"De pensamiento es la guerra mayor que se nos hace: ganémosla a pensamiento" José Martí

miércoles, 18 de junio de 2014

Las formas de gobierno del futuro

A lo largo de la historia de la humanidad distintas formas y estructuras políticas se han impuesto y desaparecido.
Compilamos algunos de los conceptos contemporáneos sobre las nuevas formas de gobierno que podrían surgir en el futuro.

Noocracia 
Semejante al concepto de Platón de “la prioridad de la mente humana", la noocracia, según Vladimir Vernadski,  matemático y científico ruso que introdujo tal noción como la noosfera, la esfera del pensamiento es un sistema político y social basado en la prioridad de la mente humana, un sistema flexible y adaptable compuesto de elementos conscientes, sistemáticos e institucionalizados que operarán en subsistemas autónomos descentralizados. Tal tipo de gobierno supone la aplicación de la "Syntellect", una mente unificada o de tipo colmena que integra las mentes individuales, tanto naturales como artificiales, probablemente a través de los efectos acumulativos de las redes de información.  
Cibercracia 
En una cibercracia los gobiernos o las instituciones gubernamentales gobernarían a través del uso eficaz de información.  En 1992 David Ronfeldt destacaba dos maneras de posible manifestación de cibercracia: 
-Estrecha: Una forma de organización que suplanta las formas tradicionales de la burocracia y la tecnocracia  
-Amplio: Tal forma de gobierno que puede redefinir las relaciones entre el Estado y la sociedad, y entre el sector público y el sector privado.  
La tarea de la cibercracia es superar las deficiencias de la burocracias tradicionales, valiéndose de las últimas tecnologías de comunicación y vigilancia. De esta forma la cibercracia reaccionaría rápidamente a la información relevante solucionando el problema desde su fuente.  Al final, la cibercracia podría usar un Sistema de Identificación Automático o incluso un sistema semejante como jefe de Estado, formando un gobierno "de máquina". Sin embargo, una vez que una inteligencia artificial se hace lo suficientemente sofisticada, podría erigirse en un ‘Singleton’, un orden mundial hipotético con un solo organismo de toma de decisiones (o entidad) en el más alto nivel de control.  

Futarquía 
El economista Robin Hanson propuso esta forma de gobierno en la que las decisiones de las autoridades podrían estar sometidas a los mercados de apuestas, que tienen mayor capacidad de agregar información.
Democracia líquida
También conocida como democracia delegativa revocable es una forma de democracia directa que incluye la posibilidad de delegar el voto revocable de forma instantánea. En la democracia líquida cualquier ciudadano puede votar por Internet cada decisión del parlamento y realizar propuestas. Además, cualquier ciudadano puede ser representante virtual mediante la publicación de su intención de voto en nombre del partido político o corriente de opinión que represente. En la Democracia líquida un parlamento virtual permitiría a cada ciudadano ocupar su escaño y votar, así como realizar propuestas o delegar su voto en los representantes que elija. El voto se verifica a través de un DNI electrónico. 
 

Poliestado 
En su libro 'Poliestado: Un experimento mental en el Gobierno Distribuido' el escritor Zach Weinersmith especula sobre la posibilidad de que los gobiernos no ejerzan su poder sobre ubicaciones geográficas, sino sobre las mentes. Es decir, el poliestado sería una entidad geopolítica en la que existen múltiples estados, cada uno de los cuales se compondría de los ciudadanos que han elegido a la legislación de un solo 'estado no geográfico'. 
Gerontocracia
Como la longevidad va aumentando, existe una teoría según la cual sería posible que  todo el poder y riqueza se concentraran con el tiempo en las manos de personas de la  tercera edad.  
Demarquía 
El termino ‘demarquía’ fue acuñado por el filósofo australiano John Burnheim y define un sistema político en el que el Estado es gobernado por ciudadanos elegidos aleatoriamente. Según Burnheim, de esa manera resultaría más fácil para el común de los ciudadanos participar en el Gobierno del país. 
'Ilustración oscura'
Así se domina un grupo informal en Internet de pensadores, científicos y blogueros que deseen recuperar las antiguas formas de gobierno y buscan restablecer la monarquía o un sistema autoritario. El líder de este movimiento es Mencio Moldbug, que aboga por la recuperación de las tradiciones de la civilización occidental y el retorno a un orden "natural" de las cosas.  





