"De pensamiento es la guerra mayor que se nos hace: ganémosla a pensamiento" José Martí

viernes, 6 de abril de 2018

Un Workshop en Alemania y el periodismo prometido para Cuba.

Por Iroel Sánchez

El 20 de mayo de 2015 publiqué un post titulado “Yoanismo sin Yoani” que comenzaba:

“Cuando los patrocinadores de Yoani Sánchez decidieron lanzar el “periódico” 14 y medio -que ya cumple un año- no es el algoritmo lo que falló: sacar a alguien de Cuba, prepararlo, asignarle un financiamiento no proveniente directamente del gobierno de EE.UU., declarar transparencia en el origen y uso del dinero y proclamar preocupación por asuntos ciudadanos como el derecho a la información y los problemas de la comunidad insuficientemente atendidos por instituciones gubernamentales, organizaciones de masas y la prensa cubana.

“Tampoco se equivocaron en utilizar internet como plataforma del nuevo espacio. Previeron el incremento del acceso de los cubanos al red de redes, objetivo recientemente declarado por el gobierno cubano y apoyado por Washington, que ha anunciado dejará de ser un obstáculo para la conectividad de la Isla.

“El error fue la persona escogida, con un pasado de vínculos con la desacreditada contrarrevolución tradicional, y la Sección de Intereses de EE.UU. en La Habana, documentados por Wikileaks, y desconectada de la academia y los periodistas cubanos. Otros proyectos como “El Barrio en vivo”, -revelado por el periodistaTracey Eaton en su blog Along the malecon– resolvían lo primero pero carecían de lo segundo.”

A continuación citaba un cable de la agencia Reuters donde un alto funcionario estadounidense afirmaba que con el restablecimiento de relaciones diplomáticas entre Cuba y EEUU: “Los programas democráticos (…) han cambiado con el tiempo y seguirán haciéndolo para reflejar una realidad, ya sea una realidad en el terreno en Cuba o en Estados Unidos”. Washington ha ratificado esa política recientemente, según un cable de la agencia EFE que recoge declaraciones del subsecretario adjunto de la Oficina para Asuntos de Latinoamérica, Gonzalo Gallegos “EE.UU. mantendrá su apoyo a periodistas independientes en Cuba”

Pero volvamos al artículo “Yoanismo sin Yoani” donde afirmaba:

“El Departamento de Estado de Estados Unidos anunció el 24 de diciembre de 2014 -exactamente una semana después de los acuerdos del 17D entre los gobiernos de Cuba y EE.UU.- que estaba buscando organizaciones estadounidenses o basadas en el extranjero interesadas en programas que “promuevan los derechos civiles, políticos y laborales en Cuba” para adjudicarles hasta $ 11 millones en subvenciones que van desde $ 500.000 a $ 2 millones cada una, declarando que daría prioridad a las propuestas que “hagan hincapié en el papel de los interlocutores cubanos en el desarrollo y el logro de los objetivos programáticos.” Las actividades a financiar abarcan “capacitaciones, becas de corta duración, o de compromiso”, no en la misión diplomática de EE.UU. en La Habana sino en otros países, incluyendo EEUU.”

De inmediato acudieron dos personas a comentar y defender un proyecto nombrado “Periodismo de barrio” que, al parecer, se sintió aludido. Una era para mi conocida, su nic: “Negra cubana”, la otra con el nic Daniel Suárez no existe en la red ni ha comentado antes o después nada en ese blogni en ningún otro pero parecía muy al tanto del proyecto que defendía. Por eso, cuando Justo Cruz me envió su texto, publicado originalmente enCubainformación, sobre el Workshop de “Periodismo de Barrio” con el diario alemán Taz decidí publicarlo y así dar continuidad a aquel debate. Luego supe que Taz es el mismo diario que publicó durante varios años los artículos de Yoani Sánchez en alemán.

La organizadora cubana del Workshop y autora de “Periodismo de Barrio” reaccionó de forma airada en su perfil de Facebook:

“Lamentablemente, acaba de ser republicado en el blog cubano La Pupila Insomne un texto que contiene calumias, tergiversaciones, mentiras y desconocimientos con respecto a la visita de un grupo de 10 jóvenes periodistas cubanos a medios de Alemania y, especialmente, con respecto a Periodismo de Barrio.

