"De pensamiento es la guerra mayor que se nos hace: ganémosla a pensamiento" José Martí

sábado, 19 de diciembre de 2015

Costa Rica no dará más visas a cubanos

Carmen Navarro Leiva • 19 de diciembre, 2015


Mala relación de Costa Rica con Centroamérica

Molesto, indignado y frustrado, así se mostró el presidente Luis Guillermo Solís tras su regreso al país de El Salvador, después de participar, junto a sus homólogos, en la reunión del Sistema de Integración Centroamericana (SICA), donde el tema principal fue los migrantes cubanos que están Costa Rica.

No lograr un acuerdo solidario que permitiera dar a una respuesta humanitaria a los isleños que se encuentran varados en el país y que buscan continuar su camino hacia el sueño americano provocó que el mandatario y el canciller Manuel González se levantaran de la mesa política del SICA, como una clara señal de indignación y frustración ante la negativa de Nicaragua, Guatemala y Belice de abrir sus fronteras y dejarlos pasar.

“Esto no afecta los compromisos económicos, los compromisos de comercio pero sí la participación política en varios de los foros del SICA, esto debe ser entendido y acotado dentro del contexto”, declaró. Mientras que prometió a los migrantes que el país continuará atendiendo su situación de “techo, comida, servicios médicos y hasta de entretenimiento”.

Tanto el Presidente como el Canciller afirman sentirse defraudados, ambos coinciden en que la aspiración era que por medio del diálogo, la razón, el entendimiento y la solidaridad algunos países entendieran que el problema de los migrantes cubanos no se generó en Costa Rica y que por tanto este no “tiene la llave para una solución definitiva”.

“El SICA no era para hablar de la crisis de los cubanos, pero Costa Rica insistió en agregar el tema a la agenda antes que la cumbre se iniciara, indiqué que el país no podía quedarse participando en esa reunión si nuestra propuesta era rechazada”, explicó.

Ante la consulta afirmó que ni de parte de él, ni del Canciller “hubo irrespeto ni berrinches”, pero agregó que el SICA necesita cambios de fondo y forma para que este tipo de situaciones por falta de solidaridad y apoyo “no se repitan más”.

No más visas para isleños 

“No podemos seguir trayendo más gente”. Con esta frase el Canciller informó a los cubanos que buscan la frontera sur para ingresar que no podrán ingresar a suelo nacional, debido a que la capacidad del país llegó a su límite y no está obligado a lo imposible.

“El Gobierno de Costa Rica reitera a las personas que no han llegado hasta la frontera costarricense, que no lo hagan. Se advierte que quienes intenten entrar a partir de este momento, no serán admitidos y quienes sean aprehendidos en el territorio nacional sin visa serán deportados a su país de origen”, acotó González.

Kattia Rodríguez, directora de Migración y Extranjería, declaró: “Todos los cubanos en el país deben garantizarse tener su visado al día para que su permanencia legal en el país no se vea afectada”. Para esto se mantendrán abiertas las oficinas en todas las cabeceras del país y los puestos fronterizos.

Ante la consulta de Diario Extra al presidente Solís, si visitará a los isleños que se encuentran en los albergues, comentó: “No lo descarto, pero mi visita será de un perfil bajo”, lo que significa que no convocará a los medios para que lo acompañen.

En su visita lo que espera es explicarles de frente lo que ha hecho Costa Rica, cómo han actuado los países vecino y que el gobierno seguirá cumpliendo el compromiso de ayudarles para que lleguen al destino donde consideran que pueden continuar su plan de vida.

“Nosotros en Costa Rica hemos estado de forma leal, generosa, comprometida sobrellevando la crisis humanitaria de estas buenas personas que aspiran a llegar a un destino común, este es un problema de todos y por eso prometemos a los cubanos que no los dejaremos solos”, expresó.

Foto de portada: Cargado de emociones que evidenciaban molestia, indignación, frustración y hasta tristeza por el poco apoyo de sus homólogos de la región, el presidente Solís prometió mantener la ayuda a los cubanos / Mauricio Aguilar.

(Tomado de Diario Extra)

Continúa inestable situación higiénico-epidemiológica

Sábado, 19 diciembre, 2015 

La Asamblea Provincial del Poder Popular, en su sesión de este sábado, debatirá sobre ese y otros temas de interés para el territorio

La compleja situación higiénico-epidemiológica de la provincia, evidente en los más de 4 500 focos del mosquito Aedes aegypti que aún sobreviven en el territorio, demanda continuar perfeccionando las estrategias de prevención con la participación de todos los implicados.

El informe de la Comisión permanente de trabajo de Salud, Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente a la Asamblea Provincial del Poder Popular, que sesiona este sábado en su Vigésima Sesión Ordinaria del Onceno Período de Mandato, concluye además que los mayores índices de infestación se localizan en los municipios de Sancti Spíritus y Trinidad.

Las viviendas aparecen como los sitios donde se detecta la mayoría de los focos del vector, fundamentalmente en tanques bajos y bebederos de animales, lo cual confirma la baja percepción de riesgo que existe en la población.

Por otra parte, el documento comunica la disminución de las enfermedades diarreicas agudas, asegura que se mantiene la vigilancia continua para garantizar la calidad del agua y reconoce la labor de la Empresa de Acueducto y Alcantarillado en aras de mejorar la situación higiénico-sanitaria.

