"De pensamiento es la guerra mayor que se nos hace: ganémosla a pensamiento" José Martí

martes, 24 de diciembre de 2013

Cuba, la actualización del modelo

CATALEJO

Ediciones Temas tiene el gusto de presentar a sus lectores, dentro y fuera de la Isla, su primer libro electrónico:
Cuba, la Actualización del Modelo. Balance y perspectivas de la transición socialista
Descargar: PDF, ePub, mobi

Ediciones Temas tiene el propósito de extender el trabajo y los objetivos de la revista a la esfera del libro. Publicará recopilaciones de textos difundidos en las páginas impresas o digitales de Temas y Catalejo, continuará las colecciones de debates de los paneles mensuales de Último Jueves, dará a conocer obras inéditas, traducciones inexistentes en español, relatorías de eventos convocados por la revista. Su perfil temático y la índole de los textos que publicará serán los mismos que la revista ha venido produciendo a lo largo de casi veinte años.
Cuba, la Actualización del Modelo. Balance y perspectivas de la transición socialista recoge las intervenciones en el Taller homónimo —convocado por la revista Temas y el David Rockefeller Center for Latin American Studies (DRCLAS), de la Universidad de Harvard— de un grupo de quince estudiosos cubanos, norteamericanos y europeos, en torno al análisis y discusión de los cambios recientes en Cuba, sus raíces, características e impactos.
El evento se desarrolló en junio de 2013, mediante una videoconferencia entre dos sedes —Diálogo Interamericano (Washington DC) y Cubarte (La Habana)— y permitió exponer y debatir cuatro temas centrales: dinámicas políticas de la Actualización; economía, cooperativas, ciencia; los actores sociales en el cambio, y la dimensión internacional.
Este Taller se propuso abordar los cambios de forma sistémica e interconectada, no circunscrita a una mirada económica, preguntándose sobre los efectos y dinámicas que llevan consigo las reformas, los cambios en la sociedad cubana y el contexto internacional.

Rafael Hernández, Daybel Pañellas y Juan Luis Martin. Detrás, Alberto González (traductor) y Rafael de la Osa (director de Cubarte), en el Taller “Cuba, la Actualización del modelo”.
Philip Peters, Richard Feinberg, Tania García, Mayda Álvarez, Jorge I. Domínguez, Sonia Catasús, Jorge Mario Sánchez, Carlos Alzugaray, Juan Carlos Campos y Bert Hoffman en el Taller “Cuba, la Actualización del modelo”.

Se va el CUC, pero no se sabe cuándo


Ya quedó aclarada la primera gran duda sobre la esperada unificación monetaria en Cuba: se va el CUC (moneda convertible), se queda el CUP, el peso de siempre. Así lo aseguró Marino Murillo, vicepresidente del Consejo de Ministros, ante el Parlamento cubano reunido en su última sesión plenaria de un 2013 que se despide con la promesa de que en el ámbito económico el 2014 vendrá igual de duro, o peor…

Murillo informó sobre el programa para la unificación monetaria y cambiaria, que permitirá al peso cubano establecerse en un plazo no fijado como la moneda oficial, y ofreció garantías para quienes disponen de fondos y cuentas bancarias en CUC, moneda que mantendrá su capacidad financiera hasta su total eliminación.

Aun así, siguen sin anunciarse plazos ni cronogramas para acabar con esta dualidad vigente en Cuba desde 1994 y que, entre otros problemas, ha impedido una visión más fidedigna sobre la realidad económica del país, sin mencionar que los salarios son en pesos cubanos y casi todo se compra en CUC, a un cambio oficial de 25 por uno.

La unificación se impone para avanzar en otros ámbitos de la economía nacional, cuyo paso es lento y casi imperceptible, al menos al ojo -o al bolsillo- del cubano medio. Adel Yzquierdo, ministro de Economía y Planificación, le achacó a ciertos incumplimientos en el ingreso de moneda libremente convertible el crecimiento del 2,7% en el Producto Interno Bruto (PIB) este año, inferior al 3,6% previsto inicialmente.

También incidieron las dificultades en los contratos, las deficiencias en los procesos de conciliación y planificación de la producción, y los atrasos en las exportaciones por bajas ejecuciones de las capacidades de crédito. Al menos todo sirvió para plantearse planes de crecimiento más modestos y realistas en 2014, año en que Cuba aspira a aumentar su PIB en 2,2%.

Ante ese panorama, el Parlamento aprobó para 2014 una ley de presupuesto que destina más de la mitad de los recursos, específicamente el 54%, a los servicios sociales, en particular la educación y la salud. El monto aprobado para los gastos corrientes de la actividad presupuestada es de 31 mil 836 millones de pesos.

Asimismo, para las transferencias corrientes a la actividad no presupuestada fueron aprobados 12 mil 138 millones de pesos, un incremento de dos mil 177 millones de pesos, con la mayor incidencia en el financiamiento a la exportación y la sustitución de importaciones.

Además aumentó el financiamiento de la canasta familiar a precios subsidiados, la famosa libreta de abastecimientos que contra viento y marea sobrevive, y que dispondrá de dos mil 437 millones de pesos, 314 millones más que lo estimado al cierre de 2013.

El presupuesto operará con un déficit fiscal de unos mil 899 millones de pesos, cifra superior al crecimiento proyectado del PIB, desequilibro económico que la ministra de Finanzas y Precios, Lina Pedraza, considera que será superado en 2015.

Por lo pronto, los indicadores de oferta monetaria y liquidez en manos de la población se comportan en un rango normal, lo que evidencia cierto equilibrio monetario interno.

Desde los estrados se invoca una vez más a ser más eficientes, controlar y ahorrar más pero, sobre todo, a apretarse el cinto en virtud de ese mandamiento de la economía doméstica, según el cual uno no debería gastar más de lo que ingresa.

Mientras, muchos cubanos de a pie apelan al tradicional choteo al preguntarse cómo se las van a arreglar para despedir otro año con la sospecha de que el próximo será tan o más duro.

¿Quiere usted comprar un carro?



Por AURELIO ALONSO*

No creo que haya quien dude que la liberación de la venta de automóviles y otros vehículos se inscribe entre las medidas que intensifican las relaciones de mercado dentro de la economía cubana, sin representar amenaza a su orientación socialista. Paso por alto consideraciones favorables o desfavorables, dado que la concibo como inevitable; en realidad, un movimiento poco relevante en magnitud económica, pero coherente dentro de la propuesta de actualización del modelo inducida por los Lineamientos.

Se dice que Cuba era el país con mayor cantidad de automóviles por habitante en la América Latina antes de 1959. No puedo asegurar que sea exacta la afirmación pero me inclino a creerlo. Esto no excluye el hecho de que el automóvil fuera un privilegio de clase media. Que rueden más automóviles no se corresponde necesariamente con la mejoría del bienestar social.

Durante los años ´60 la adquisición de automóviles dejó de ser una prioridad en las importaciones cubanas: desde las instancias del Estado revolucionario -que crecía como Estado empresario-, convertidas en el principal consumidor de automóviles, se comenzó por explotar hasta el agotamiento el parque automotriz que el éxodo dejaba atrás. Sólo recuerdo en aquellos años la venta de una pequeña remesa de diminutos Skodas, modelo Octavia, destinados a médicos ilustres, y la entrada del Volga a organismos, sin que se destinara a la venta a la población. Y todo esto en cantidades muy moderadas, ajenas al flujo comercial.

El proyecto cubano no se orientaba en los ´60 a mejorar el transporte por la vía individual, aunque tampoco consiguió, como se había propuesto, dar una solución a la demanda del transporte colectivo, que crecía rápidamente.

