Dr. Alfonso R. Casanova Montero.
Lic Ismael R. Zuaznabar Morales.
Es necesario antes de ver y analizar la historia, situación y futuro de los procesos concretos de integración en América latina destacar algunos de sus antecedentes políticos y teóricos que en muchos casos llegaron a ser el sustento de tales proyectos unitarios regionales ,que lamentablemente tienen algunas fallas o limitantes importantes tales como, la imitación de modelos de desarrollo e integración surgidos en realidades foráneas (en tiempos muy distintos a los años iniciales de la industrialización en Europa, la reconstrucción europea y japonesa después de la Segunda Guerra Mundial y de cuando se intento la industrialización por sustitución de importaciones de los años sesenta en adelante del siglo XX y la realidad de hoy ) y la existencia de un marco político latinoamericano históricamente fragmentado, cuyo liderazgo sigue mirando más al norte o Europa que a su interior y que en muchos casos aun no entiende que sin la unidad de acción regional y el dejar de lado los antagonismos históricos no se puede lograr la integración real ( y el reconocimiento de que mas allá de las diferencias, se pueden y deben encontrar objetivos comunes) hecho trascendente que fue uno de los pilares que logro que Europa, tras dos guerras devastadoras entre ellos, creara una supra organización, por encima y fuera de sus fronteras nacionales, llegando a donde muchos decían no llegaría, como es la creación y funcionamiento de la moneda común para la mayoría de sus miembros y mostrando, que a pesar de las diferencias se puede hablar de una Casa Común, si bien hoy se resquebrajan sus cimientos.
Es necesario preguntarse entonces que fallo y falta a los líderes latinoamericanos para superar estas barreras(subjetivas) si no nos consideramos inferiores ni en conocimiento ni en potencialidades humanas, ni en dotación de recursos naturales, ni en aspiraciones e ideas considerando de nuestra parte, que lo que falta es voluntad política de los lideres de buscar la tan necesaria integración regional bajo lineamientos endógenos y no dirigida por fuerzas internas globalizadoras que responden a los intereses de los grandes centros de poder del capital.
Los planteamientos iniciales
Es importante tener presente en los análisis del surgimiento, desarrollo, evaluación actual y proyección futura del proceso de integración latinoamericano y caribeño, que bien temprano los próceres nuestros, Simón Bolívar y José Martí, trataron de lograr una región unida políticamente, como forma de conquistar primero su independencia de España , después consolidarla y para más adelante obtener un posicionamiento fuerte en el contexto del mundo cuando ya se veía venir las amenazas externas a la consolidación e independencia de la región.
Simón Bolívar
Las ideas de Bolívar de formar la Gran Colombia (o sea los actuales territorios de Colombia, Panamá que entonces era territorio colombiano, Ecuador y Venezuela) y al respecto señalaría la existencia de un destino común en los países latinoamericanos y la necesidad de unir sus esfuerzos para ser independiente y por eso luchó por la creación de un haz de naciones hermanas, con sus características propias, y destaco la importancia de con ellas, equilibrar el mundo. La iniciativa correspondió a la junta suprema de Caracas en 1810. Esta idea, Bolívar la consideraba como la mejor garantía del triunfo independiente y esta es parte del contenido político de su carta de Jamaica, del 6 de septiembre de 1815, cuando ya había dado el nombre de Gran Colombia a la nueva nación que intentaba fundar y había augurado la unión de estos dos estados Francisco de Miranda habló de la América del sur y la llamó Colombeia, desde el Río Misisipi hasta el Cabo de hornos. (Alvarado, 2010).
En 1813, Bolívar escribió en una correspondencia al prócer colombiano Nariño que si todos se unían en una misma mesa (…..) y si se eliminaba el fomento de los disturbios, se consolidaba más las fuerzas y se proporcionaba la recíproca cooperación de los pueblos para sostener la causa natural.
El día 17 de diciembre de 1819 el Congreso de Angostura, zona de Guayana, oriente venezolano, riberas del Orinoco, dicto la ley fundamental de la Republica de Colombia, ley que fue proclamada por el presidente del Congreso, el granadino Francisco Antonio Zea con las siguientes palabras: ¨la republica de Colombia queda constituida, viva la republica de Colombia¨. (SIN Editorial S/ Ed.).
