"De pensamiento es la guerra mayor que se nos hace: ganémosla a pensamiento" José Martí

domingo, 28 de febrero de 2016

EE.UU.: Los 'peces gordos' republicanos inician un gran ataque contra Donald Trump

Publicado: 28 feb 2016 22:08 GMT

Varias organizaciones políticas conservadoras afines a Marco Rubio se han gastado decenas de millones de dólares en elaborar videos para evitar que el magnate lidere a su partido.

Mike Stone / Reuters

Varios grupos del Partido Republicano afines al precandidato a la presidencia de Estados Unidos y senador de Florida, Marco Rubio, han recaudado alrededor de 20 millones de dólares en una sola semana para sufragar una campaña contra Donald Trump, escribe el periodista Kenneth P. Vogel en el portal Politico.

Desde este viernes, el colectivo denominado Soluciones Conservadoras emite diversos vídeos publicitarios para atacar al magnate de cara al denominado 'Supermartes', las primarias que se celebrarán en varios estados del país y en las que ambos se jugarán continuar su carrera hacia la Casa Blanca.

Uno de los documentos critica la inexperiencia del multimillonario en política exterior y destaca su falta de apoyo a Israel, mientras que el segundo le acusa de utilizar un resquicio de las leyes sobre bancarrota para no pagar a sus empleados.

Estos grupos conservadores estiman que las elecciones de marzo serán la última oportunidad para frenar a Trump —que sufraga su propia campaña y lidera las encuestas entre los republicanos— e impedir que encabece a su partido, explica Vogel.

Estos grupos conservadores estiman que las elecciones de marzo serán la última oportunidad para frenar a Trump

De manera simultánea, una ONG llamada Fondo Americano para el Futuro ha anunciado que también desarrollará su propia campaña millonaria contra Donald Trump para asegurarse de que no sea el próximo presidente, mientras que Nuestros Principios, un comité republicano de acción política creado de anera específica en contra del multimillonario, ha comenzado a difundir que contrata a inmigrantes ilegales.

Sin embargo, el analista se pregunta si esta ola de ataques contra el hombre de negocios neoyorquino será suficiente y si no ha comenzado demasiado tarde.

Por otro lado, los patrocinadores y comités que apoyan a los otros candidatos del Partido Republicano se han mostrado mucho más indecisos a la hora de emplear sus recursos para evitar la popularidad de Trump, "quizás porque tienen miedo" de que el magnate pueda decir en público quiénes son, concluye Kenneth P. Vogel.

“Habría una sublevación en el Ejército si Trump se convierte en presidente” -Exjefe CIA


RT / ANNCOL – Este general retirado ha mostrado su preocupación por los métodos antiterroristas que emplearía el multimillonario republicano si fuera presidente.

Durante una entrevista en el programa de televisión de Bill Maher, el general retirado de la Fuerza Aérea de Estados Unidos y exdirector de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), Michael Hayden, ha expresado su preocupación ante el hipotético caso en el que Donald Trump llegue a ser presidente del país.

Después de que los responsables del programa hayan reproducido la cita en la que el magnate aseguraba que iba a “matar a las familias de los terroristas”, Michael Hayden ha declarado que, si diese esa orden desde el Gobierno, “las Fuerzas Armadas de EE.UU. se negarían a actuar” porque no están obligadas a obedecer órdenes que violen el derecho internacional.

Como conclusión, el militar retirado ha confesado que estaría “muy preocupado” si Trump gobernase “de la misma forma en la que se expresa como candidato”.

Desde que ha comenzado la campaña a la Casa Blanca, este candidato republicano se ha manifestado de manera tajante contra el terrorismo islamista y ha propuesto un “cierre total” de las fronteras estadounidenses para todos los musulmanes.

EE.UU.: Hillary Clinton gana ampliamente las primarias de Carolina del Sur


EE.UU.: Hillary Clinton gana las primarias demócratas de Carolina del Sur y consolida su ventaja

Redacción BBC Mundo

Image copyrightAFPImage captionHillary Clinton llega en cabeza al "supermartes", jornada en la que hay primarias en 11 estados.

Hillary Clinton ganó este sábado las primarias del Partido Demócrata en Carolina del Sur, según las proyecciones de los medios de Estados Unidos.

