Héroes contra el bloqueo serán los que tengan el coraje y la sabiduría de hacerlo irrelevante.
De mi niñez en Santa Clara recuerdo los juegos de parchís en los que mis hermanos y yo movíamos las fichas en un tablero, como en una carrera. El juego tenía unas casillas entrampadas. Si caías allí, te mandaban de vuelta a la salida. En fin, volver a empezar. Había también unos caballitos ponies en el parque Vidal, con un carrito. Nos montaban a los niños y nos daban la vuelta para terminar en el mismo lugar.
A esos recuerdos me ha remitido en los últimos días el enfrentamiento en la ONU entre Estados Unidos y Cuba. El show del gobierno estadounidense alquilando los locales de la ONU para pasear al Secretario General de la OEA, Luis Almagro, cual si fuera un caballito pony, y la algarabía cubana como respuesta, deja los problemas entre los dos países en el mismo lugar.
¿Dónde? En una semana lo sabremos: la Asamblea General de la ONU, de la misma forma en que lo ha hecho por más de dos décadas, va a condenar por abrumadora mayoría el ilegal, inmoral y contraproducente embargo / bloqueo contra Cuba. Lo va a condenar como violación de los derechos humanos del pueblo cubano. Almagro lo sabe.
Secretario General de la OEA, Luis Almagro. Foto: ONU.
Si quisiera
Si Almagro quisiera hacer algo relevante en las relaciones entre Cuba y Estados Unidos, por mínimo decoro, debió haber empezado por mirar a los diplomáticos estadounidenses y decirles con claridad: “Ya que me han traído, seré un verdadero amigo y les diré una verdad desagradable que daña mucho su reputación: ¿Por qué no acaban de una maldita vez de levantar la política tan carente de racionalidad que tienen montada contra Cuba? Nadie los apoya en el mundo, y ustedes no son omnipotentes”.
A esa hora seguro que habría silencio en la sala. Habría algo distinto, nuevo e interesante. Almagro podría mirar a uno de sus acompañantes y en lugar de lisonjas le diría: “Si, embajador Kozak, el embargo ha fracasado y lo complica todo: el desarrollo de Cuba, la posibilidad de promover cambios a través del acercamiento, la mejoría de derechos civiles, la expansión del naciente sector privado, las oportunidades de los que hoy mismo están abogando por cambios constitucionales importantes dentro del debate interno cubano.”
“Sí, embajador Kozak –continuaría Almagro–, yo sé que acabar el embargo no va a determinar que los cubanos hagan lo que ustedes quieren. No pasó así con los vietnamitas cuando se acabó la guerra, pero al menos se evitaría, como en aquella ocasión, seguir enterrándose en el fango. Nadie de fuera va a controlar a los cubanos, pero podríamos influir favorablemente para ampliar los márgenes del pluralismo alentando una economía de mercado y nuevos pasos de liberalización. Hay gente en Cuba reclamando que la soberanía está en el pueblo, no en el Partido Comunista. ¿No deberíamos abrirles más espacio para que ese razonamiento sea valorado por los cubanos desde su propio mérito sin el fardo de la hostilidad externa? Pida a Trump que quite el embargo. Ya se lo pidió la OEA, que está consciente de que cometimos un error cuando expulsamos a Cuba a nombre de la democracia, dejando a una docena de dictaduras militares.”
“Querida embajadora Kelley Currie –diría Almagro a la embajadora–, por favor, contemos los votos. Empecemos por los de los miembros de la OEA, y después contemos al mundo entero. Esto no es interpretación, es matemática pura. Usted y yo sabemos contar. Van a perder de nuevo, arrolladoramente. ¿Para qué someterse a esa humillación? ¿Por qué están buscando humillar a países pequeños para arrancar uno o dos votos en una batalla perdida? Cuente los años que lleva en esta bobería sin alcanzar nada positivo. Un líder sin seguidores no es líder bajo ningún estándar.”
Después de decir eso, si Almagro quisiera denunciar a Cuba y Venezuela sobre sus desviaciones en cualquier tema de derechos humanos, que lo hiciera. Tendría toda la moral.