Quienes tenían un auto de los años ´50, o lo compraron informalmente, lo ponían a rodar en función familiar y cada vez más en el alquiler. Un episodio algo olvidado fue que en aquel tiempo se constituyó, al parecer de manera espontánea, una entidad llamada Asociación Nacional de Choferes de Alquiler (Anchar).

La Anchar desapareció pero no lo hicieron los viejos autos, que son los mismísimos almendrones de hoy; unos pocos conservados con refinamiento, la mayoría desfigurados por la edad y las reconstrucciones, pero unos y otros funcionando. Los choferes de hoy son propietarios más jóvenes, decididos a vivir del auto y, al propio tiempo, a dedicarle su vida, muchos de ellos mecánicos formados en la práctica que impone mantener su propiedad en pie.

Al final de los ´60 los autos asignados al movimiento de las figuras políticas y administrativas tenían forzosamente que ser sustituidos debido a la depreciación, y para ello se logró una opción de compra estatal muy provechosa en el plano mercantil con la firma italiana Alfa-Romeo.

Llama la atención que el simple privilegio de contar con la posibilidad de moverse en este vehículo, pequeño, sin refinamiento suntuario, dio lugar a que una corriente crítica acuñara el término de “alfacracia”, como si se tratara de un signo de ostentación más que de responsabilidad.

Ante la insuficiencia del transporte público, nunca resuelta, aquella singular relación salvífica cubana del hombre con el auto no quedó circunscrita a la generación de los almendrones sino que se extendió en nuestra sociedad.

Cuando las condiciones lo permitieron, hacia mediados de los ´70, se cerraron contratos de adquisición de Toyotas japoneses, Chevis y Dodges de fabricación argentina para un sistema de taxis estatales y, al fin, del Fiat 125 y el Peugeot 304 para la venta a profesionales dentro del sistema de la institucionalidad existente, en moneda nacional, a precios subsidiados.

La restricción era entonces que el propietario del vehículo sólo podía venderlo al Estado (nunca he escuchado que alguien lo haya hecho). A estos siguió la venta, a lo largo de los ´80, y aun después, de Ladas y Moskovichs en las mismas condiciones.

Sin embargo, la solución del transporte colectivo quedó atascada. Por razones explicadas a medias el proyecto del metro de La Habana se hizo inviable, la recuperación del tranvía parece que nunca fue tomada en serio, y el mantenimiento de un sistema eficaz de transportación urbana por ómnibus no ha logrado contar con fondos suficientes.

En este difícil escenario del problema de transporte, los ´70 y los ´80 consolidaron la aspiración del cubano a dar respuesta a su necesidad por la vía del automóvil. El envejecimiento de Fiats, Ladas y toda la flotilla de autos vendidos por autorización hace dos o tres décadas también ha ido a engrosar en buena medida hoy el parque de los almendrones. Y no pocos profesionales han pasado a ensanchar las filas de los choferes de alquiler y priorizado el mantenimiento del auto en su horario laboral y su economía doméstica.

Se trata de un fenómeno que ha influido, junto a otros, en la reestratificación de la fuerza laboral en el país durante los últimos años.

De manera que, después de tanto tiempo fuera del horizonte comercial del cubano, el auto vuelve a entrar ahora en el mismo. En cierta medida lo había hecho ya, hace dos años, con la autorización de la venta entre propietarios, pero finalmente es que se puede decir que se abre ese mercado.

Comprar, sin embargo, va a implicar el movimiento de mucho dinero, pues la medida debe significar para el sistema una vía de recaudación de divisas que comienzan a concentrarse en manos de una minoría de la población. Nos hallamos en una sociedad en la cual ha crecido la desigualdad, que también estará marcada por la diferencia entre la minoría “carroteniente” y la mayoría “guagodependiente”.

Subrayo, a la vez, que me parece esperanzador que se haya dispuesto que las ganancias obtenidas de la venta estatal de automóviles se destinen, a partir de ahora, al mejoramiento del transporte público. Sobre todo si ello significa, como es de suponer, que se sumarán a una partida ya existente en el presupuesto nacional.

Las dificultades de la transportación pública han sido y son tan serias porque no tocan solamente al problema social sino que constituyen un grave obstáculo para el rendimiento de la fuerza de trabajo en una sociedad en la cual la población urbana alcanza el 77% (y el empleo urbano se ha de acercar, en consecuencia, a esta proporción). Llegar al centro de trabajo y regresar a la casa puede convertirse en una tragedia cotidiana.

En todo caso, hechas estas consideraciones, pienso que hay que dar la bienvenida a la nueva medida, que se inscribe en la ruta de la transformación requerida por nuestra economía, aunque seguramente va a significar mucho menos que el alboroto que tal vez provoca entre quienes comienzan a sacar la cuenta para enfrentar la compra.


*El autor es sociólogo y acaba de recibir el Premio Nacional de Ciencias Sociales y Humanísticas.

Cuba tiene un nuevo Código de Trabajo más inclusivo

Redacción IPS Cuba

Activistas LGBTI celebran que la nueva ley condene explícitamente la discriminación por orientación sexual. Jorge Luis Baños 

El documento fue discutido por más de dos millones de trabajadores, quienes sugirieron modificaciones a siete de los 14 capítulos.

La Habana, 24 dic.- Con la aprobación de un nuevo Código de Trabajo, que por primera vez incluye el término de género y la no discriminación hacia la diversidad sexual, Cuba se estaría abriendo un camino de leyes más atemperadas al siglo XXI. 

Aprobada por mayoría en la última sesión del parlamento, el 21 de diciembre, la nueva ley que regirá los derechos y deberes de personas naturales y administraciones incluyó propuestas de trabajadores del sector estatal y no estatal durante la discusión del documento en los centros laborables del país. 

Desde el inicio de los análisis, afloraron sugerencias de modificaciones que incluyeran, explícitamente, la protección de los derechos de las personas lesbianas, gays, bi y transexuales (LGBT), la utilización de un lenguaje inclusivo, así como otros elementos alusivos a discapacidades, estatus al virus de inmunodeficiencia humana (VIH), causante del sida, y la identidad de género. 

La presentación de estos temas en el debate parlamentario no transcurrió de forma apacible. 

Las propuestas hechas por la diputada Mariela Castro Espín, directora del estatal Centro Nacional de Educación Sexual, que aboga por la libre orientación sexual e identidad de género, encontraron apoyos y resistencias. 

Según personas consultadas, que siguieron los debates transmitidos por la televisión estatal, las contrarréplicas a sus propuestas vinieron, entre otros, del diputado Homero Acosta, secretario del Consejo de Estado, y José Luis Toledo, presidente de la comisión de asuntos constitucionales y jurídicos del parlamento unicameral cubano. 

La adopción de estas cláusulas tuvo una reacción inmediata en la blogosfera y las redes sociales. 

El periodista y activista LGBT Francisco Rodríguez dijo en su bitácora Paquito el de Cuba: "estoy sin resuello de tantas emociones vividas en el Parlamento. Ya tenemos la primera ley cubana que protege de forma explícita derechos de las personas homosexuales, en este caso en el trabajo". 

Por su parte, el médico y activista por la diversidad sexual Alberto Roque destacó en HomoSapiens@Cuba, que "en el artículo dos concerniente a la igualdad, se sustituyó la palabra sexo por género, raza por color de la piel y se incluyó la orientación sexual como causas de discriminación". 

A su juicio, "sin dudas es un hecho histórico, pues es la primera ocasión que se incluye legalmente el reconocimiento y respeto de las personas con diversas orientaciones sexuales en Ley alguna en nuestro país". 

