vulgaridad un acto de rebeldía y resistencia”.
Opositores promueven la violencia y el terrorismo en redes sociales
Isbemar Jiménez, presidenta de Radio Nacional de Venezuela, denunció la campaña mediática desatada en las redes sociales en contra del proceso revolucionario para tergiversar la verdad en el caso del enfrentamiento entre la banda terrorista de Oscar Pérez y las autoridades venezolanas el día lunes.
Puntualizó que tal campaña busca “construir una estética del lenguaje que necesita la elaboración acartonada de héroes y figuras que puedan incendiar las redes sociales y promover la intervención, el terrorismo y la violencia”.
Durante el programa Vía Alterna, Jiménez señaló que la banda terrorista liderada por Oscar Pérez había cometido actos que no pueden ser tolerados por ningún Gobierno. Entre los delitos se encuentran robo de armas, equipos militares y amenazas a funcionarios del Gobierno Nacional, líderes revolucionarios y hasta al Presidente de la República.
Jiménez explicó que este grupo terrorista mediante amenazas y llamados a insubordinación logró notoriedad en las redes sociales. “Tenemos que ir mucho mas allá del grupo terrorista financiado por el imperialismo norteamericano con aliados internacionales (…); hay una organización que los agrupaba políticamente a través de las redes sociales y que el día de ayer vimos que aún utiliza el nombre de Oscar Pérez. Es una cuenta que es manejada por varias personas, el grupo se llama Equilibrio Venezuela y la cuenta es @equilibriogv”, detalló.
Esta cuenta permitió conocer quiénes financiaban al grupo terrorista y las personas que participaban en el proceso de las redes sociales. “El dueño de la vivienda donde se encontraban los delincuentes responde al nombre de Williams Aguado Sequera, médico cirujano, y en Twitter se ubicaba como @doctorhouse, donde emitía mensajes violentos y ofensivos en contra del proceso revolucionario y sus seguidores”, confirmó.
“Tenemos que decirlo para desmantelar una supuesta heroicidad de grupos terroristas que ahora son considerados como libertadores”, resaltó la periodista.
Jiménez hizo una cronología de los mensajes que fueron publicados por las redes sociales en los que se pretende victimizar los actos terroristas promovidos por la banda delictiva.
Calificó de “impresionante” las etiquetas promovidas por Equilibrio Nacional por Venezuela,, mediante las que se llama el pueblo a la calle, al igual que “la extracción de los narco representantes del régimen como parte del proceso para sanear la República, es decir, promotores de la intervención extranjera en el país”.
Opositores promueven la violencia y el terrorismo en redes sociales
Isbemar Jiménez, presidenta de Radio Nacional de Venezuela, denunció la campaña mediática desatada en las redes sociales en contra del proceso revolucionario para tergiversar la verdad en el caso del enfrentamiento entre la banda terrorista de Oscar Pérez y las autoridades venezolanas el día lunes.
Puntualizó que tal campaña busca “construir una estética del lenguaje que necesita la elaboración acartonada de héroes y figuras que puedan incendiar las redes sociales y promover la intervención, el terrorismo y la violencia”.
Durante el programa Vía Alterna, Jiménez señaló que la banda terrorista liderada por Oscar Pérez había cometido actos que no pueden ser tolerados por ningún Gobierno. Entre los delitos se encuentran robo de armas, equipos militares y amenazas a funcionarios del Gobierno Nacional, líderes revolucionarios y hasta al Presidente de la República.
Jiménez explicó que este grupo terrorista mediante amenazas y llamados a insubordinación logró notoriedad en las redes sociales. “Tenemos que ir mucho mas allá del grupo terrorista financiado por el imperialismo norteamericano con aliados internacionales (…); hay una organización que los agrupaba políticamente a través de las redes sociales y que el día de ayer vimos que aún utiliza el nombre de Oscar Pérez. Es una cuenta que es manejada por varias personas, el grupo se llama Equilibrio Venezuela y la cuenta es @equilibriogv”, detalló.
Esta cuenta permitió conocer quiénes financiaban al grupo terrorista y las personas que participaban en el proceso de las redes sociales. “El dueño de la vivienda donde se encontraban los delincuentes responde al nombre de Williams Aguado Sequera, médico cirujano, y en Twitter se ubicaba como @doctorhouse, donde emitía mensajes violentos y ofensivos en contra del proceso revolucionario y sus seguidores”, confirmó.
