"De pensamiento es la guerra mayor que se nos hace: ganémosla a pensamiento" José Martí

domingo, 11 de mayo de 2014

Paul Krugman y su desprecio de la teoría económica heterodoxa

Por Steve Keen *


En una de las últimas entradas en su blog, Paul Krugman menosprecia a los economistas heterodoxos–y a los estudiantes de la Universidad de Manchester que abogan por un cambio en los programas de estudio de economía- por querer una transformación fundamental en la teoría económica. Krugman dice en su última entrada, la Frustración de la Heterodoxia:

“Está es la historia que se cuentan a ellos mismos: la incapacidad de los economistas a la hora de predecir la crisis económica global (y la pobre respuesta en términos de política económica a ella), además del aumento de la desigualdad, demuestra el fracaso del análisis económico convencional. Así que ha llegado la hora de destronarlos –basicamente, todo el edificio construido desde el libro de texto de Samuelson de 1948- y dar a otras escuelas de pensamiento el mismo espacio de tiempo en los programas.

Desafortunadamente para la heterodoxia (y podría decirse que para todo el mundo), esta versión de la historia es casi completamente errónea.

Es cierto que los economistas no fueron capaces de predecir la crisis de 2008 (y casi todo el mundo). Pero no fue por falta de herramientas para entender lo que acontecía – desde hace mucho comprendemos bastante bien la lógica de las crisis bancarias. Lo que ocurrió fue un fallo de observación del mundo real, un fallo a la hora de darse cuenta de la creciente importancia del sistema bancario en la sombra.

Los economistas miraron a los bancos convencionales, vieron que estaban protegidos por seguros de depósitos, y no fueron capaces de darse cuenta de que más de la mitad del sistema bancario ya no funcionaba de ese modo. Fue un caso de miopía, pero no fallo conceptual importante. Y tan pronto como la gente reconoció la importancia del sistema bancario en la sombra, todas las piezas del puzzle encajaron: estábamos ante una crisis financiera clásica.

Los acontecimientos también mostraron la debilidad de una teoría económica que valora ante todo los micro fundamentos basados en comportamientos super-racionales, por encima de las evidencias. Pero la heterodoxia quiere más que eso, quiere interpretar los acontecimientos recientes como una refutación de la economía de Simon Wren-Lewis o de Janet Yellen, o Larry Summers (como economista, no como funcionario público). Esta interpretación simplemente no funciona. por supuesto que hay que defender las ideas heterodoxas si se cree que son correctas. Pero no se deben utilizar como argumento unos hechos que en realidad no responden al guión que te hubiera gustado”
.

Así es como Krugman tira a la basura lo que considera “una creciente frustración por parte de los economistas heterodoxos” como Tom Palley, y los estudiantes de la Universidad de Manchester (A post-crash manifesto to rebuild economics) sobre la incapacidad de la teoría económica para cambiar tras la crisis financiera.

Chicos y chicas, no hay necesidad alguna de cambio: la economía ortodoxa tiene todo bajo control. Fracasamos a la hora de comprender y pronosticar la crisis solo porque no fuimos capaces de ver la trampa del sistema bancario en la sombra. Una vez que nos dimos cuenta de este error de observación, tuvimos todas las herramientas necesarias y supimos que hacer. (Oh, y lo que los rebeldes dicen que pasó, no ocurrió de ninguna manera, ¡así es!)

Como es habitual, el razonamiento de Krugman es claro, plausible, pero erróneo. la principal razón por la que la economía ortodoxa sobrevivió al desafío de la crisis financiera global no es por su fortaleza teórica, sino por su irrelevancia.

No necesitamos la teoría económica para construir economías: han evolucionado y funcionado (y mal funcionado) incluso cuando la teoría económica (la ortodoxa o la heterodoxa) no existían. La mayor parte del tiempo, el papel de la teoría económica es simplemente ofrecer una narrativa que auto justifique el propio sistema social: la economía ortodoxa hace un buen trabajo en este sentido. Pero condena a la teoría económica a una tremenda inercia, porque solo cuando la economía funciona realmente a la gente le preocupa la teoría económica

Por otro lado, sí necesitamos ingenieros para construir puentes, carreteras o aviones. Si la teoría de la ingeniería estuviera equivocada en algún aspecto fundamental, la gente se daría cuenta rápidamente de la necesidad de un cambio –y lo exigiría.

Así que la frustración que los economistas heterodoxos sienten es la frustración que surge del intento de tratar de mover ese casi inamovible objeto intelectual. En los 60, los economistas críticos fueron capaces de demostrar los fallos de la economía neoclásica, como el mismo Samuelson admitió:

“Si todo esto causa algún dolor de cabeza a los nostálgicos de las viejas parábolas de los escritos de los neoclásico, debemos recordarnos que los académicos no nacieron para vivir una vida cómoda. Debemos respetar, y evaluar, los hechos de la vida”.


¿Pero qué pasó? ¡Nada!

Décadas después, las mismas parábolas infantiles son enseñadas en los libros de texto como el de Krugman, que se deriva del Samuelson original, sin mención alguna de que aquellas viejas parábolas fueron alguna vez cuestionadas.

Mi conclusión de esta historia es que la única oportunidad real de provocar un cambio fundamental en la teoría económica acontece durante las crisis. Pero la experiencia de la Gran Recesión ha mostrado que incluso no es suficiente para desalojar a la ortodoxia.

Un factor importante es la la existencia de economistas progresistas en los margen de la ortodoxia, especialmente economistas de tipo Krugman.

¿Cómo puede algún economista ser ortodoxo y no serlo al mismo tiempo? Porque el núcleo de la ortodoxia es la escuela de Chicago, con su visión de la competencia perfecta entre empresas, agentes hiper-racionales y la perversa fantasía de que “la economía está siempre en equilibrio, incluso durante la Depresión”.

Esta ortodoxia fue la fuente de los argumentos que Krugman describe como “doctrinas exóticas”, que conducen a políticas erróneas, como imponer la austeridad creyendo que es expansiva. Krugman proclama que “los políticos no basaron sus decisiones en la economía convencional. Por el contrario, decidieron ignorar los libros de texto de macroeconomía y abrazar doctrinas exóticas como la austeridad expansiva”.

¿Sí?, perdón pero, “esto está todo mal”. Esta “exótica doctrina” no vino de la izquierda (¡más bien de la derecha!), sino directamente del corazón intelectual de la ortodoxia económica.

La austeridad fiscal expansiva puede rastrearse hasta llegar a Robert Barro y su argumentación de que la gente responde a un incremento del gasto público gastando menos, por lo que pueden ahorrar para legar a sus herederos una herencia que les permita pagar mayores impuestos en el futuro. Barro escribió en 1989:

“Un red intergeneracional de transferencias hace que la típica persona sea parte de una familia amplia que se extiende indefinidamente. En este sentido, los hogares capitalizan la totalidad de los impuestos futuros previsibles, y por tanto planifican de manera efectiva en un horizonte temporal infinito.”
(Por cierto, si todo esto suena a pura mentira, es porque es así). Krugman podría clamar en contra de semejante insensatez en público y defender una política expansiva durante la crisis, pero aparte del propio modelo IS-LM, las herramientas que usa fueron desarolladas por ultra- ortodoxos como Barro: expectativas racionales, teoría del equilibrio general, el paquete completo.