Aunque no fueron explicitadas la identidad de género, discapacidad o el seroestatus al VIH como causales de discriminación, para Roque, "se percibe una incipiente comprensión desde el punto de vista jurídico de las limitaciones de la categoría sexo y sobre la necesidad de reconocer al género y sus dimensiones como elementos claves para la generación e implementación de las políticas". 

El médico opinó que "no debe temerse en lo absoluto que las leyes futuras, que fortalezcan la democracia y el republicanismo cubanos tengan enfoque de género". "No veo nada de malo en que seamos uno de los pocos países en el Mundo que aplique el enfoque de género. Nuestro proyecto social tiene muchas peculiaridades que lo hacen favorablemente singular", insistió. 

De acuerdo con el galeno, quien defiende el discurso de género que intenta romper con el sexismo en el lenguaje, "las normas jurídicas no son hormas. Las bases y tradición del Derecho son patriarcales, excluyentes de las mujeres y de todas las sexualidades que atenten contra el poder del patriarcado". 

A su vez, mencionó que "los gobiernos con más avances en igualdad social en Latinoamérica han fortalecido la participación ciudadana con la inclusión del discurso de género". 

"En no pocas ocasiones percibo que el proyecto de la Revolución cubana experimenta un retraso con tintes conservadores respecto a muchos cambios sociales que ocurren en naciones hermanas de la región", comparó. 

En su post, Roque llamó la atención en que quedan pendientes muchas modificaciones legales que atañen a la sexualidad y el género, en el anteproyecto del Código de Familia así como en el Código Penal. 

Si bien las propuestas de Castro Espín tuvieron opositores, también se ganaron el respaldo de varias voces de los círculos religiosos representados en la Cámara de Diputados, entre ellas la de Miriam Ofelia Ortega, la primera mujer ordenada como pastora de la Iglesia Presbiteriana en Cuba; y el diputado Pablo Odén Marichal, pastor episcopal. 

Varios reportes noticiosos refirieron la intervención en el debate del diputado Miguel Díaz-Canel, primer vicepresidente cubano, quien consideró las propuestas un reflejo de la vocación humanista de la revolución y abogó por usar términos que unen y "que en diferentes momentos otros han empleado para separarnos". 

"Se trata de resolver con inteligencia las posibles diferencias y lograr una redacción que nos lleve a un estadio superior dentro de nuestra legislación", sugirió. 

Ahora una comisión se encarga de la redacción definitiva del documento. 

El proyecto fue sometido a consultas en las que participaron 2.802.459 personas y más de 40.000 colaboradores cubanos en el exterior y sufrió modificaciones en siete de sus catorce capítulos. 

Además de las referidas al género y la no discriminación, entre otras propuestas significativas estuvieron la necesidad de formalizar la relación de trabajo mediante contrato escrito, participación de la empleomanía en la elaboración del plan y el presupuesto, adaptación laboral de los que se incorporan al trabajo por primera vez y la responsabilidad del empleador en garantizar condiciones de salud y seguridad.

La Filosofía del Sumak kawsay o Buen Vivir

Por Manuel Antonio Piedra

Entrevista realizada a Alberto Acosta

¿Qué es para Ud. una Filosofía de vida?

La Filosofía de vida es una forma de asumir los retos que plantea la vida, así de fácil y así de complejo. Esto se cristaliza en una ideología. Es decir en la forma de asumir el compromiso que tiene cada ser humano consigo mismo, con la humanidad y con la Naturaleza, como parte intrínseca de ella. Dentro de este contexto, todos tenemos algo que decir y algo que hacer.

¿Qué es para Ud. el Sumak kawsay?

El sumak kawsay o Buen Vivir es una propuesta que surge desde la visión de los marginados de los últimos 500 años. Se plantea como una oportunidad para construir otra sociedad, a partir del reconocimiento de los diversos valores culturales existentes en el mundo y del respeto a la Naturaleza. Esta concepción desnuda los errores y las limitaciones de las diversas teorías del llamado desarrollo. Desde diversos ángulos, no sólo desde el mundo andino, aparecen respuestas a las demandas no satisfechas por las visiones tradicionales del desarrollo.

Se ha llegado a una conclusión, no solo en Ecuador sino en varias partes del mundo, el estilo de vida actual, que pregonan y practican los países ricos y al que aspiran los países pobres, es un estilo de vida insustentable, inviable en el mediano y largo plazo.

Cada vez vemos como con creciente fuerza aparecen problemas que están poniendo en riesgo la vida misma del ser humano en el planeta: los cambios climáticos y el calentamiento global son apenas una muestra de que no podemos seguir por la misma senda que provoca estos destrozos ambientales.

En ese contexto, creemos que hay que replantearse el estilo de vida misma. Ese es el meollo del asunto. No podemos seguir por la vía del progreso tradicional, entendido un proceso de acumulación permanente de bienes materiales. El objetivo no puede ser tener siempre cada vez más bienes materiales. En realidad no interesa cuantas cosas una persona pueda producir en su vida, sino cómo las cosas a las cuales tiene acceso esa persona van a mejorar sus condiciones de vida. Esto conduce, por cierto, a una redistribución de esas cosas acumuladas en pocas manos.

Esto implica un cambio filosófico fundamental. Se pone en entredicho aquella idea del progreso que se difundió con mucha fuerza desde hace más de dos siglos, a través de la cual se creía que el ser humano está obligado a dominar y controlar a la Naturaleza. Ya vemos que eso es imposible.

Desde esa perspectiva se propone el Buen Vivir (sumak kawsay en kichwa; suma qamaña en aymara), sintonizando esta propuesta con otras propuestas más o menos similares provenientes de diversos sectores y regiones del planeta. El concepto del Buen Vivir no solo tiene un anclaje histórico en el mundo indígena, se sustenta también en algunos principios filosóficos universales: aristotélicos, marxistas, ecológicos, feministas, cooperativistas, humanistas...

Para entender lo que implica el Buen Vivir, que no puede ser simplistamente asociado al “bienestar occidental”, hay que empezar por recuperar la cosmovisión de los pueblos y nacionalidades indígenas. Eso, de plano, no significa negar la posibilidad para propiciar la modernización de la sociedad, particularmente con la incorporación en la lógica del Buen Vivir de muchos y valiosos avances tecnológicos de la humanidad. Es más, una de las tareas fundamentales recae en el diálogo permanente y constructivo de saberes y conocimientos ancestrales con lo más avanzado del pensamiento universal, en un proceso de continuada descolonización del pensamiento.

El Buen Vivir, en definitiva, es la búsqueda de la vida en armonía del ser humano consigo mismo, con sus congéneres y con la Naturaleza. Buscar esas armonías no implica desconocer los conflictos sociales, las diferencias sociales y económicas, tampoco negar que estamos en un sistema que es ante todo depredador, como el capitalista. Por lo tanto, a diferencia del mundo del consumismo y de la competencia extrema, lo que se pretende es construir sociedades en donde lo individual y lo colectivo coexistan en armonía con la Naturaleza, donde la racionalidad económica se reconcilie con la ética y el sentido común. La economía tiene que reencontrase con la Naturaleza.

¿En las condiciones actuales, cómo ir más allá de un Buen Vivir que en cierto sentido se resume en el acceso a servicios básicos, un ambiente sano, etc. y en este caso, cómo proyectar a Ecuador a una vida de este tipo?

