"De pensamiento es la guerra mayor que se nos hace: ganémosla a pensamiento" José Martí

viernes, 15 de diciembre de 2017

Entregan premios colaterales del 39no. Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano


Entre las cintas más premiadas estuvo el largometraje colombiano Matar a Jesús, de la realizadora Laura Mora Ortega. Y de la Isla resultaron laureados Sergio & Serguéi, de Ernesto Daranas; Yo soy Malú, de Mayra Irene Álvarez Díaz; Atrapado, de Daniel Chile; Gloria City, de Isabel Santos; Por qué lloran mis amigas, de Magda González Grau; y El proyecto, Alejandro Alonso
 

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Alejandro A. Madorrán Durán
 
Este viernes, en la Sala Taganana del Hotel Nacional, se entregaron los premios colaterales del 39no. Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano en La Habana. Entre las cintas más premiadas estuvo el largometraje colombiano Matar a Jesús, de la realizadora Laura Mora Ortega. Y de la Isla resultaron laureados Sergio & Serguéi, de Ernesto Daranas; Yo soy Malú, de Mayra Irene Álvarez Díaz;  Atrapado, de Daniel Chile; Gloria City, de Isabel Santos; Por qué lloran mis amigas, de Magda González Grau;  y El proyecto, Alejandro Alonso.
-Federación de CineClubes de Cuba, premio El Mégano: Gloria City (Cuba)
-Federación Internacional de Cineclubes, premio Don Quijote: Plaza París (Brasil)
-Emisora Radio Habana Cuba, premio Roque Dalton: La cordillera (Argentina)
-Matanzas como subsede del Festival, premio Vigía: Yo soy Malú (Cuba)
-Casa de las Américas: Matar a Jesús ( Colombia)
-Fundación del Nuevo Cine Latinoamericano, premio del Cibervoto: Largometraje: La cordillera (Argentina); ópera prima: La novia del desierto (Argentina); documental: Dedo na ferida (Brasil); cortometraje: M.A.M.O.N (México)
-Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF): Temporada de caza (Argentina)
-Premio Únete: Una mujer fantástica ( Chile)
-Asociación de Cine, Radio y Televisión de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba: Atrapado (Cuba)
-Asociación Cubana de la Prensa Cinematográfica: Los Perros (Chile)
-Premio del Círculo de Cultura de la Unión de Periodistas de Cuba: Gloria City ( Cuba)
-Premio Vitral de la Asociación Cubana del Audiovisual (ACAV): Sergio & Serguéi (Cuba); Mención Especial: Por qué lloran mis amigas (Cuba)
-Premio Glauber Rocha Prensa Latina: Matar a Jesús (Colombia); mención: La película de mi vida (Brasil)
-FEISAL: El pacto de Adriana (Chile)
-Centro Memorial Martin Luther King, premio de la Editorial Caminos: Mala Junta (Chile)
-Centro Cultural Pablo de la Torriente, premio Memoria: Pizarro (Colombia); El Pacto de Adriana (Chile); El color del camaleón (Chile); premio especial del jurado: El proyecto (Cuba)

2017, el año en que regresó el frío entre Cuba y Estados Unidos



Un hombre observa en su vivienda en La Habana la transmisión por televisión del discurso del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, el 16 de junio, sobre la nueva política hacia Cuba, que congeló el deshielo en las relaciones bilaterales. Crédito: Jorge Luis Baños/IPS

LA HABANA, 14 dic 2017 (IPS) - Este año comenzó en Cuba entre conjeturas sobre el rumbo de las relaciones con Estados Unidos bajo la presidencia de Donald Trump, y al finalizar nadie duda de que el deshielo bilateral se congeló y se alejan las esperanzas de vivir en un país sin conflicto con el vecino del norte.

Puestos a pensar sobre lo bueno y lo malo para Cuba durante 2017, muchas personas coincidieron ante IPS en que lo peor ha sido la llegada de Trump a la Casa Blanca y el retroceso en los vínculos diplomáticos entre La Habana y Washington, reanudados en 2015, tras el acercamiento iniciado el 17 de diciembre de 2014, con Barack Obama (2009-2017).