Clinton se impuso a su rival, Bernie Sanders, por un amplio margen. Con el 90 por ciento del voto escrutado, acumulaba más del 73% de los apoyos.

De este modo, la exsecretaria de Estado llega en cabeza a la importante jornada de primarias del "supermartes", en la que se celebran elecciones en 11 de estados.

"Hoy han enviado un mensaje", dijo Clinton a sus simpatizantes. "En Estados Unidos, cuando estamos juntos, no existen barreras que no se puedan superar", afirmó.

Sanders reconoció rápido la derrota.

"Está campaña está comenzando ahora", dijo en un comunicado el senador por el estado de Vermont.

"Logramos un decisivo triunfo en New Hampshire. Ella ha logrado un triunfo decisivo en Carolina del Sur. Ahora es momento del 'supermartes'", agregó.

Carolina del Sur ponía este sábado en juego 59 delegados. Para ser nominado como candidato del Partido Demócrata en la convención nacional de julio, Clinton y Sanders necesitan un mínimo de 2.383 delegados.

El ganador del duelo se enfrentará al candidato del Partido Republicano en laelección presidencial del 8 de noviembre.

"¡Es momento de una mujer en la Casa Blanca!", gritaron los simpatizantes de Clinton mientras esperaban su discurso de celebración.
Apoyo afroamericano

Clinton ha logrado la victoria en tres de las cuatro primarias celebradas hasta ahora.

El gran triunfo de Clinton se basó sobre todo en el gran apoyo del voto afroamericano (más del 80%, según los sondeos de pie de urna), decisivo en los estados del sur y que parece estar ampliamente del lado de la exprimera dama.

Según los sondeos a pie de urna, seis de daca diez votantes en las primarias demócratas fueron afroamericanos y el 70 por ciento afirmó que quería que continuarán las políticas del actual presidente, Barack Obama.

Clinton es la gran favorita para ser la candidata demócrata y busca ser la primera presidenta de Estados Unidos tras haber fracasado en su campaña en 2008 anteObama, al que ahora espera suceder.Image copyrightReutersImage captionSegún los sondeos a pie de urna, el apoyo de los afroamericanos a Clinton superó el 85 por ciento.

El actual presidente de Estads Unidos logró en 2008 un abultado triunfo sobre Clinton, a la que aventajó en 28 puntos porcentuales.

La ex secretaria de Estados supo ganarse el importante voto afroamericano en Carolina del Sur abrazando el legado del presidente Obama y tratando temas como la violencia y la reciente muerte de jóvenes negros en enfrentamientos con la policía.

El voto de la población negra volverá a ser decisivo el martes en estados del sur como Georgia, Alabama, Tennessee y Virginia.
Referencia a Trump

Sin citarlo, Clinton hizo referencia a Donald Trump, el favorito para la candidatura en el bando republicano.

"A pesar de lo que escuchen, no necesitamos hacer que Estados Unidos sea de nuevo grande. Estados Unidos nunca dejó de serlo", dijo en referencia al eslogan del polémico Trump.

"No queremos construir muros, sino derribar barreras", agregó en referencia a la intención de Trump de levantar un muro en la frontera sur con México para evitar la llegada de inmigrantes indocumentados.

La exprimera dama también quiso diferenciarse de los mensajes agresivos de otros candidatos en la campaña, y aseguró que el país necesita "amor y generosidad".

Cómo Gorbachov traicionó a su país.

Por Oleg Nazárov

Todos coinciden hoy en que el encuentro entre George H. W. Bush y Mijaíl Gorbachov en diciembre de 1989 en Malta dejó una profunda huella en la historia. Pero lo valoran de maneras diferentes. Algunos creen que fue el punto final de la Guerra Fría. Otros lo califican como una traición sin precedentes. Gorbachov y su equipo se oponen categóricamente a esta última opinión. Para encontrar la verdad, hace falta un análisis científico.

Qué es una traición

La clave a la respuesta a esta ambigua pregunta la dio el gran filósofo ruso y patriota de su país, Alexander Zinóviev. Empleó la palabra “traición” en el sentido sociológico, moral y jurídico.

