"De pensamiento es la guerra mayor que se nos hace: ganémosla a pensamiento" José Martí

lunes, 11 de marzo de 2019

Declaración del Gobierno Revolucionario CUBA CONDENA EL SABOTAJE TERRORISTA CONTRA EL SISTEMA ELÉCTRICO DE VENEZUELA

Declaración del Gobierno Revolucionario

CUBA CONDENA EL SABOTAJE TERRORISTA CONTRA EL SISTEMA ELÉCTRICO DE VENEZUELA

El Gobierno Revolucionario condena enérgicamente el sabotaje al suministro de electricidad en Venezuela, que constituye un acto terrorista, dirigido a dañar a la población indefensa de toda una nación, para utilizarla como rehén en la guerra no convencional desatada por los Estados Unidos contra el gobierno legítimo que preside el compañero Nicolás Maduro Moros y la unión cívico-militar del pueblo bolivariano y chavista.

Políticos estadounidenses se han apresurado a celebrar un acto que priva a la población de un servicio básico fundamental, deja hospitales sin la energía necesaria para operar, interrumpe otros servicios elementales indispensables en la vida cotidiana, como la alimentación, el suministro de agua, el transporte, las comunicaciones, la seguridad pública, el comercio, las transacciones bancarias y el pago por tarjetas; afecta el trabajo en general e impide el funcionamiento de las escuelas y universidades.

La secuencia y modalidad de los hechos recuerda el sabotaje realizado a la industria petrolera en 2002, perpetrado entonces por una empresa estadounidense propietaria y operadora del sistema automatizado de producción, refinación, transportación y distribución de la producción.

Se suma, además, a la guerra económica y financiera despiadada a la que se somete a Venezuela, con el claro objetivo de vencer por carencias y privaciones la voluntad política y soberana de un pueblo que no se ha dejado doblegar.

Se trata de una escalada en la guerra no convencional liderada por el gobierno de los Estados Unidos contra ese país hermano que se desarrolla tras el fracaso de la provocación montada el pasado 23 de febrero con el intento de ingresar por la fuerza una supuesta ayuda humanitaria a Venezuela, desafiando a las autoridades legítimas del país, en violación del Derecho Internacional y de las normas y principios de la Carta de las Naciones Unidas, con el objetivo de provocar muertes y violencia en gran escala como pretexto para una “intervención humanitaria”.

La experiencia de la propia historia de Cuba y de otros países de la región enseña que estas acciones son el preludio de actos violentos de mayor envergadura, como fue la invasión armada de Playa Girón en 1961. La comunidad internacional tiene suficientes evidencias para estar sobre aviso.

El usurpador y autoproclamado “presidente” creado por Estados Unidos dijo públicamente que, cuando llegue el momento, invocaría el artículo 187 de la Constitución para autorizar el empleo de misiones militares extranjeras en el país y repitió exactamente la misma frase que sus mentores estadounidenses utilizan: “Todas las opciones están sobre la mesa”. Solo falta que reciba la orden desde Washington, pues se conoce que en su periplo por América del Sur ya solicitó a ciertos gobiernos apoyo para una intervención militar en su país.

La ofensiva contra Venezuela se acompaña de una feroz campaña de propaganda macartista y mentiras coordinada por el Asesor de Seguridad Nacional de ese país, John Bolton, como pretexto para la aplicación por la fuerza de la Doctrina Monroe, acompañado activamente por el Senador anticubano Marco Rubio, quien con el uso frenético de las redes sociales, evidencia su atención e involucramiento personal y conspirativo, en las maniobras contra Venezuela.

Entre los más persistentes y desvergonzados pronunciamientos, está la calumnia de que Cuba tiene “entre 20 y 25 mil efectivos militares en Venezuela”, que “ejercen dominio” en ese país hermano y soberano, y que “tienen amenazados” a los integrantes de la gloriosa y combativa Fuerza Armada Nacional Bolivariana. Cuba rechaza de manera categórica esa mentira, como rechaza con igual firmeza toda insinuación de que existe algún grado de subordinación política de Venezuela a Cuba o de Cuba a Venezuela.