Si estos ultra-ortodoxos hubieran sido la economía convencional, la necesidad de un cambio drástico en el núcleo de la teoría economía hubiera sido obvio. Pero en vez de eso, el razonable Krugman es la cara pública de la ortodoxia económica. Sigue utilizando el núcleo de la ortodoxia económica, pero es lo suficientemente hábil para añadir ciertas desviaciones – competencia imperfecta, fricciones que ralentizan la marcha hacia el equilibrio y cosas así- para parecer más realista. El resultado de esto es que una vez que la crisis haya pasado, sobrevivirá todo el núcleo de la teoría económica ortodoxa, con algunas pequeñas variaciones.

Esto es lo que pasó en la Gran Depresión, cuando John Hicks jugó el papel de ser la cara aceptable de la inaceptable economía ortodoxa con su modelo IS-LM (que el mismo acabó repudiando).

Cuando pasó esa crisis, la ortodoxia trabajó para deshacerse de las pequeñas variaciones introducidas por Hicks, así que cuando la actual crisis estalló, el núcleo de la teoría económica ortodoxa fue incluso más delirante que contra la que Keynes arremetió en los años 30.

Hoy en día, Krugman juega el papel de Hicks. Su economía ortodoxa “rara” actúa como un freno intelectual para detener el total abandono del núcleo central de la economía ortodoxa.

¿Está la historia repitiéndose? ¿Usará la ortodoxia el margen que tiene para, después de la crisis, deshacerse de las pequeñas variaciones de Krugman?

Lo intentarán, pero no creo que lo consigan, ya que como Mark Twain observó, la historia no se repite dos veces, aunque a veces se parece.

Después de la Segunda Guerra Mundial, la teoría económica ortodoxa tuvo seis décadas de relativa tranquilidad en la que reestructuró su visión del capitalismo como una nave auto gobernada, en lugar de la visión de Keynes de “un sistema sujeto a repentinos y violentos cambios”.

No tendrán seis décadas esta vez, porque la burbuja de deuda privada cuya explosión causó la crisis –y que la ortodoxia y la economía convencional ignoraron- es gigante, más de cuatro veces el nivel que tuvo a comienzos del periodo de posguerra, incluso después de seis décadas de desapalancamiento (ver figura 1).

Figura 1

¿Qué decir de la altanera pretensión de Krugman de “no se deben utilizar como argumento unos hechos que en realidad no responden al guión que te hubiera gustado”? La crisis siguió bastante los esquemas de la economía heterodoxa.

A partir de balances sectoriales, Wynne Godley y Randy Wray defendieron que una fuerte crisis vendría tras lo que economistas convencionales como Ben Bernanke llamaron “La Gran Moderación” y lo que Godley y Wray llamron “La Economía de los Ricitos de Oro”. Partiendo del trabajo de Minsky sobre la deuda privada, he argumentado que la crisis comenzaría cuando la tasa de crecimiento de la deuda privada descendiese (ver la línea azul en la Figura 1)

Esto no importa ahora. La economía ortodoxa a sobrevivido al reto de la Gran Recesión, y volverá a ignorar la críticas heterodoxas, como siempre ha hecho, excepto durante los tiempos de crisis. Pero dado la fragilidad de la economía, por los altos niveles de deuda privada, no creo que falte mucho para que la batalla vuelva a comenzar.

*Steven Keen es un economista matemático australiano de formación keynesiano-marxista que ha trabajado en los últimos años en modelar matemáticamente las premonitorias intuiciones de Hyman Minsky sobre la dinámica del capitalismo financiero actual. Autor de Debunking Economics, en 2010 le fue concedido el Premio Rovere de teoría económica por la capacidad de sus modelos matemáticos dinámicos para predecir la crisis financiera de 2008.

Traducción para www.sinpermiso.info: Azoye Alfageme

http://www.businessspectator.com.au/article/2014/4/28/economy/why-krugman-needs-new-

school-thought

Padura: Ser o no ser, esa es la cuestión


Por Orestes H.

Padura quiere jugar a otro juego. Él debe entender esta referencia por ser el aficionado a la pelota que es o dice ser…

Fue la idea central del archiconocido monólogo del bardo inglés William Shakespeare, la que primero vino a mi mente, cuando hace unas horas leí la entrevista que el exitoso escritor cubano Leonardo Padura ofreció al diario “La Nación” de Buenos Aires en ocasión de su visita a la Argentina a propósito de la presentación de su última novela en el contexto de la concurrida Feria Internacional que anualmente allí se organiza.
En la obra de Shakespeare, el personaje Hamlet se debate en la trágica contradicción (universal) entre ser o no ser ante las disimiles coyunturas que le ha presentado la vida: sufrimientos, fortunas, armas y adversidades; siendo éstas, algunas de las encrucijadas ante las que el protagonista debate su decisión entre morir o vivir, e incluye muy a propósito la opción de soñar.

No soy escritor, ni especialista y mucho menos crítico literario, soy ni más ni menos que un hijo deCuba, tanto como el propio Padura, en mi caso nacido con la Revolución y educado en los principios que heredamos de la historia de nuestro pueblo desde la conformación misma de la nacionalidadcubana; principios que la etapa del proceso revolucionario iniciada a partir de 1959 (aunque Padura lo desdeñe en cada una de sus apariciones) ha llevado a su máxima expresión. 
Tampoco pretendo hacer aquí un análisis de la obra literaria del escritor, a todas luces muy exitosa y de calidad sin discusión, y que debo reconocer he disfrutado mucho, desde la serie que protagoniza el sempiterno Mario Conde, hasta la “La Historia de mi Vida”, que considero su mejor y más lograda investigación, en la cual- debo también decirlo- de manera magistral nos lleva por los vericuetos de una parte de la historia de Cuba y sobre todo de la vida de nuestro poeta José María Heredia que desconocíamos. Ese es un libro digno de estar a la cabecera de cada joven cubano y en cada biblioteca de escuela de nuestro país.

Volviendo a la idea original de este comentario, digo que vinieron a mi mente Shakespeare y su Hamlet al leer la entrevista concedida al diario porteño porque aunque ya me he ido acostumbrando a las reflexiones claramente narcisistas de Padura, no lograba entender en esta ocasión las razones por las que decidió antes de su arribo a Buenos Aires ofrecer declaraciones justo a ese “medio de incomunicación”.
Inmerso en esa duda me convencí que Padura siempre está (o debe estar) ante la disyuntiva shakespeariana de ser o no ser (o en todo caso “hacerse el muerto para ver el entierro que le hacen”, según reza un popular refrán cubano. 
Dedicaré mi comentario a dos temas que considero, entre otros, importante debatir alrededor de la mencionada entrevista.