La nueva republica quedaba formada por el territorio del virreinato de la Nueva Granada (Hoy Colombia y Panamá) y la capitanía general de Venezuela y comprendida tres departamentos: Venezuela, capital Caracas; Cundinamarca, antiguo reino de Granada, capital Bogotá y Quito (actual Ecuador), capital Quito. El mismo congreso dispuso que el gobierno estuviera ejercido por un presidente y un vicepresidente y cada departamento tendría su vicepresidente. Fueron nombrados presidente de la Gran Colombia Simón Bolívar, vicepresidente Francisco de Paula Santander; vicepresidente de Cundinamarca el general Santander; de Venezuela Germán Roscío y para Quito no se nombro porque estaba todavía bajo el poder del español.
Este congreso determino que para enero de 1821 se efectuará un Congreso Nacional en Cúcuta, Colombia, para expedir la Constitución, se implanto la bandera tricolor creada por Miranda en los tres departamentos y se otorgó a Bolívar el titulo de Libertador ( Ver Sebastián Francisco de Miranda y Rodríguez ,Caracas, 28 de marzo de1750 – San Fernando, Cádiz, 14 de julio de 1816),
La división latinoamericana según Bolívar implicaba ser países más débiles y por ello menos respetados por los enemigos mientras la unión los haría más fuertes y generaría mejores condiciones de existencia para la región.
Para Bolívar, una confederación latinoamericana debería ser la forma de gobierno de la región y servir de defensa contra las amenazas crecientes amenazas foráneas como también para solucionar las diferencias entre los propios pueblos de Latinoamérica y de esta forma con fecha del día 7 de Diciembre de 1824, apenas 48 horas antes de la importante Batalla de Ayacucho, el Libertador, desde Lima, envió invitación a los gobiernos de la región para realizar un congreso unitario, en la Ciudad de Panamá ,con la finalidad de constituir una federación de Estados Americanos capaz de defender la independencia conquistada.
En su convocatoria del Congreso de 1826, instalado el 22 de junio, señala de forma preclara su visión integradora al plantearse crear "(…) una asamblea de plenipotenciarios de cada gobierno que nos sirviese de consejo en grandes problemas, de punto de contacto en los peligros comunes, de fiel intérprete en los tratados públicos cuando ocurran dificultades, y de conciliador, en fin, de nuestras diferencias" (Documentos. Convocatoria del Congreso de Panamá, 1824).
En demostración que los obstáculos a la integración regional no son nuevos es necesario destacar que no todos respondieron al llamado de Bolívar y por ejemplo el gobierno de Chile declinó asistir cuando dirigido por Ramón Freire no mostraba simpatías por el político y militar venezolano ni por el prestigio político sudamericano, a la par que los diferentes enfoques dentro del país de parte de los llamados liberales y conservadores concentraba todo el tiempo de la política local que no veía por tanto interés en cumplir el ideario unitario de Bolívar, prefiriendo desde entonces mantener mejores relaciones con los centros del poder mundial tales como Gran Bretaña y los Estados Unidos.
Del actual territorio argentino tampoco fueron al encuentro de Panamá y las Provincias Unidas del Río de la Plata prefirieron no enviar una delegación, aunque el gobierno rioplatense de Bernardino Rivadavia mostraba un relativo interés en lograr acuerdos y alianzas en la región buscando apoyo ante la confrontación bélica sostenida con Brasil por la ocupación de la Provincia Cisplatina.
Desde entonces la desconfianza argentina ha sido un obstáculo perenne de la integración regional y así la mayor parte de los líderes argentinos de la época de Bolívar trazaron pautas que desconfiaban de la influencia en Latinoamérica de la Gran Colombia en el futuro regional y prefirieron desde aquel instante, al igual que Chile, mirar afuera de la zona para sus vínculos externos y aumentaron las relaciones con los europeos y los estadounidenses por encima de sus vínculos económicos y políticos con la región.
