"De pensamiento es la guerra mayor que se nos hace: ganémosla a pensamiento" José Martí

jueves, 30 de julio de 2015

FINALIZARON LOS JUEGOS PANAMERICANOS DE TORONTO EE UU ganó y Cuba estuvo bien con algunos retrocesos

Terminaron los Juegos Panamericanos. Argentina tuvo un desempeño aceptable. EE UU ganó, como casi siempre. Lo de Cuba no fue la actuación esperada, pues bajó al cuarto lugar. A la isla, como siempre, la bombearon algunos arbitrajes y el espionaje yanqui.

EMILIO MARÍN

Después de once días de competencia en numerosas disciplinas, llegaron a su fin los Juegos Panamericanos en Toronto. Como se realizan cada cuatro años ya tomó la posta la confederación peruana, pues Lima será la sede en 2019, y ya le fijaron varias prioridades para su organización. Debería comenzar a trabajar ya, algo difícil por la compleja situación del gobierno de Ollanta Humala y las denuncias que también pegan sobre la primera dama.

El ganador de la edición canadiense fue Estados Unidos. Los Panamericanos llevan 17 series y sólo dos veces el imperio cedió el primer lugar, ante anfitriones: Argentina (1951) y Cuba (1991).

El dominio estadounidense en la mayoría de las disciplinas es tal que tuvieron 103 medallas de oro, 81 de plata y 81 de bronce, o sea 265, con un equipo que ellos catalogaron como mezcla de sus categorías B y C. O sea sin poner sus deportistas de elite, de la A. No aclararon si éstos no tenían interés en competir o bien sus sponsors no querían arriesgarlos o si hubo negativa de sus clubes dependientes del dios Dinero.

Como sea los norteamericanos volvieron a triunfar. Muchos de ellos son afroamericanos y fueron ovacionados en Canadá, a diferencia del trato que reciben muchos de ellos y sus familiares en las calles a manos de una policía de “gatillo fácil” con negros y latinos. En Toronto todo fue aplauso y reconocimiento.

Esas victorias tan seguidas y previsibles no dan lugar a un intenso aprovechamiento político de la Casa Blanca. Barack Obama siguió de recorrida por Kenia, en vez de hacerse ver en los estadios canadienses. Quizás se mantuvo distante también para no aparecer personalmente implicado en maniobras de la CIA y otras agencias que organizaron la deserción de atletas cubanos, tema que se tocará más adelante.

Mientras los deportistas de 41 países batían 80 récord en varias disciplinas, los patrocinantes buscaran recuperar sus inversiones anudando negocios. Entre ellos el banco chino ICBC, Cisco y Chevrolet, entre otros sponsors. Puede que ellos también hayan mejorado sus tiempos...

Todo es relativo

Lejos del podio pero mejorando sus performances anteriores, hubo otros festejos más modestos pero no por ello insignificantes. Por caso, y por razones políticas los medios hegemónicos no le prestaron atención, el de Ecuador.

Su presidente Rafael Correa lo destacó en su cuenta de Twitter: “¡Felicitaciones Ecuador! El mejor puesto en la historia de los Juegos Panamericanos: nueve entre 41”. La delegación ecuatoriana era modesta, con 167 deportistas, y se llevó para Quito 7 medallas de oro, 9 de plata y 16 de bronce. El avance fue por la aplicación de planes alentados por el Palacio de Carondelet desde 2012 en adelante. Y alentado por esos progresos es de esperar que en la cita de Lima, dentro de cuatro años, esos países con gobiernos progresistas que apoyan al deporte suban algún peldaño más.

Incluso otras naciones que vienen remando desde más atrás, como Bolivia, se dio el gusto de lograr tres medallas, aunque todas conseguidas en el raquetbol. La república plurinacional y multiétnica tiene que ser sede de los Juegos Sudamericanos 2008 en Cochabamba y viene atrasada en la organización. Ojalá el pequeño paso le sirva para acelerar esos trabajos porque no faltan quienes quieren quitarle la sede argumentando el retraso.

Bien Argentina

El cronista, como muchos argentinos, buscó primero cómo iba la blanquiceleste en fútbol, donde ha sido habitualmente ganador. Y no encontró al equipo. Se desorientó. Luego supo por qué de la ausencia: al ganar el torneo en Uruguay, el equipo argentino se clasificó a Nueva Zelanda (donde fue eliminado) y a los Olímpicos de Brasil 2016. No participaba en Toronto.

Lo obtenido por Argentina fueron 15 preseas doradas, 29 plateadas y 31 de bronce, un total de 75, con lo que se ubicó en séptimo lugar del medallero (ver aparte).

Si se analiza lo cuantitativo, hubo un descenso respecto a las doradas de los juegos anteriores, en Guadalajara 2011, donde la cosecha había sido de 21 de ese tipo, 19 de plata y 35 de bronce.