Tanto su autor – Justo Cruz, ciudadano residente en Alemania – como el autor del blog – Iroel Sánchez, adolecen del más mínimo sentido del rigor periodístico, la verificación, el trabajo con las fuentes, y la ética en el caso del texto en cuestión…”

No había datos en sus palabras, sólo insultos, e insólitamente republicar un texto me convertía en codestinatario de la diatriba que de inmediato ganaba los aplausos de gente como Wilfredo Cancio Isla, el periodista mejor pagado por el gobierno de EEUU para condicionar el juicio a Los Cinco en Miami, y Ted Henken, el cicerone de Yoani Sánchez en su recorrido triunfal por el país del Norte.

Conminada por un joven periodista a precisar “cuáles son esas calumias, tergiversaciones, mentiras y desconocimientos”, la autora del proyecto contestó con elementos que Justo Cruz desmintió con un comentario en su mismo artículo en este blog, antes lo envió a la autora del proyecto y no fueron publicados. Ante esa situación solicité a “Negra cubana” que paticipó libremente en el debate aquí lo publicara en su perfil de Facebook y fui bloquedo por esta.

Recomiendo ver la respuesta de Elaine Díaz al periodista Ariel Montenegro en Facebook y los desmentidos de Justo Cruz, como dije no publicados allí sino como comentarios a su texto republicado en este blog. Resalta el hecho de que Justo Cruz envió a Elaine Díaz (organizadora del Workshop y autora del proyecto Periodismo de Barrio) un correo electrónico con su texto para que lo leyera y le diera su opinión antes de publicarlo en Cubainformación, pero no recibió respuesta.

En su comentario, Cruz demuestra que Elaine Díaz sí dijo en una entrevista con la periodista Anna Fromm, cita sus respuestas en alemán y las traduce al español, lo que esta niega haber afirmado sobre el financiamiento de su proyecto: “Nosotros nos financiamos con ONG extranjeras, entre otras de Suecia, pero ellos no tratan de inmiscuirse en el contenido de nuestro trabajo”.

Hay un tercer elemento que Díaz niega y que es contradecido por la información disponible en la página 38 de un informe de la Fundación Panter del diario Taz: Reporteros sin Fronteras -una organización reiteradamente acusada de vínculos con la CIA- financia los proyectos internacionales de Taz. Allí dice: “Los proyectos internacionales se realizan con la cooperación del Ministerio de Relaciones exteriores, La Fundación Zeit, German Marshall Fund y Reporteros Sin Fronteras.”, esa afirmación está debajo de la lista cuyo penúltimo item es el Kuba WorkShop con “Periodismo de barrio”. Lista de proyectos que aparece en el informe de Taz:

-drei taz Panter Workshops für junge Menschen,

-die sich für Journalismus interessieren
ein Volontariat

-einen monatlichen Mittwochsclub

-einen Myanmar-Workshop

-einen Armenien/Türkei-Workshop

-zwei Osteuropa-Workshops

-den taz Panter Preis

–einen Kuba-Workshop

-taz Refugium

Imagen de la pag. 38 del informe de la Fundación Panter del diario Taz donde aparece “Reporteros sin Fronteras” al pie de los proyectos internacionales de Taz.

Obviamente, estos elementos los desconocen los jóvenes cubanos que pueden haber acudido de buena fe al Workshop en Alemania y los insultos lanzados nunca han respondido la pregunta de Justo Cruz que las declaraciones y financiamientos a terceros anunciados por el Departamento de Estado hacen muy vigente: ¿Es posible hacer periodismo independiente en Cuba, si se recibe dinero de una ONG extranjera?

Cierto, en esta historia hay “calumnias, tergiversaciones, mentiras y desconocimientos” y falta el más “mínimo sentido del rigor periodístico, la verificación, el trabajo con las fuentes, y la ética” pero por parte de quién. Como expresé cuando “Negra cubana” -que siempre ha participado libremente en este blog- se negó a publicar los comentarios de Justo y bloqueó mi acceso a su perfil: “Si este es el periodismo plural y polémico que se nos promete que baje Dios y lo vea.”

