"De pensamiento es la guerra mayor que se nos hace: ganémosla a pensamiento" José Martí

viernes, 19 de agosto de 2011

Optimistas abstenerse: las predicciones de los "gurúes" sobre la economía mundial


Más allá de los rebotes que se registraron en las bolsas en los últimos días, que ayudaron a superar, aunque sea en parte, los momentos de pánico de la semana anterior, todo indica que el panorama de corto y mediano plazo para la economía mundial luce cada vez más pesimista.

A los desequilibrios presupuestarios y a la excesiva deuda pública que acosa a los estados europeos se suman, del otro lado del Atlántico, las dificultades de orden político que enfrenta la administración de Obama.

Así, por ejemplo, Paul Krugman, premio Nobel de Economía 2008, advierte que se está frente a "una carrera entre Estados Unidos y Europa, en la cual ambos se esmeran en ver quién puede empeorar más una situación que, de por sí, ya es mala". 
"Los dos competidores están haciendo su mejor esfuerzo", ironiza.
En tanto, Nouriel Roubini, el académico de la Universidad de Nueva York, afirma que la recesión global ya está golpeando la puerta y que, en realidad, poco es lo que se puede hacer.
Otro Premio Nobel, Joseph Stiglitz, sostiene que tanto Estados Unidos como Europa "se dirigen solos a una gran debacle, producto de la enorme emisión de dinero y a los grandes déficit presupuestarios".

De esta forma, los dos grandes gurúes - que cuentan con el mayor "rating" en el plano internacional - han dejado plasmadas sus visiones sobre cómo ellos observan la crítica situación actual.
El presente de Estados Unidos Cada vez son más los analistas internacionales que señalan que Estados Unidos está atrapado en un dilema de "tijeras".
¿Qué significa? Que, por un lado, ya "no marca la cancha" como antes en cuanto a determinar las condiciones económicas que regirán a nivel mundial. Y, por otro, que su dependencia hacia otros países ha crecido enormemente, lo que seguirá profundizándose.
En este marco, los expertos advierten que si no logra resolver los problemas presupuestarios en el corto plazo, las turbulencias actuales persistirán por años.
Roubini, apodado como el "Dr. Catástrofe", considera que "luego de la rebaja de la calificación de deuda por parte de Standard & Poor's - que se dio en medio de una crisis política entre los principales partidos - se incrementaron las probabilidades de una doble recesión".
Y, en un artículo publicado en el Financial Times, señala que pese a toda la inyección de dinero realizada en años previos, y a pesar de haber llevado la tasa de interés de referencia a valores cercanos a cero, ese país no muestra signos de una recuperación.
Roubini basa su afirmación en la escasa generación de empleo y en el débil consumo, así como en una caída en la confianza de sus habitantes y, también, en la de los inversores.
Más aún. Sostiene que si las autoridades decidiesen implementar una nueva inyección de dinero barato "será poco lo que pueda lograr en cuanto a revertir su actual situación".
En tanto, Joseph Stiglitz considera que el problema de Estados Unidos va más allá del presupuesto.
Y señala a las peleas políticas como uno de los factores principales que han potenciado las actuales turbulencias.
En particular, Stiglitz menciona el auge de una derecha extremista dispuesta a generar "crisis repetidas".
"La gran inestabilidad fiscal de ese país es culpa de la extrema derecha, representada por el 'Tea Party', pero también de Standard and Poor's", sostiene.
Además, el Premio Nobel afirma que Estados Unidos "ya no es confiable como lo era antes. Y que la agencia tiene aún menos credibilidad pues, junto con las otras dos - refiriéndose a Moody's y Fitch - jugó un papel decisivo en la última crisis financiera, al otorgar máximas calificaciones a los activos respaldados por hipotecas".
Stiglitz también es crítico respecto del plan implementado para elevar el tope de deuda y acusa a la derecha estadounidense de buscar la destrucción irracional.
Por otra parte, el Nobel señala que la economía de su país requiere de un plan para impulsar la demanda y no uno que fomente la austeridad.
Alan Greenspan, quien fuera jefe de la Reserva Federal, no es tan apocalíptico en sus pronósticos, aunque también pone su luz de alerta: "No veo una recesión doble, pero sí una desaceleración".

