"De pensamiento es la guerra mayor que se nos hace: ganémosla a pensamiento" José Martí

miércoles, 16 de enero de 2013

In Memoriam : James Buchanan Premio Nobel Economía

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Ha fallecido un gran economista, James Buchanan Premio Nobel de Economía.

Una de sus últimas charlas sobre economistas y la gran recesión.


La lìnea del tiempo del optimista.

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Por Bill Gates

Normalmente, "optimismo" y "realismo" se utilizan para describir dos miradas diferentes sobre la vida. Pero creo que una evaluación realista de la condición humana obliga a tener una visión mundial optimista. Yo soy particularmente optimista respecto del potencial de la innovación tecnológica para mejorar las vidas de la gente más pobre del mundo. Es por eso que hago el trabajo que hago.
Illustration by Paul Lachine
This illustration is by Paul Lachine and comes from <a href="http://www.newsart.com">NewsArt.com</a>, and is the property of the NewsArt organization and of its artist. Reproducing this image is a violation of copyright law.Aun así, existe un área de la tecnología y el desarrollo global donde la realidad ha atenuado mi optimismo: la idea de que los celulares revolucionarían la vida en los países en desarrollo. Hace diez años, mucha gente creía que gracias a la proliferación de dispositivos móviles en África el  empoderamiento digital estaba a un paso. No fue así. El empoderamiento digital es un proceso largo y continuo, y la simple existencia de tecnología celular no cambia de inmediato la manera en que la gente pobre satisface sus necesidades básicas.
Pero ahora, después de años de inversiones, el empoderamiento digital está en marcha, debido a una confluencia de factores, entre ellos la creciente cobertura de las redes, los dispositivos con más capacidades y un catálogo cada vez mayor de aplicaciones. Cuanta más gente obtiene acceso a una tecnología digital mejor y más barata, finalmente se llega a un punto de inflexión en el que los beneficios de ofrecer servicios digitalmente, como bancarización y salud, claramente superan los costos. Las empresas entonces están dispuestas a hacer las inversiones necesarias para construir nuevos sistemas, y los clientes pueden aceptar los costos de la transición que implica adoptar nuevos comportamientos.
Consideremos el ejemplo de M-Pesa, el servicio de banca móvil de Kenia que le permite a la gente enviar dinero a través de sus teléfonos celulares. M-Pesa primero tuvo que invertir en muchas tiendas físicas donde los suscriptores podían convertir el dinero que ganan en dinero digital (y nuevamente en efectivo). Esta infraestructura del mundo real será necesaria hasta que el dinero desaparezca por completo de las economías, cosa que demorará décadas.
Sin cajeros automáticos omnipresentes, M-Pesa no sería más conveniente que las maneras tradicionales de enviar dinero. Al mismo tiempo, era imposible persuadir a las tiendas minoristas de contratar cajeros automáticos a menos que hubiera suficientes suscriptores de M-Pesa como para que les resultara rentable.
Este tipo de esfuerzo inicial es exactamente lo que tuvimos que hacer en Microsoft en los primeros años de la computadora personal. Nadie quería una máquina a menos que hubiera un software, y nadie crearía un software a menos que existieran máquinas. Microsoft convenció tanto a empresas de hardware como de software de apostar al volumen futuro mostrándoles de qué manera nuestra plataforma cambiaría las reglas.
Ha habido muchos programas piloto de pequeña escala que utilizaron teléfonos celulares y resultaron exitosos. Pero los ejemplos de programas de gran escala y auto-sustentables que funcionan a base de tecnología digital, como M-Pesa, son más difíciles de encontrar, porque todavía no se pusieron en su lugar las piezas elementales para que se pueda avanzar más allá de los límites de los experimentos controlados. 
El acceso digital a la atención médica, o salud móvil (mHealth), es un área que ha tardado en surgir, porque es difícil crear una gran plataforma y luego convencer a todos en un sistema de salud de que vale la pena usarla. Si algunos trabajadores de la salud utilizan los teléfonos celulares para enviar información a una base de datos central, pero otros no ven la utilidad de hacerlo, el sistema digital es incompleto -y, por ende, tan defectuoso como el sistema en papel actual.  
El proyecto de salud móvil más prometedor que he visto, llamado Motech, se centra en la salud maternal e infantil en Gana. Los trabajadores comunitarios en el sector de la salud que tienen visitan los pueblos, munidos de teléfonos, y envían formularios digitales con información vital sobre las mujeres en sus primeras etapas de embarazo. El sistema luego envía mensajes a las futuras madres, como recordatorios semanales sobre un buen cuidado prenatal. El sistema también envía datos al ministerio de salud, lo que les ofrece a los responsables de las políticas tener un panorama preciso y detallado de las condiciones de salud en el país.
Quienes se dedican al sida, la tuberculosis, la malaria, la planificación familiar, la nutrición y otras cuestiones de salud global pueden utilizar la misma plataforma, para que todas las partes que componen el sistema sanitario de un país compartan información y respondan como corresponde en tiempo real. Este es el sueño, pero funciona sólo si los trabajadores que ven a los pacientes ingresan datos, si los ministerios de salud toman medidas en consecuencia y si los pacientes utilizan la información que reciben en sus teléfonos.
Me di cuenta de que las cosas estaban empezando a cambiar cuando nuestros socios en Motech comenzaron a hablar sobre los costos engorrosos de las redes y a simplificar la interface de usuarios. La aplicación realmente se estaba utilizando, y empezaban a aparecer los desafíos. Esto significaba que el sistema había demostrado ser lo suficientemente valioso como para que la gente se pusiera a trabajar en pos de solucionar los problemas a medida que iban surgiendo, en lugar de volver simplemente al antiguo sistema. Esta estrategia digital hoy se está extendiendo a otras regiones, inclusive en el norte de la India.
Hace diez años, la gente decía que esto iba a suceder rápidamente. No fue así, simplemente porque todavía no estaban las piezas en su lugar. Hoy las cosas están cambiando. Llevará una década implementar ciertas aplicaciones en muchos lugares, pero se irán dando las condiciones y aprenderemos sobre la marcha.  A largo plazo, los resultados serán tan transformadores como esperábamos, si no más. En definitiva, cuando la gente cuente con los recursos, empezará a utilizar la tecnología digital para innovar por cuenta propia, creando soluciones que la comunidad de desarrollo de software establecida nunca consideró.

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