En su artículo ‘El factor de la traición’ Zinóviev escribió: “Para calificar las acciones del supremo poder soviético como traición o para rechazar esta calificación hace falta, ante todo, partir del deber de las autoridades con respecto a su población. Este deber consiste en salvar y afianzar el régimen existente, proteger la integridad territorial, fortalecer y proteger la soberanía del país en todos los aspectos de su organización social (poder, derecho, economía, ideología, cultura), garantizar la seguridad personal de los ciudadanos, defender el sistema de formación y educación, los derechos sociales y civiles… En una palabra: todo lo que había sido conseguido en los años soviéticos y lo que constituye un modo de vida normal de la población. Las autoridades lo sabían. Y la población estaba segura de que su cúpula dirigente cumpliría su deber y confiaba en sus líderes. ¿Cumplieron las autoridades su deber? ¿Y por qué, si escogemos la respuesta negativa? En segundo lugar, hay que entender si las autoridades soviéticas actuaron por su propia voluntad o fueron manipuladas desde fuera; si fue un comportamiento planificado por alguien fuera del país o no, o si actuó el poder en intereses de esta fuerza externa”.


Zinóviev fue el primero en intuir que Gorbachov era capaz de traicionar esta confianza: “Antes de asumir el cargo de secretario general del PCUS había estado en Reino Unido. Se negó a visitar la tumba de Karl Marx, y en vez de ello se dirigió a la recepción de la reina. Me pidieron comentar este caso. Contesté entonces que empezaba una traición histórica sin precedentes. No me equivoqué”.

En Londres el futuro líder soviético se vio con la primera ministra de Gran Bretaña, Margaret Thatcher. Es interesante que justo después de este encuentro la Dama de Hierro se fuera a EEUU para verse con el entonces presidente, Ronald Reagan, para comunicarle que se podía hacer tratos con Gorbachov. En marzo de 1985 Thatcher vino a Moscú al entierro del Secretario General del PCUS y dirigente de la URSS, Konstantín Chernenko, y volvió a verse con Gorbachov, que poco antes había sido nombrado el líder de la URSS y del partido.

El primer paso

Pasado un mes, en el Pleno del Comité Central del PCUS fue anunciado el curso hacia la aceleración del desarrollo socio-económico del país. Suponía la aplicación de los logros de la ciencia y la técnica y el desarrollo de la construcción de maquinaria. Así se inició la llamada ‘Perestroika’. En febrero de 1986 fue aprobada en el ХХVII Congreso del PCUS.

El periodo de Brézhnev lo suelen denominar periodo de estancamiento. Zinóviev protestó categóricamente contra esta denominación. En su artículo ‘La contrarrevolución soviética’ recordó: “¡En los años de postguerra la población de la Unión Soviética aumentó en cien millones de personas! Se elevó el nivel de vida. Crecieron las necesidades de la gente… En los años de postguerra (y sobre todo, en los del “estancamiento”) creció decenas de veces el número de empresas, entidades, organizaciones, la sociedad se hizo más complicada y variada con tanta rapidez y en tal escala que nunca ha visto la historia de la humanidad uniones tan enormes como la URSS. Todos los aspectos de la vida se volvieron más complicados y variados: la educación, la cultura, las comunicaciones, las relaciones internacionales, etc. Por supuesto, aparecieron problemas y dificultades…”.

Para superarlos, como afirmaba Zinóviev, “había que abogar por la vía del afianzamiento y perfeccionamiento de todo lo que criticaban y ponía en ridículo la propaganda y la ideología de Occidente: se trataba de algo que funcionaba de verdad y podría permitirle a la URSS superar aquellas dificultades. Pero los dirigentes soviéticos y sus lacayos ideológicos lo hicieron todo al revés. Se pusieron a montar la ‘Perestroika’, cuyas consecuencias nefastas eran evidentes de antemano. La perestroika desencadenó una crisis que se hizo universal, abarcando también la esfera de la economía”.

Ya ni Gorbachov ni los demás críticos del estancamiento mencionaban la antes anunciada aceleración. Sus palabras altisonantes nunca se materializaron. Los partidarios de la ‘Perestroika’ no lograron superar los problemas, muchos de los cuales fueron fruto de su propia actividad. Gorbachov demostró ser un dirigente incapaz de construir nada, lo que primero originó en la sociedad una desilusión y luego una creciente irritación.