Amazon presenta su teléfono inteligente 'Fire Phone'

Amazon.com Inc. AMZN +2.69% presentó su muy esperado teléfono inteligente el miércoles, ingresando así en el sumamente competitivo mercado de smartphones.

El "Fire Phone", como se conoce al aparato, tiene una pantalla de 4,7 pulgadas, una cámara de 13 megapíxeles y audífonos a prueba de enredos, entre otras características, afirmó el presidente ejecutivo de la compañía, Jeff Bezos, durante un evento en la sede de Amazon en Seattle.

El aparato es el primer teléfono inteligente de Amazon y significa una gran apuesta para poder superar a los líderes de la industria Apple Inc. AAPL +0.11% y Samsung Electronics Co. 005930.SE -1.99%

Una ventaja potencial del Fire Phone es su capacidad de almacenamiento ilimitado de fotos en computadoras remotas a través del software de computación en la nube de Amazon. Conforme los smartphones se han convertido en la principal cámara de muchos usuarios, las fotos pueden utilizar gran parte de la capacidad de almacenamiento, dejando poco espacio para aplicaciones o música nueva.

El aparato también incluye una función de autodeslizamiento sin necesidad de usar las manos.

El negocio de telefonía puede ser muy ingrato; marcas que alguna vez tomaron vuelo, como Nokia, NOK1V.HE -3.57% Motorola y BlackBerry, BB.T +2.97% ha registrado un marcado descenso de su participación de mercado.

Amazon entrará a este nuevo terreno con un socio poderoso en Estados Unidos. La telefónica AT&T Inc. T +0.51% será el operador exclusivo, según personas al tanto de los planes de la firma de Seattle.



El teléfono estará disponible desde el 25 de julio, según el sitio web del gigante del comercio electrónico y tendrá un precio inicial de casi US$200 para el modelo de 32 GB con contrato.

Declaración del MINREX sobre muerte de madre de Alan P. Gross

Declaración de la Directora General de Estados Unidos del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba, Josefina Vidal Ferreiro.
 
Hemos conocido la infortunada noticia sobre el fallecimiento de la Sra. Evelyn Gross, madre del ciudadano estadounidense Alan Gross, quien cumple sanción de privación de libertad en Cuba. Deseamos expresar a sus familiares sentidas condolencias.
Frente a las dudas expresadas por personas que se preguntan las razones por las cuales el Sr. Gross no pudo visitar a su madre, es preciso aclarar que ni el sistema penitenciario cubano, ni el norteamericano, contemplan la posibilidad de que los sancionados internos viajen al exterior, cualesquiera que sean los motivos que se aleguen.
Es menester recordar que cuando falleció Carmen Nordelo, la madre de Gerardo Hernández Nordelo, uno de Los Cinco, quien cumple una injusta sanción de dos cadenas perpetuas más quince años de prisión en Estados Unidos, este no pudo tampoco viajar a visitarla y a despedirse de ella.
En la situación, tanto de Gerardo, como de sus compañeros Ramón Labañino y Antonio Guerrero, quienes también fueron condenados a prolongadas sentencias, concurren otros aspectos de profundo carácter humanitario que no pueden ser soslayados. Durante casi 16 años, han estado separados de sus familiares, algunos de ellos de avanzada edad, que guardan la esperanza de poder tenerlos de regreso; y han dejado de ver crecer a sus hijos.
Esta lamentable situación pudo haberse evitado. Reiteramos la firme disposición de Cuba a buscar de conjunto con Estados Unidos una solución a los casos de Gross y de Gerardo, Ramón y Antonio, que sea aceptable para ambas partes y contemple las preocupaciones humanitarias de ambos gobiernos y de sus respectivas familias.

La Habana, 18 de junio de 2014

Silvio Rodríguez: Uno no es ni famoso, ni exitoso, ni ningún oso

Por Leandro Estupiñán Zaldívar

“¿Tú no eres Juan Triana?”, pregunta Silvio Rodríguez con unos papeles en las manos cuando tomamos asiento. Su interrogante me deja pensando, porque Juan Triana es el nombre de quien fuera mi profesor de Problemas de la Economía Cubana, un eminente y popular economista desde que sus conferencias dieran la vuelta a Cuba como aquellas carreras de bicicletas, aunque gracias a la solidaridad de los cubanos que nos hace ir pasando de memoria flash en memoria flash una información cuando parece relevante.