El Buen Vivir no se resume en satisfacer las necesidades básicas y garantizar un ambiente sano, simplemente. Para empezar no se trata de emular los estilos de vida consumistas de los países ricos. Países por lo demás maldesarrollados en muchos ámbitos, como demuestra el gran sociólogo José María Tortosa. Lo que se propone con el Buen Vivir es organizar la vida de otra manera, a partir de otros principios, como son la solidaridad, el respeto, la reciprocidad, la equidad, la igualdad, la libertad... En definitiva son otras formas de entender y organizar la vida. Ese es el gran reto que tenemos entre manos y que paulatinamente se transforma en el reto del mundo entero. La idea del Buen Vivir, de la vida en armonía, tendrá que ser asumida por el mundo entero sino no queremos poner en riesgo la vida del ser humano en el planeta.

Entonces, por qué no centrarnos en la búsqueda del buen vivir y evitar perder el tiempo en confrontaciones como las que se dan actualmente en los sectores políticos que detentan el poder.

Ante todo, los conflictos y las confrontaciones son inherentes a una sociedad inequitativa, injusta desde sus raíces. Si tenemos un grupo muy reducido de la población que aglutina la mayor parte de los beneficios de la economía, como resultado de un modelo que no es sustentable ni económica ni ambientalmente, se van a dar confrontaciones y enfrentamientos. Ese no es el problema de fondo.

El problema es que muchas de esas confrontaciones pueden ser estériles cuando no están dentro de una propuesta estratégica de acción. Confrontaciones verbales sin políticas y acciones concretas no ayudan a procesar un cambio de la modalidad de acumulación y del patrón de distribución de la riqueza. Si dicho patrón no es afectado, los ricos seguirán siendo cada vez más ricos. Los pobres pueden en algunos casos mejorar sus condiciones de vida gracias a una serie de ejercicios clientelares del Estado, pero seguirán marginados y dependientes. Si no se cambia el modelo de acumulación extractivista y se afecta la excesiva concentración de la riqueza no se cambiará la realidad. Los discursos no son suficientes. Se requieren acciones. Y muchas de esas acciones hacen falta todavía en el Ecuador.

¿Bajo las actuales condiciones políticas, qué posibilidades existen de llegar a un Estado de bienestar?

Aclaremos que con el Buen Vivir no se pretende construir un Estado de bienestar. La preocupación central no es solo acumular para entonces distribuir. Para entender lo que implica el Buen Vivir, que no puede ser simplistamente asociado al “bienestar occidental”, hay que empezar por recuperar la cosmovisión de los pueblos y nacionalidades indígenas de Ecuador y Bolivia. En esas sociedades indígenas, sin tratar de idealizar lo que allí sucede, no existe, por ejemplo, el concepto de acumulador de desarrollo, ni de pobreza en los términos convencionales.

En su opinión, ¿hay una alternativa a este tipo de civilización en la que vivimos actualmente?

Dentro del sistema capitalista definitivamente no hay alternativa. Se pueden resolver algunos problemas, pero las grandes inequidades económicas, sociales y ambientales son en esencia propias de este sistema. Los valores fundamentales del capitalismo se nutren de la desigualdad, de la inequidad, de la explotación de la mano de obra y de la Naturaleza. Entonces, mientras no se supere este sistema será imposible resolver los problemas de fondo.

Sin embargo, es no nos puede llevar a cruzarnos de brazos y esperar que el capitalismo colapse para recién entonces ponernos a trabajar. El reto, ahora y no mañana, es comenzar a producir cambios desde dentro del mismo capitalismo.

No vamos a salir del capitalismo de la noche a la mañana. No lo vamos a superar por decreto. La tarea es introducir los cambios necesarios y posibles, incluso creando las condiciones para que estos cambios sean cada vez más radicales, pero conscientes que las grandes transformaciones se lograran cuando se supere el sistema capitalista.

El camino será largo. Pero habrá que transitarlo. Y para lograrlo hay que desatar un verdadero proceso de democratización en todos los ámbitos de la vida del ser humano. Siempre más democracia, nunca menos. Es fundamental entender que si el proceso de construcción no es democrático, el resultado tampoco lo será. Si se aplica un estilo de política autoritario, el resultado tendrá rasgos autoritarios.

Dentro de esta perspectiva ¿Por qué el desarrollo sustentable es una trampa del capitalismo?

La idea del desarrollo sustentable se asienta en un concepto básico, que intrínsecamente es cuestionable. No se puede asumir el desarrollo como un proceso permanente de acumulación material de bienes. Tener cada vez más bienes materiales, como símbolo de progreso y bienestar, es un espejismo inalcanzable para todos los habitantes del planeta. Es más, cada vez es mayor la brecha entre los que tienen todo y les sobra todo, pero quieren siempre más, y los que ansían conseguir aunque sea la migajas de ese todo.

En la actualidad ya es ampliamente aceptado que ese concepto del desarrollo no tiene futuro. Se habla de postdesarrollo. Esto no debe conducirnos a bajar la guardia, menos aún a tolerar que un grupo reducido de la población mundial, que no llega al 20 por ciento, siga acumulando y destrozando las bases de la vía, mientras el resto frena sus aspiraciones de mejorar su calidad de vida para no afectar los equilibrios ecológicos y sociales globales.

No tenemos y no podemos en realidad aspirar a tener el estilo de vida de los países más ricos. Pero si tenemos la obligación de mejorar las condiciones de vida, sobre todo, de los amplios segmentos de la población empobrecidos. Y en los países ricos es cada vez más imperiosa una revisión estructural de sus estilos de vida; ya no cuenta tanto la eficiencia como la suficiencia.

Con el Buen Vivir se pretende buscar opciones de vida digna y sustentable, que no representen la reedición caricaturizada del estilo de vida occidental y menos aún sostener estructuras signadas por una masiva inequidad económica, social y ambiental.

La gran mayoría de la población, condenada sistémicamente a la exclusión e incluso a la pobreza, no reflexiona sobre estas cuestiones. Por el contrario, sin preguntarse si es o no posible y conveniente, bombardeada con masivos mensajes que predisponen al consumo, aspira permanentemente a vivir con los niveles de vida que tienen esos grupos acomodados a nivel mundial y nacional. Parecería que a los pobres se les hubiese incorporado en la cabeza un chip consumista de aspiraciones elevadas, pero que no puede cumplirlas por carecer de los recursos para financiarlas o porque, si esto se produjera masivamente, se ahondarían los problemas ambientales globales… El gran reto de la humanidad es cómo procesamos una nueva forma de organizar la vida, reconociendo los límites naturales y asegurando una sustantiva y sustentable mejoría de las condiciones de vida los grupos empobrecidos.

¿Este tipo de mentalidad se debe en gran medida a modelos culturales impuestos por las grandes potencias?

No me atrevería a cargar las culpas en términos maximalistas. Sin embargo, la cultura actual es un producto del sistema capitalista. Este sistema, esta civilización, tal como lo entendía el economista austríaco Joseph Schumpeter, es un sistema de valores sustentado en la desigualdad y en la explotación. En el esquema neoliberal, que es una fase extrema del capitalismo, este sistema se ha convertido en la civilización de la desigualdad por excelencia.

No hay duda, en estas décadas neoliberales la cultura del individuo individualizado -como productor y consumidor- se ha extendido con mucha fuerza. No interesa solo desarmar las políticas neoliberales, algo indispensable por lo demás. Es urgente dar paso a una suerte de revolución cultural para reducir los efectos perversos del individualismo extremo y del consumismo depredador.

¿Cómo combinar los logros del “eurocentrismo” con saberes propios de nuestra cultura “ancestral”?

