Por Duber Luis Piñeiro González duber@prensa-latina.cu
La Habana.- (PL) El ajedrez cubano exhibe un nivel estable en los últimos años con resultados que lo avalan como una de las grandes potencias de este deporte a nivel mundial y como el equipo más fuerte de Latinoamérica y el Caribe.Esto lo confirmó el séptimo lugar conseguido por el equipo masculino de la isla mayor de las Antillas, en la recién concluida Olimpiada Mundial de Ajedrez de Tromso, Noruega, con lo que igualaron su mejor actuación en estas lides.
La selección varonil de Cuba finalizó por delante de Estados Unidos, Francia y Holanda y evidenció un crecimiento al avanzar cuatro posiciones en relación al puesto que ocupó hace dos años en la Olimpiada de Estambul.
Y finalizaron con siete victorias, dos empates y dos derrotas, para totalizar 16 puntos, en un certamen marcado por la presencia de 174 naciones y mil 800 participantes.
En la última ronda los antillanos se impusieron al fuerte elenco inglés, con el aporte decisivo de Lázaro Bruzón, al obtener la victoria en el segundo tablero y las tablas de sus tres compañeros. Bruzón terminó de la mejor manera la Olimpiada: con un triunfo importantísimo y cerró como el mejor jugador del equipo al sumar seis victorias, cuatro tablas y una derrota -frente al azerbaiyano Teimour Radjabov-, para sumar ocho puntos en 11 partidas.
El caribeño concluyó sexto entre los segundos tableros, y los números conseguidos ante rivales de nivel, le permitirán agregar 15 puntos a su Elo actual.
Mientras que el defensor del primer tablero, Leinier Domínguez, número uno de Iberoamérica y onceno en el listado mundial con dos mil 760 puntos Elo, sumó tres éxitos, siete tablas y una derrota -ante el búlgaro Veselin Topalov-, para acumular 6.5 unidades en la justa.
A pesar de su loable desempeño el caribeño perdió 5.2 puntos en su coeficiente Elo y desciende del puesto 11 al 14 según el ranking en vivo.
El otro aporte significativo para la causa cubana lo dio Isam Ortiz, que concluyó segundo entre los cuartos tableros, al acumular seis puntos en ocho salidas, con cinco victorias, dos tablas y una derrota, para así escoltar al serbio Nikola Sedlak (6.5 en ocho presentaciones).
Uno que no se presentó de acuerdo a sus potencialidades fue Yuniesky Quesada, pues defendiendo el tercer tablero se agenció tres éxitos, cinco empates y dos derrotas para sumar 5.5 unidades en 10 partidas.
Por su parte, el suplente Yuri González, con tres victorias y un empate, logró agregar 9.6 unidades a su coeficiente Elo.
Los cubanos consiguieron imponerse a Puerto Rico, Portugal, India, Israel, Kazajastán, Georgia e Inglaterra, empataron con Polonia y Alemania, y cedieron los puntos ante Azerbaiyán y Bulgaria.
Con estos resultados Cuba iguala el séptimo puesto conseguido en la Olimpiada de Novi Sad, entonces Yugoslavia, en 1990 y en Calviá-2004, y ratificó su hegemonía en la región, pues detrás se ubicaron Argentina (puesto 18), Perú (19), Brasil (22), Colombia (41) y Venezuela (42). En esta ocasión China hizo historia, al ganar por primera vez la Olimpiada, mientras Hungría fue segundo y la India tercero.
Rusia decepcionó, al concluir en el cuarto puesto, a pesar de contar con el Elo promedio más alto del torneo, dos mil 773 puntos y con un equipo de estrellas: Vladimir Kramnik, Alexander Grischuk, Peter Svidler y Sergey Karjakin.
Por su parte, la selección femenina cubana tuvo una pobre actuación al sumar seis victorias, un empate y cuatro derrotas, para concluir en el lugar 30 con 13 puntos, muy por debajo de lo esperado, pues tiene como su mejor actuación el cuarto lugar conseguido en 2010 en la ciudad rusa de Khanty Mansiysk.
La lid para damas la conquistaron las rusas para sumar su tercera corona consecutiva, mientras que China ocupó la segunda plaza y Ucrania la tercera.
Otros caribeños también estuvieron presentes en la lid, tal es el caso del Gran Maestro Walter Arencibia, quien asesoró en los últimos años al equipo femenino cubano, pero fue a Noruega como capitán de la selección femenina de Emiratos Árabes Unidos; en tanto su compatriota Omar Almeida, acudió como capitán de las colombianas.
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