Me quedo pensando porque las entrevistas son como las sesiones en el espiritismo. Uno invoca algo, que evidentemente debe ser el lado más sincero del entrevistado, y según estado anímico y circunstancia así serán las respuestas.

Lo había esperado con un libro de Ricardo Piglia en las manos, tumbado en un asiento en el fondo del lobby del hotel Pernik donde se hospedaba junto a su esposa, la clarinetista y flautista Niurka González. Silvio Rodríguez viajó hasta el oriente del país para cantar en tres pueblos distantes de la cabecera provincial, siguiendo así el propósito de ofrecerle su música al público más desfavorecido, ese que habita zonas marginales, lo cual no implica solo la conceptualización sociológica del término. En el hotel también descansan los músicos de Trovarroco, tres excelentes guitarristas villaclareños que junto al percusionista Oliver Valdés confieren en los últimos tiempos otra sonoridad a su obra.

Al verlo, me pongo de pie y lo saludo. Responde amable estirando el brazo y lo primero que se impacta contra mi visión es el famoso tatuaje de la rosa y la calavera que se hiciera entre el pulgar y el índice de la mano derecha en los que fueran días trascendentales a bordo del Playa Girón. El trovador, nacido el 29 de noviembre de 1946, en San Antonio de los Baños, viste jeans y pulóver azul turquí con bandera cubana sobre el lado izquierdo del pecho. Suele llevar ese tipo de prenda, quizá para dejar claras muchas ideas que con solo ver una bandera cubana vienen a la mente. Ando sin fotógrafo, pues no quiero interrupciones en el diálogo.

Le advierto que carezco de cuestionario. Aborrezco las entrevistas preconcebidas. Me parecen interrogatorios policiales. Mi estilo es el de la gente común, prefiero conversar pese a los inconvenientes de la memoria.

-Mejor, asiente él.

También debo ser sincero y le ofrezco otro dato.

-Ni siquiera debía entrevistarlo, le digo algo inquieto, pues al fin y al cabo es una confesión: De la gente a la cual uno ha admirado su obra más vale permanecer lejos, pues ocurre un poco como el poema: No debe volverse a los lugares adonde se ha sido feliz.

Las canciones de Silvio Rodríguez me ha hecho feliz muchas veces. Estoy habituado a ellas desde la temprana adolescencia, cuando con entusiasmo empecé a escucharlo a él, y a Pablo Milanés, y me hice seguidor de la Nueva Trova y por ende de la trova tradicional y de todo cuanto se les relacionara. Más de un tema suyo me ha propiciado fuerzas para enfrentar un día problemático, aunque después ciertos comportamientos del hombre me llevaran a revalorizar al artista.

-Lo que pasa es que siempre hay curiosidad, indica luego de mi lamento.

Lo ha dicho con calma, en ese tono en que le he escuchado tantas veces, bien al llegar al escenario y luego de ubicarse en la banqueta donde cantará, bien ante colegas de todas partes que hacen lo mismo que yo intento ahora: Conocer un poco más su mundo interior, empresa compleja si se tiene en cuenta que a lo largo de su carrera debe haber escuchado todas las preguntas posibles, debe haberse encontrado a entrevistadores inimaginables.Coloca sobre una mesa la pequeña grabadora con micrófono que me quedo mirando.

-¿Graba sus conversaciones?

-Las suelo grabar de hace un tiempo para acá.

-¿Le han tergiversado muchas veces?

-Me gusta tener un registro. A veces me han tergiversado, bastante. No me parece que vaya a ser el caso. Me ha pasado más bien fuera de Cuba, en algunos lugares. También aquí me ha pasado. Me ha pasado incluso que han querido hacer un libro gente que tiene pensado irse del país. Han querido hacer un libro y me han hecho una cantidad de preguntas, nos hemos visto varias veces y de pronto han desaparecido y han aparecido en otro lado queriendo publicar el libro.

-Es como tener un pasaporte cultural o algo semejante, corroboro, pensando en ese tipo de personas que gusta abrirse camino escudándose en la vida de los demás.