“Había una expectativa de avance positivo, se sabía que el camino era difícil y lento de recorrer, pero se abrió una esperanza de entendimiento que Trump cerró”, dijo la profesora universitaria Reina Fleitas.

En su opinión, la política del republicano mandatario estadounidense hacia Cuba es negativa tanto para la reunificación y las comunicaciones familiares, como para el desarrollo del país.

“Todas las decisiones de Trump respecto a Cuba” integran “la peor noticia” de este año, recalcó, a su vez, el escritor y periodista Rafael Grillo.

En tanto, Pedro Ramírez abundó en que “el estancamiento y empeoramiento” de las relaciones con Estados Unidos “perjudica de manera transversal, y directa, a toda la sociedad cubana, particularmente al débil sector cuentapropista”.

Aunque crítico con la gestión de Obama hacia este país insular caribeño, por quedarse a medias, el economista e investigador Esteban Morales considera que el triunfo de Trump frustró la continuidad de una política que “tal vez” el anterior mandatario esperaba de la también demócrata Hilary Clinton si resultaba electa.

“Trump adoptó su política hacia Cuba dentro de un contexto que le ha permitido continuar presionando a este país”, señaló.

El presidente escogió Miami y un público especialmente adverso al gobierno de Raúl Castro para anunciar el 16 de junio su retorno a la guerra fría en los vínculos con Cuba.

“Estoy cancelando todo el acuerdo bilateral del último gobierno (de Obama). Estoy anunciando una nueva política”, señaló antes de recalcar que esa fue su promesa de campaña.

El cambio se traduce en un reforzamiento del embargo de más de medio siglo de Washington contra La Habana.


Un grupo de personas permanece en el malecón de La Habana durante la llegada de un crucero a la bahía de la capital cubana, en octubre de 2017. Crédito: Jorge Luis Baños/IPS

Por disposiciones y regulaciones emitidas el 8 de noviembre por los departamentos de Estado, Tesoro y Comercio, empresas y viajeros de Estados Unidos tienen prohibido cualquier tipo de transacciones con unas 180 entidades cubanas que la nación norteña considera relacionadas con instituciones militares de Cuba.

La directora general para Estados Unidos del Ministerio de Relaciones Exteriores, Josefina Vidal, replicó de inmediato que esta lista de empresas “restringidas” es “arbitraria, integrada por una diversidad de entidades cubanas supuestamente vinculadas, de manera infundada, al sector de la defensa y la seguridad nacional”.

El escritor y periodista Leonardo Padura agregó entre las malas noticias la decisión de Obama de despedirse con la cancelación de “los privilegios migratorios de los cubanos”.

Con esa medida, acordada con las autoridades cubanas, puso fin a la política de pies secos/pies mojados, que daba a inmigrantes cubanos un trato preferencial para obtener la residencia y otros beneficios.

El 12 de enero, ocho días antes de culminar su mandato, Obama dio además por terminado el Programa de Parole de Médicos Cubanos, destinado a recibir a esos profesionales que abandonasen sus misiones oficiales en terceros países.

Con esas medidas, Obama explicó que los migrantes locales pasaban a tener igual trato que “los migrantes de otros países”.

Acusaciones no probadas y rechazadas por Cuba de supuestos ataques acústicos que según Washington afectaron la salud de diplomáticos estadounidenses y sus familiares en La Habana, agravaron en el segundo semestre del año las tensiones bilaterales, con especial impacto en la emigración cubana hacia el vecino.

Bajo la justificación de que “Cuba no tomó las medidas apropiadas para proteger” a sus diplomáticos, Washington retiró el 29 de septiembre a 60 por ciento de sus funcionarios en esta capital, redujo la actividad consular a emergencias y emitió un alerta de riesgo contra los viajes de ciudadanos estadounidenses a Cuba.