El gran reto en este momento es cómo aprovechar todos los conocimientos disponibles. No podemos cerrarnos a los avances de la ciencia. Como pocas veces en la historia de la humanidad la información y los avances tecnológicos han alcanzado niveles inimaginables hace solo pocas décadas. Hay que tener la capacidad para saber discernir cuál es la información relevante. El actual bombardeo mediático no es necesariamente positivo. La sobresaturación de determinada información, controlada y mediatizada por determinados grupos e intereses de poder transnacional o nacional, hace mucha de esa información inservible. La relativamente excesiva información oculta, consciente o inconscientemente, aquellas informaciones que realmente contribuirían a la liberación del ser humano.

El mundo se asemeja cada vez más a una suerte de medioevo tecnocrático. Reducidos grupos humanos concentran la riqueza y los avances tecnológicos manteniendo crecientes exclusiones sociales, en medio de insospechadas tensiones políticas y sociales, así como con un marcado deterioro ecológico.

Sin negar para nada los veloces avances tecnológicos alcanzados en las últimas décadas y que nos seguirán sorprendiendo día a día, hay que tener presente que no toda la humanidad accede por igual al mundo de la informática, por ejemplo. Todavía la mitad o más de habitantes del planeta, al empezar el nuevo milenio, no tenían contacto con un teléfono, no se diga con el internet. Y, de conformidad con estimaciones de especialistas, realizadas al finalizar el siglo XX apenas una de cada dos personas tendrá acceso a la interconexión digital.

Esta constatación, sin minimizar el papel de las tecnologías de punta y su masiva difusión, nos remite al valor que tiene el papel y el lápiz como herramientas de liberación. Esto, adicionalmente, nos dice que muchos de los retos futuros siguen siendo los mismos de antaño y que la posibilidad de una Edad Media de alta tecnología, pero excluyente en extremo, es una posibilidad amenazadora en ciernes o quizás ya en pleno proceso de construcción...

Pero como todavía hay personas conscientes y críticas, hay como confiar en un futuro humano, de convivencia armónica con la Naturaleza. Hay como seguir bregando para que la humanidad no tenga que incursionar a través de esa pesadilla tecnológica totalitaria. Para lograrlo requerimos otros niveles de organización plural de las sociedades mundiales desde donde se podrá plantear con mayor claridad y profundidad soluciones globales. Y en ese campo el Buen Vivir es también una propuesta para toda la humanidad.


http://www.revistasophia.com/

Snowden: "misión cumplida" revelación de espionaje masivo de EEUU

Escrito por EFE

El extécnico de la NSA, Edward Snowden señaló que considera "misión cumplida" el debate generado tras sus filtraciones de miles de documentos secretos del espionaje secreto de la inteligencia estadounidense.

"Para mí, en términos de satisfacción personal, la misión ya ha sido cumplida. Ya gané", dijo Snowden, en una entrevista exclusiva publicada en la versión digital del diario The Washington Post y realizada en Moscú, donde se encuentra asilado.

"Tan pronto como los periodistas pudieron ponerse a trabajar, todo lo que había estado tratando de hacer fue validado. Porque, recuerden, yo no quería cambiar la sociedad. Quería dar a la sociedad la oportunidad de determinar si debería cambiarse a sí misma", agregó Snowden, de 30 años.

Las revelaciones de espionaje masivo, filtradas por el extécnico de la NSA a The Washington Post y al diario británico The Guardian, provocaron un escándalo diplomático, al dar a conocer que los servicios de inteligencia estadounidenses habían vigilado millones de comunicaciones en Europa, incluidos los de líderes políticos como la canciller alemana Angela Merkel y la presidenta brasileña Dilma Rousseff.

En su entrevista, la primera en persona desde que llegó a Rusia en junio, Snowden insistió en que su objetivo "era que la opinión pública pudiera dar su opinión sobre cómo ser gobernados".

"Ese hito se pasó hace bastante tiempo. Ahora mismo, lo que estamos viendo son metas expandidas", sostuvo, en referencia a la posibilidad de que EE.UU. ordene revisar y elevar los controles sobre las operaciones de inteligencia.

Asimismo, rechazó las acusaciones vertidas desde EE.UU., donde algunos legisladores lo han calificado de "traidor" y lo han acusado de entregar documentos secretos a países como Rusia y China.

"No hay ninguna evidencia de la acusación de que tengo lealtades con Rusia o China o cualquier otro país en lugar de EE.UU. No tengo relación con el Gobierno ruso. No he alcanzado ningún acuerdo con ellos", añadió.

"Si he desertado, lo he hecho desde el Gobierno al público", recalcó.

Por otro lado, explica cómo presentó sus dudas en al menos dos ocasiones ante la magnitud de los programas de espionaje y la falta de control a sus superiores, y cómo éstas fueron desestimadas.

"Creo que el costo de un debate público franco sobre los poderes de nuestro Gobierno es menor que el peligro supuesto por permitir que estos poderes continúen creciendo en secreto", indicó.

A Snowden, que llegó a Moscú procedente de Hong Kong, le fue concedido asilo político por parte de las autoridades rusas después de pasar varias semanas en la zona de tránsito del aeropuerto internacional de la capital.

Reconoció que su idea era viajar hacia Suramérica pero que la decisión del Gobierno estadounidense de invalidar su pasaporte no le dejó otra opción que permanecer en Rusia.

Poco después de su aterrizaje, el Departamento de Justicia presentó cargos en su contra por presunto espionaje y robo de propiedad gubernamental.

Sobre su vida en Moscú, señala que es "ascética", concentrada en libros e internet, aunque afirma que no es un problema porque nunca ha necesitado salir demasiado.

"Siempre ha sido realmente difícil sacarme de casa. No tengo muchas necesidades. Ocasionalmente, hay cosas que hacer, ver, gente con la que encontrarse. Pero siempre con un objetivo. De otro modo, con tal de que pueda sentarme, pensar, escribir y hablar con alguien, me vale", afirmó.

La moneda y...

Por Bruno Susani *
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Los economistas neoliberales, inspirados por la teoría monetarista, sostienen que la cantidad de moneda circulante determina el nivel de precios y postulan que la inflación resulta del déficit presupuestario financiado por la creación monetaria. Esto les permite afirmar que el Gobierno es el responsable del incremento de los precios al consumidor. En realidad, los precios los fijan las empresas, sobre todo en una economía dominada por oligopolios, que son la forma habitual de la organización de los mercados. Vamos, por lo tanto, a analizar la validez de la hipótesis de la inflación monetaria desde el punto de vista de la ciencia económica y de la economía política.
 
Teoría

La afirmación según la cual un aumento razonable del volumen de la masa monetaria incrementa los precios está presente en toda la teoría económica clásica, desde Jean Bodin, pasando por los fisiócratas, como Turgot, pero también en Hume, Ricardo, Stuart Mill y Marx, que la consideran una evidencia.

La versión teórica moderna, según la cual el incremento de la masa monetaria –sea cual fuere el soporte específico de los medios de pagos, papel moneda, o metálico– engendra el aumento de los precios, se la debemos a Irving Fisher, un economista norteamericano que formalizó la llamada teoría cuantitativa de la moneda, en 1911.

Fisher le dio un pequeño barniz para darle un aspecto científico y la presentó como una sencilla igualdad aritmética MxV=PxQ, siendo M, la masa monetaria, V la velocidad de circulación, vale decir, las veces que la moneda cambia de manos, P el nivel de precios y Q la cantidad de bienes. Vale decir que la cantidad de moneda en el primer miembro de la igualdad debe permitir comprar todos los bienes Q multiplicados por sus precios respectivos. No hace falta ser un gran economista para comprender lo que dice esa igualdad. Si V y Q son constantes, por hipótesis, se deduce que si la masa monetaria M aumenta, los precios P tienen que aumentar para que se verifique la igualdad.