-Parece, asiente él, y pone atención en mis palabras. Quizá trate de adivinar qué quiero preguntarle, de qué quiero hablar, para qué lo he sacado de su refugio.

Prosigue: Son cosas extrañísimas. En fin, esas cosas pasan. Y por supuesto, sé absolutamente que no es el caso. Pero, en fin. Me gusta tener un registro, porque también estoy viajando. Estoy en otro lugar y es una forma de recordar las cosas que me pasaron. A veces olvido. Son muchas cosas ya, muchos años…

-Casi setenta, lo pincho.

-Casi setenta, repite, y cavila: Bueno, realmente no llego. Tengo sesenta y siete. En noviembre cumplo sesenta y ocho. Pero mañana, por ejemplo que es el concierto número cincuenta y ocho de la gira, cumplo también cuarenta y siete años de vida profesional. Debuté un 13 de junio.

-¿Fue en la televisión?

-En un programa que se llamaba Música y Estrellas, que dirigía Manolo Riffat.

-¿Se siente viejo?

-Chico, tú sabes que no me siento viejo. En primer lugar, nunca me han gustado los espejos. Dicen que la muerte presume. Es lo único que te hace recordar que el tiempo pasa, en realidad.

- En Nicaro vi, por ejemplo, que había mucho público, pero solo un grupito cantaba. Ese grupito estaba compuesto por gente adulta sobre todo. ¿Siente que su público ha envejecido con usted, con la revolución? ¿Siente que ha envejecido todo?

-Veo que hay mucha gente vieja. Ahora hay más gente vieja en mis conciertos. Generalmente…

-Bueno, es la muestra de que el público ha envejecido.

-Sí, pero hay jóvenes también. En mi público inicial había muchos más jóvenes que viejos. Ahora hay de todas las edades. Están los jóvenes atraídos por los padres, porque algunos escuchan la trova y escuchan lo que uno hace, o porque saben de uno, porque uno es más o menos famoso y sale en la televisión o en la radio, o se habla de uno. Y están los de media edad, que tuvieron tiempo de participar en esa época en la que uno todavía tenía una presencia más energética, sobre todo en los medios de aquí de Cuba. Y están la gente que son más o menos de la edad de uno, y que gustaron o gustan todavía de lo que uno hace.

-¿Y por qué una gente “más o menos famosa” decide ir a los barrios marginales, incluso ubicados en la periferia del país?

-Quizá de afuera se ve así, pero realmente uno no es ni famoso, ni exitoso, ni ningún oso. Uno es sencillamente una persona que desde que comenzó a trabajar ha tenido un propósito, ha tenido una visión de la cultura, de la canción; ha tenido una visión, aunque no me gusta usar palabras muy altisonantes, del compromiso. Pero sí, indudablemente hay compromiso, hay gustos, afinidades, atracciones, hay simpatías. La ley de la simpatía, las cosas que se atraen y se juntan van creando un universo, una gravedad. Otra razón más por la que uno no piensa en los años. En ese sentido uno sigue siendo el mismo. Sigue pensando de la misma manera, sigue sintiendo los mismos compromisos, sigue sintiendo que lo que uno hace es parte de la sociedad y de una manera determinada, que no es la búsqueda de la fama, del dinero, de la celebridad; es la búsqueda de otras cosas que están en todo el mundo, pero que están en uno. ¿Y qué es lo que está en todos nosotros? Ni más ni menos que la sensación de estar vivo, de que te haya tocado una época y un tiempo, y que es una dádiva, un don, una suerte que tuviste al haber estado vivo y haber pasado por esta experiencia. Y tratas de aprovecharla lo más intensamente posible, darle una utilidad pasajera en este mundo de los vivos. No lo digo porque crea que haya un mundo de los muertos; sino, en este mundo de la conciencia, de la percepción y de que uno se da cuenta de las cosas y puede actuar. Es así. Me considero el mismo. Por eso estoy aquí y por eso hago estas cosas. También hay razones un poco más específicas. Hay tiempos en que te impulsan más a hacer determinadas cosas que otros. Este momento de cambios de Cuba en que hay muchas cosas a favor y muchas cosas en contra, y donde gran parte de la población es probable tenga que pasar por una serie de vicisitudes y trabajos y problemas y carencias que se suman a muchos trabajos, vicisitudes y carencias que durante tantos años hemos tenido. Hace años, con otra perspectiva y visión del mundo. Ahora resulta que con otra.