“Tenemos que decirlo para desmantelar una supuesta heroicidad de grupos terroristas que ahora son considerados como libertadores”, resaltó la periodista.
Jiménez hizo una cronología de los mensajes que fueron publicados por las redes sociales en los que se pretende victimizar los actos terroristas promovidos por la banda delictiva.
Calificó de “impresionante” las etiquetas promovidas por Equilibrio Nacional por Venezuela,, mediante las que se llama el pueblo a la calle, al igual que “la extracción de los narco representantes del régimen como parte del proceso para sanear la República, es decir, promotores de la intervención extranjera en el país”.
Especial foco tuvo la victimización de Pérez y la evidente promoción de la matriz de opinión de una supuesta ejecución extrajudicial, difundida por periodistas como Alberto Rodríguez, integrante de Telemundo, y políticos como el exiliado Antonio Ledezma. En un ejercicio de histeria política digna del antichavismo, que en todo momento evitó referirse a esta figura como la de un “terrorista”, pese a que las leyes internacionales así califican los ataques contra poblaciones civiles, como los perpetrados por Pérez a las sedes del Ministerio de Relaciones Interiores y el TSJ.
En una constante descontextualización, tampoco se refirieron a los peligrosos antecedentes de la célula armada del exfuncionario del Cicpc, recientemente protagonista de un asalto armado al Comando de la Guardia Nacional Bolivariano, ubicado en Laguneta de la Montaña en San Pedro de los Altos, estado Miranda. Un tiempo después de su vinculación a la organización de la toma del fuerte Paramacay del estado Carabobo por el exoficial de la GNB Juan Carlos Caguaripano.
Las evidencias convierten a la célula de Pérez en un grupo insurrecto contra las instituciones del Estado con un alto grado de peligrosidad por sus antecedentes de ataque a la población civil y sedes militares. Muy diferente a la presentación de líder patriota, víctima de una trampa de las fuerzas de seguridad de Venezuela, que desarrollaron los medios privados y periodistas, quienes incluso acudieron al testimonio de su madre para agrandar su rol de víctima.
Terrorismo
El portal Topete GLZ. Com destacó que el operativo donde cayó abatido Oscar Pérez adquirió la característica de un reality show debido a que a través de las redes sociales Pérez “escenificó su propia versión de los hechos en un minuto a minuto fuertemente viralizado”.
“De acuerdo a esta versión, un visiblemente ensangrentado Pérez se veía rodeado por un operativo que le negaba la posibilidad de entregarse, junto a los miembros de su célula y unos supuestos civiles nunca identificados en estos videos”, señala el portal.
“La versión de Pérez fue jerarquizada rápidamente por los medios privados nacionales e internacionales, interesados en presentar el hecho como una posible ejecución extrajudicial ordenada por el Gobierno venezolano, en una clara maniobra de victimizar al exintegrante del Cuerpo de Investigaciones Científicas, responsable de una serie de ataques armados contra sedes militares y públicas durante 2017”, expone el medio digital.
Sin embargo, en esta oportunidad la narración de los hechos fue descolocada por un video en el que claramente se observa cómo las FAES intentan negociar con Pérez su entrega, junto al resto de los hombres armados que lo acompañaban. La versión oficial, publicada por el Ministerio de Relaciones Interiores, afirma que en medio de esta negociación, el grupo de Pérez atacó con balas a los efectivos de seguridad. Lo que dejó como saldo el desmantelamiento de la célula luego de un tiroteo que culminó con dos efectivos muertos y cinco heridos.
La mitificación y glorificación de un terrorista
Especial foco tuvo la victimización de Pérez y la evidente promoción de la matriz de opinión de una supuesta ejecución extrajudicial, difundida por periodistas como Alberto Rodríguez, integrante de Telemundo, y políticos como el exiliado Antonio Ledezma. En un ejercicio de histeria política digna del antichavismo, que en todo momento evitó referirse a esta figura como la de un “terrorista”, pese a que las leyes internacionales así califican los ataques contra poblaciones civiles, como los perpetrados por Pérez a las sedes del Ministerio de Relaciones Interiores y el TSJ.