El 3 de octubre, la administración estadounidense exigió a La Habana retirar de su embajada a 15 diplomáticos encargados de las áreas consular y comercial.

A esta decisión siguió la suspensión del proceso de visados en su sede diplomática en La Habana y se anunció que la tramitación de esos documentos se trasladaba a su embajada en Colombia, en el caso de los inmigrantes.


Algunas mujeres en el exterior de sus viviendas inundadas en un barrio de La Habana, por la penetración del mar que ocasionó el paso por Cuba del huracán Irma, el 9 de septiembre. El evento climático se sumó al enfriamiento de las relaciones con Estados Unidos, como un factor que perjudicó la alicaída economía del país. Crédito: Jorge Luis Baños/IPS

La buena noticia para estas personas es que ya se están transfiriendo desde Washington las aplicaciones a visas de inmigrantes de Cuba en la embajada de Estados Unidos en Bogotá.

Los aspirantes a este tipo de visados “están comenzando a recibir notificaciones de entrevistas programadas”, confirmó a IPS un funcionario del Departamento de Estado, vía correo electrónico.

“Se espera que las primeras citas regulares se concreten en enero próximo”, agregó.

A su vez, un vocero de la embajada de Colombia ante La Habana comentó a IPS que este proceso comenzó a fines de noviembre, en el cual los solicitantes reciben “una carta de invitación” de la sede diplomática estadounidense en la capital colombiana que los habilita para solicitar el visado colombiano y viajar a ese país.

Las solicitudes de no inmigrantes, para visitas temporales, familiares u otros motivos se pueden gestionar en la embajada estadounidense de cualquier país, lo que obviamente elevará los costos “ya de por sí altos”.

Así lo habían previsto en su momento analistas como Carlos Alzugaray, quien consideró que las medidas de Washington tendrían un impacto muy perjudicial en los acuerdos migratorios.

En la última revisión bilateral de esos convenios, vigentes desde 1994 y 1995, la delegación cubana alertó nuevamente sobre el impacto negativo de la suspensión del otorgamiento de visas en el consulado de los Estados Unidos en La Habana.

Eso, planteó, “obstaculiza seriamente las relaciones familiares y los intercambios de todo tipo entre ambos pueblos”.

Durante esta reunión, celebrada en Washington el 11 de diciembre, los representantes de Cuba instaron al gobierno de Estados Unidos a cumplir su obligación de emitir no menos de 20.000 documentos de viaje anuales a ciudadanos cubanos para emigrar a ese país.

Además, reiteraron la disposición de dar continuidad a estas rondas migratorias que se efectúan cada seis meses.

En la ocasión, ambas delegaciones coincidieron en que tras la eliminación de la política de “pies secos-pies mojados” y del “Programa de Parole para Profesionales Médicos Cubanos” disminuyó la emigración irregular de Cuba hacia Estados Unidos.

Al respecto, se conoció que las aprehensiones de migrantes cubanos en los puertos de entrada de Estados Unidos disminuyeron en 64 por ciento desde el año fiscal 2016 al 2017, y las interdicciones marítimas se redujeron en 71 por ciento.

Según el Departamento de Estado, Washington sí cumplió en el año fiscal 2017 el plan de 20.000 visas anuales para cubanos.

Editado por Estrella Gutiérrez

Balance y perspectivas de Donald Trump


Por Thierry Meyssan

Es un grave error juzgar al presidente Trump según los criterios de la clase dirigente de Washington y sin tener en cuenta la Historia y la cultura de Estados Unidos. También lo es interpretar sus actos según las normas del pensamiento europeo. Su defensa de la posesión de armas o de los manifestantes racistas de Charlottesville no tiene nada que ver con un apoyo a los extremismos sino sólo con la promoción de la Bill of Rights. Thierry Meyssan explica la corriente de pensamiento que Donald Trump representa y hace un balance de sus importantes realizaciones económicas, políticas y militares. El autor plantea también la cuestión de los límites del pensamiento político estadounidense y de los riesgos que implica el desmantelamiento del «Imperio americano».