- ¿Y eso no ha mellado lo que se llama “futuro” o “porvenir” o “esperanza del futuro”?

-Oye, en todos los países, en todos los tiempos y circunstancias la gente tiene más o menos los mismos problemas. Está viva y en una sociedad, quiere progresar, ser mejor, quiere tener más posibilidades de vida, gozar más plenamente de la existencia y quiere un mejor futuro para sí y para los suyos. Es normal. Nos pasa a todos, en todas las sociedades que he conocido, en todas; unas más desarrollas, otras menos; unas gobernadas de una manera, otras gobernadas de otras.

-Pero antes, por ejemplo, había una esperanza: Se llegaría al comunismo.

-Antes sí, al comunismo o no se sabía. Cuando uno cantaba: Te convido a creerme cuando digo futuro realmente uno no pensaba que este era el futuro. Uno pensaba que el futuro iba a ser otro.

-Y viendo este futuro, ¿qué piensa?

-Viendo este futuro… hay que ir a los barrios, hay que seguir andando, hay que seguir trabajando.

-Silvio, pero ir a los barrios no quiere decir estar en los barrios, ¿usted ha estado? ¿Qué ha aprendido?

-He aprendido que la gente está jodida, muy jodida, mucho más jodida de lo que pensaba. Y bueno, eso es una manera de conectarse con la realidad de tu país, de seguir constatando las cosas como son. Es verdad, no vivo en un barrio; es verdad, tengo una vida mucho más cómoda que la inmensa mayoría de los cubanos. Pero no me viro de espaldas, continúo. No solo aquí en Cuba. También pudiera continuar en Cuba y no hacer eso. Pero bueno, lo hago porque me parece que es mi manera de hacer una contribución, de estar comprometido con mi realidad, con mi gente, con mi pueblo.

-También lo veo como una cruzada cultural en tiempos en los que advierto una especie de conspiración contra la cultura por la que pasa Cuba y el mundo, la gente no lee, escucha una mala música…

-Mira, yo fui adolescente y me hice hombre en una época en que había muchas condiciones para que la cultura germinara. Para empezar, se hizo una campaña de alfabetización, se fundó una Editora Nacional y empezaron a proliferar los libros y la literatura universal. Entró el cine de arte como arte, se le empezó a dar una relevancia a la literatura latinoamericana, hubo instituciones, organismos, reuniones, concursos, una serie de manifestaciones sociales y todo apuntaba a un compromiso con la cultura, que es también un compromiso con la historia, con lo que ha sembrado el hombre, con lo que ha construido en el mejor sentido. En aquel momento aquí en Cuba había distintos organismos culturales. A mi modo de ver, a la manera en que yo lo sentía, unos más culturales que otros. Unos eran más mediáticos, te hacían entrar en la popularidad y en el gusto más rápidamente. Otros trabajaban más mesuradamente, más tranquilamente, a más largo plazo. Yo siempre tuve afinidad con esos organismos culturales que trabajaban a más largo plazo, para los que la cultura implicaba también estudio, superación y una autosuperación. Me refiero específicamente a dos organismos, a Casa de las Américas y al ICAIC. Lo que había fuera de eso eran el ICRT y el Consejo Nacional de Cultura.

-¿En los tiempos de Pavón?

-Antes de Luis Pavón, que había Consejo Nacional de Cultura.

-Claro, desde 1961.

-Luis Pavón entró tarde y estuvo pocos años. Eso fue como un amago de Ministerio de Cultura, que nunca fue Ministerio de Cultura hasta que después del llamado Quinquenio Gris pusieron a Hart, y fue Hart el que fundó el Ministerio de Cultura. Esos organismos que trabajaban más concienzudamente, menos populistamente, creo fueron los organismos que fundaron cosas que han durado más. Todo lo demás era más efímero: La fama de una canción que aparece por la radio, un rostro que aparece y desaparece por la televisión, o que está en los cabaret, en fin… Siempre tuve la percepción de que era como la lucha de dos maneras de ver la cultura, de ver el mundo, la realidad y también de ver el futuro. Uno, en palabras muy rápidas, pudiera caracterizarse como algo más chabacano, el otro como más estudioso; uno con más prisa, otro con menos prisa. Yo me di cuenta de que había una especie de guerra, de que todo aquello era una especie de guerra entre dos concepciones de ver y estar en el mundo. Hoy por hoy parece que lo que yo consideraba en frente es lo que ha ganado la guerra. Pareciera que gano la lentejuela, el oropel, la superficialidad, el mal gusto, el populismo. Pero todavía hay gente que trabaja con otra visión de la cultura, con una visión parecida a la que tuvimos nosotros. Y creo siempre se ha manifestado, siempre ha estado y siempre estará. Incluso, si siguen ganando, esta otra visión estará.