En primer término vale mencionar que “La Nación”, si Padura no lo sabe (lo cual dudo), tiene un historial digno de una novela trágica, asociado a su complicidad con las dictaduras militares de los años 70, que costaron solo al pueblo argentino más de 30 000 desaparecidos, complicidad que está probado respondó a negociados por los que la justicia le ha abierto una o varias causas.
Es el mismo diario que desde hace dos siglos y bajo la dinastía de la familia Mitre, ha desatado sin sonrojo todo su poder contra las ideas y acciones integracionistas de nuestros próceres y que en los últimos 50 años no se ha privado de nada para atacar todo proceso social en el continente que desee ser “normal” (para usar una palabra que expone Padura cuando es cuestionado sobre lo que desea para Cuba en el futuro) y trabajar por distribuir un poco mejor la riqueza.

Ese es el diario al que Leonardo Padura ofreció sus primeras declaraciones aun antes de llegar a la Argentina, y que los editores decidieron además ubicar en página privilegiada.
Algunos, el propio Padura incluido, podrán aducir que José Martí, el prócer mayor de Cuba, colaboró con ese diario cuando estaba en Nueva York durante su prolongado exilio.
Ello es cierto, muy cierto. 
Un Martí descollante en lo intelectual y definido en lo políticamente revolucionario (remarco: políticamente revolucionario), colaboró con varios diarios de la región y “La Nación” fue uno de ellos. El que lea sus crónicas de entonces, (estoy seguro que Padura lo ha hecho dada su condición de acucioso investigador), se dará cuenta que Martí hizo gala de una exposición clara de lo que estaba conformándose en el impetuoso imperio, y la combinaba con comentarios excepcionales que permitían al lector del sur de América adentrarse en realidades que marcarían su futuro.

Ahora se conoce que aquellas crónicas generaron temor en los editores aristócratas y desde aquel entonces, ya pro imperiales, por lo que la censura y la mutilación mostraron la verdadera esencia de lo que los dueños del diario pretendían.
Para muestra, un botón. Fue el propio Bartolomé Mitre, Director del periódico quien el 26 de septiembre de 1882 remitiera a Martí una carta que se explica por si sola y en la cual le dice:
(…)La supresión de una parte de su primera carta (…) ha respondido a la necesidad de conservar al diario la consecuencia de sus ideas, en lo relativo a ciertos puntos y detalles de la organización política y social y de la marcha de ese país (…) La parte suprimida de su carta, encerrando verdades amigables, podía inducir en el error de que abría una campaña de “denunciación” contra los Estados Unidos como cuerpo político, como entidad social, como centro económico (…). Su carta hubiera sido todo sombras, si se hubiera publicado como vino, y habría corrido el riesgo innecesario, publicándola íntegra, de hacer suponer la existencia de un ánimo prevenido, y mal prevenido (…) pero tratándose de una mercancía –y perdone Ud. la brutalidad de la palabra, en obsequio a la exactitud- que va a buscar favorable colocación en el mercado que sirve de base a sus operaciones, trata como es su deber y su derecho, de ponerse de acuerdo con sus agentes y corresponsales en el exterior acerca de los medios más convenientes para dar a aquella todo el valor de que es susceptible”.
Elemental Watson! Habría dicho el inigualable Holmes.

El otro tema que deseo abordar asociado a esta entrevista realizada al escritor cubano Leonardo Padura, tiene que ver con sus valoraciones claramente desdeñosas que el escritor acostumbra a verter contra el proceso revolucionario cubano cada vez que tiene una oportunidad en sus constantes viajes y escritos, criterios que reitera (como no podía ser de otra forma) ante el cuestionario de “La Nación”.
Pudiera decir yo, maliciosamente pensando, que Padura conoce cuál es el tipo de lector de “La Nacion” y él sabe que sus reiterados conceptos sobre supuestas “incertidumbres, sueños truncados y desencantos” del pueblo cubano (del que al parecer pretende erigirse como vocero) sobre su proceso, serán cantos de sirena a potenciales compradores de su último trabajo que- ¡oh, casualidad!- es una “crónica de la realidad de Cuba de los 90”.
Pero no seré tan “mal pensado”. Preferiré suponer que no es así y que Padura intenta preentarse el coherente ser humano que dice ser.
Lo que me queda claro es si Padura leyó bien la carta que B. Mitre envió a José Martí, tan distante en el tiempo como hace 132 años, como tampoco si leyó con paciencia la carta de Martí a su amigo mexicano Manuel Mercado la víspera de su muerte en Dos Ríos.

¿Qué otra cosa explicaría entonces el hecho de que no mencione en sus respuestas a “La Nación” ni por asomo, como no ha hecho nunca en sus giras y presentaciones, el también centenario deseo de la élite estadounidense de apoderarse de Cuba?
¿Qué otra cosa explicaría que Padura obvie los miles de muertos que nos ha costado (y sigue costando) a los cubanos esa obsesión “monroista” de los EE.UU., para lo que han empleado no solo millonarias sumas, sino también mortales engendros de guerra química y bacteriológica?
Padura obvia olímpicamente todo eso y, claro, los editores de “La Nación” lo premian ubicándolo en primera plana y las ventas de su libro subirán posiblemente de manera exponencial.
Pero nada de eso es nuevo en la actitud de Padura.
Lo que si no había escuchado hasta esta entrevista es “su reflexión” sobre la supuesta contradicción de “militancia y periodismo”.

Ante la pregunta de rigor, y haciendo gala de su máxima narcisista, sin tapujos, sentencia como si fuera un apotegma que:
“El militante se traga por completo al periodista pues el militante obedece al partido. El partido decide y manda. El periodista entonces desaparece”.
No solo es absoluto Padura en su pretendida y mesiánica conclusión, sino que además miente.
Demasiados ejemplos lo aplastan, Martí el primero. 
Padura no debió decir eso nunca en la tierra de Rodolfo Walsh y Jorge Ricardo Massetti, para mencionar sólo dos paradigmas argentinos de la profesión.
En cuanto a Cuba, claro que la prensacubana hoy no refleja todo lo que pasa, hace y discute nuestro pueblo, Es una lástima y una rémora por las que estamos pagando y seguiremos pagando un alto precio. Es cierto que las normas, disposiciones y hasta temores (algunos explicables a la luz de la historia. pero no razonables ni justificables hoy) nos mantienen en en general en una situación de complacencia y triunfalismos editoriales que dista mucho de la realidad.