Aunque ya era un estado independiente desde 1811, Paraguay era gobernado por el aislacionista doctor Francia, actitud que relativamente permanecería en el tiempo a pesar de las acciones directas del propio Bolívar cuyos emisarios no fueron recibidos en Asunción y sólo recibieron una carta del presidente local, donde se rechazaban las relaciones diplomáticas y se defendía el aislacionismo como política paraguaya.
El entonces Imperio brasileño fue invitado, a pesar de ser un gobierno monárquico y esclavista, gobernado por los descendientes de dinastías europeas, lo que no era bien visto por una gran mayoría de los gobiernos de la región. En el caso brasileño, Bolívar prefirió remitir la invitación a la corte de Río de Janeiro, pero los brasileños prefirieron mantener la neutralidad entre las monarquías europeas y sus vecinos de Sudamérica, y en octubre de 1825 aceptó la invitación al Congreso panameño, pero las disputas territoriales con su vecino argentino hizo temer al Brasil el surgimiento de críticas en Panamá, y se decidió no enviar representante, aunque ya habían sido designados por el emperador Pedro I.
Bolívar acordó también invitar al conclave a Gran Bretaña y los Países Bajos; buscando la asistencia de los chilenos y rioplatense, que tenían en los británicos a su principal socio comercial y aunque Gran Bretaña envió un observador, Edward James Dawkins, este lejos de apoyar a Bolívar se limito a buscar acciones comerciales en beneficio de Londres y trato de limitar a la Gran Colombia y a los lideres mexicanos de apoyar las acciones de Cuba o Puerto Rico por su independencia de España.
Los temas de discusión en la agenda del Congreso fueron los siguientes:
· Renovación de los tratados de unión latinoamericana.
· La publicación de un manifiesto en que se denunciara la actitud de España y el daño que había causado al Nuevo Mundo;
· Decidir sobre el apoyo a la independencia de Cuba y Puerto Rico, así como de las islas Canarias y Filipinas.
· Celebrar tratados de comercio y de navegación entre los Estados confederados.
· Involucrar a Estados Unidos para hacer efectiva la Doctrina Monroe en contra de las tentativas españolas de reconquista.
· Organizar un cuerpo de normas latinoamericanas de derecho internacional.
· Abolir la esclavitud en el conjunto del territorio confederado.
· Establecer la contribución de cada país para mantener los contingentes militares comunes.
· Adoptar medidas de presión para obligar a España al reconocimiento de las nuevas repúblicas.
· Establecer las fronteras nacionales tomando como base el estado de las mismas en el año de 1810.
Los resultados prácticos del encuentro fueron muy pocos entre otras cosas por la ausencia de los más grandes países de la región, pues la mayoría de los presentes no se poseían condiciones políticas ni económicas de cumplir con el ideario unitario de Bolívar y los acuerdos logrados siendo por tanto frágil el equilibrio político y económico regional con fuertes intereses foráneos de que la idea de Bolívar no se concretara dando pie a que las divisiones y rivalidades entre las naciones americanas generaran numerosos conflictos fronterizos que terminaron en guerra, situación que más de un siglo después no ha sido superada del todo.
José Martí
Como Bolívar y otros libertadores sabía Martí, la importancia de unir la lucha por la independencia de Cuba y Puerto Rico al ideal de la unidad latinoamericana y el día antes de su caída en combate, 18 de mayo de 1895, en Dos Ríos, escribe a un gran amigo mexicano una carta que ha quedado como su testamento político destacando la importancia de Cuba para la independencia y unidad latinoamericana:
"ya estoy todos los días en peligro de dar mi vida por mi país y por mi deber -puesto que lo entiendo y tengo ánimos con qué realizarlos- de impedir a tiempo con la independencia de Cuba que se extiendan por las Antillas los Estados Unidos y caigan, con esa fuerza más, sobre nuestras tierras de América” ( www.lademajagua.co.cu 2011. Mayo 17)
Años antes en la ciudad de New York al referirse los problemas económicos de Latinoamérica Martí diría:
"A todo convite entre pueblos hay que buscarle las razones oculta. Ningún pueblo hace nada contra su interés, de lo que se deduce que lo que un pueblo hace es lo que está en su interés. Si dos naciones no tienen intereses comunes, no pueden juntarse. Si se juntan, chocan. Cuando un pueblo es invitado a unión por otro, podrá hacerlo con prisa el estadista ignorante y deslumbrado (…) pero el que siente en su corazón la angustia de la patria, el que vigila y prevé, ha de inquirir y ha de decir que elementos componen el carácter del pueblo que convida y el del convidado, y si están predispuestos a la obra común por antecedentes y hábitos comunes. Y el que resuelva sin investigar, o desee la unión sin conocer, o la recomiende por mera frase y deslumbramiento, o la defienda por la poquedad del alma aldeana, hará mal a América. José Martí. “(Martí, J. 1891.La conferencia Monetaria de las Repúblicas de América” La Revista Ilustrada de Nueva York).