-¿Aun con todo el apogeo de la internet y eso? Como decía Phillip Roth, refiriendo el problema del libro y la lectura: Las pantallas nos han derrotado.

No es solo la internet; en general, la tecnología, que suele democratizar las cosas. Por ejemplo, cuando yo tenía 17 años solo los fotógrafos profesionales o personas con un poder adquisitivo alto podían comprarse una cámara no profesional, porque además la gente buscaba una cámara no profesional, una camarita Kodak que tirara y después ibas a la tienda, te revelaban tu rollo y te daban tu foto. Hoy día casi todo el mundo tiene una cámara, todos hacemos fotos, cualquiera que esté en un lugar con un dispositivo que recoja la luz hace una foto, y puede ser de primera página en los más grandes diarios del mundo.En mi época, cuando yo era adolescente, un joven, era muy difícil tener un dispositivo para grabar una canción. De hecho cuando me pidieron la primera vez un trabajo para el ICAIC tuvieron que prestarme una grabadora, porque como yo en esa época todavía no escribía música, tenía que memorizar las cosas que iba haciendo y me era muy fácil con una grabadora. Se me ocurría una melodía, tocaba en la grabadora, después lo reproducía y sabía que eso quedaba ahí. Hoy día todas las personas, quienes lo necesitan y quienes no lo necesitan, llevan teléfonos, que lo mismo hacen fotos, que graban, y te comunicas desde cualquier punto en que estés. O sea, que la tecnología ha democratizado, le ha dado oportunidad a todo el mundo. También por eso hay tantas manifestaciones musicales, porque hoy en día realmente para grabar una canción no se requiere de un estudio. Se ha puesto hasta de moda grabar en los garajes con cualquier dispositivo. A veces una cosa que queda mal grabada es hasta un detalle simpático y se transforma en una moda grabar con un teléfono, y de pronto se convierte en un boom mundial grabar canciones con un teléfono. Creo que no ha pasado, pero puede pasar. Esa democratización implica una inundación de expresiones poco acabadas en todos los sentidos. Los escritores, ahora por internet, hacen sus libros. Cualquiera publica cualquier cosa, en cualquier sentido. En el siglo XIX para que te publicaran un libro pasabas… en primer lugar porque imprimir un libro era un costo, un gasto, había una serie de tamices por lo que pasaba un libro, editores, especialistas, revistas con un prestigio, no publicaban cualquier cosa. Hoy en día cualquiera escribe un reportaje de lo que sea, cualquiera publica una foto de lo que sea, cualquiera escribe una canción de lo que sea.

-¿Eso no ha llevado a una abulia, a que todo pierda su valor o que al final gane la frivolidad?

-Exactamente. Esa es una de las cosas que ha introducido la democratización de los avances tecnológicos en el mundo moderno. Yo lo veo así. Esto hace que proliferen las elites. ¿En qué sentido? Los que son más exigentes, ante esta invasión inmisericorde de expresiones enloquecidas, los más exquisitos, los que tienen gustos más refinados, más sofisticados, tienden a aislarse y a crear guetos. Estamos ante un fenómeno cultural que empieza a manifestarse universalmente y ante el que nosotros no escapamos, porque ya tenemos encima la tecnología, nos guste o no nos guste, nos convenga o no nos convenga, nos agrade o no nos grade. Ya todo el mundo anda con un teléfono, se comunica… hasta los espías. En la década de los sesenta yo me acuerdo que cuando el G2 agarraba a un espía, lo agarraba con un aparto sofisticado de mandar señales. Están las películas de la Segunda Guerra Mundial, los espías andaban con una maletica y unos aparatos de onda corta para mandar señales en una frecuencia especial, emitían sus informes y todo eso. Hoy en día nada de eso hace falta. Marcas cero, cero, uno y estás comunicándote con los Estados Unidos.