Una interpretación iconoclasta podría afirmar, a la inversa, que cuando las empresas aumentan los precios, entonces la masa monetaria debe incrementarse para mantener la supuesta igualdad.

La leyenda económica relata que Irving Fisher fue solicitado por el gobierno norteamericano para explicar los aumentos de precios que denunciaban los sindicatos para obtener incrementos de salariales, ya que a pesar de la Sherman Anti-Trust Act, votada en 1890, los barones ladrones, los “robber barons”, Vanderbilt, Carnegie, Rockefeller, John Pierpont Morgan, Jay Gould, H. Dodge, Edward Henry Harriman, entre otros, dominaban la economía norteamericana y fijaban los precios lo más alto posible.

Fisher, no obstante, prefirió mantener la versión clásica y ahorrarles un disgusto a sus amigos, apoyándose en el hecho que el descubrimiento y la fiebre del oro en Alaska inmortalizada por Chaplin en la película The Gold Rush apasionaba a la opinión publica e incrementaba la masa monetaria en alrededor de mil millones de dólares actuales por año, en una economía 25 veces más chica que la actual.
 
Crítica

La mayor dificultad de los economistas ortodoxos es que no saben explicar cómo se transmite el incremento de la masa monetaria a los precios. En efecto, el argumento según el cual los precios aumentan porque el Estado crea un déficit presupuestario para “darles dinero” a los agentes económicos y éstos lo gastan es endeble.

Dicha formula es la formalización de una intuición desacertada que dice que si aumentan los medios de pago, como los agentes económicos asignan mayor valor a lo que es escaso (en este caso los bienes) que a lo que es abundante (los medios de pago), los consumidores tienen un comportamiento autista, dilapidan el dinero y entonces los precios aumentan. Pero esto no sucede así en la vida real, ya que quienes reciben el dinero (aunque sea el producto de subsidios y planes sociales) no necesariamente comprarán los mismos bienes cuando su ingreso aumenta. La gran mayoría aprovechará para comprar otros a los cuales antes no podía acceder.

Ahora veamos por qué esta formula mágica y el monetarismo posterior presentan en los sectores dominantes argentinos el poder explicativo que se les asigna. Keynes, en la Teoría General del Empleo, el Interés y la Moneda, refiriéndose a la teoría de David Ricardo, sugiere una hipótesis que puede aplicarse al monetarismo: “Su éxito puede explicarse por una afinidad entre la doctrina y el entorno social en el cual se la adula. El hecho de que llegue a conclusiones diferentes de aquéllas a las que adhiere el público lego pareciera aumentar su prestigio intelectual. Que sus conclusiones aplicadas a la realidad sean austeras y desagradables le confiere una virtud moral. Que presente muchas injusticias sociales y otras crueldades evidentes la justifica como el inevitable tributo a pagar para proseguir en la marcha hacia el progreso y los esfuerzos destinados a modificar la realidad y recomiendan su utilización a la autoridad. Que provea ciertas justificaciones a la actividad del capitalismo individual le permite obtener el apoyo de las fuerzas sociales dominantes agrupadas en apoyo de dicha autoridad”.

La ideología siempre tiene su importancia, pero desde el punto de vista de la economía política se puede agregar algo más. Una moneda escasa es una moneda cara. Como el precio de la moneda es la tasa de interés, una moneda cara quiere decir que la tasa de interés es alta y esto sólo es compatible con una tasa de beneficios más elevada, ya que quienes poseen fondos líquidos decidirán invertirlos o prestarlos según el rendimiento respectivo.

En efecto, si la demanda global permanece constante, los fondos serán prestados si la tasa de interés es elevada o invertidos si la tasa de interés es más baja que la tasa de beneficios. Pero una tasa de beneficios elevada de las empresas sólo será compatible con una distribución del ingreso favorable a los empresarios, lo cual implica salarios bajos. Como el consumo, que representa el 80 por ciento del gasto en el Producto global, es superior en los sectores que constituyen el 90 por ciento de la personas que reciben los ingresos mas bajos, se deduce que la demanda efectiva será baja y la tasa de crecimiento inferior a lo que podría ser con una tasa de interés más baja. El círculo se completa de la manera siguiente: una demanda efectiva débil y una tasa de interés alta harán que la inversión sea escasa y el desempleo elevado. Vale decir que existe una clara relación entre la política monetaria, la distribución del ingreso y el crecimiento económico.

Pero la teoría cuantitativa de la moneda es errónea si se analiza con atención el rol de la moneda en la economía, lo cual permite invalidar la conclusión de la relación biunívoca entre la masa monetaria y los precios. Keynes señaló que la demanda de moneda obedece a tres motivaciones:

1. como reserva de valor, aspecto que la teoría cuantitativa no acepta ya que la ley de Say supone que todo que lo se recibe se gasta,

2. para las transacciones, lo cual es función del ingreso, y

3. para la especulación y compra de títulos, que será función de la tasa de interés.

Esto invalida la posibilidad de que la tasa de inflación sea determinada por el volumen de la masa monetaria, puesto que el motivo de transacciones solo cubre una parte de la misma y postula una idea restringida del rol de la moneda, ya que según Fisher y Friedman, como veremos más abajo, sólo se utiliza para las transacciones.

Otro aspecto importante y determinante que tiene que ver con el mundo real es que la inflación monetaria nunca es un “derrape involuntario” por parte de un gobierno que creará de la nada un exceso de moneda. Existen tres casos interesantes de inflación monetaria. Alemania en 1922, la Argentina durante la dictadura cívico-militar y el gobierno de Alfonsín y Rusia en 1990. En los tres se trata de una inflación monetaria promovida adrede.

La inflación alemana fue provocada con el objeto de no pagar la deuda de las reparaciones de la Primera Guerra Mundial, debidas por Alemania a los aliados, y la deuda interna contenida en los empréstitos del Estado para financiar dicha guerra.

En el caso argentino, se trataba de acelerar la baja de los salarios reales y a la vez favorecer a las empresas deudoras en dólares estatizando la deuda privada, lo cual llevó a la explosión de la deuda externa que todavía se está pagando.

En cuanto a Rusia, la inflación provocada entre 1990 y 1994 sirvió para que aquellos que habían comprado las empresas privatizadas licuaran gran parte de su deuda a través de una rápida devaluación de la moneda y una disminución acelerada de los salarios reales.

Además, contrariamente a lo que afirma la vulgata de Barrio Norte, la creación monetaria no depende de la “maquinita”, ya que la emisión monetaria clásica, los billetes, que los economistas denominamos M0, sólo es una parte modesta de los medios de pago. La principal fuente de creación monetaria son los bancos y lo hacen a través del crédito.

Según las normas financieras internacionales solo deben mantener reservas equivalentes al 4,5 por ciento del volumen de los créditos otorgados (según los acuerdos de Basilea III, de septiembre del 2010) o, lo que es igual, pueden prestar más de veinte veces su capital más los depósitos. La masa monetaria global (M3), que incluye además de los billetes, los depósitos y todos los otros medios de pago negociables a disposición del público, incluidos los adelantos transitorios del Banco Central al Estado y la emisión neta de deuda publica, es el referente habitual al que se refieren los monetaristas para calcular la masa monetaria.

Para dar una idea más concreta, en la Zona Euro la cantidad de billetes en circulación M0 representa el 10 por ciento de M3, que es la base monetaria de referencia. Se puede sostener sin ninguna duda que en la actualidad, el incremento de la circulación de billetes no puede explicar el incremento de los precios, ni la masa monetaria M3, por lo tanto, explicar la inflación.
Monetarismo

No obstante, los monetaristas sostienen aún que la inflación monetaria existe, pero ya no como la presentaba la teoría cuantitativa. En 1957, Milton Friedman expuso la versión contemporánea del monetarismo, que no presenta las flaquezas y dificultades de la teoría cuantitativa que hemos indicado. Para ello, sostuvo que los agentes económicos determinan su nivel de consumo a partir de su ingreso de largo plazo, que denominó “ingreso permanente”, ya que ellos lo consideran constante.