John Bolton es un mentiroso reconocido, con credenciales de larga data. Este funcionario fue quien en 2002 acusó a Cuba de poseer un programa de desarrollo de armas biológicas, falacia desmentida públicamente por quien era entonces su jefe, el ex Secretario de Estado Colin Powell, y por el ex Presidente James Carter. El infundio provocó, además, que Bolton fuera sometido a una investigación por el Congreso de los Estados Unidos.

Bolton asimismo estuvo entre los promotores de la mentira de que el gobierno de Iraq poseía en 2003 armas de destrucción masiva y un programa para desarrollarlas, la que, repetida a todos los niveles del gobierno estadounidense y amplificada por los grandes medios de comunicación, sirvió de pretexto para la agresión y ocupación militar de ese país del Medio Oriente por parte de los Estados Unidos, a un precio de cerca de un millón de muertos y millones de desplazados iraquíes, además de miles de soldados estadounidenses fallecidos y heridos durante la campaña militar cuyo objetivo fue también el petróleo.

Como se ha difundido públicamente, y las personas honestas e informadas conocen, la relación bilateral entre Cuba y Venezuela se basa en el respeto mutuo, en la verdadera solidaridad, en el común compromiso bolivariano y martiano, fidelista y chavista, con la integración de “Nuestra América”, independiente y soberana; en la voluntad de practicar la cooperación complementaria entre los pueblos del Sur, y en el empeño de aplicar y defender la Proclama de América Latina y el Caribe como Zona de Paz.

En los proyectos del Convenio Integral de Cooperación, suscritos entre ambos países, participan poco más de 20 mil cubanos, la mayoría mujeres, el 96% de los cuales están dedicados a la prestación de servicios de salud a la población, y otros que laboran en sectores como educación, cultura, deporte y agroalimentario.

El impacto acumulado en Venezuela de esa cooperación, por solo citar unos datos, ayudó a salvar 1 473 117 vidas, a realizar 717 029 310 exámenes de diagnóstico médico, a dar atención oftalmológica a 62 031 309 de personas, a administrar 12 915 648 de vacunas contra el sarampión y la tuberculosis, a lo que se puede sumar 3 095 546 de alfabetizados.

Es totalmente falso que Cuba esté participando en operaciones de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana o los servicios de Seguridad. Se trata de una calumnia difundida deliberadamente por el Gobierno de los Estados Unidos. Cuando Bolton, otros políticos y funcionarios del gobierno estadounidense la esgrimen, mienten deliberadamente con agresivos fines políticos, pues cuentan con datos e informaciones suficientes y conocen la verdad.

Cuba no interviene en los asuntos internos de Venezuela, como Venezuela no interviene en los de Cuba.

A diferencia de los Estados Unidos que tiene unas ochenta bases militares en América Latina y el Caribe, incluida la que usurpa territorio cubano en Guantánamo, y unas ochocientas en el planeta que disponen de más de 250 mil soldados; Cuba no tiene ninguna en país alguno, ni especialistas en tortura y represión policial, ni cárceles secretas, ni fuerzas navales o aéreas merodeando las costas y el espacio aéreo inmediato de Estados soberanos ni satélites observando cada detalle.

Con la mentira, el imperialismo promovió el sangriento golpe de estado de Augusto Pinochet en Chile, y muchos otros golpes de estado y dictaduras represivas en la región. Con mentiras se asesinó a más de 10 mil ciudadanos indefensos en la invasión militar a Panamá de diciembre de 1989. Con ellas se provocó la agresión militar y la desestabilización de Libia.

Con mentiras fue que Estados Unidos y otras potencias mantuvieron hasta última hora el pleno respaldo al oprobioso régimen del apartheid en Sudáfrica.