RED VOLTAIRE | BUENOS AIRES (ARGENTINA)

Durante la campaña previa a la elección presidencial estadounidense de 2016, Donald Trump se comprometió a respetar las reglas del Partido Republicano. Nadie creía entonces en su capacidad para lograr la victoria. Pero Trump basó su campaña en los fundamentos históricos de ese partido, olvidados desde hace tiempo por sus políticos, y eliminó así a todos sus rivales. Hasta el momento mismo del anuncio de su victoria, los sondeos lo daban como perdedor. De la misma manera, ahora afirman que no podría lograr la reelección.

Ya hace casi un año que el presidente Trump llegó a la Casa Blanca. Se hace ahora posible discernir sus ambiciones políticas, a pesar del destructivo enfrentamiento que se desarrolla en Estados Unidos entre sus partidarios y sus adversarios, en detrimento de todos.

Comprobar los hechos resulta muy difícil, tanto más cuanto que el mismo Trump se encarga de disimular sus principales realizaciones tras un cúmulo de declaraciones y tweets contradictorios y porque su oposición, a través de sus propios medios de difusión, lo presenta como un loco.

Ante todo, desde los tiempos de la Guerra de Secesión, Estados Unidos nunca había estado tan dividido como ahora. Ambos bandos se muestran muy violentos y algunos de los protagonistas dan prueba de una tremenda mala fe. Para entender lo que sucede tenemos primero que hacer abstracción de los intercambios más rudos y determinar lo que representa cada uno de esos protagonistas.

Estados Unidos es un país creado a la vez por los «Padres Peregrinos» («Pilgrim fathers»), o sea los puritanos que llegaron a América a bordo del Mayflower, cuya llegada se festeja con el «Thanksgivin» o «Día de Acción de Gracias», y por una multitud de migrantes provenientes del norte de Europa.

Los «Padres Peregrinos» eran sólo un grupúsculo pero tenían un proyecto religioso y político: crear una «Nueva Jerusalén», organizada según la Ley de Moisés, y alcanzar la pureza. Al mismo tiempo, pretendían continuar en América el enfrentamiento entre el Imperio Británico y el Imperio Español. Los inmigrantes, por su parte, querían hacer fortuna en un país que creían vacío, sin habitantes, sin trabas, sin gobierno, exceptuando las autoridades locales. Ambos grupos forman un conjunto que los sociólogos designan con las siglas WASP por White Anglo-Saxon Protestant, o sea “Blancos Anglosajones Protestantes”.

Al redactarse la Constitución estadounidense, los «Padres Fundadores» representaban mayoritariamente a los puritanos. Bajo el impulso de Alexander Hamilton, concibieron un texto antidemocrático, que reproducía el funcionamiento de la monarquía británica pero transfiriendo el poder de la gentry a las élites locales, representadas por los gobernadores. Aquel texto provocó la cólera de los inmigrantes llegados del norte de Europa, que habían luchado y derramado su sangre durante la Guerra de Independencia.

Pero en lugar de reescribir la Constitución y reconocer la soberanía popular, se le agregó –por iniciativa de James Madison– la decena de Enmiendas que conforman la «Bill of Rights» o «Carta de Derechos». Agregado a la Constitución, este documento garantizaba a los ciudadanos la posibilidad de defenderse de la «Razón de Estado» recurriendo a los tribunales. El conjunto conformado por ambos textos estuvo en vigor durante dos siglos, satisfaciendo a ambos grupos.

El 13 de septiembre de 2011, el Congreso de Estados Unidos adoptó precipitadamente la USA Patriot Act, conocida en español como «Ley Patriótica» o «Acta Patriótica», un código antiterrorista muy voluminoso. Este documento, que había sido preparado en secreto en años anteriores a los atentados del 11 de septiembre de 2001, suspende la Bill of Rights ante toda circunstancia vinculada al terrorismo. Desde entonces, los Estados Unidos del presidente republicano George Bush Jr. –descendiente directo de uno de los puritanos del Mayflower– y de su sucesor demócrata Barack Obama han sido gobernados única y exclusivamente según los principios puritanos modernos –que ahora incluyen el multiculturalismo, derechos diferentes para cada comunidad y una jerarquía implícita entre esas comunidades.