Todo eso es cierto, pero aseverar lo que de manera absoluta el exitoso escritor cubano dice, es cuando menos una ofensa a las decenas de buenos periodistas y hombres y mujeres de letras que aunque no sean periodistas de profesión, trabajan en el ejercicio de la palabra de una manera sincera, crítica y revolucionaria y Padura lo sabe porque él vive en Cuba (mérito a reconocerle) y convive con ellos. Y como lo sabe, por eso su aseveración es oportunista.
Al comentar este tema con un querido amigo, periodista experimentado y de sinceridad a toda prueba me decía: 
“…periodismo militante, ni por asomo, significa que quien lo ejerza sea miembro de un partido. Hay una militancia que nada tiene que ver con partidos políticos y tú y yo la conocemos bien en Argentina, donde decenas de amigos que defienden ideas de justicia, equidad , soberanía y autodeterminación no pertenecen a partido alguno. Pero sin ir más lejos, conozco a muchos en Cuba y en mi misma agencia que sin ser miembros del partido ejercen un periodismo de calidad e independiente que Leonardo Padura parece o quiere ignorar.”
Habría mucho que comentar sobre los otros temas que aborda Padura en su entrevista, pero el espacio es poco y la paciencia de los lectores es aún menor.
Finalmente debo decir que en sus exposiciones, tanto al diario argentino como en otras tribunas, Padura esboza (sin decirlo) cuál es la “Cuba normal que él desea”.


Padura quiere jugar a otro juego. Él debe entender esta referencia por ser el aficionado a la pelota que es o dice ser…
El desea jugar al juego que niegue todo lo que ha conquistado Cuba en más de 145 años de vida republicana (no somos ingenuos y sabemos que sin república no se entendería lo que es hoyCuba). Pero prefiere seguir callando que EE.UU. siempre ha querido tragarse a esta isla, desde que era una colonia española, y aún lo sigue intentando, con prisa y sin pausa.
Ojalá y su silencio se deba a que sabe muy bien por que Washington no lo ha conseguido.
Él debería ser claro y dejar de rozar los bordes. 
Él debería dilucidar si comparte los sentimientos políticos con Mario Vargas Llosa y Hugo Cancio respecto de la Revolución Cubana.
Él debe decir cuál es la “Cuba normal” que desea.
Él debe sinceridad a los miles que lo leen, aunque no la tenga consigo mismo…
La historia, Padura, nos pone siempre ante la misma disyuntiva que Shakespeare dispuso para Hamlet:
SER O NO SER, ESA ES LA CUESTION. (Tomado de Segunda cita)

Discutir está reñido con tener una vida larga

Una persona que discute constantemente con su cónyuge, colegas o vecinos corre el riesgo de duplicar e incluso de triplicar el riesgo de morir. Ello se debe a que el estrés que generan las riñas nos vuelve más vulnerables ante diversas enfermedades.

Un equipo de investigadores daneses de la Universidad de Copenhague asegura que el estrés causado por la preocupación del día a día, debido al hostigamiento, las discusiones o las exigencias excesivas del entorno, puede conducir a enfermedades del corazón, así como a debilitar el sistema inmunológico, lo que lleva a una persona a padecer otros problemas de salud. Los efectos parecen ser mucho más alarmantes en los hombres porque, a diferencia de las mujeres, no suelen compartir sus problemas con sus amigos o familiares.

La doctora Rikke Lund, autora principal del estudio, chequeó con ayuda de sus colegas el estado de salud casi 10.000 hombres y mujeres danesas de entre 36 y 52 años de edad durante 11 años en el marco de un estudio sobre trabajo, salud y desempleo. Todos los participantes completaron regularmente un cuestionario para estipular la frecuencia con la que se enfrentaban a preocupaciones o a conflictos y con qué frecuencia se presentaban tales situaciones.

Durante este período murieron 196 mujeres y 226 hombres por causas que iban desde enfermedades del corazón o cáncer, hasta enfermedades del hígado por el abuso del alcohol y el suicidio. Los académicos utilizaron posteriormente una fórmula matemática para calcular la probabilidad de hombres y mujeres que murieron en función de la frecuencia con la que habían informado que discutían.

La conclusión de los expertos es que las discusiones o conflictos entre las parejas, familiares, amigos y conocidos duplican e incluso triplican las posibilidades de morir en comparación con los que rara vez discuten.

Lund sostiene que la tensión es la principal culpable de muerte prematura, ya que lleva a una persona a padecer una presión arterial alta y enfermedades del corazón. Aunque el estudio no demuestra que el estrés provoque cáncer, sí plantea la posibilidad de que el pueda conducir a una persona al suicidio o a muertes relacionadas con el uso excesivo de alcohol.



Eso sí que es ser rico

La última “lista de los ricos” de Institutional Investor, una recopilación de los 25 gestores de fondos de cobertura mejor pagados, se ha publicado en la revista Alpha; y resulta que estos tipos ganan un montón de dinero. ¡Sorpresa!

Pero antes de desdeñar el estudio por no aportar nada nuevo, pensemos en lo que significa que estos 25 hombres (sí, todos son hombres) ganasen un total de 21.000 millones de dólares en 2013. En concreto, pensemos en el modo en que su buena fortuna echa por tierra varios mitos populares sobre la desigualdad de rentas en Estados Unidos.

En primer lugar, la desigualdad actual no tiene que ver con los licenciados. Tiene que ver con los oligarcas. Quienes hacen apología de la creciente desigualdad casi siempre intentan disfrazar los enormes ingresos de los verdaderamente ricos mezclando a estos con los meramente acomodados. En vez de hablar del 1% o el 0,1% con más dinero, hablan del aumento de los ingresos de los titulados universitarios, o tal vez del 5% con ingresos más elevados. El objetivo de esta tergiversación es suavizar la imagen, para que parezca que estamos hablando de profesionales altamente cualificados que salen adelante gracias a la formación y al trabajo duro.

Pero muchos estadounidenses tienen una buena formación y trabajan mucho. Por ejemplo, los profesores. Sin embargo, no ganan un dineral. El año pasado, esos 25 gestores de fondos de cobertura ganaron más del doble que todos los maestros de educación infantil de Estados Unidos juntos. Y no, no siempre ha sido así: la enorme distancia que ahora separa a la clase media-alta de los verdaderamente ricos no apareció hasta la época de Reagan.

En segundo lugar, no hagan caso de la retórica sobre los “creadores de empleo” y todo eso. Los conservadores quieren hacerles creer que las grandes remuneraciones del Estados Unidos moderno van a parar a los innovadores y a los emprendedores, personas que crean empresas y hacen que avance la tecnología. Pero eso no es lo que hacen los gestores de los fondos de cobertura para ganarse la vida; su negocio es el de la especulación financiera, que John Maynard Keynes definía como “prever lo que la opinión media espera que será la opinión media”. O, puesto que gran parte de sus ingresos proviene de los honorarios, en realidad su negocio consiste en convencer a otros de que pueden prever la opinión media sobre la opinión media.

¿Por qué es importante todo esto? Esencialmente, por los impuestos

Hubo una época en la que uno habría podido alegar, sin reírse, que todos estos tejemanejes eran productivos, que de hecho la élite financiera ofrecía a la sociedad un servicio acorde con la remuneración que recibía. Pero, a estas alturas, las pruebas indican que los fondos de cobertura son un mal negocio para cualquiera excepto sus administradores; no ofrecen un rendimiento lo bastante elevado para justificar esos enormes honorarios y son una fuente importante de inestabilidad económica.

