Durante el gobierno del Dr. Álvaro
Uribe Vélez, se acuño la frase de falso-positivo a las acciones criminales de
las Fuerzas Militares, que para ganar monetariamente recompensas ofrecidas por
el presidente Uribe, asesinaron a miles de jóvenes acusados falsamente de pertenecer a la guerrilla de las FARC-EP.
Este hecho aún está impune y la Fiscalía de
Néstor Humberto Martínez, no acaba de entregar la información requerida por el
Tribunal Penal Internacional, sobre la participación de altos jefes militares
vinculados a esos crímenes.
El pasado jueves 17 de enero del año
en curso a las 9.30 de la mañana, una
bomba detonada al estilo de los terroristas suicidadas del ISI islámico y de
los sicarios de la época de Pablo Escobar, los primeros con gran fanatismo
religioso, los segundos comprados, porque desesperados por la penuria de sus
familias víctima de un sistema cruel y despiadado, vendían sus vidas a cambio
de un beneficio financiero a su esposa madres e hijos. Acción suicida, pero que se conozca, no tiene ningún antecedente en la guerrilla
colombiana, ni en las FARC, el ELN, M-19, ni el EPL, los guerrilleros y combatientes
revolucionarios prisioneros han
resistido torturas, crímenes y asesinatos impunes, pero no actos suicidas, es la primera
incongruencia del hecho.
La bomba detonada en la Escuela de
Cadetes de la Policía General Santander, es un acto criminal y debe ser
condenada por toda la sociedad, pero también investigada de manera profunda e
imparcial, algo de lo que carece la justicia en Colombia hace muchos años. Cualquier acción violenta que se comete en la
hermana Colombia, de manera inmediata es atribuida a la guerrilla. Como sucedió
en este caso, sin mayor empacho y ninguna prueba y prudencia el
presidente Iván Duque, quien estaba fuera de Bogotá, al conocer el acto terrorista y al parecer
desde la nave aérea donde viajaba, desde su Twitter responsabilizó al ELN de ser los autores de tan brutal acción. Una declaración absolutamente irresponsable y
más dicha por el Jefe de Estado, cuya investidura ahora limita y condiciona
cualquier investigación sobre este atentado.
Evidentemente el acto cometido es un
hecho político, pero la primera valoración es tener presente a quién beneficia
esta criminal acción, veamos, no es al
Ejército de Liberación Nacional
(ELN) organización que aguarda
desde hace varios meses por una decisión
del Gobierno de continuar las
conversaciones en Cuba, para buscar una solución política y pacífica al conflicto
social armado. El beneficio político de
este hecho vandálico favorece más a los opositores a se concrete el acuerdo de paz con el ELN. A
ellos la paz no les interesa, porque se
ven afectados económicamente, porque la guerra le significa grandes ganancias.
Fue el presidente Duque, el que ante
la negativa del gobierno de Ecuador de seguir siendo sede de las
conversaciones, solicitó al Gobierno cubano que aceptara ser la sede de la Mesa de Diálogo, pero al mismo
tiempo no tomaba la decisión de enviar a sus representantes a La Habana a conversar
con la delegación del ELN presentes en
la capital cubana y esperando. No, lo
más contradictorio de esta situación, eran las diversas declaraciones del Presidente, de exigirle
al ELN, acciones inaceptables, porque en esencia planteaba la rendición,
o sea pedía algo imposible a que esta organización accediera.
En definitiva lo real y manifiesto es
que hace mucho tiempo el gobierno de
Duque siguiendo las indicaciones de su mentor el senador Álvaro Uribe Vélez, no
le interesa continuar los diálogos de paz con la guerrilla del ELN, ni cumplir
los Acuerdos de Paz con las FARC-EP, ello es más que evidente y muy claro, vean
todo el mamarracho que ha formado el Gobierno y el Congreso con dichos
acuerdos, no valió la generosa y
herrada entrega de las armas de
las FARC, ni la concentración de sus fuerzas a merced de un ejército cuyas
violaciones a los DD.HH es denunciados por organizaciones sociales y políticas.
El asesinato de más de 80 ex miembros de las FARC desmovilizados así lo
demuestra y los cerca de 500 dirigentes sociales asesinados desde el 2016 a la
fecha, a esos hechos el presidente
Duque y su gobierno, no los condenan, no persiguen, ni combaten a los paramilitares
que han ocupado y usurpados los
territorios abandonados por las FARC.
En esta encrucijada, este gobierno y
el anterior, que tampoco quería
concretar un acuerdo con el ELN, han venido desarrollando diversas fórmulas que
dieran al traste con los diálogos, acusaron a esta guerrilla de armar a una
supuesta organización llamada MRP de haber colocado la bomba en el Centro
Comercial Andino, donde perdieron la vida tres personas, por ese hecho guardaron
o guardan prisión un grupo de jóvenes estudiantes, algunos como el sonado caso
de Mateo Gutiérrez, quien en el juicio
salió absuelto por su comprobada
inocencia.
Mucho más reciente el propio Duque
armó otro show, planteando que Cuba debía extraditar a Colombia al Comandante
en Jefe del ELN Nicolás Rodríguez,
(Gabino) quien por razones humanitarias está recibiendo tratamiento médico y
quien por decisión del ELN formaría parte de la delegación que estará en
la Mesa de Diálogo. Ha habido otras muchas acciones muy pocos conocidas para
dar al traste con la las conversaciones. Al parecer está bomba ha venido como
anillo al dedo para desatar la supuesta ira de Duque, al tomar, sin ninguna base seria y responsable, como corresponde a un Jefe de Estado, la decisión de romper el proceso. Decisión que
hoy una buena parte de la sociedad colombiana le están cuestionando y exigiendo se retracte.