Donald Trump se presentó a la elección presidencial como candidato de los inmigrantes llegados del norte de Europa, o sea de los WASP no puritanos. Basó su campaña electoral en la promesa de devolverles el país confiscado por los puritanos e invadido por hispanos que rechazan integrarse a su cultura. Su divisa «America First» debe interpretarse como la restauración del «American Dream», el sueño estadounidense de hacer fortuna, frente al proyecto imperialista puritano y la ilusión del multiculturalismo.

La defensa de la Bill of Rights comprende el derecho a manifestar, incluso para los grupos extremistas, estipulado en la 1ª Enmienda, y el derecho de los ciudadanos a portar armas para resistir a los posibles excesos del Estado federal, derecho estipulado en la 2ª Enmienda. Es por tanto perfectamente legítimo que el presidente Trump haya respaldado el derecho de los grupos racistas de Charlottesville a manifestar y que haya expresado apoyo a la National Rifle Association (NRA), defensora de la posesión de armas. Esta filosofía política puede parecer absurda a los no estadounidenses, pero corresponde a la Historia y la cultura de Estados Unidos.

Los dos poderes más importantes de un presidente estadounidense son:
el poder de nombrar a miles de altos funcionarios,
la posibilidad de determinar objetivos militares.

Pero resulta que Donald Trump dispone sólo de algunas decenas de seguidores fieles para cubrir miles de plazas de funcionarios y que el Pentágono ya cuenta con su propia doctrina estratégica. Trump está por tanto obligado a determinar cuáles son las decisiones capaces de modificar el sistema y reservarse para ellas.

Desde su llegada a la Casa Blanca, Trump ha venido actuando efectivamente para:
desarrollar la economía y limitar el control que ejerce sobre ella el mundo de la finanza;
desmantelar el «Imperio Americano» y restaurar la República, o sea el Interés General;
defender la identidad WASP y expulsar a aquellos que, entre los hispanos, se niegan a integrarse a la cultura estadounidense.

Trump acaba de poner a Jerome Powell a la cabeza de la Reserva Federal. Es la primera vez que esa institución tiene un presidente que no es economista sino jurista. Su misión será poner fin a la política monetarista y a las reglas en vigor desde la derrota de Estados Unidos en Vietnam y el fin de la convertibilidad del dólar en oro. Jerome Powel tendrá que concebir nuevos reglamentos que pongan el capital al servicio de la producción y no de la especulación, como hasta ahora sucede.

La reforma fiscal de Donald Trump debería suprimir todo tipo de exoneraciones y reducir las tasas sobre las empresas de 35 a 22%, o incluso a 20%. Los expertos están divididos en cuanto a saber qué clases sociales van a beneficiarse con esas medidas. Lo único seguro es que, vinculada con la reforma aduanera, hará menos rentables los numerosos puestos de trabajo que las transnacionales han transferido al extranjero y llevará a que diversas industrias regresen a suelo estadounidense.

En el plano internacional, Trump ha puesto fin al reclutamiento de nuevos yihadistas y al apoyo que ciertos Estados aportaban a esos elementos, exceptuando el respaldo del Reino Unido, Qatar y Malasia, que siguen aplicando esa política. Sin embargo, no ha detenido la implicación de empresas transnacionales y de altos funcionarios internacionales en la organización y financiamiento del yihadismo.

En vez de disolver la OTAN, como había pensado hacerlo inicialmente, la transformó obligándola a abandonar el uso del terrorismo como método de guerra y la ha llevado a convertirse en una alianza antiterrorista.

Trump sacó además a Estados Unidos del Tratado Transpacífico de Cooperación Económica, concebido contra China. En agradecimiento, Pekín redujo considerablemente sus derechos de aduana, demostrando así que es posible instaurar la cooperación entre Estados en lugar de la anterior situación de enfrentamiento.