Esta es una hipótesis atendible a corto plazo y es evocada habitualmente por los economistas, ya que consideran que cuando los agentes económicos realizan previsiones sobre el futuro más o menos cercano reproducen su experiencia pasada y agregan algo más según su intuición y sus conocimientos, en general vagos, de lo que será el futuro.

Si se sigue este razonamiento se puede suponer como Friedman que si el ingreso aumenta, los agentes económicos gastarán todo lo que ganan, ya que pueden suponer, como él lo afirma, que la moneda es un velo, sin importarles que los precios aumenten, puesto que su ingreso es constante por hipótesis. Friedman postuló también que, a largo plazo, existe una “tasa de desempleo natural” y que todo intento de disminuirla con un incremento del gasto publico para crear empleos, que él asimiló a una creación monetaria, sólo se traduciría en un incremento de los precios, en inflación, por aquello citado del ingreso permanente.

La pregunta que podría hacerse el lector frente al razonamiento de Friedman es: ¿por qué los agentes económicos que reciben dinero no “ahorran”?

La respuesta está en la misma teoría económica neoliberal, puesto que en la economía que imagina Friedman todos los recursos están empleados, no sólo los disponibles sino también los que podrían crearse, lo que quiere decir que, por sus hipótesis, la economía que se describe es lo que Schumpeter llamaba un “flujo circular”, es decir, una economía que sólo se reproduce a sí misma. Por eso mismo, la teoría deja que desear, ya que parece difícil imaginar una razón, por insólita que fuere, por la cual un gobierno incrementaría el gasto público cuando la economía está en una situación de pleno empleo o alcanza su tasa de desempleo natural.

Phillips, un economista neocelandés, analizando un período de 90 años, en Inglaterra, desde 1867 a 1957, observó que los períodos donde existen precios estables presentaban tasas de desempleo elevadas y que las fases de precios en alza correspondían a períodos de desempleo bajo, en ciertos casos igual a cero. Pero esta evolución no era el resultado de una expansión o una contracción de la masa monetaria, lo cual relativizaba e invalidaba la tesis monetarista. Friedman había sido lo suficientemente sagaz para postular que la tasa de desempleo natural se verificaba en condiciones estables, lo cual no es precisamente lo que caracteriza ese período, y en el largo plazo, con lo cual se hacía difícil de demostrar lo contrario.

Ciertos economistas no tuvieron su lucidez y postularon que a corto plazo existe una tasa de desempleo compatible con una inflación baja o igual a cero, e inventaron un concepto llamado Non-Accelerating Inflation Rate of Unemployment (Nairu), vale decir, la tasa de desempleo que no acelera la inflación. Este es el fundamento moderno de las políticas de los “ajustes”, ya que se postula que a corto plazo existe una alternativa entre inflación y empleo.

Puesto que, por hipótesis, la expansión del empleo vía el gasto público produce inflación, una contracción del gasto debería permitir disminuir el incremento de los precios, pero aumentando el desempleo. E inversamente, un incremento del gasto público permitiría disminuir el desempleo, pero no más allá de la tasa de desempleo natural, y provocaría después inflación.

La pregunta del millón es cuál es la tasa de desempleo natural.
Durante toda la década de los noventa, la OCDE y ciertos organismos de estudios económicos trataron de calcular el Nairu, pero los resultados fueron desastrosos. No sólo el célebre concepto era diferente según los países, sino que variaba en el tiempo, de 10 al 8 por ciento, de 12 al 6 por ciento. Cuando se leen las declaraciones de los economistas propietarios de las consultoras de la city de Buenos Aires, se deduce que debe rondar, hoy en Argentina, alrededor del 15 por ciento. Es dudoso que hayan calculado el Nairu argentino y de todas formas semejante nivel de desempleo es absurdo.

En 2004, Alan Greenspan, el entonces presidente de la Reserva Federal, con su política de expansión monetaria, sin inflación, logró, en los Estados Unidos, bajar el desempleo al 4 por ciento, vale decir, obtener un casi pleno empleo, lo cual hizo que el Nairu se dejara de calcular y que fuera olvidado en el limbo friedmaniano.

Anna Schartz, la colaboradora histórica de Friedman, excedida por la torpeza de los monetaristas en la defensa de las tesis del maestro, sostuvo entonces que si las mediciones del Departement of Commerce no mostraban ninguna inflación era porque el cálculo no integraba el incremento de los precios de los activos financieros. Si se incluía el precio de las acciones y otros valores, se vería que el dinero excedente creado por Greenspan no había servido para comprar bienes sino acciones. ¡Sí!, como sostenía Keynes, la expansión monetaria sirve también para comprar activos financieros y no sólo para realizar transacciones.
El ajuste

Milton Friedman introdujo innovaciones teóricas que permitían soslayar las críticas a las cuales fue sometida la teoría cuantitativa de la moneda, pero mantuvo sus conclusiones, a saber: la masa monetaria explica el nivel de los precios. Inclusive sostuvo que, en parte, la magnitud de la crisis de 1929 había sido el resultado de la incuria del Estado, que había bajado las tasas de interés, pero sin aumentar la masa monetaria, lo cual explicaba la deflación y la crisis. Friedman pretendía que en condiciones de libre competencia, si la demanda de moneda excede las necesidades de los agentes económicos hay inflación, pero si la cantidad de moneda es insuficiente, hay deflación y recesión.

En lo fundamental, la teoría friedmaniana proponía en realidad el abandono de las políticas económicas discrecionales, ya que todo lo económico podía resolverse a través del “mercado”, que fijaba la tasa de interés sin que mediaran las decisiones administrativas del gobierno. El mercado podía por sí mismo establecer equilibrios óptimos, idea también desarrollada por la teoría de los mercados eficientes, cuyos resultados se vieron en 2008. Si la tasa de crecimiento era baja, la tasa de interés bajaba, lo cual permitía un incremento de la demanda de dinero y un incremento de la tasa de crecimiento e inversamente. Pero en las economías contemporáneas, el que fija la tasa de interés es el Banco Central.

La experiencia de la aplicación de estos principios del monetarismo en Inglaterra por parte de Margaret Thatcher fue funesta, cosa que Friedman admitió sin dificultad, pero explicó que se debía a la incompetencia de los economistas del Banco de Inglaterra para aplicar su teoría. Lord Nicolas Kaldor, profesor del King’s College, de Cambridge, en su libro The Scourge of Monetarism señaló con ironía que las teorías monetarias funcionales deberían ser más simples, de tal suerte que pudieran ser aplicadas por economistas tan incompetentes como los del Banco de Inglaterra. Y agregó que como nadie sabía medir la masa monetaria M3, era más sencillo fijarse otros objetivos más fáciles de medir, como el pleno empleo de la fuerza de trabajo.

No por este fracaso los monetaristas se dieron por vencidos. Esta historia no puede terminarse con un final feliz, que dicho sea de paso existe raramente en economía ya que, si así fuera, los economistas ortodoxos se quedarían sin trabajo, aunque los trabajadores desempleados serían menos numerosos.