En líneas más generales, seguimos viviendo a la sombra de una crisis propiciada por un sector financiero sin control. Se evitó la catástrofe total rescatando a los bancos a costa de los contribuyentes, pero seguimos estando muy lejos de haber recuperado los millones de puestos de trabajo perdidos y los miles de millones de pérdidas económicas. Con esos antecedentes, ¿de verdad están dispuestos a afirmar que los que más dinero ganan en Estados Unidos —que son básicamente directores financieros o ejecutivos de grandes corporaciones— son héroes económicos?

Para acabar, un análisis pormenorizado de la lista de los ricos respalda la tesis que ha hecho famosa Thomas Piketty en su libro Le capital au XXIe siécle [El capital en el siglo XXI], es decir, que nos encaminamos hacia una sociedad dominada por la riqueza, mucha de ella heredada, más que por el trabajo.

A primera vista, puede que esto no resulte tan evidente. Al fin y al cabo, los que integran la lista de los ricos son hombres hechos a sí mismos. Pero en su inmensa mayoría se hicieron a sí mismos hace mucho tiempo. Como señala Matt Levine, de Bloomberg View, en la actualidad, muchos de los ingresos de los principales directores financieros no proceden de invertir el dinero de otros, sino de las rentas obtenidas del dinero que ellos mismos han acumulado (es decir, la razón por la que ganan tanto es que ya son muy ricos).

Y esto es, si se paran a pensarlo, una consecuencia inevitable. Con el tiempo, la desigualdad de rentas extrema conduce a una desigualdad de riqueza extrema; de hecho, el porcentaje de riqueza del 0,1% con más ingresos de Estados Unidos ha vuelto a los niveles de la edad dorada de finales del siglo XIX. Esto, a su vez, significa que las rentas altas provienen cada vez más de las rentas de las inversiones, no de los salarios. Y es solo cuestión de tiempo que las herencias se conviertan en la mayor fuente de gran riqueza.

Estados Unidos tiene una larga tradición de imponer impuestos altos a las rentas elevadas y a las grandes fortunas, con la idea de limitar la concentración del poder económico y, además, recaudar dinero. Hoy día, sin embargo, la mera insinuación de que se recupere esa tradición se topa con afirmaciones airadas de que gravar a los ricos es destructivo e inmoral (destructivo porque disuade a los creadores de empleo de que se dediquen a lo suyo e inmoral porque la gente tiene derecho a quedarse con lo que gana).

Pero esas afirmaciones se apoyan básicamente en mitos relacionados con quiénes son en realidad los ricos y cómo han amasado sus fortunas. La próxima vez que oigan a alguien dar un discurso sobre lo cruel que es perseguir a los ricos, piensen en los tipos de los fondos de cobertura y pregúntense si de verdad sería tan terrible que pagasen más impuestos.

Paul Krugman es profesor de Economía de Princeton y premio Nobel de 2008.

© New York Times Service 2014.

Traducción de News Clips.

Con todas las de la Ley

Susana Gómez Bugallo 
10 de Mayo del 2014 21:18:34 CDT


NUNCA se había legislado tanto en Cuba como en el pasado 2013. Y el 2014 no se quedará atrás. En los tres últimos años se emitieron 145 normas jurídicas. El 2012 fue solo el inicio de este proceso, el 2013 fue muy intenso, y en lo que va de 2014, se han promulgado dos leyes: el Código del Trabajo y la Ley de Inversión Extranjera.

Como en ningún otro momento, para seguir el curso de las transformaciones en la sociedad cubana y de su evolución futura, hay que seguir los cauces de la Ley. El país avanza en la implementación de los Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución con normas jurídicas que pautan el camino. Política, economía y sociedad se mueven dentro de un orden legal especialmente diseñado.

Esa es la certidumbre que deja una intensa y extensa entrevista con María Esther Reus, ministra de Justicia, cuya responsabilidad es respaldar el lugar especial de la pelea cubana por la institucionalización, la constitucionalidad y el Derecho, como bases sobre las cuales se asiente al anhelo de una sociedad sustentable y próspera.

Con un carácter y poder de comunicación envidiables, la titular dialogó guiada por la certeza de que los funcionarios deben valorar más el papel del periodismo en la entrega de toda la información al pueblo. Como mujer de atinada visión, sabe llegar a la esencia del asunto y responder aquellas cuestiones que inquietan a todos los cubanos. Conoce también las zonas más esquivas de la legalidad y hacia ellas apunta con la intención de desmitificarlas.

—Se habla de que la actualización y su énfasis en lo legal ayudará a institucionalizar el país ¿Acaso no estaba Cuba institucionalizada?

—Cuba estaba institucionalizada. Tenemos un Parlamento desde 1976, existen los Organismos de la Administración Central del Estado (OACE), entidades nacionales, estructuras territoriales del Consejo de la Administración y demás. Estamos hablando del perfeccionamiento de la institucionalidad, pues las leyes tienen que visualizar los cambios de la realidad.

«La implementación de los Lineamientos tiene el objetivo de actualizar el modelo económico, con un alcance funcional, estructural y social. Esto ha implicado una modificación legislativa, porque las decisiones que se están adoptando llevan un reflejo en la norma. La ganancia fundamental del proceso de actualización es la intencionalidad de que todo esté legislado en una norma con el rango que corresponda.

«Podemos decir que el país está institucionalizado porque tenemos más de 700 normas jurídicas vigentes. Si se está actualizando la sociedad en su conjunto, tiene que actualizarse también la legislación, y ese proceso lleva dos momentos: el cambio económico, estructural y funcional, y su reflejo en la norma jurídica, que es lo que las personas ven, porque dice cómo se introducirá el cambio».

—Uno de los problemas que ha enfrentado la actualización del modelo económico cubano es la dispersión legislativa. ¿Cuánto se ha hecho por eliminar ese fenómeno?

—Durante mucho tiempo se legisló de forma diferente. Se modificaban las normas cuando decidíamos actualizarlas porque estaban obsoletas. Ahora se cuenta con políticas antes de elaborarlas, lo que significa que las decisiones son tomadas con anterioridad. Se legisla porque existe una decisión política con reflejo en la norma.

«Muchas leyes están vigentes en el país. Pueden ser modificadas total o parcialmente y crearse otras, porque llegarán en dependencia de las disposiciones. Hoy la norma no se modifica para ser perfeccionada (aunque lo requiera), porque la urgencia es implementar la decisión política.

«Tenemos mucha dispersión porque existen normas de diferente rango para regular un mismo tema, otras emitidas por varios organismos sobre el mismo asunto, incluso algunas son contradictorias, porque la legislación se ha empleado para resolver problemas puntuales e institucionales.