-Y es más difícil prohibir.

-Más difícil no, es más loco además. Es mucho más difícil. La diversidad ha llegado. La tecnología ha permitido que esa diversidad, que esa exuberancia de posibilidades nos arrastre.

-Cualquiera puede ver cualquier cosa, y en cualquier lugar. Creo que en Nicaro se encontró con alguien que escribe a su blog.

-Sí, lo que pasa es que ahí hay una familia que se comunica conmigo. Ellos tienen un trabajo en el que hay un poquito de internet, y a veces se comunican un poquito y logran entrar al blog. Pero, en realidad lo que hacen es que algunas personas que también participan del blog, que son extranjeros, se comunican con ellos, les pasan los post y los mensajes que hay y las participaciones, y entonces ellos responden por esa vía.

- Cuánto trabajo pasamos, ¿no? Y todavía hay una resistencia a la internet.

-Sí… Bueno, en fin… Se plantea que tecnológicamente está toda esa discusión de famoso cable de Venezuela, toda esa cosa. Es verdad, hay que crear una infraestructura aquí, que cuesta dinero. Pero los cables telefónicos están desde hace muchos años echados en Cuba y el sistema inalámbrico es una cosa que sí, debe costar su dinero, pero cada vez debe costar menos, cada vez es una cosa más común. Veremos qué hacer cuando Google ponga en órbita los 180 satélites esos que tiene pensados poner para darle internet a la parte del mundo que no tiene, cubanos incluidos supongo. Vamos a ver las nuevas generaciones a quiénes les agradecen el internet. Es uno de los grandes problemas que tenemos ahora mismo. El joven que no está pensando en otra cosa que mirar lo que le interesa, en resolver, en conectarse con la página del reguetonero no sé quién, lo que sea, lo que tenga en mente, y que de pronto, de un día para otro haga así, pácata, y con su telefonito se conecte con cualquier lugar del mundo. ¿A quién se lo va a agradecer?: ¿A nosotros?, ¿a nuestro país?, ¿a su gobierno?, ¿o a Google?

-Además, ese individuo será como el cuento del hombre dominado por el pececito al que observa, cada vez es más vulnerable culturalmente.

-Sí, sí. Imagínate. Ese reguero tecnológico indiscriminado es también un reguero de dominación, de dominación ideológica, de dominación cultural.

-¿Entonces qué han ganado aquellas instituciones culturales que iban por la instrucción del individuo hasta convertirlo en alguien con pensamiento crítico?

-Ha ganado eso, ha ganado la formación de gente que piensa críticamente, y que ha pagado un precio por pensar críticamente.

-Y es la minoría.

-Sí, es una minoría, sin lugar a dudas. Y va a seguir siendo una minoría. A mí no me cabe dudas de eso. Mientras más democrática sea la posibilidad expresiva más valioso va a ser lo exclusivo.

-Para esta gira usted ha hecho un alto en un disco que graba, ¿creo que es un descarte de las canciones del Descartes o algo así? ¿Se llama Amoríos?

-No es un descarte, son canciones que nunca había grabado.

-¿Pero, no estuvieron pensadas alguna vez para Descartes?; por cierto, el disco suyo que más me gusta.

-No, no estuvieron pensadas para Descartes. En realidad Descartes es un disco con canciones que salen de los descartes de otros discos.

- Claro, pero yo pensé que este eran descartes del Descartes.

-Le iba a poner Sobras, pero me pareció demasiado fuerte. Estas son canciones que nunca grabé, que nunca toqué. Toqué otras y esas las dejé. Son canciones de relaciones de pareja, todas.

-En Descartes hay una frase que me resulta fascinante, una de Vida y otras cuestiones: “¿Cómo sabrá la cerveza que el sepulturero se beberá cuando acabe de darme abrigo?” Me gusta mucho. A través de ella intuyo cierta preocupación por ese asunto de lo que ocurrirá luego, como individuo y como parte de la sociedad.