Ahora hubo seis menos de oro, pero en el total sólo faltó una para empardar lo hecho en tierra mexicana. Sin embargo esos aspectos que podrían tildarse de negativos, no pueden ser considerados como lo principal. Sin subestimarlos y tomando nota de esos patrones de referencia, también hay que ver lo bueno de la actuación en Toronto, donde a pesar que no se participó en fútbol, el básquet quedó rezagado a una quinta posición y las Leonas no rugieron como saben hacerlo.

Hay que destacar el oro del voley masculino frente a Brasil, luego de veinte años sin ganar Panamericanos en este deporte; el bronce del maratonista Mariano Mastromarino; la dupla femenina Ana Gallay y Georgina Klug que ganó el oro a puro músculo en voley de playa, el primer lugar de los karatecas Julián Pinzás y Miguel Amargos, el oro del equipo de varones en hockey y el de Federico Grabich en los 100 metros de natación.

En el cotejo entre Guadalajara y Toronto hay que tener en cuenta que Canadá como organizador sacó de los Juegos a la pelota, donde Argentina había obtenido 4 de sus 21 oros de 2011.

Hasta “La Nación” tuvo que admitir el apoyo del gobierno nacional a los deportistas, en la nota firmada por Hernán Sartori: “Fue inevitable el agradecimiento al ENARD de parte de quienes vistieron la celeste y blanca, porque para estos Juegos hubo una preparación inigualable: una inversión de 350 millones de pesos durante 15 meses, con giras, competencias y equipamiento deportivo. La pata fuerte de ese ente es la administración de los recursos dedicados al deporte olímpico”.

Para Sartori “la enorme cuenta pendiente es el apoyo de sponsors privados que identifiquen a su marca con los valores de esos deportistas que hoy les agradecen a sus pares y al Estado”. Poniendo estaba la gansa...

Oro y deserciones

Un análisis especial merece la actuación de Cuba que desde la revolución de 1959 en adelante se fue convirtiendo en lo que es hace décadas: una potencia deportiva mundial.

El aspecto principal es que la isla, bloqueada desde hace 53 años por el imperio estadounidense, mostró otra vez sus músculos, inteligencia y valor grupal e individual. Con ese acervo reconocido por amigos y adversarios, ocupó el cuarto lugar panamericano, con 36 medallas de oro, 27 de plata y 34 de bronce, un total de 97. Eso supone objetivamente que se trata de un país de potencial enorme y demostrado en diversas disciplinas, no sólo en el boxeo o el béisbol que supieron ser por mucho tiempo las dos pocas en que brillaba.

Pero la cosecha fue inferior a lo estimado previamente y al historial de los juegos Panamericanos, donde desde 1971 en adelante la isla ocupaba regularmente el segundo lugar. Ese sitial no se mantuvo pues esta vez fue cuarta. Tuvo 22 medallas de oro menos que en Guadalajara, cuando había atesorado 58.

A esos problemas deportivos, con algunos fallos arbitrales adversos y discutibles, se le añadieron los problemas políticos. Al menos doce de sus deportistas desertaron en plena competencia, para cruzar rápidamente la frontera con EE UU, distante 200 km de Toronto.

Hasta ahora estarían confirmadas las deserciones de 8 integrantes del equipo de hockey masculino, por lo que Cuba debió afrontar con 3 jugadores menos su match con Trinidad y Tobago. Asimismo hubo 4 remeros que se fueron a ese destino norteamericano. Se habla sin confirmar que dos clavadistas mujeres también se fueron.

Sin duda que ese fue un fruto amargo, cosecha del espionaje yanqui, la CIA, la AID y de tantos diplomáticos en la SINA que el 20 de julio se convirtió en embajada de EE UU en El Malecón, etc. Son deserciones movidas por esos servicios y por el dólar del capitalismo, que corrompe y al que muchas personas se venden.

El Departamento de Estado está en la base de las deserciones. Siempre las alentó y ahora también incide pues los potenciales desertores piensan que la reanudación de relaciones diplomáticas puede terminar con el excepcional sistema de bienvenida a los cubanos que escapan a EE UU. “Pies mojados son devueltos, pies secos se quedan en USA”, es el anzuelo de la “ley de ajuste cubano”. Ante la duda que se termine, los desertores se hicieron humo...

No hay que subestimar ni exagerar lo sucedido. El grueso de los atletas se quedó abrazado a su bandera. Mijain López, bicampeón olímpico en lucha declaró: “yo no pensaría jamás en abandonar Cuba. Amo mucho a mi pueblo, a mi país; los que desertaron han traicionado a nuestra revolución. Que sean felices, que han dejado atrás algo muy lindo, que es el socialismo y la dignidad”.

Por otro lado, si son 12 los desertores, frente a una delegación de 461 integrantes, significa que sólo desertó el 2,60 por ciento de los atletas cubanos.

Finalmente, lo ocurrido no borra una comparación general. Hasta el triunfo de la revolución, la isla sólo tenía 6 medallas entre Olímpicos y Panamericanos. En Toronto tuvo 97 y en numerosas disciplinas. El socialismo se preocupó por el deporte no tanto por el medallero sino sobre todo por la salud de su gente.


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