«Una estrategia para disminuir la dispersión es tratar de lograr la integralidad con principios básicos que aplicamos a la producción legislativa. Cuando vamos a modificar un tema, identificamos las normas vigentes sobre él, para saber qué hay que derogar o modificar. Las decisiones tomadas se concentran en la menor cantidad de normas.

«Cuando se comenzó a trabajar con la compra y venta de vehículos había 52 normas vigentes; hoy se concentran en un decreto y cinco resoluciones recogidas en una Gaceta para cualquier persona que quiera saber lo legislado sobre el tema.

«Otro de los principios aplicados es que cuando la norma no se pueda derogar totalmente, porque no es el momento de cambiar la ley, se emita un decreto-ley que la modifique y se publique concordado (original con cambios incorporados). Eso ocurrió con la Ley Migratoria, pues era necesario flexibilizar esta política, pero no estábamos en condiciones de entrar en una ley migratoria integral. Aun así tenemos mucha dispersión, sobre todo en las resoluciones, que son normas de rango inferior.

«Un elemento que perfecciona la estrategia es que se legisla de manera integral: la ley sale acompañada de su reglamento y de la legislación complementaria que requiere. Antes la emitíamos, se decía que en 180 días saldría el reglamento y en algunos casos todavía lo estamos esperando. Ahora participan los que deben hacerlo y se expresan las normas, independientemente del rango y organismo emisor.

«Estos elementos propiciarán, paulatinamente, el remedio a la dispersión. Se ha logrado comprender, aunque es difícil, porque resultaba más fácil modificar una resolución diciendo que tal artículo quedaba redactado de una manera y que se derogaba todo lo que se opusiera. Pero la población debía leerse toda la legislación para saber qué era lo que se oponía.

«Se implica también la intencionalidad de los cuadros. Como los ministros tienen la facultad de legislar, sobre todo hacia lo interno, su asesor jurídico debe poseer el ánimo diario de cambiar, pero derogando lo viejo, copiando lo que sirve y logrando que la última norma lo diga todo».

—¿Qué implica la emisión de tantas normas para el legislador y después para los que tienen que hacerlas cumplir? ¿Cuán difícil ha sido crear todas las normas con sus paquetes jurídicos? ¿Cómo se realizó ese trabajo?

—La emisión es el resultado, pero implica un proceso coordinador entre especialistas y organismos que participan en la implementación, porque la norma refleja decisiones económicas, jurídicas, sociales y funcionales.

«El rector del grupo es el del tema central, pero toman parte todos los relacionados, para ver el asunto con la integralidad requerida. Aunque la Comisión de Implementación conduce el proceso, no suple la función rectora. Los juristas ayudamos a dar forma y contribuimos a que se entienda mejor, además de ver qué se deroga y atender la implementación correcta.

«Estas normas nunca rebasan la política, pero no la pueden dejar incompleta; el paquete de normas es mucho más amplio. La política dicta qué queremos solucionar, la norma debe decir cómo, cuándo, quién, dónde… Incluye la decisión, el procedimiento, el presupuesto, quién lo implementará…

«No solo se circula la norma, sino también las políticas. Se da participación a los Organismos de la Administración Central del Estado, entidades nacionales y Consejos de Administración para que opinen sobre la decisión. Eso ha posibilitado un espectro más amplio para asegurar lo que es difícil de ver desde el Ministerio. Además, quienes participan se sienten protagonistas y se comprometen en la ejecución de la norma.

«Luego del momento de circulación, se hace una compleja pero importante conciliación de opiniones, se intercambia con todos y se les dice qué se aceptó y el porqué de lo que no. Se decide hasta la redacción, porque siempre que alguien no entienda es porque no fuimos claros. Queda trabajar para que la urgencia no limite la calidad.

«Al final del proceso, las leyes —que son las normas de mayor alcance— van a la Asamblea, que tiene la potestad de decidir a quién se les consultará. Es novedad el proceso de capacitación para garantizar la ejecución. Los funcionarios que participan en la práctica reciben preparación por sus instituciones o por la Comisión de Implementación de los Lineamientos. El jurista desempeña un rol esencial en el asesoramiento porque la sociedad está cambiando rápido.

«Uno de los objetivos es la agilidad para que las normas cumplan con la proyección estratégica de la Comisión de Implementación de los Lineamientos, pues tenemos cinco años para ponerlos en práctica».

—Algunos critican el estilo de emitir tantos decretos y apuntan que debería ser más activa la labor del Parlamento como órgano legislativo. También hay quienes consideran que debería existir un programa legislativo. ¿Qué consideraciones le merecen esas opiniones?

—El General de Ejército Raúl Castro ha dicho a la Asamblea que debe tener un papel más activo, elaborar más leyes y menos normas. Se trata de un equilibrio porque no todo puede ser una ley, ni un decreto-ley. Pero se está logrando que las normas de impacto en la sociedad lleven el rango de ley, otras se impondrán como decretos-leyes, debido a la urgencia de su aplicación y lo limitado de su alcance.

«La Constitución establece que el decreto-ley se apruebe cuando la Asamblea no esté funcionando y se imponga implementar una decisión. Solo la sabiduría nos dice cómo saber lo que requiere determinado rango y cuándo debe priorizarse la implementación».

—¿Cuáles considera que han sido las leyes más trascendentales para el futuro del país o las que más pueden ayudar a transformar la realidad cubana?

—Pudiéramos hablar de muchas. Estamos en un proceso de actualización de las normas principales que rigen la sociedad: Código Penal, Ley de Procedimiento, Ley Tributaria y Código del Trabajo. La Ley de Inversión Extranjera es vital para el desarrollo económico del país. Y otra norma importante será la Ley de Empresas.

«Algunas normas se perfeccionarán y otras las crearemos. Hemos adoptado un decreto-ley para las cooperativas no agropecuarias con carácter experimental, aunque llegará el momento en que tengamos una Ley de Cooperativas. Pero experimentamos con las normas de impacto trascendental en la economía para no desembocar en objetivos no previstos.

«Luego tendremos normas vinculadas a lo social, porque se habla del problema demográfico en Cuba, del adulto mayor, los jóvenes, la natalidad, entre otros. También se trabaja en una Ley del Agua y se perfecciona lo que tiene que ver con las modificaciones sustanciales del Sistema de Salud.

«Se actualizarán primero las que requieran los cambios que se están aplicando. El resto se hará, teniendo como principio que todo debe quedar regulado jurídicamente, que todo cambio tendrá un reflejo en la legislación porque las normas dan el carácter obligatorio de su cumplimiento».

—¿Cómo podría ilustrar que con las nuevas normas jurídicas se ensalza la mirada a los sectores juveniles como capital humano que desarrolla el capital social?

—Aunque las normas tienen un carácter general, existe una intencionalidad en la política de propiciar el desarrollo de las nuevas generaciones. Un ejemplo es la entrega de las tierras en usufructo, pues darlas a jóvenes representa la continuidad de una forma vital de producción de alimentos.