Cuanto peor fueron las cosas dentro del país, tanto más se esforzaba Gorbachov por conseguir reconocimiento en Occidente. Hasta estaba dispuesto a renunciar a las conquistas geopolíticas del periodo de la Segunda Guerra Mundial, pagadas con las vidas de decenas de millones de ciudadanos soviéticos. El ex jefe del Departamento Analítico de la KGB de la URSS, Nikolái Leónov, está seguro de que fue Gorbachov el que inició la ruina del imperio soviético al ir a la Asamblea General de la ONU en otoño de 1988 con la idea de alegrar a todo el mundo declarando desde la tribuna que la URSS no iba a impedir por la fuerza los cambios en otros países de Europa Oriental. Fue el primer paso, y después ya no hubo vuelta atrás.

La URSS no quiere ver a EEU como un adversario

Henry Kissinger en su libro ‘Diplomacia’ recuerda como al declarar desde la tribuna de la ONU la reducción unilateral de las Fuerzas Armadas en 500.000 efectivos y 10.000 tanques, Gorbachov añadió con una voz bastante humilde: “Esperamos que EEUU y los europeos den algunos pasos también”…Una reducción unilateral de escala tan grande es una muestra o de una exclusiva seguridad de las propias fuerzas o de una debilidad exclusiva. En aquella etapa de desarrollo es dudoso que la URSS ostentase dicha seguridad de sus fuerzas.

En primer lugar, las palabras de Kissinger hacen referencia a Gorbachov quien manifestó también su debilidad en el curso de las negociaciones en Malta. Al describir el comportamiento del líder soviético, el embajador estadounidense en la URSS, Jack F. Matlock, dijo: “Necesitaba que todos vieran que estaba negociando con Bush de igual a igual y no como un adversario vencido”.

Pero Gorbachov no logró convencer de ello a los políticos estadounidenses, que respetan la fuerza por encima de todo.

Por ahora sabemos muy poco del contenido de las negociaciones. Y por algo será. Los concisos comentarios de los medios contrastan con las estimaciones pomposas que dieron Gorbachov, Bush y sus círculos próximos. Todos insistieron en declarar que el principal resultado del encuentro fue el fin de la Guerra Fría. Aunque hoy es obvio que estas declaraciones no corresponden con la realidad.

El ex embajador soviético en EEUU, Anatoli Dobrinin, afirmaba que en Malta Gorbachov hizo caso omiso de la directiva del Buró Político del Comité Central del PCUS, según la cual la reunificación de Alemania era posible siempre y cuando los dos bloques, la OTAN y el Pacto de Varsovia, fueran disueltos y unidos por un acuerdo mutuo. Es más: Gorbachov no solo le alegró a Bush con la declaración de que la “URSS ya no quería ver como un adversario a EEUU”, pasó a exhortar a los estadounidenses a ser mediadores en transformaciones pacíficas en Europa Oriental.

— Ya no le consideramos nuestro enemigo, —le dijo a Bush- Han cambiado muchas cosas. Queremos su presencia en Europa. EEUU debe quedarse en Europa. Su presencia allí es importante para el futuro de este continente. Por eso no deben pensar que busquemos que se vayan.

No sorprende que varias semanas después de la cumbre en Malta la Administración de Bush se mostrase dispuesta a desempeñar el papel de mediador no sólo entre Moscú y los Estados del Pacto de Varsovia, sino también entre Moscú y la capital de la República Socialista Soviética de Lituania, Vilna.

El historiador Matvéi Polínov dijo: “Las fuerzas separatistas de Letonia, Lituania y Estonia, al obtener el apoyo de EEUU a raíz de la cumbre de Malta, intensificaron considerablemente su actividad con vistas a salir de la URSS. Precisamente por eso, en buena medida, el destacado diplomático Anatoli Gromiko calificó la cumbre como “un Múnich soviético”… Gromiko vio claro que en Malta Gorbachov “había perdido cada partida”.

Y es que ni intentó ganar. Me atreveré a decir más: a juzgar por los acontecimientos que se desencadenaron después de la cumbre (la reunificación alemana, la desintegración del Bloque Socialista, la disolución del Pacto de Varsovia, el empeoramiento de relaciones con Cuba, etc.), Gorbachov, actuando a su antojo, había firmado en Malta el acta de capitulación total e irreversible de la URSS.

