Por .Dr. Néstor García Iturbe, Segunda Cita
12 de julio del 2017
Acabo de encontrar unas notas de una reunión a la que asistí hace aproximadamente dos meses.
En aquella reunión, entre otros asunto se discutió la asignación de un viaje al exterior, que se estaba ofertando y al cual aspiraban
más de uno de los asistentes.
Como pueden imaginar la discusión se puso candente, pues los distintos aspirantes al viaje argumentaban la importancia de que el mismo le fuera asignado, los beneficios que esto traería para su desarrollo y la necesidad de que fuera él quien representara al organismo en el mencionado viaje.
Dentro de los aspirantes, una compañera, que hacía pocas semanas había planteado la imposibilidad de ocupar el cargo al que la habían propuesto, debido a que tenía un hijo enfermizo, que requería una atención diaria, que nadie de su familia la ayudaba con el mismo, ahora tenía todo el tiempo del mundo para salir en el viaje al extranjero y estaba segura de que podía resolver los problemas del hijo.
Así se fueron cayendo varias caretas, pero el objetivo siempre era poder realizar el viaje.
En medio de aquella discusión observé a un compañero que de vez en cuando escribía algo. Le pregunte si le había dado la tarea de levantar el acta de la reunión, él me miró, se rió y dijo:
- Nadie quiere que se levante acta de esta reunión, prefieren que lo que cada uno diga se lo lleve el viento, para que después, lo que argumenten a favor del viajecito, no se convierta en algo que les pueda asegurar otro tipo de tarea.
¿Entonces- le pregunté- que es lo que estas escribiendo?
No me contestó, solamente me pasó el papel para que yo viera lo que había escrito y esto es lo que escribió:
-El respeto al viaje ajeno, es la paz.
-Solamente el viaje nos pondrá la toga viril.
-Viaje pasado, no mueve molino.
-Vale más viaje en mano, que ciento volando.
-Ningún viaje pasado fue mejor.
-Te he dedicado los mejores viajes de mi vida.
-En viaje callado, no entran moscas.
-Más claro, ni el viaje.
-Está viajando a cántaros.
-Cuando el rio suena, es porque viaje trae.
-Sin viaje, no hay país.
-Viaje, no hay más que uno.
No pudo continuar porque la reunión terminó.
El lugar de la reunión y el compañero que escribía no lo divulgaré, puede ser en cualquier lugar de Cuba.
El viaje se lo asignaron a la compañera que, para otras actividades, no tenía con quien dejar al niño.
(CUALQUIER SEMEJANZA CON LA REALIDAD NO ES PURA COINCIDENCIA)
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