El Gobierno Revolucionario advierte y denuncia que la tendencia a mentir sin límite ni freno alguno de parte del gobierno de los Estados Unidos tuvo ya peligrosas consecuencias en el pasado que podrían repetirse en la actualidad.

La Habana, 11 de marzo de 2019

Also in English: http://www.minrex.gob.cu/es/cuba-condemns-terrorist-sabotage-against-power-supply-system-venezuela

EL MUNDO SE HACE CADA VEZ MÁS MULTIPOLAR

Por Manuel E. Yepe 

Especial para el diario POR ESTO! de Mérida, México. 


Es sumamente interesante el punto de vista que expone el periodista investigador Federico Pieraccini en un trabajo que publica la revista rusa Geopolítica donde afirma que en 2014 se hizo realidad la transformación del orden mundial de unipolar a multipolar con el retorno de Crimea a la Federación Rusa tras el golpe de Estado de la OTAN en Ucrania. “La incapacidad de Estados Unidos para evitar esta derrota estratégica fundamental de Bruselas y Washington marcó el comienzo del fin de la hegemonía del Pentágono, aferrado a un orden mundial desaparecido en 1991”. 

A medida que ocurría la mutación multipolar, Washington cambió de táctica. Obama ofreció una estrategia de guerra diferente a la avanzada durante la presidencia de G. W. Bush de “Proyectar el poder en todo el mundo con bombas, portaaviones, unidades de combate y botas sobre el terreno ya no es viable, y las poblaciones nacionales no estaban de humor para más guerras importantes”. 

El uso del poder blando siempre ha estado presente en la caja de herramientas de Estados Unidos para influir en otros países, pero dada la suerte inesperada del momento unipolar, el poder blando se dejó de lado en favor del poder duro. Sin embargo, tras los evidentes fracasos del poder duro entre 1990 y 2010, el poder blando volvió a estar en boga, y organizaciones como el Fondo Nacional para la Democracia (NED) y el Instituto Republicano Internacional (IRI) se pusieron a entrenar y financiar organizaciones en docenas de países que no les eran afines, para subvertir gobiernos, hacer revoluciones de color, primaveras árabes, etc.). 

Entre los que recibieron esta arremetida de soft-power estaban los países sudamericanos considerados hostiles a Washington, que ya estaban bajo presión capitalista-imperialista expresada durante varios años en forma de sanciones. 

Durante este período Latinoamérica sufrió un efecto secundario del nuevo orden mundial multipolar. Estados Unidos comenzó a retirarse después de perder influencia en todo el mundo. Esto se tradujo efectivamente en una política de concentrarse, una vez más, en su propio patio trasero: América Central y del Sur. 

Aumentaron los esfuerzos encubiertos para subvertir gobiernos con ideas socialistas en el hemisferio. Primero, la Argentina de Kirchner vio cómo el país pasaba a manos del neoliberal Macri, un vasallo de Washington. Luego Dilma Rousseff fue expulsada de la presidencia de Brasil por medio de maniobras parlamentarias, tras lo cual Lula Da Silva fue encarcelado para que Jair Bolsonaro, un evidente fascista brasilero, pudiera controlar las elecciones presidenciales. 

En Ecuador, Lenin Moreno, el sucesor de Correa, traicionó a su partido y a su pueblo al convertirse en activo del Pentágono, incluso protestando por el asilo concedido a Assange en la Embajada de Ecuador en Londres. En Venezuela, tras la sospechosa muerte de Chávez, Maduro fue inmediatamente atacado por el establishment estadounidense como el representante más prominente del chavismo antiimperialista. El aumento de las sanciones y la confiscación de bienes empeoraron aún más la situación en Venezuela, hasta llevar a los extremos actuales. 

Latinoamérica ha llegado a la posición peculiar en que se halla ahora como resultado de que el mundo se vuelve cada vez más multipolar. El resto del mundo ahora tiene un mayor margen de maniobra y más independencia de Washington gracias a la sombrilla militar y económica ofrecida por Moscú y Beijing a los países que luchan por su independencia política. 