La Gran Recesión en 2008 volvió mostrar que la creación monetaria y el gasto público no producían inflación, ni en Estados Unidos ni en Europa y que en algunos casos, como en Japón, permitían superar la deflación que dura desde hace 15 años. Martín Feldstein, un economista monetarista, profesor de la Universidad de Harvard, presidente del Council of Economic Advisers de Ronald Reagan entre 1982 y 1984, en un largo articulo publicado en el 2013, “Why Is US Inflation So Low”, acaba de conceder que la Reserva Federal de los Estados Unidos emitió moneda por un valor de 2 billones (millones de millones) de dólares, “10 veces más que en promedio durante la década precedente”, sin que se les moviera una pestaña a los precios al consumidor. “¿Cómo puede ser que imprimiendo tanto dinero, la inflación sea tan baja?”, pregunta. Feldstein sostiene que la compra de activos tóxicos permitió a los bancos recomponer sus reservas, que fueron depositadas en la Reserva Federal, lo cual indica que no hubo tal gasto, pero vaticinó que en un futuro, más o menos cercano, vaya uno a saber por qué, la inflación reaparecerá.

La realidad es manifiestamente otra, puesto que ese dinero permitió no sólo sostener al sistema financiero y los bancos en quiebra, sino también, y sobre todo, fue gastado por la administración Obama en múltiples proyectos, como el nuevo sistema de salud, los subsidios a la educación pública y los planes de alimentos para los pobres, que permitieron a la economía salir de la recesión.

En los Estados Unidos el ingreso global aumentó y el desempleo disminuyó. Sin duda, los economistas keynesianos hubiéramos propuesto gastar más y mejor para sostener la demanda y menos en los bancos, pero la economía norteamericana salió provisoriamente de la Gran Recesión gracias a la política monetaria “discrecional”, mientras que en los países europeos que aplicaron una política presupuestaria restrictiva, impuesta por Angela Merkel, están en recesión

* Bruno Susani, ex consejero regional de Ile de France (Grupo Socialista).

Doctor en Ciencias Económicas de la Universidad de París

bruno.susani@wanadoo.fr

¿Levantará EE.UU. el embargo a Cuba?

El presidente Raúl Castro pidió a EE.UU. que respete diferencias con Cuba y abogó por "una relación civilizada". Según analistas, es muy probable que en un futuro próximo Washington no tenga otra opción que responder positivamente a este llamamiento.

"Si en los últimos tiempos hemos sido capaces de sostener algunos intercambios sobre temas de beneficio mutuo entre Cuba y EE.UU., consideramos que podemos resolver otros asuntos de interés y establecer una relación civilizada", dijo Castro al clausurar el sábado la última sesión parlamentaria del año y ofreció al Gobierno de Barack Obama un "diálogo respetuoso" que no comprometa la soberanía de la isla. Al mismo tiempo, destacó: "No reclamamos a Estados Unidos que cambie su sistema político y social, ni aceptamos negociar el nuestro. Solo así. De lo contrario, estamos dispuestos a soportar otros 55 años en la misma situación". 

Pese a algunos comentarios 'drásticos', el discurso fue recibido por los analistas como una señal de acercamiento entre La Habana y Washington. Como un argumento básico a favor de este punto de vista sirve también el fondo general: el anuncio sobre un nuevo proyecto de ley para la inversión extranjera, la autorización de la libre importación de coches y el cambio parcial del régimen de visados que facilitó hasta cierto grado las visitas de inmigrantes con residencia estadounidense a la isla para verse con sus familias y viajes de cubanos a EE.UU.

Por su parte, Washington también ha mostrado algunos cambios en su política. Renovó las excursiones de estudiantes a la isla. La Radio y Televisión Martí, un servicio de propaganda que transmite en español hacia Cuba y que fue fundado por el presidente Ronald Reagan para combatir al comunismo, redujo considerablemente sus programas y cobertura. El histórico apretón de manos entre Barack Obama y Raúl Castro parece ser un punto más en la agenda cambiante de la Casa Blanca.

"Todos estos pasos por parte de Washington han sido una medida forzada", opina el analista Nil Nikándrov. "Por más que la propaganda estadounidense hable de aislamiento internacional de Cuba, los hechos dan otro cuadro. Las posibilidades de Washington de influir en La Habana se han quedado agotadas", insiste.

Los vuelos del avión del proyecto AeroMartí que transmitía los programas anticastristas quedaron suspendidos debido a los ajustes presupuestarios, con lo cual la señal ahora casi no llega al territorio cubano, destaca Nikándrov. En las sesiones de la Asamblea General de la ONU todos los países miembros, menos Israel, votan en contra del embargo estadounidense que pesa sobre la isla. En noviembre La Habana fue elegida miembro del Consejo de Derechos Humanos de la ONU. El hecho de que países latinoamericanos, asiáticos y europeos, Rusia incluida, reestructuraran la deuda exterior cubana también es una señal del apoyo de la comunidad internacional a la isla, subraya el analista.






Campesinos cubanos aumentan aporte de caña de azúcar

La Habana, (PL) Un 30 por ciento de la caña de azúcar que molerán en Cuba la aporta el sector cooperativo y campesino, cuya participación en esta produción muestra una tendencia creciente, dijo hoy una fuente oficial.

El presidente de la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP), Félix González, destacó en una conferencia de prensa la influencia de un movimiento productivo de avanzada en la esfera, integrado por 304 cooperativas.

De ese grupo 150 cooperativas alcanzan rendimientos agrícolas que alcanzan individualmente 60 toneladas o más de caña por hectárea, remarcó.

Un grupo de unidades campesinas asimilaron áreas que estaban sin explotar e iniciaron en ellas la producción de esa materia prima, la cual será cosechada en la campaña azucarera, indicó tras significar el apoyo a quienes recibieron tierras en usufructo para ese cultivo con perspectivas en el país.

La caña es una producción rentable, que tiene asegurados precios y logística, aseveró González.

De acuerdo con recientes informes del Grupo Azucarero Azcuba participarán en la molienda 49 centrales, igual cantidad que en la anterior campaña.

La zafra comenzó en el país el 20 de noviembre pasado por el central Comandante Manuel Fajardo, en la occidental provincia de Mayabeque, y ya otros 24 le acompañan.

Enfatizó que la principal misión de la organización es defender los intereses del país, por encima de los colectivos e individuales.

El dirigente campesino se refirió al comportamiento este año de tareas como la contribución a la seguridad social, la comercialización de los productos, la solución de impagos y cuentas pendientes, los servicios estatales recibidos en semillas y la vinculación con las instituciones científicas.

Definen calendario para Serie del Caribe de béisbol en 2014

Caracas, 24 dic (PL) Cuba enfrentará a México en la apertura de la Serie del Caribe de béisbol en su edición del 2014, prevista para efectuarse en la isla venezolana de Margarita (estado de Nueva Esparta) del 1 al 8 de febrero, informaron los organizadores.

Según el calendario del evento, en la primera jornada también se verán frente a frente las escuadras de Puerto Rico y República Dominicana, en un choque que marca el inicio del torneo.

En el programa difundido por el Comité Organizador, se establece el sistema de todos contra todos a una sola vuelta, con un día de descanso para cada país, y la escuadra que ocupe la quinta posición quedará sin opciones de avanzar a la discusión del título.

Los primeros cuatro equipos pasarán la primera ronda, para enfrentarse en semifinales (uno contra cuatro y dos contra tres), en jornadas de un partido.

De esa forma, los ganadores avanzarán a la final, que se disputará el 8 de febrero.

Cuba tendrá como rival en la segunda fecha (2 de febrero) a Venezuela, mientras un dia después chocará con República Dominicana y el 4 de febrero jugará ante Puerto Rico.

Durante el tiempo que participó en el certamen, Cuba se coronó en siete de 12 oportunidades, todas antes de 1960.
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