Y destaca que pese a la rebaja en la calificación estadounidense, los bonos del Tesoro siguen siendo una inversión segura.
Para Greenspan, la rebaja fue un duro golpe psicológico para su país, lo que "está teniendo un efecto mucho más profundo de lo que se pensó que podría tener".
Y como si estos pronósticos no fuesen suficientes para derrumbar al más optimista, hasta el propio Ben Bernanke, actual titular de la FED, señaló en un informe que proyecta una desaceleración y que los riesgos para la economía se han incrementado.
El drama de la deuda europea
Cruzando el Atlántico las cosas tampoco lucen alentadoras.
Primero las malas noticias provenían de Grecia. Luego se extendieron a Portugal, España, Italia e incluso Francia.
Ahora, los malos augurios llegaron a la locomotora del viejo continente.

Al respecto, Krugman destaca que Alemania, la mayor economía del bloque, mostró un pobrísimo crecimiento (0,1%), su tasa más lenta en más de dos años.
Pero ese país no fue el único que obtuvo un magro resultado.
También se conoció que las economías más endeudadas de la Unión Europea - sobre todo Grecia, Italia, España, Portugal e Irlanda-, mostraron contracciones o un magro repunte, algo que pone en duda el cumplimiento de las metas de reducción de sus rojos presupuestarios.
Para Roubini, "la situación luce tan complicada que hay un alto riesgo de que Italia o España pierdan el acceso a los mercados de deuda".
En su visión el problema es hasta de "tamaño", ya que ambos países son muy grandes para ser rescatados, al tiempo que pone una luz de alerta en el débil crecimiento de Gran Bretaña.
Al referirse a Europa, Stiglitz indica que ante el riesgo cierto de que la crisis griega se extendiera a Italia y a España, las autoridades tuvieron que reconocer que las deudas de muchas naciones se tornarían inmanejables, a menos que pudieran crecer. Pero, para ello, se iba a requerir de un plan de asistencia.
Stiglitz también carga tintas sobre el Banco Central Europeo (BCE), por oponerse a que muchas naciones en problemas avancen en presentar un plan para reestructurar una deuda que, en algún momento, se tornará inmanejable.
Para Greenspan, la posibilidad de caer en una nueva recesión dependerá exclusivamente de Europa y no de Estados Unidos.
El ex titular de la FED acusa directamente a Italia de los riesgos que enfrenta la economía mundial pues, en su opinión, su rojo fiscal podría afectar no solo a Europa, sino también a Estados Unidos.
"Cuando Italia mostró señales de debilidad significativa en la venta de sus bonos creó un problema masivo dentro de Europa. Porque es un país muy grande que no puede ser rescatado", señala Greenspan, en línea con las afirmaciones de Roubini.
Otro gurú que eleva su voz con respecto a la situación europea es George Soros.
El multimillonario filántropo advierte que los mercados financieros pueden terminar por ganarle la pulseada a la divisa europea.
Y afirma que la situación es tan grave que "el euro está en peligro".
Tras el encuentro de los líderes de Francia y Alemania, en el que se decidiera la adopción de medidas para reformar la gobernabilidad económica de la zona euro, Soros destacó: "No existe otra opción, ya que si el euro se hundiese provocaría una crisis bancaria totalmente fuera de control".
En su visión se debe avanzar en un plan que permita que algunos países abandonen la divisa común, después de una "preparación minuciosa" tendiente a salvar a los bancos y a garantizar los depósitos.
"El euro puede sobrevivir a la salida de países como Grecia o Portugal, pero la Unión (Monetaria) estallaría si fuese el caso de Italia o España", enfatiza.
Finalmente, Keneth Rogoff, que goza de las preferencias de varios economistas argentinos, sostiene que "Europa se encuentra en una crisis constitucional. Nadie parece tener el poder de imponer una resolución razonable a la crisis de la deuda de sus países periféricos".

"En lugar de reestructurar la carga de deuda manifiestamente insostenible de Portugal, Irlanda y Grecia, los políticos y legisladores están presionando para que se adopten paquetes de rescate, cada vez más grandes, con condiciones de austeridad cada vez menos realistas", agrega.

Para este respetado economista, las autoridades europeas "no están sólo 'pateando' el problema para más adelante, sino empujando una bola de nieve montaña abajo".

"Si bien por ahora la situación sigue siendo manejable, el hecho de que argumenten, obstinadamente, que varios países se enfrentan a una crisis de liquidez, en lugar de reconocer que es un problema de solvencia, está poniendo en riesgo a todo el sistema", concluye.
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