Agricultura ecológica, alternativa duradera en Cuba

Cuba ha optado por la agricultura ecológica como única solución para obtener alimentos sanos y proteger el medio ambiente y, al mismo tiempo, ahorrar altas sumas en la compra de productos químicos.

A la vez que se estimula en las empresas, cooperativas y cultivadores individuales el aprovechamiento de abonos naturales, como residuos de las cosechas y estiércol, se les provee de medios biológicos para controlar plagas y enfermedades.

Con ese fin crece en el país el número de laboratorios dedicados a la investigación de nuevos recursos, así como de fábricas productoras de bioplaguicidas y biofertilizantes, y de centros de reproducción de entomófagos y en­to­mopatógenos.

Una de esas industrias se ubica en Quivicán, en la provincia de Mayabeque, y en el municipio santiaguero de Palma Soriano se construye otra, que elaborará tres bioproductos, Nitrofix, útil en la fijación del nitrógeno, el Bioenraíz, regulador del crecimiento vegetal, y el Gluticid, para el control de plagas y enfermedades.

Importantes renglones ecológicos entregará también la que se edifica en Villa Clara a un costo de más de 29 millones de pesos. Con su puesta en marcha en 1916, aportará anualmente 1 000 toneladas de BioRat (material utilizado en el enfrentamiento a las ratas y ratones) y seis millones de litros de biofertilizantes y bioplagicidas.

A pesar de trabajar con microorganismos, esa fábrica, de tecnología china, será completamente compatible con el medio ambiente, por tener un sistema muy moderno de filtrado del aire, entre otras bondades.

Está previsto edificar plantas similares en La Habana y Holguín con el objetivo de satisfacer la creciente demanda de estos productos, e incluso realizar algunas exportaciones.

En ese último territorio, específicamente en Guaro, municipio de Mayarí, se acaba de reabrir, tras un período de rehabilitación, un Centro de Re­producción de Entomófagos y En­to­mopatógenos (CREE), el cual suministrará cada mes tres toneladas de bacterias y otros microorganismos de uso en la eliminación de plagas y enfermedades que destruyen cultivos.

Elmis Fonseca Rodríguez, directora del CREE, explicó que disponen del Tricoderma, un antagónico natural de dañinos hongos presentes en los suelos, usado con éxito por productores de arroz, cereal cuya introducción va en aumento en el territorio a partir de la disponibilidad de agua creada por las obras del trasvase Este–Oeste.

En el grupo de los entomopatógenos que preparan bajo estrictas normas sanitarias está, entre otros, el Bacilo Thuringiensis, enemigo mor­tal de las larvas de lepidópteros (mariposas), puntualizó la especialista en medios biológicos.

La reproducción de entomófa­gos (insectos que devoran o parasitan otros insectos) brinda variedades co­mo el Tetratichus, destructor de los gusanos que se alimentan de la ma­zorca del maíz y las hojas de la col; o la Trichogramma, una avispita que liberada en los campos de yuca aniquila a las primaveras, orugas grandes y gruesas que desfolian ese cultivo.

“Nuestros productos sirven para eliminar las plagas de insectos en las etapas de huevo, larva, pupa y adulto”, significó la Experta. (Fuentes periódicos Granma, Trabajadores y la AIN)