Según Pieraccini, por razones geográficas y logísticas, es más difícil para China y Rusia extender su protección a Latinoamérica toda, Asia, Oriente Medio y Europa. Sin embargo, se observa cómo Beijing se ofrece como salvavidas indispensable a Venezuela y a otros países sudamericanos como Nicaragua y Haití para que puedan resistir la inmensa presión económica de Washington. 

La estrategia de China pretende limitar el daño que Washington puede infligir al continente sudamericano con su poder económico, sin olvidar los numerosos intereses chinos en la región, incluso el nuevo canal entre el Atlántico y el Pacífico que atraviesa Nicaragua. 

El papel de Moscú es más limitado, pero igual de refinado y peligroso para la hegemonía de Estados Unidos. 

Cuando dos bombarderos estratégicos rusos volaron a Venezuela hace menos de cuatro meses, enviaron una inequívoca señal a Washington. Se vislumbró el poder militar de Rusia, que tiene aliados y capacidad técnica y militar para crear una base aérea con bombarderos nucleares no muy lejos de la costa de Florida, especula Pieraccini. 

Y nadie dude que Moscú y Beijing no permitan una eventual intervención armada en Venezuela montada por Washington que abriría las puertas del infierno en el continente americano. 

Marzo 11 de 2019. 


Este artículo se puede reproducir citando al periódico POR ESTO como fuente.

PROHIBIDO OLVIDAR LOS ULTRAJES A BOLÍVAR Y MARTÍ

Por Pedro Martínez Pírez

Este lunes once de marzo se cumplen 70 años de un gravísimo ultraje de marines yanquis a la estatua de José Martí en el Parque Central de La Habana, algo que el pueblo cubano no olvidará jamás.

Una decena de los marines que habían llegado el día anterior al puerto de La Habana en el portaaviones USSPalau, en evidente estado de ebriedad, se dirigieron al Parque Central y uno de ellos logró trepar por la estatua del Apóstol de la independencia cubana hasta quedar sentado a horcajadas sobre los hombros de la escultura de José Martí, utilizándola como urinario público.

La reacción popular no se hizo esperar y fue necesario que la policía del gobierno de la época protegiera a los marines de la ira de los cubanos que acudieron al lugar, entre ellos el estudiante universitario Fidel Castro y varios de sus compañeros.

Treinta y seis años después, el 20 de mayo de 1985, y como parte de los esfuerzos imperialistas por liquidar a la Revolución Cubana, se cometíó otro gravísimo ultraje a José Martí al crear una emisora de radio con el nombre del Apóstol. A ese esfuerzo diversionista y violatorio del derecho internacional se sumaría años después la creación de la anticubana televisión Martí, ambas financiadas por el gobierno de los Estados Unidos.

Por eso no sorprende a muchos cubanos la guerra que hoy se hace contra la hermana república bolivariana de Venezuela, que tiene como símbolo mayor a Simón Bolívar, quien advirtió que los Estados Unidos parecen destinados por la Providencia para plagar de miserias a la América en nombre de la libertad.

José Martí, quien en carta a su amigo mexicano Manuel Mercado, dijo que vivió en el monstruo, es decir en Estados Unidos, y le conoce las entrañas, advirtió también que su honda es la de David.

Y en medio de la tremenda ofensiva imperialista contra Venezuela, que despierta la solidaridad de los cubanos, se recuerda a José Martí, cuando dijo en Caracas hace más de un siglo: “Deme Venezuela en qué servirla, ella tiene en mí un hijo”.

Por eso está prohibido olvidar la obra y el pensamiento de dos grandes de Nuestra América, Bolívar y Martí, ultrajados a lo largo de la historia por los imperialistas yanquis, pero convertidos cada día más en soportes de la resistencia de venezolanos y cubanos.

La Habana, 11 de marzo de 2019.
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