Cuba-EE.UU, Más de 54 años como enemigo

Por Néstor García Iturbe

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A partir del 3 de enero del año 1961 Cuba, por su actuación independiente, soberana y revolucionaria, se convirtió en ENEMIGO de Estados Unidos cuando dicho país decidió romper relaciones diplomáticas con la isla rebelde que no seguía sus instrucciones ni se doblegaba ante sus intereses.

Posteriormente, para legalizar la implantación del bloqueo, Kennedy, en 1962 nos incluyó, por primera vez, entre los países afectados por la Ley de Comercio con el Enemigo, con el fin de poder sustentar las medias que tomaba contra un país que a partir de ese momento, estaba declarado oficialmente ENEMIGO de Estados Unidos.

Tanto él, como los otros presidentes que lo sucedieron, fueron agregando nuevas medidas contra Cuba, con el fin de ahogarla desde el punto de vista comercial, económico y financiero. Todo esto también le ha resultado útil a la administración Obama, para continuar hostigando a Cuba y cerrando las posibilidades que nuestra patria pudiera obtener para su desarrollo y subsistencia.

El nombrarnos oficialmente como ENEMIGO, también repercutió en los planes de varias agencias, en este caso, la CIA, el Pentágono, el FBI, el Departamento de Estado, el del Tesoro, el de Comercio, la USAID, la NED, la Oficina de Transmisiones para Cuba, el Departamento de Inmigración y otros, todos los cuales se sentían totalmente libres de confeccionar planes y solicitar el presupuesto correspondiente para tratar de eliminar la Revolución Cubana, el ENEMIGO. Si somos el ENEMIGO, lo somos para todo.

Cuando el 17 de diciembre de 2014 Obama reconoció que la política seguida contra Cuba había sido un fracaso, no dijo que los objetivos de esa política cambiarían, en resumen, cambiarían la política, como lo han estado haciendo, pero no cambiarían el objetivo. La nueva política no era mostrar hostilidad hacia la Revolución, sino simular cierta aceptación, para poder socavar sus bases y finalmente destruirla, con lo que se cumpliría el objetivo.

La renovación de Cuba, como país incluido entre los afectados por la Ley de Comercio con el Enemigo, el único país que ostenta dicha distinción, forma parte del plan, que por cierto, de acuerdo con los propósitos de la administración Obama, está funcionando muy bien.

La renovación firmada por Obama se extiende hasta el 14 de septiembre del 2017 y está fundamentada en el “interés nacional” de Estados Unidos, como si Cuba y los cubanos fuéramos parte de dicha nación. Para ser más claro en su escrito, Obama debería haber señalado, recuperar todo lo que perdimos debido a la Revolución que se ha desarrollado en Cuba. Ese es el “interés” de Estados Unidos.

La presencia estadounidense en Cuba aumenta diariamente, no ha sido necesario levantar el bloqueo para que esto suceda. Obama, mediante Órdenes Ejecutivas, Licencias, “Arreglos” y otros documentos, toma las medidas que considera más conveniente para sus planes, nos continúa seduciendo con promesas que no cumplirá y nos propone acciones en las que el beneficio mayor, o casi total, es para las empresas estadounidenses, o para los que internamente considera representan una oposición a la Revolución Cubana.

Si nos movemos al ritmo que ellos desean, seguirán avanzando. El son debe imponerse al rock and roll. De vez en cuando, decir que no, no es malo, puede provocar ofertas mejores, donde nuestro país obtenga concesiones más favorables. Siempre debemos recordar que los apurados son ellos, no nosotros. Es conveniente conversar, conocer sus criterios y que conozcan los nuestros, pero negociar, siempre con calma y leyendo cuatro veces lo que nos propone nuestro ENEMIGO. Recuerden que somos el ENEMIGO para todo.

El continuar siendo el ENEMIGO durante mas de 54 años, es un fabuloso ejemplo para nuestros hermanos latinoamericanos, que también pudieran convertirse en ENEMIGOS, los cuales manteniendo su soberanía, independencia, autodeterminación y espíritu de lucha contra el imperio, pudieran también subsistir como lo ha hecho el pueblo cubano.