Los 75 años de ‘El principito’, el libro que se convirtió en industria

Por JORGE CARRIÓN, New York Times


Antoine de Saint-Exupéry logró crear en "El Principito", una obra menor en su trayectoria literaria, un rico mundo narrativo que se rige por reglas propias. CreditEuropean Pressphoto Agency

Habían transformado su novela Vuelo nocturno —una inolvidable epopeya lírica sobre la aviación en el fin del mundo— en una película protagonizada por Clark Gable. Antoine de Saint-Exupéry era un escritor celebrado y reconocido pero había tenido que expatriarse de Francia por el rumor (hoy se diría fake news) de que había colaborado con Alemania, y la angustia por esa mancha de sospecha proscribía su felicidad.

Intentaba anestesiar su tristeza escribiendo largas cartas a los amigos del Viejo Continente, en cuyos márgenes dibujaba a un hombrecito de tirabuzones rubios, con alas o con bufanda, que decía con voz de niño lo que el adulto no se atrevía a decir. El principito no hubiera podido nacer hoy, porque el correo electrónico no permite los dibujitos ni los garabatos.

La escritura de su obra más famosa fue, por tanto, una fantasía escapista. En Estados Unidos se sentía como en una cárcel dorada y necesitó huir mentalmente de ella, en clave humanista, escribiendo y pintando simultáneamente las páginas de El principito en sesiones maratonianas. Una fábula más o menos filosófica, un libro infantil para todas las edades sobre un joven astronauta que viaja por el espacio sin necesidad de traje ni de nave interestelar.

Partió de sus recuerdos de Libia, donde tuvo que aterrizar forzosamente en 1935, de camino a Saigón. La deshidratación le provocó alucinaciones: eso es precisamente el discurso del principito rubio, una larga paranoia. A su compañero y a él los salvó un beduino en camello. Contó la historia en otros libros, pero esa versión estaba cargada de futuro porque era transversal y transmedia.

Ese es el secreto de su éxito. A Saint-Exupéry no le gustaba su propio dibujo: le resultaba demasiado esquemático e infantil. Pero ese libro —fruto de un encargo y publicado antes en inglés que en francés, hace exactamente 75 años— solo podía imaginarlo él. A su estilo intergeneracional y a sus temas universales (la infancia, el desierto, las edades del hombre, el propio universo) añadió, por tanto, un lenguaje paralelo también ajeno a cualquier frontera: el de la ilustración.


CreditFundación Saint-Exupéry

Medio siglo antes de que se acuñara la palabra “transmedia” y veinte años antes de que la imagen del Che fuera estampada en camisetas, Saint-Exupéry lanzó al mercado una obra menor en su trayectoria, pero que tenía una endiablada versatilidad. Era terriblemente adaptable y tenía un gran potencial en todos los medios de comunicación habidos y por haber. Porque en menos de cien páginas y a partir de una silueta icónica, crea ni más ni menos que un mundo. Un mundo que es pura elasticidad.

Es imposible llevar la cuenta de los libros, los musicales, las versiones teatrales, las adaptaciones radiofónicas y seriales y cinematográficas, los proyectos digitales y el sinfín de textos que derivan cada año de esa semilla plantada en 1943. Pero no hay más que ver las tres temporadas de la serie de animación europea de principios de esta década o la preciosa e inteligente película de 2015, dirigida por Mark Osborne, con una historia principal ambientada en nuestro presente (muy Pixar) y una adaptación literal de la nouvelle a modo de relato dentro del relato, para comprobar que su potencial sigue más vivo que nunca.

¿A los 75 años de su publicación se puede decir que El principito es un clásico de la literatura universal? Tengo mis dudas. Es un mito. Es un icono. Es una tienda de París. Es un parque temático. Es una colección de acuarelas originales que suman varios millones de euros en el mercado de las subastas. Es mucho más (o mucho menos) que un clásico: es una industria.

“¿Se puede decir que El principito es un clásico de la literatura universal? Tengo mis dudas”.

Pero al ser una obra publicada en más de 250 idiomas, nos recuerda sobre todo que un artista es incapaz de controlar la recepción de su creación. Saint-Exupéry también habló de su accidente en el Sáhara en sus dos obras más importantes: Tierra de los hombres y Ciudadela. Dos libros ambiciosos y extensos, pero que no reúnen las características que Italo Calvino imaginó para la literatura de nuestro milenio.