No ocurrió. De la jerigonza que realmente Almagro mantuvo se podría decir que antes de que hablara, nadie sabía qué iba a decir, cuando habló no se sabía lo que decía, y al terminar nadie supo lo que dijo. Nada fue relevante a la razón por la que estaba allí: la resolución sobre el bloqueo estadounidense contra Cuba que la ONU votará en los próximos días.
El show es un ejercicio fútil porque la sonada derrota se la van dar. El embargo / bloqueo, como lo era en su momento la guerra de Vietnam, es una causa perdida. Como recordó Christopher Hitchens, cada vez que Henry Kissinger le decía en París a Le Duc Tho el número de bombardeos sobre Hanoi la noche anterior, el vietnamita le contestaba que estaba allí no para discutir eso, sino sobre cuándo y cómo se retirarían los estadounidenses de su país.
¿Para qué embarrar a Almagro en este desastre? ¿A cuántos diplomáticos, países, y organizaciones más va a arrastrar el gobierno de Estados Unidos en esta causa perdida?
Todo esto es tan predecible. “Teatro, puro teatro” –cantaría la Lupe en la banda sonora. El show montado por Estados Unidos se presenta, y una delegación cubana monta un jelengue típico como respuesta. Panamá, Lima, Nueva York… ¿Dónde es la próxima gira? ¿Tan difícil es ver el patrón de cómo se gasta tiempo y dinero sin producir nada?
Nuestra delegación de @CUBAONU rechaza en nombre de toda #Cuba la farsa política anticubana en @ONU_es #CubaEsNuestra
Insultar en estos rifirrafes al gobierno de Cuba, que ya le ha cogido la vuelta al “Con Cuba no te metas”, es un pretexto, un número circense para la gradería, pero nunca un sustituto para tener una política racional, serena y basada en los intereses y valores nacionales norteamericanos hacia Cuba, como la que trató de buscar el presidente Obama.
Lo que viene es condena abrumadora por la comunidad internacional con una abstención o un voto más o menos. Es el retorno a un principio que después de seis décadas se vuelve interminable y bochornoso. Siempre que se repite lo mismo, sucede igual. Se mantiene el embargo / bloqueo estadounidense a pesar de la abrumadora condena internacional a este.
¡#Cuba sí #Bloqueo no! fue el reclamo que se escuchó #hoy en la sala del ECOSOC ante la farsa política anticubana que se gestaba en @ONU_es #NoMasBloqueo #UnblockCuba @CUBAONU
Vídeo vía @KarinateleSUR @teleSURtv
El heroísmo que más cuenta
Las votaciones en contra del embargo / bloqueo de Estados Unidos son importantes, pero también insuficientes. La verdadera victoria de Cuba no es pasar una resolución en la ONU contra el bloqueo, la verdadera victoria sería que Estados Unidos lo quite de una vez. El voto que falta, el de ese país, es el decisivo. Al margen de la respuesta al sinsentido del gobierno estadounidense, ni los gritos en la sala, ni la zurra a Almagro afectan sustancialmente la viabilidad que una estrategia anti-embargo requiere.
Cuba necesita hoy más anuncio que denuncia. Si mañana terminara el embargo, ¿qué exportaría Cuba además de unas pocas vacunas y turismo? ¿Hay azúcar? ¿Hay café? ¿Hay tabaco entre las cosas que Cuba siempre exportó y produjo? ¿Hay naranjas y toronjas, algún jugo para vender como ocurría en la época del CAME? ¿Hay vegetales y hortalizas que se pueden producir en la tierra fértil de Cuba para que el pueblo coma y para vender a los turistas sin necesidad de importarlas de República Dominicana? ¿Hay ladrillos para construir casas? ¿Se puede aspirar a desarrollar un turismo de salud extensivo, que realice las potencialidades desarrolladas por décadas, mientras haya hospitales de sabanas sucias y servicios sanitarios llenos de basura? Es difícil creer que el embargo / bloqueo sea la principal razón de ese desmadre.
El problema no es solo material. Es de mentalidad. Solo desde una preferencia por lo contencioso se puede llamar héroes contra el embargo a los que dieron la tángana contra el espectáculo de Almagro.