Sin embargo, acota, las restricciones para el desarrollo tecnológico y la falta de equipamientos especializados continúan limitando a las empresas involucradas para acometer las acciones necesarias con el propósito de solucionar los problemas relacionados con el saneamiento ambiental.

Además de esta temática, la Asamblea Provincial del Poder Popular evalúa hoy el comportamiento del sistema de atención a la población, sus objetivos de trabajo y el plan de actividades para el próximo año y los lineamientos de las comisiones permanentes para el 2016, entre otros asuntos.


“LA INVASIÓN NOS SIGUE MARCANDO”

La Estrella de Panamá, 18 de diciembre de 2015

Por Daniel Delgado-Diamante*

Al cumplir los 25 años de la Invasión de Estados Unidos a Panamá en 2014, publicamos un libro titulado “La resistencia armada y sus consecuencias.” Creemos que partes interesadas, han mantenido un silencio bochornoso sobre todo lo referente a ese nefasto suceso que ha sido casi borrado de la historia oficial nacional, o como dice el cantautor cubano Silvio Rodríguez, ha sido contado por cada parte cómo y hasta dónde le conviene.

A pesar del “Just Cause” de los estadounidenses para justificarla, los panameños aún tienen sentimientos encontrados de su propio comportamiento, dividiendo a la familia panameña. Numerosos jóvenes, sobre todo menores de 30 años, no tienen una conciencia clara de ese pasado que a muchos adultos aún los sigue marcando o no logran superar.

Lo narrado en el Libro es el producto de la apreciación y vivencia directa de los hechos y circunstancias que se relatan; es lo que nos consta y hemos conocido durante el proceso de investigación. No tiene toda la verdad –nadie la tiene– pero todo lo que se narra es verdad.

Nuestro Libro tiene como propósito recuperar parte de la memoria histórica, para que las actuales y futuras generaciones conozcan muchos pormenores, que aprendamos de sus lecciones y enfrentemos el futuro con sentido de Patria y Dignidad Nacional. Creemos que es un aporte para la consolidación del Estado Nacional panameño, su Soberanía y su Democracia representativa. Nuestro libro da una honesta y bien documentada respuesta a estas consideraciones.

No pretendemos en este libro justificar éxitos, errores o fracasos, sean ellos personales o institucionales, sino dar nuestra honesta explicación de los hechos vividos, que nos permita comprender su verdadero significado. Las nuevas generaciones de panameños deben conocer esa lucha para que Panamá ocupe un sitial digno en la comunidad de naciones soberanas e independientes, con la capacidad de proyectar su futuro, libre de injerencias extranjeras, provengan de donde provengan.

En la lucha generacional, la Invasión constituyó una tragedia, sin dudas. Perdimos una batalla, pero no perdimos la guerra por la liberación de nuestra Patria. Las armas estadounidenses no pudieron destruir nuestra voluntad de alcanzar la Soberanía Nacional. A ese objetivo apuntaba nuestra posición en la defensa de la Patria agredida. Por eso nos enfrentamos a la Invasión estadounidense ese 20 de diciembre de 1989, con arrojo y decisión, aun con grave riesgo a nuestra propia vida.

Panamá ha restablecido su posición en la comunidad internacional. Nuevas y respetuosas relaciones, de amplio contenido, se han normalizado con los Estados Unidos de América. Ahora, más que nunca, debemos reubicarnos entre las naciones del mundo que luchamos por la democracia y libertad, sin inmiscuirnos en aventuras militares internacionales que arriesguen la seguridad y el bienestar de los panameños.

Hoy, nos preguntamos si hemos o no superado la división entre panameños y los traumas generados por la Invasión. Actualmente, todavía algunos pregonan “Ni olvido, ni perdón.” ¿Podremos entre todos, quienes sufrimos las heridas de la Invasión y los que entonces aún no habían nacido, ante el altar de la Patria, proponernos Perdonar y Olvidar? Y, por supuesto, ¿encontrar Justicia, en donde se le dé a cada uno lo que le corresponde? 

Hay un pasaje de la Biblia respecto a ello. Del Sermón de la Montaña, Evangelio de Mateo, Capítulo V, versículos 22 a 24, cuando Jesucristo afirma: “Por tanto, si al tiempo de presentar tu ofrenda en el altar, allí te acuerdas que tu hermano tiene alguna queja contra ti, deja allí mismo tu ofrenda delante del altar, y ve primero a reconciliarte con tu hermano, y después volverás a presentar tu ofrenda.”

No creemos haber hecho nunca daño intencional a nadie como persona o como profesional. No obstante, es posible, -como se indica en la Biblia- que algunos puedan tener ciertas quejas contra nosotros. Por ello, pedimos perdón a todos los que pudieran sentirse o verse afectados por nuestras acciones u omisiones. En todo caso, ellas nunca tuvieron la intención de afectar a nadie. 

Tampoco juzgamos a nadie. El pueblo, con su inmensa sabiduría, sabrá hacerlo en su justa dimensión. Lo cierto es que no puede haber paz social sin justicia hacia las víctimas de la Invasión. No basta sólo instituir el 20 de diciembre como día de duelo nacional, sino indemnizar justamente a los afectados y sus familiares.

Los panameños siempre hemos sabido salir de las dificultades y logrado sembrar los cimientos de un futuro mejor. Ese futuro es nuestro. Luchemos por alcanzarlo entre todos los panameños, como hermanos.

* Abogado


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