En efecto, El principito es una novela corta leve, rápida, incluso exacta en sus calculadas digresiones, que apuesta por una enorme visibilidad, múltiple y consistente. Pero sobre todo cumple con la séptima característica, la que añadió Ricardo Piglia: el desplazamiento o deslizamiento (la mejor ficción construye marcos en que el “yo” pasa su testigo, en que el “otro” habla con la fuerza de la verdad).

Mientras que en sus dos libros más monumentales la voz principal en el desierto es la del propio Saint-Exupéry, en su superventas inmortal el protagonismo lo asume esa vocecilla extraña, ese extraterrestre aristocrático que nos suena extravagante, sí, pero —camino ya de su primer siglo de vida— también raramente verdadero.

EE.UU. reconoce sus actos subversivos contra Cuba


Con total desfachatez la prensa oficialista yanqui informó que las ilegales Radio y TV Martí, enviaron a Cuba la misma tecnología de acceso a Internet que introdujo Alan Gross en la Isla; similar a la que la CIA le remitió a su “agente” Raúl Capote y le fuera entregada a mano por un “diplomático” acreditado en La Habana.

La publicación asegura que, durante años, el gobierno estadounidense hizo lo mismo a través de la Oficina de Trasmisiones a Cuba (OCB), responsable de las emisoras Radio y TV Martí, creadas para trasmitir informaciones contra la Revolución, a pesar de ser un acto hostil e ilegal que jamás Estados Unidos permitiría le hicieran.

El equipo enviado es el conocido BGAN (Broadband Global Area Network), el cual tiene una venta controlada por las autoridades yanquis.

La información aparecida en el Nuevo Herald, asevera que esos envíos se iniciaron en el año fiscal 2013 y concluyeron en el 2015, según atestiguó Nasserie Carew, vocero del Broadcasting Board of Governors (BBG), agencia federal a la que pertenece la OCB. Sin embargo, no explicaron las vías para introducirlos en Cuba, ni si emplearon nuevamente la valija diplomática acompañada, como en el caso del equipo destinado al del doble agente Raúl Capote.

Nasserie Carew añadió que la suspensión del programa subversivo se debió al elevado costo de los equipos BGAN, información ratificada por el portugués André Mendes, director interino de la OCB y Director de Tecnología y de Información en la BBG, hasta su renuncia el pasado 28 de marzo de 2018.

El senador Marco Rubio al conocer la renuncia de Mendes, declaró sin tapujos: “Estamos trabajando de conjunto con el presidente Donald Trump y su administración, para encontrar nuevo director para la OCB que guíe a TV y Radio Martí en su importante misión de romper el bloqueo del régimen de Castro sobre las noticias y la información”.

La prepotencia imperial de Estados Unidos es tal, que no les importa reconocer la violación de las leyes internacionales, ni la transgresión de la soberanía de otro Estado al que pretenden derrocar su gobierno.

Mendes y Carlos García, entonces director de la OCB, viajaron en 2012 a la ilegal Base Naval, ubicada en la provincia cubana de Guantánamo, para hacer ensayos con el BGAN, una prueba más del uso con fines subversivos que da Estados Unidos a ese enclave militar, reclamado por Cuba desde 1959 por haber sido cedido en 1902, bajo las condiciones impuestas por el execrable apéndice constitucional, conocido como Enmienda Platt, por el apellido del senador estadounidense que la propuso.

En su habitual desvergüenza, los yanquis, además de reconocer tales actos subversivos, afirman que iniciaron otro proyecto entre el 2010 y el 2015, consistente en introducir y distribuir en Cuba DVDs y memorias flash con informaciones contra el sistema político cubano, bajo la pretensión de influir en la juventud para que se sublevara contra el Estado.

Entre esos programas subversivos estaban Zunzuneo, Piramideo y Conmotion, lo que ratifica que la Revolución cubana ha sido, y aún sigue siéndolo, víctima de los planes del Gobierno yanqui y sus Servicios de Inteligencia, entre ellos los de corte terrorista que han costado miles de vidas inocentes.

Otras acciones reconocidas por los directivos de la OCB, fue la transmisión de programas de TV Martí, mediante Facebook, IMO y Zapya.