La Navidad en junio de 1990

La respuesta a la pregunta si Gorbachov actuó según los intereses de EEUU o no es obvia. Los propios estadounidenses estaban asombrados por la rapidez con la cual el líder soviético le rendía a Occidente una posición tras otra. Como reconocieron el historiador de EEUU, Michael Richard Beschloss, y el analista de política exterior, Strobe Talbott, los estadounidenses estaban buscando la manera de agradecerle a Gorbachov que pactara la presencia de una Alemania unida en la OTAN. Y como para junio de 1990 estaba planificada la visita de Gorbachov a EEUU, Robert D. Blackwill propuso: “El encuentro debe convertirse para Gorbachov en una Navidad en junio”.

El recién proclamado presidente de la URSS vino a EEUU el 30 de mayo. Beschloss y Talbott lo cuentan:

“Gorbachov estaba embriagado de su éxito, cuando la muchedumbre le acogía con aplausos. Exclamó, con ayuda de un intérprete: ‘¡Aquí me siento como en casa!’ Fue una frase rara pero muy elocuente: ya que en su país su propio pueblo no le iba a aplaudir (…) Gorbachov tenía tantas ganas de sentir la benevolencia de la sociedad y ver las muestras de su importancia en Occidente que al día siguiente empleó cuatro horas para recoger, uno tras otro, cinco premios de diferentes organizaciones (…) Con una amplia sonrisa, recibía a los representantes de cada organización que entraban con toda solemnidad en la lujosa sala de recepciones de la embajada soviética: colgaban de la pared sus emblemas y pronunciaban palabras halagadoras sobre Gorbachov ante las cámaras de la televisión soviética y estadounidense”

En el mismo año, 1990, Gorbachov obtuvo el anhelado Premio Nobel de la paz.

Tuvo que esperar dos años para el siguiente regalo. En 1992, cuando la URSS ya estaba enterrada, Reagan invitó al ex presidente a su rancho y le regaló el sombrero de vaquero. Gorbachov lo describe en sus memorias. Comentándolo, el politólogo Serguéi Cherniajovski, dijo con ironía: “El ex césar de medio mundo sigue orgulloso de este hecho. También se sentían orgullosos los siervos cuando los zares les regalaban sus abrigos de pieles. Igual que ellos y Ricardo III de York, quien imploró en un momento de peligro “mi reino por un caballo”, este laureado con el Premio Nobel se sentía orgulloso por su intercambio beneficioso: medio mundo por el sombrero del ex presidente estadounidense. Más tarde los invitados de Reagan pagaban 5.000 dólares por tener su foto del ex secretario general de la URSS con el sombrero de los vaqueros de Texas. Gorbachov lo describe con orgullo, sin entender que lo que les atraía tanto, era verle con un gorro de payaso”.

Epílogo

En agosto de 1991, tres días después del llamado “golpe de agosto” en la Unión Soviética, Zinóviev escribió las siguientes palabras proféticas: “Ahora todo el mundo cree que la Guerra Fría ha acabado y que éste es el gran mérito de Gorbachov y su equipo. Pero no se suele explicar en qué consistió el papel de Gorbachov. Pasarán años y los descendientes valorarán este papel suyo como se debe: quiero decir, como una traición a los intereses nacionales del país y del pueblo propio. No conozco en la historia otro caso de traición comparable por su escala y consecuencias. La Gran Guerra Patria presentó varios ejemplos de una traición contra el pueblo, pero son una nimiedad en comparación con lo que hizo Gorbachov en tiempos pacíficos. Si los líderes de Occidente hubieran colocado en el puesto de líder del Estado a algún político propio, no hubiesen logrado hacer tanto daño como lo hizo Gorbachov. Actuó como un experimentado agente del aparato del Partido, empleando todas las capacidades d
el poder del que disponía el Estado comunista”.

Alexander Zinóviev dio una respuesta a la pregunta que había planteado él mismo: “La realidad de la historia soviética después de 1985 es tal que un observador objetivo no puede dudar de calificar como una traición las acciones de las autoridades soviéticas con respecto a su población”.

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