En una constante descontextualización, tampoco se refirieron a los peligrosos antecedentes de la célula armada del exfuncionario del Cicpc, recientemente protagonista de un asalto armado al Comando de la Guardia Nacional Bolivariano, ubicado en Laguneta de la Montaña en San Pedro de los Altos, estado Miranda. Un tiempo después de su vinculación a la organización de la toma del fuerte Paramacay del estado Carabobo por el exoficial de la GNB Juan Carlos Caguaripano.
Las evidencias convierten a la célula de Pérez en un grupo insurrecto contra las instituciones del Estado con un alto grado de peligrosidad por sus antecedentes de ataque a la población civil y sedes militares. Muy diferente a la presentación de líder patriota, víctima de una trampa de las fuerzas de seguridad de Venezuela, que desarrollaron los medios privados y periodistas, quienes incluso acudieron al testimonio de su madre para agrandar su rol de víctima.
Pérez y El Picure
En apariencia, un tratamiento similar al que aplicaron respecto a la muerte del líder criminal El Picure, ocurrida en 2016, cuando las fuerzas de seguridad también fueron culpadas de un falso ajusticiamiento después de un enfrentamiento armado. Lo que sin duda registra el peligroso antecedente del acompañamiento acrítico de medios, periodistas y políticos a figuras criminales y terroristas. Más allá de la versión completa de lo ocurrido en El Junquito, en un contexto que se asemeja al de una confrontación armada.
Ante este panorama, el desmantelamiento de la célula armada de Pérez es un duro golpe a un frente armado nutrido por algunos grupos de exefectivos y exoficiales de las fuerzas de seguridad de Venezuela denominada Espada de Dios. Este grupo armado, supuestamente referenciado en el exmilitar Ángel Pérez Vivas, llamó a sus operaciones con nombres de clara connotación religiosa, como “David” en el caso de la toma del Fuerte Paramacay, y “Genésis” al asalto al comando de la GNB en San Pedro de los Altos.
Desde esta perspectiva, la histeria por la situación de Pérez evidencia la capacidad de anticipación del aparato de seguridad del Estado venezolano ante quienes pretenden llevar al país a una guerra civil, como en Siria y Ucrania, a partir de una intensa actividad de grupos armados convenientemente presentados por los medios como defensores de la “libertad” de Venezuela.
Las solidaridades automáticas
En medio de estos hechos, destacan los efusivos apoyos al exfuncionario del Cicpc de figuras de la organización Soy Venezuela, como el exalcalde Ledezma y de Diego Arria, entre otros, en una clara intención de construirle una imagen de mártir de la “narcodictadura de Maduro”. Un modus operandi que continuamente se reedita cada vez que existe la posibilidad de una muerte que sea redituable en lo político y mediático para estos evangalizadores de la guerra contra Venezuela.
“Honor y gloria para unos valientes ciudadanos que dieron su vida por un ideal. Pido al pueblo que en homenaje a estos mártires no decline en su lucha y, por último, pena ajena por los que ante semejante crimen se han hecho los pendejos”, publicó Antonio Ledezma en su cuenta de Twitter.
Una clave a resaltar, dado que este acompañamiento, junto a la imposibilidad de repudiar a Pérez desde sectores opositores, moldea un mapa de actores volcados a promover a figuras y grupos que apoyen una confrontación armada contra el Estado. Lo que en el actual escenario venezolano tiene un grado alto de peligrosidad por el evidente interés de Estados Unidos de eliminar la vía política para resolver la actual crisis en el país.
Ante este panorama, el desmantelamiento de la célula armada de Pérez es un duro golpe a un frente armado nutrido por algunos grupos de exefectivos y exoficiales de las fuerzas de seguridad de Venezuela denominada Espada de Dios. Este grupo armado, supuestamente referenciado en el exmilitar Ángel Pérez Vivas, llamó a sus operaciones con nombres de clara connotación religiosa, como “David” en el caso de la toma del Fuerte Paramacay, y “Genésis” al asalto al comando de la GNB en San Pedro de los Altos.
Desde esta perspectiva, la histeria por la situación de Pérez evidencia la capacidad de anticipación del aparato de seguridad del Estado venezolano ante quienes pretenden llevar al país a una guerra civil, como en Siria y Ucrania, a partir de una intensa actividad de grupos armados convenientemente presentados por los medios como defensores de la “libertad” de Venezuela.
T/ Luis Ángel Yáñez
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