En el plano interno, el presidente Trump puso al juez Neil Gorsuch en la plaza que estaba vacante en la Corte Suprema, instancia encargada de hacer evolucionar la interpretación de la Constitución, lo cual incluye la Bill of Rights. El juez Gorsuch es un magistrado célebre por sus estudios sobre el sentido original de esos textos y parece, por tanto, capaz de restablecer el compromiso básico de la creación de Estados Unidos.


En 1998, Igor Panarin –por entonces uno de los directores de los servicios secretos rusos– pronosticaba una guerra civil y la división de Estados Unidos en 6 Estados diferentes para una época próxima a los años 2010. Pero el golpe de Estado que tuvo lugar en Washington el 11 de septiembre de 2001 retrasó ese proceso. El periodista Colin Woodard reactualizó en 2012 los datos de Panarin y comprobó que la movilidad de los estadounidenses los ha llevado a reagruparse en 11 grupos comunitarios culturales separados y coexistentes, sin que los negros lleguen a formar una comunidad por hallarse simultáneamente integrados y discriminados en 2 de esas 11 comunidades.

Aunque ese balance resulta muy satisfactorio para los electores del presidente Trump, es aún demasiado pronto para saber si facilitará la integración de los no WASP o si provocará, por el contrario, que sean expulsados de la comunidad nacional. Según el especialista en geopolítica mexicano Alfredo Jalife, dos terceras partes de los hispanos que no hablan inglés en Estados Unidos viven en California, territorio robado a México. Donald Trump pudiera verse tentado a resolver el problema cultural y demográfico de Estados Unidos favoreciendo la secesión de ese Estado, o sea el llamado «Calexit», expresión inspirada en el ya célebre «Brexit». En ese caso, la Casa Blanca tendría que enfrentar los problemas que plantearía la pérdida de la industria del espectáculo con sede en Hollywood, de la industria del software asentada en Silicon Valley y, sobre todo, perder la base militar de San Diego. La operación que la Casa Blanca y sus enlaces han iniciado en Hollywood, al calor del caso Weinstein, parece indicar que ese proceso ya está en marcha.

La secesión de California podría iniciar un desmantelamiento étnico de Estados Unidos hasta reducir ese país al territorio inicial de los 13 Estados que adoptaron la Constitución, incluyendo la Bill of Rights. Esa es, en todo caso, la hipótesis formulada hace tiempo por el especialista ruso en geopolítica Igor Panarin.

Califican de excelente seguridad de los vuelos desde Cuba en 2017

Publicado el 14 diciembre, 2017 • 21:30 por Francisco Rodríguez

Cuba recibió este año cinco controles externos a la seguridad de los vuelos internacionales que parten de sus aeropuertos y obtuvo una calificación de excelencia, según informó este jueves la Aduana General de la República (AGR).Tomada de IPS

Pedro Miguel Pérez Betancourt, jefe de la AGR, resaltó en conferencia de prensa que esta es una de las prioridades del trabajo de esa entidad, como parte de su misión de impedir cualquier acción terrorista, tanto dentro como hacia fuera del país.

Las autoridades aduaneras explicaron además que desde finales de 2015 Cuba cuenta con un órgano específico para garantizar la seguridad en salida desde sus fronteras.

Camilo Barrios Abreu, director de Enfrentamiento de la AGR hizo referencia a este fortalecimiento del control a la salida internacional, a partir de la especialización de las fuerzas, que hoy exhibe estándares de seguridad que ha reconocido incluso la exigente Administración para la Seguridad en el Transporte (TSA), de los Estados Unidos.

Mayor número de viajeros arribados al país, un incremento significativo del turismo y el aumento del nivel de operaciones aéreas, así como del arribo de cruceros y yates, son algunos de los rasgos actuales del escenario en que opera la AGR.

Otros factores que complejizan la labor de esta fuerza son los nuevos modos de operar que hacen más complejo el control y un incremento de hechos terroristas en países cuyas aerolíneas vuelan a Cuba.
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