El Congreso estadounidense aprobó en 1985 la Radio Martí y en 1990 la TV Martí, pero ambas estaciones son bloqueadas con excelente efectividad por Cuba, por lo cual Estados Unidos malgasta millones de dólares en algo que no cumple con su objetivo, aunque complace a la mafia terrorista anticubana de Miami, que obtiene beneficios de ese dinero.

Cuba denuncia de forma permanente ante los organismos internacionales, la violación de esas transmisiones, así como los programas subversivos contra su pueblo mediante las redes sociales.

Funcionarios de Estados Unidos, no vinculados a la mafia de Miami, como Geoff Thale, vicepresidente de la Washington Office on Latin America (WOLA), declaró recientemente que:

“TV Martí es un desperdicio de dólares de los contribuyentes, pues llega a pocas personas en Cuba y ha estado plagado de batallas internas. Los reportajes de Radio Martí, a menudo no cumplen con los estándares periodísticos, y es difícil imaginar la justificación para gastar el dinero de los contribuyentes en una estación dirigida específicamente a Cuba, cuando ya tenemos un servicio en español de la Voz de América que llega al hemisferio.”

Pero la mafia anticubana insiste en mantenerlos por los beneficios que reciben con esos presupuestos; por ese motivo Ileana Ros-Lehtinen asegura que esas estaciones son “cruciales para promover la democracia” en Cuba y ayudar a garantizar que los líderes de la “oposición” en la isla reciban cobertura periodística.

Mario Díaz-Balart, también defendió la permanencia de ambas estaciones, a pesar de no ser vistas ni escuchadas en Cuba, porque según dijo “es vital para garantizar que el pueblo cubano, y en particular la “oposición pro democrática”, conozcan las actividades que ocurren en todo el mundo y en cada provincia en la isla.

Los planes contra la Revolución cubana tienen una cuota de beneficio para los que llevan 60 años viviendo en Miami, de los millonarios presupuestos que aprueba la Casa Blanca, a pesar del permanente fracaso que sufren.

Cuba ha resistido estoicamente y derrota cada Operación y Planes de Acciones Encubiertas diseñados y ejecutados por la CIA, porque las victorias solo la alcanzan los verdaderos procesos populares y como dijera José Martí: “Las luchas cansan menos cuando las corona la victoria”.

Arthur González, especialista en relaciones Cuba-EE.UU., editor del Blog El Heraldo Cubano.

Lula da Silva no se entrega y presenta un nuevo recurso




Según los abogados, “no hubo agotamiento de la jurisdicción”, por lo cual no podía decretarse la orden de prisión. Foto: Clarin.com

El ex presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva presentó un nuevo recurso de “habeas corpus” ante la segunda corte del país para intentar evitar ir este viernes a prisión por una condena por corrupción, según el texto citado por medios locales.

La defensa de Lula envió el “habeas corpus” al Superior Tribunal de Justicia (STJ) en la noche del jueves, horas después de que el juez de “Lava Jato” Sérgio Moro ordenase la entrada en prisión del ex mandatario como tarde a las 17:00 horas de este viernes.

El bufete de abogados Teixeira Martins alega que el tribunal de apelación de Porto Alegre (sur) indicó a Moro que emitiera la orden de prisión sin haber analizado las objeciones presentadas contra el rechazo de los recursos.

Según los abogados, “no hubo agotamiento de la jurisdicción”, por lo cual no podía decretarse la orden de prisión.

En su orden de prisión, Moro desconsideró esos recursos, definiéndolos como “patologías” del sistema judicial que solo buscan aplazar los tiempos y “no alteran juicios” ya emitidos.

Lula, favorito para volver a ser elegido presidente en los comicios de octubre, debe presentarse ante la Policía Federal en Curitiba, donde está el tribunal de Moro en el sur del país, para empezar a cumplir una pena de 12 años de cárcel a la que fue condenado en enero.

Recurso urgente y de último momento

El “habeas corpus” es un recurso urgente basado en garantías constitucionales que permite a un acusado pedir a un juez que suspenda una orden de prisión que considera injusta.

Según el portal “Globo”, Lula pasó la noche en el Sindicato de los Metalúrgicos de San Pablo, su bastión político desde sus pocas como líder sindical.

(Tomado de clarin.com)
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