El gobierno de Donald Trump desconoció los procedimientos de derechos humanos en la ONU, como el examen periódico universal al que Cuba se acaba de someter, recibiendo críticas, elogios y recomendaciones. Mediante presiones y el mal uso de los locales del Consejo Económico y Social en la sede neoyorquina, la diplomacia trumpista trató de dar pretexto de derechos humanos y visos de multilateralidad a una política unilateral de bloqueo.
Solo en ese contexto de desviaciones flagrantes de estándares y procedimientos institucionales de la ONU, la defensa cubana se entiende como legítima. Lo ético y óptimo para un país en la discusión de ideas es el diálogo con argumentos basados en razones y evidencias. La gritería y el escrache son, en el mejor de los casos, necesidad; nunca paradigma.
#Cuba denunció intención de #EEUU de utilizar nombre y la sede #ONU para lanzar campaña contra #Cuba consideran una violación a Carta de ONU y normas relativas al uso de las salas de conferencias. Se registran protestas de diplomáticos cubanos y de otros países @teleSURtv
La diplomacia cubana no tiene que doblegarse a formalidades cuando Estados Unidos tuerce reglas y codos para lograr sus objetivos de condenarla. Eso no debe confundirse con la exaltación del bonche y la intransigencia. El coraje que más necesitamos los cubanos es el de conversar, transigir y consensuar desde el pluralismo.
Héroes contra el bloqueo serán los que tengan el coraje y la sabiduría de hacerlo irrelevante. Héroes serán los que pongan a un lado las diferencias ideológicas e intereses menores entre cubanos, para construir “con todos y para el bien de todos”.
Orgullosa de nuestros jóvenes diplomáticos y los menos jóvenes quienes defendieron con firmeza y valentía a la revolución cubana y no dejaron que la farsa política que el imperio quería montar tuviera lugar Viva Cuba!!! @DiazCanelB
Ninguna alabanza a los jóvenes que dieron el petate es un sustituto para las reformas que debían haberse implementado ya desde por lo menos el VI Congreso del PCC. Hasta allí, en el corazón del Partido Comunista, nadie cuestionó que la propiedad privada y el mercado regulado eran indispensables para el desarrollo del país bajo un modelo de economía mixta. ¿Por qué no se ha implementado?
La victoria de Cuba en la ONU –la del voto, no la gritería– contra el bloqueo debería ser un acicate, no una distracción para que, en 2019, el gobierno cubano acabe de mostrar un país con capacidad de resolver problemas estructurales que no son difíciles de reconocer, empezando por la dualidad monetaria.
La mayor victoria que el patriotismo cubano puede lograr sobre el embargo / bloqueo no es la bronca, aun la que fuese necesaria. La victoria de Cuba sería lograr un crecimiento económico con equidad, que quiere decir también estabilidad, a pesar del bloqueo y utilizando las potencialidades que sí existen.
Quien siga las noticias sobre Cuba no puede ignorar el esfuerzo del presidente Díaz-Canel por llegar a todas las regiones del país y mostrar su compromiso con atender los reclamos más urgentes de la población. Mi impresión es que es un líder inteligente, abierto a escuchar y honesto. Pero eso no es suficiente. Algunos jóvenes gritando en la ONU no paran el drenaje de jóvenes preparados que ven en la emigración la mejor opción. Dar esperanza a esos que buscan fuera del país su futuro, lleva más que premiar cual héroes a los que gritan consignas.
Almagro o “Almugre” es irrelevante si los ciudadanos cubanos no ven que su gobierno adopte con celeridad los cambios “necesarios, difíciles y urgentes” y se acabe de comprometer a un nuevo modelo económico y político. ¿Por qué algunos en Cuba siguen insistiendo en poner la “construcción del comunismo” en la Constitución, si ni siquiera saben explicar cómo formar sinergias entre el mercado y el Estado, y las diferentes formas de propiedad, para sacar al país de la actual crisis?
Siempre que se haga lo mismo, sucederá igual. Más que marcar puntos ideológicos, de lo que se trata es de hacer diferencias positivas en la vida de los pueblos. Ni Estados Unidos ni Cuba están condenados a la repetición.
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