Dentro del marco del pensamiento latinoamericanismo la idea original de la unidad fue la unión latinoamericana para hacer frente a las potencias europeas y a los Estados Unidos de Norteamérica en la primera mitad del siglo XIX en base de que los integrantes de la región presentan problemas políticos, sociales y culturales afines. Destaca a partir de los anteriores elementos como durante los últimos años el ideario de Bolívar y Martí se une a los planteamientos de líderes latinoamericanos y caribeños apareciendo algunos de sus postulados, directa o indirectamente en casi todos los procesos de integración económica y políticas de América Latina como origen histórico-teórico de muchas de estas acciones aunque a pesar de las similitudes el desarrollo de estas iniciativas no son idénticas ni en el tiempo, ni en el espacio y así, se puede distinguir tres importantes iniciativas de integraciones a base del bolivarianismo: las iniciativas que intentan realizar una unión latinoamericana en la que participaron casi todos los países o al menos los más grandes países de América Latina: el ALALC (Asociación Latinoamericana de Libre Comercio), que más tarde se transformó al ALADI (Asociación Latinoamericana de Integración) y el SELA (Sistema Económico Latinoamericano) todos muy vinculados a las teorías sobre el intercambio desigual y la dependencia y al accionar de CEPAL.
La segunda línea contiene las acciones regionales, paralelamente con la construcción del ALALC o después del fracaso de ella, tales como el Mercado Común Centroamericano, (MCCA), la Comunidad Andina (CAN) y el MERCOSUR son ejemplos de estas acciones.
Más adelante se puede mencionar al ALBA (Alternativa Bolivariana para las América), la cual con mayor claridad en el ideario de Bolívar sobresale como contraposición al ALCA (Área de Libre Comercio de las Américas) intento diseñado a partir de la Cumbre de Miami, Florida en 1994, que no paso de este intención de santificar mediante acuerdos la dominación y presencia de los Estados Unidos en la región extendiendo el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) a toda la región.
Sin embargo, esto no se puede interpretar como solo una confrontación política entre filosofías integracionistas de diferente contenido e ideología ya que las ideas sobre la unidad regional, política y económica, van más allá cuando en el presente siglo las iniciativas de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (CELAC) y La Unión de Naciones Sudamericanas (UNASUR) conforman intentos globales de la región de encontrar caminos comunes de progreso y esta tercera línea de desarrollo en el espacio regional se refiere a una integración más de ámbito continental: UNASUR y la CELAC surgieron así criterios nuevos en las tendencias de integración del área donde se aprecian cambios de enfoques de la unidad latinoamericana y caribeña.
De todo lo anterior podemos concluir que las ideas básicas de la unidad e integración latinoamericanas están ligadas a la historia política regional(Ver Nuestra América ensayo filosófico y político escrito por el cubano José Martí en 1891 ) y además resulta una necesidad objetiva y hasta ,como lo vemos hoy, un prerrequisito al desarrollo regional y nacional, ante un mundo en creciente proceso de unión y globalización donde lamentablemente algunos de la región ven más hacia el norte y afuera que en las potencialidades de los países latinoamericanos y caribeños que muy bien deberían tomar en este tema el ejemplo de Esparta de sobre el escudo o con el escudo.