Por Iroel Sánchez
El 20 de mayo de 2015 publiqué un post titulado “Yoanismo sin Yoani” que comenzaba:
“Cuando los patrocinadores de Yoani Sánchez decidieron lanzar el “periódico” 14 y medio -que ya cumple un año- no es el algoritmo lo que falló: sacar a alguien de Cuba, prepararlo, asignarle un financiamiento no proveniente directamente del gobierno de EE.UU., declarar transparencia en el origen y uso del dinero y proclamar preocupación por asuntos ciudadanos como el derecho a la información y los problemas de la comunidad insuficientemente atendidos por instituciones gubernamentales, organizaciones de masas y la prensa cubana.
“Tampoco se equivocaron en utilizar internet como plataforma del nuevo espacio. Previeron el incremento del acceso de los cubanos al red de redes, objetivo recientemente declarado por el gobierno cubano y apoyado por Washington, que ha anunciado dejará de ser un obstáculo para la conectividad de la Isla.
“El error fue la persona escogida, con un pasado de vínculos con la desacreditada contrarrevolución tradicional, y la Sección de Intereses de EE.UU. en La Habana, documentados por Wikileaks, y desconectada de la academia y los periodistas cubanos. Otros proyectos como “El Barrio en vivo”, -revelado por el periodistaTracey Eaton en su blog Along the malecon– resolvían lo primero pero carecían de lo segundo.”
A continuación citaba un cable de la agencia Reuters donde un alto funcionario estadounidense afirmaba que con el restablecimiento de relaciones diplomáticas entre Cuba y EEUU: “Los programas democráticos (…) han cambiado con el tiempo y seguirán haciéndolo para reflejar una realidad, ya sea una realidad en el terreno en Cuba o en Estados Unidos”. Washington ha ratificado esa política recientemente, según un cable de la agencia EFE que recoge declaraciones del subsecretario adjunto de la Oficina para Asuntos de Latinoamérica, Gonzalo Gallegos “EE.UU. mantendrá su apoyo a periodistas independientes en Cuba”
Pero volvamos al artículo “Yoanismo sin Yoani” donde afirmaba:
“El Departamento de Estado de Estados Unidos anunció el 24 de diciembre de 2014 -exactamente una semana después de los acuerdos del 17D entre los gobiernos de Cuba y EE.UU.- que estaba buscando organizaciones estadounidenses o basadas en el extranjero interesadas en programas que “promuevan los derechos civiles, políticos y laborales en Cuba” para adjudicarles hasta $ 11 millones en subvenciones que van desde $ 500.000 a $ 2 millones cada una, declarando que daría prioridad a las propuestas que “hagan hincapié en el papel de los interlocutores cubanos en el desarrollo y el logro de los objetivos programáticos.” Las actividades a financiar abarcan “capacitaciones, becas de corta duración, o de compromiso”, no en la misión diplomática de EE.UU. en La Habana sino en otros países, incluyendo EEUU.”
De inmediato acudieron dos personas a comentar y defender un proyecto nombrado “Periodismo de barrio” que, al parecer, se sintió aludido. Una era para mi conocida, su nic: “Negra cubana”, la otra con el nic Daniel Suárez no existe en la red ni ha comentado antes o después nada en ese blogni en ningún otro pero parecía muy al tanto del proyecto que defendía. Por eso, cuando Justo Cruz me envió su texto, publicado originalmente enCubainformación, sobre el Workshop de “Periodismo de Barrio” con el diario alemán Taz decidí publicarlo y así dar continuidad a aquel debate. Luego supe que Taz es el mismo diario que publicó durante varios años los artículos de Yoani Sánchez en alemán.
La organizadora cubana del Workshop y autora de “Periodismo de Barrio” reaccionó de forma airada en su perfil de Facebook:
“Lamentablemente, acaba de ser republicado en el blog cubano La Pupila Insomne un texto que contiene calumias, tergiversaciones, mentiras y desconocimientos con respecto a la visita de un grupo de 10 jóvenes periodistas cubanos a medios de Alemania y, especialmente, con respecto a Periodismo de Barrio.