«Otra muestra está en el trabajo por cuenta propia. También en el proceso de disponibilidad se tuvo en cuenta a los que estaban cumpliendo el servicio social. Determinadas proyecciones tributan a la mirada especial para fomentar la participación juvenil. Tenemos jóvenes juristas en la elaboración de las normas, asesoramiento y ejecución».

—Usted se refirió recientemente a la tendencia de centrarse demasiado en las cuestiones formales de las leyes. ¿Qué situaciones puede generar esto? ¿Por qué ocurre? ¿Qué se está haciendo para remediarlo?

—En Cuba la elaboración de las normas no cuenta con una legislación que la respalde. Estudiamos 18 países en diferentes áreas que sí la poseen. La necesidad y masividad para legislar nos obliga a ordenar ese proceso. Se trabaja en un grupo conducido por el Ministerio de Justicia para elaborar una metodología en la redacción de las normas. Esto uniformará, servirá de guía a quienes legislen y evaluará las leyes según su calidad.

«Todo lo que contribuyamos metodológicamente será una guía para los juristas jóvenes que no tienen experiencia legislativa, cualidad que en Cuba se había perdido porque no se preparó el relevo adecuadamente. Tenemos que suplir esto con mecanismos que garanticen unidad en la forma. Cuando estén los elementos formales, nos concentraremos más en el contenido, que es lo necesario».

—Estudios han demostrado que una gran parte de la población no conoce las leyes, con sus derechos y deberes implícitos. ¿Cuán peligroso resulta esto para una sociedad que se vuelve más compleja y con diversidad de actores, sobre todo en el ámbito económico?

—Ese es un problema que hemos tenido durante mucho tiempo: nos ha faltado una educación jurídica. Ahora lo vemos como un problema, pero existe porque no ha habido necesidad. La naturaleza de nuestro sistema de protección al ciudadano propicia que las personas sepan que por desconocimiento de una norma no van a quedar indefensas. En otros países los ciudadanos andan con la legislación a mano porque en cualquier momento les pueden violar sus derechos y se preocupan primero por un abogado que por un médico.

«Pero estamos en un momento en que hay urgencia de conocer lo legislado para garantizar su cumplimiento. No solo en la población, sino también en las estructuras estatales y los funcionarios. Carecemos de un sistema para fomentar este conocimiento y lo hacemos espontáneamente.

«Debemos lograr integralidad entre medios de comunicación, organismos, estructuras y funcionarios. Uno de los intentos es el proceso de divulgación que la Comisión de Implementación conduce después de adoptar cada política. Pero no es suficiente que salga durante tres días y luego a las personas se les olvide. Es prioridad contar con un sistema de divulgación coherente, intencionado y racional, que explique dónde encontrar la información.

«En el Ministerio se ha diseñado un programa para sectores fundamentales. Es importante preparar a los cuadros para que sepan conducir los procesos, a los asesores jurídicos para que ayuden a los cuadros a ejecutar su responsabilidad, y a las nuevas generaciones para fomentar ese conocimiento desde la familia y la escuela.

«Se debe incorporar el mensaje en toda ocasión para que tenga impacto. Tenemos mucho que hacer y avanzaremos si nos unimos, logramos mayor comunicación y aprendemos a relacionarnos mejor con los medios de prensa, porque no le hemos dado su importancia. Tenemos que usarlos para que la población esté informada y cuando reclame podamos ir hacia el responsable de la verdadera violación».

—Existe en algunos sectores una postura de incredulidad con respecto a la protección jurídica. No son pocos los que alegan que no sirve de mucho crear y conocer las leyes si no se aplican bien. ¿Qué retos entrañan los cambios para la preparación profesional y postura ética de los juristas?

—A la falta de cultura jurídica en la ciudadanía se une la de los funcionarios que ejecutan las normas. El reto fundamental está en cómo conducimos el proceso de la correcta implementación. Otro elemento es lograr que las personas vinculadas a una actividad sean las conocedoras.

«No tenemos especialidades como la de técnicas legislativas; ni siquiera los juristas se preparan en ello porque no se da en las facultades de Derecho. En muchas de las actividades hemos suplido con un personal que tiene ganas de hacer, pero no tiene dominio de esos conocimientos.

«También tributa a esta duda la ética. Lamentablemente, funcionarios se creen con el derecho de decidir cómo y cuándo hacen algo que el Estado les paga por hacer y es su razón de ser. Tenemos que lograr que sirvan y no estén para ser servidos. Es importante cómo tratamos a las personas, dar la respuesta adecuada, evitar maltrato o informaciones incorrectas. Debemos diseñar los servicios con menos trámites y la profesionalidad necesaria para que la imagen del funcionario público cambie.

«Urge perfeccionar nuestra legislación, depurar los modos de trabajar en las instituciones y diseñar funcionamientos que sean menos engorrosos. Para solicitar un trámite le exigimos documentos al ciudadano, pero institucionalmente tenemos que garantizarlos y evitar que la población esté buscando papeles para probar lo que se puede tener con una llamada o consulta a la base de datos.

«Es una obligación enfrentar a quienes hacen algo mal. Se requiere crítica oportuna y enfrentamiento transparente para que nadie use en su beneficio las facultades que el Estado ha depositado en él. Esta batalla contra la corrupción e ilegalidad no va solo dirigida a enfrentarlas, sino a prevenirlas mediante el control».

—Usted comentó recientemente que desde el Ministerio de Justicia se realizan estudios para establecer estándares en la solicitud de documentos, en aras de perfeccionar los servicios jurídicos. ¿Cómo marcha este proceso? ¿Cuánto puede ayudar a desburocratizar los servicios públicos?

—Se han aprobado políticas como el perfeccionamiento de los registros públicos, no pedir escritos para probar una circunstancia que aparezca en el carné de identidad. Es necesario perfeccionar las estructuras, porque a veces tenemos varias dedicadas a lo mismo, y la persona pasa por varios lugares para obtener un documento. Concentrar los trámites está en el centro de la implementación de los Lineamientos y del perfeccionamiento de la legislación. Estamos coordinando entre las instituciones jurídicas para facilitarnos la información sin recargar a la población. Lograr mejor servicio requiere coordinación.

—Raúl ha apuntado que en Cuba no se debería adoptar ninguna decisión importante sin antes consultarla con el pueblo. Hay quienes opinan que determinadas leyes deberían someterse a plebiscito. ¿Cómo determinar el uso de un mecanismo u otro para aprobar las disposiciones?

—Las Constituciones se han sometido a referendos. Normas como el Código de Familia han tenido consultas populares. El primer ejemplo a partir de la implementación de los Lineamientos es la propia discusión de estos, que fue casi una consulta popular del documento que recoge una transformación sustancial en política, economía, sociedad y cultura, y hoy se implementa en normas jurídicas.