Examinemos algunos datos, el Fiscal Néstor Humberto Martínez, basa sus
acusaciones en que la camioneta Nissan Patrol color gris modelo 1993 de placas LAF-565 es de
Arauca, tripulada por José Aldemar Rojas, quien conduciendo dicho vehículo y que
en la entrada del lugar se hizo la revisión de rutina y en el momento en el que
los caninos percibieron la carga explosiva, el hombre habría acelerado el
vehículo e ingresado a la fuerza, estrellándose contra uno de los edificios
unos 100 metros más adelante y produciendo la explosión cargada con 80 kg de
pentolita, e inmolándose en un acto suicida y
con el fatal y lamentable resultado de
la perdida de vida de 21 policías y 68 heridos de los cuales 58 ya han
sido dados de alta.
O sea se hizo la revisión de rutina y
son los caninos los que percibieron la carga explosiva, quiere decir que la
documentación entregada para la revisión estaba en orden, sí no es por los perros el carro bomba hubiera seguido
tranquilamente y colocado donde considerara el sujeto que lo conducía. Entonces
¿quién le proveyó a Aldemar Rojas una
documentación que no fue percibida como irregular por las posta y son los perros
lo que encienden las alarmas?. ¿Cómo
explicar este hecho? ¿Y si no hubiera habido caninos entrenados para estos
menesteres que hubiera sucedido?.. No suena raro este hecho.
Aquí cabe preguntarse como sabían que
llevaba 80 kilos de explosivo pentolita y además como en tan poco tiempo
precisaron el tipo de explosivo usado.
¿En tan pocos minutos los peritos
llegaron al hecho y pudieron determinar todo estos datos? Toda esta información entregada por la
Fiscalía tiene mal olor. No olvidar que
el Fiscal Néstor Humberto Martínez está cuestionado por corrupción y que miles de colombianos la pasada semana se
manifestaron pidiendo su renuncia, su conducta no es muy respetada y su
comprometimiento lo pueden conducir a favorecer a los señores de la guerra.
Según la Fiscalía, Aldemar Rojas había sido miliciano por 25 años del ELN y
estaba en la guardia personal del Comandante Gabino, algo contradictorio,
porque si estuvo en la guardia de Gabino, no era un miliciano, sino un
integrante de la guerrilla. Pero por otro lado
las propias autoridades judiciales,
señalan que este individuo no tenía ningún antecedente policial pues en
la base de datos, no aparece con orden de captura vigente o pendientes
judiciales. Solo aparece que tenía una mano amputada. El ministro de Defensa en el encuentro con la
prensa dio a conocer que Aldemar Rojas fue Jefe
de varios frentes guerrillero del ELN, entre ellos el Domingo
Lain. Y que en los últimos años se volvió entrenador
explosivista.
Es poco creíble que un hombre con 25
años en la guerrilla y que se haya desempeñado como escolta del máximo jefe del
ELN, haya sido jefe de frentes
guerrillero incluido el famoso Frente
Domingo Lain no aparezca con ningún dato en su contra, lo que demuestra, por el momento, la incongruencia de las acusaciones contra el
ELN.
Según el periódico bonaerense Página
12, la opinión publica en Bogotá, es que
“ para el gobierno, se trató de una demostración de fuerza de la guerrilla
del ELN. Sin embargo, otros creen que podría ser un autoatentado como los
provocados por el ejército colombiano durante el gobierno de Álvaro Uribe Vélez”.
O sea, la balanza se inclina más para un Falso Positivo, que una acción
del ELN.
Por último y muy criticados, por unos y otros, la declaración del presidente Duque,
solicitándole al Gobierno cubano que entregue a los delegados del ELN, que califica de
criminales y que forman parte de la representación de esa organización en la
Mesa de Diálogo. La respuesta del
gobierno de Cuba a través de su ministro de relaciones exteriores Bruno
Rodríguez fue claro y contundente:
#PazColombia @CubaMINREX actuará en estricto respeto a los Protocolos
del Diálogo de Paz firmados entre el Gobierno y el ELN, incluido el Protocolo
en Caso de Ruptura de la Negociación. Está en consulta con las Partes y otros
Garantes. #Cuba reitera sus condolencias a #Colombia.
El comentario de la revista Semana sobre la petición de Duque es muy
dicente al señalar. “El comunicado virtual poco sorprende. Nadie
esperaba que Cuba accediera al pedido del presidente Iván Duque, que
comentaristas de ambos espectros de la esfera política colombiana consideraron
infortunado. El pedido resulta como mínimo extravagante en términos de
relaciones exteriores, pues hace tan solo unos meses le había pedido a la isla
recibirlos”.
Esperemos que detrás de esta solicitud del presidente Iván Duque a Cuba
de entregar a los integrantes de la Mesa de Dialogo y pedirle a la Fiscalía que
active las ordenes de captura contra
estos delegados del ELN y los acuse de
terrorista e incluya en la lista roja de interpol, no tengan la cobarde y sucia
intención contra Cuba, país que se ha esforzado con mucho sacrificio por
contribuir a la paz en Colombia, pero que tenga presente que con Cuba no se
juega y que llevamos 60 años sin claudicar en nuestros principios, éticos,
morales y revolucionarios.
(*) Periodista, politólogo y
analista internacional.
La Habana 19 de enero del
2018. 11.45 pm.
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