Tanto su autor – Justo Cruz, ciudadano residente en Alemania – como el autor del blog – Iroel Sánchez, adolecen del más mínimo sentido del rigor periodístico, la verificación, el trabajo con las fuentes, y la ética en el caso del texto en cuestión…”
No había datos en sus palabras, sólo insultos, e insólitamente republicar un texto me convertía en codestinatario de la diatriba que de inmediato ganaba los aplausos de gente como Wilfredo Cancio Isla, el periodista mejor pagado por el gobierno de EEUU para condicionar el juicio a Los Cinco en Miami, y Ted Henken, el cicerone de Yoani Sánchez en su recorrido triunfal por el país del Norte.
Conminada por un joven periodista a precisar “cuáles son esas calumias, tergiversaciones, mentiras y desconocimientos”, la autora del proyecto contestó con elementos que Justo Cruz desmintió con un comentario en su mismo artículo en este blog, antes lo envió a la autora del proyecto y no fueron publicados. Ante esa situación solicité a “Negra cubana” que paticipó libremente en el debate aquí lo publicara en su perfil de Facebook y fui bloquedo por esta.
Recomiendo ver la respuesta de Elaine Díaz al periodista Ariel Montenegro en Facebook y los desmentidos de Justo Cruz, como dije no publicados allí sino como comentarios a su texto republicado en este blog. Resalta el hecho de que Justo Cruz envió a Elaine Díaz (organizadora del Workshop y autora del proyecto Periodismo de Barrio) un correo electrónico con su texto para que lo leyera y le diera su opinión antes de publicarlo en Cubainformación, pero no recibió respuesta.
En su comentario, Cruz demuestra que Elaine Díaz sí dijo en una entrevista con la periodista Anna Fromm, cita sus respuestas en alemán y las traduce al español, lo que esta niega haber afirmado sobre el financiamiento de su proyecto: “Nosotros nos financiamos con ONG extranjeras, entre otras de Suecia, pero ellos no tratan de inmiscuirse en el contenido de nuestro trabajo”.
Hay un tercer elemento que Díaz niega y que es contradecido por la información disponible en la página 38 de un informe de la Fundación Panter del diario Taz: Reporteros sin Fronteras -una organización reiteradamente acusada de vínculos con la CIA- financia los proyectos internacionales de Taz. Allí dice: “Los proyectos internacionales se realizan con la cooperación del Ministerio de Relaciones exteriores, La Fundación Zeit, German Marshall Fund y Reporteros Sin Fronteras.”, esa afirmación está debajo de la lista cuyo penúltimo item es el Kuba WorkShop con “Periodismo de barrio”. Lista de proyectos que aparece en el informe de Taz:
-drei taz Panter Workshops für junge Menschen,
-die sich für Journalismus interessieren
ein Volontariat
-einen monatlichen Mittwochsclub
-einen Myanmar-Workshop
-einen Armenien/Türkei-Workshop
-zwei Osteuropa-Workshops
-den taz Panter Preis
–einen Kuba-Workshop
-taz Refugium
Imagen de la pag. 38 del informe de la Fundación Panter del diario Taz donde aparece “Reporteros sin Fronteras” al pie de los proyectos internacionales de Taz.
Obviamente, estos elementos los desconocen los jóvenes cubanos que pueden haber acudido de buena fe al Workshop en Alemania y los insultos lanzados nunca han respondido la pregunta de Justo Cruz que las declaraciones y financiamientos a terceros anunciados por el Departamento de Estado hacen muy vigente: ¿Es posible hacer periodismo independiente en Cuba, si se recibe dinero de una ONG extranjera?
Cierto, en esta historia hay “calumnias, tergiversaciones, mentiras y desconocimientos” y falta el más “mínimo sentido del rigor periodístico, la verificación, el trabajo con las fuentes, y la ética” pero por parte de quién. Como expresé cuando “Negra cubana” -que siempre ha participado libremente en este blog- se negó a publicar los comentarios de Justo y bloqueó mi acceso a su perfil: “Si este es el periodismo plural y polémico que se nos promete que baje Dios y lo vea.”
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