«Aunque la implementación está comenzando, pues tiene dos años, lleva una política, un proceso de circulación y de opinión. Este tiempo ha sido de normas elementales y se han emitido 145, buen número para una implementación inicial.

«Existen los mecanismos para que las normas y las políticas se consulten, pues hay un procedimiento dispuesto. Lo más reciente fue el Código del Trabajo, discutido en las secciones sindicales. Como principio, todos los criterios son escuchados, estén a favor o en contra. Ha habido manifestaciones concretas de que la unanimidad se ha ido perdiendo y debemos vivir en esa unidad con la diversidad. Cada quien aporta su criterio, unos lo enriquecen, otros permiten verlo desde otra posición y alcance.

«Es un proceso de intercambio para lograr la elaboración de la política; la norma permite una integralidad para legislar con la que no contábamos, pues cada quien resolvía su problema; hoy es el del país por encima del individual: resolviendo el propio se tributa al social.

«Los procesos irán dando sus resultados, pero es un aprendizaje permanente en el que estamos tratando de lograr lo pedido. La participación ha sido vital, puede ser mayor, y la Asamblea Nacional está facultada para decidir cuándo.

«En la composición de nuestro Parlamento —hasta un 50 por ciento es de los delegados de base—, hay una representación del pueblo para decidir sus legislaciones. Nuestro sistema político y jurídico permite una participación activa de todos los sectores, y muchas de esas discusiones se llevan a la base. Tenemos la posibilidad y garantía de decir que este proceso ha permitido, en los niveles que corresponde, la participación de los actores principales en su ejecución. Se ha demostrado la posibilidad de que las comisiones de la Asamblea Nacional del Poder Popular realicen una labor más amplia.

«La Comisión de Implementación se nutre de un consejo científico en el que se han creado más de 12 comités de diferentes materias y se han incorporado al análisis, no solo de las decisiones de la implementación, sino de las políticas. Se han reunido universidades, científicos, centros de investigaciones, organizaciones sociales.

«A veces vemos que la ley no se discutió en el CDR, pero para elaborarla participaron los más conocedores, los que tienen que ver con la actividad, los delegados, las asambleas municipales, provinciales y los ministerios.

«Incluso hoy tenemos posibilidad de análisis en la visualización de las reuniones del Consejo de Ministros, una experiencia que permite —desde todos los puntos de Cuba— la participación de los cuadros fundamentales que después deben ejecutar. Son ejemplos que ilustran la integralidad y posibilidad de opinar sobre las decisiones».

Reflexión, conga y compromiso contra la homofobia

La jornada concluirá el 17 de mayo en la ciudad oriental de Bayamo.

La Habana, 11 may.- El programa televisivo Mesa Redonda Informativa tratará el próximo lunes sobre familia y diversidad sexual, reveló la víspera Mariela Castro Espín, directora del estatal Centro Nacional de Educación Sexual (Cenesex) en las actividades de la séptima Jornada Cubana contra la Homofobia.

El espacio donde se discuten asuntos nacionales e internacionales tocará el respeto a la libre orientación sexual e identidad de género, por primera vez en la historia del plan de actividades organizado desde 2007 por Cenesex alrededor del Día Internacional contra la Homofobia y la Transfobia, según Castro Espín.

El anuncio tuvo una buena acogida entre el público que ocupó la primera planta del cine habanero La Rampa, para asistir al panel sobre familia y diversidad sexual, luego continuar en la Conga la Homofobia y demás actividades culturales, educativas y científicas, que son habituales cada mes de mayo en el Pabellón Cuba .

Ramón Silverio, director y alma del proyecto "El Mejunje", que funciona hace casi tres décadas en la central provincia de Villa Clara, declaró a la Redacción IPS Cuba: "A este asunto (la diversidad sexual) le había llegado la hora hace muchísimo tiempo. Le da una dimensión tremenda que esté en un espacio como ese, político".

"Desde que comencé en 1984, este es el mejor momento. Se ha avanzado y cada año se da un paso más. Pero deben darse otros como la actualización del Código de Familia, porque estamos viviendo con una legislación alejada de la sociedad actual", compartió Silverio.

La Mama, activista de la oriental provincia de Bayamo, celebró la noticia mientras el panelista Lorenzo Lezcano calificó el hecho de "genial sobre todo porque la sociedad lo necesitaba desde hace tiempo".

El panel titulado "Familia ¿espacio de inclusión?" incluido en la Jornada Nacional contra la Homofobia analizó la necesidad de la comprensión y apoyo de las familias para las personas LGBTI (lesbianas, gays, bisexuales, transexuales e intersexuales) en una sociedad machista y patriarcal.

También puntualizó la importancia de luchar contra todas las discriminaciones e implementar legislaciones que protejan a las parejas homosexuales.
Dolorosos fueron los testimonios de madres como la mexicana Mónica Núñez, quien asistió esta semana en Varadero, Cuba, a la VI Conferencia Regional de la Asociación Internacional de Gays, Lesbianas, Bisexuales, Trans e Intersex de América Latina y el Caribe (IlgaLac).

"No es justo sacrificar a un niño por la comodidad de la sociedad", destacó, tras acentuar que todas las personas necesitan respeto, reconocimiento, apoyo y afecto.

En esa ocasión, por primera vez la Conga contra la Homofobia recorrió a todo su ancho las tres cuadras que separan al Malecón habanero del Pabellón Cuba, sede tradicional del festejo.

Banderas cubanas y multicolores y llamados al respeto a la diversidad se mezclaron en la conga con los vítores por Cuba.

La jornada es la parte más visible de una intensa actividad de sensibilización y atención que a lo largo del año promueve el Cenesex a través de sus redes comunitarias, integradas por jóvenes, trans, juristas y mujeres lesbianas, entre otras.

La Carta de Cuba, documento aprobado en la VI Conferencia de IlgaLac, fue leída en el encuentro.

Destaca la necesidad de que la región siga trabajando como un movimiento que respete las condiciones y características para la lucha en cada país.

Se pronunciaron también contra todo tipo de exclusión y sobre temas políticos más generales como el rechazo el bloqueo económico y financiero que Estados Unidos impone a Cuba desde hace más de medio siglo, la soberanía de las islas Malvinas y la salida al mar de Bolivia.

Un panel dedicado a exponer diferentes experiencias desde la comunicación puso de relieve lo impostergable que resulta una mayor incidencia en los diferentes medios para que sea más efectiva y profunda la visibilidad del tema.

Como es tradición, el no gubernamental Centro Memorial Martin Luther King Jr. (Cmmlk) realizó una celebración ecuménica.

La reverenda Raquel Suárez dijo a la Redacción IPS Cuba que el Cmmlk como centro macro-ecuménico de inspiración cristiana cree en la igualdad de todos los seres humanos y en la justicia de Dios para todas personas.

En la jornada, previa a la celebración del Día de las Madres, el Cenesex homenajeó a un grupo de madres de activistas quienes han devenido también participantes en la defensa de la libre orientación sexual e identidad de género. (2014)
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