-A veces uno mira las nubes y añora la vida. A veces uno mira las nubes y dice: Qué maravilla, nuestros aborígenes levantaron los ojos y vieron pasar las mismas formas, u otras, pero vieron el mismo paisaje que vemos nosotros ahora. Y cuando uno no esté habrá quien levante los ojos y lo vea. Eso es fascinante, ¿no? Se trata de eso, no de otra cosa, dicho a través de la cerveza que se va a tomar…

-Pero es excelente. Es una frase que se relaciona mucho con mi preocupación filosófica.

-Sí, es… ¿qué pasará al minuto siguiente a la muerte?

-También me lo he preguntado: Cómo seguirá la vida sin uno, si pudiera verla. ¡Tremendo…!, exclamo, y me hubiera volcado a una reflexión existencialista de no ser porque recuerdo que esta entrevista también tiene como objetivo ser publicada en el periódico para el cual trabajo y al cual, más que de filosofía, para mi pesar, le interesan declaraciones directas sobre la visita. Recapacito y, rompiendo el trance, le hago otro comentario: Estas presentaciones en Mayarí, Nicaro y Moa tiene que ver mucho con su relación con Frank Fernández, una amistad muy antigua.

-Sí, esto lo planificamos desde hace rato. Hace rato hablamos de la posibilidad de que yo fuera a Mayarí y el a San Antonio, de hacer ese intercambio. Somos amigos desde hace muchos años.

-¿Y qué es la amistad para usted?

-La amistad es una cosa imprescindible. No en balde Martí dijo que era la joya mejor. Hay otras joyas, buenas también. Pero sin dudas la amistad es lo que uno funda con personas afines. Estábamos hablando ahorita de las afinidades, de esas leyes gravitacionales que hacen que cosas, que ideas, que personas giren en torno a cosas comunes, a identidades.

-Pequeños detalles invisibles.

-A veces pequeños, a veces más grandes. Detalles, detalles de la existencia. Y coincidencias, porque tú sabes que, como dice el dicho, cada gente es un mundo. Y dentro de ese mundo de tanta gente uno encuentra aquí, allá, a cuyá esos detallitos que te van uniendo con los demás. En el caso de Frank, lo conocí cuando él volvía de Rusia, de la Unión Soviética, con su diploma de oro del Chaikovski. Entonces era la joven promesa, extraordinario. Estaba muy vinculado al Comité Nacional de la Juventud Comunista, y yo tenía un amigo allí. Ese amigo nos presentó. Fuimos a su casa y empezamos a hacer colaboraciones. Era cuando se hacían aquellas galas por el 4 de abril. Él empezó también a trabajar con nosotros, a planificar las galas, a dirigirlas. Nos pedía canciones. Hicimos canciones para algunas galas. Después fue productor de mi primer disco.

-Tienen pensado volver a Holguín, creo, en agosto.

-No sé si en agosto. ¿En agosto…? No, jamás en agosto. Hicimos Mayarí, Nicaro y Moa. Es lo que teníamos planificado. Más adelante nos pidieron hacer algo aquí también, en Holguín, en la ciudad. Me gustaría en un barrio de Holguín. Para eso me voy a asesorar bien, porque tendría que ser en un barrio de los que necesitan más esto que hacemos. Me gustaría en esa ocasión ir también a Gibara. Fui el otro día y es un lugar fascinante.

-¿No tiene pensado cantar en teatro, para el otro público?

-El público que va al teatro puede ir al barrio.

-Claro, pero hay quien necesita espacios más cómodos.

-Llevo tres años sin tocar en teatro. Solo en barrios.

-¿Y se siente cómodo?

-Me siento más a gusto.

-¿Sí?

-Me siento más a gusto porque me parece que es un trabajo más útil, y un reto.

-Pero, para un hombre tan exigente con el público como usted…

-Es un reto también, porque es un público que a veces no está acostumbrado al tipo de trabajo que uno hace, a lo mejor están acostumbrados a escuchar otro tipo de música. Siempre la gente corea algunas canciones. Incluso jóvenes. Es fantástico. No sé cómo se la saben.

-Sé de anécdotas, ahora leyendas famosas, en las que usted enfrenta al público, le pide silencio. Y en un barrio se grita, hay bulla… ¿No lo sacan de paso?

-Eran cosas que ocurrían cuando uno empezaba. Yo nunca me vi como cantante. Siempre me vi como un compositor que exponía lo que hacía. Y como no cantaba cosas…o pensaba yo que no cantaba tonterías, a lo mejor también cantaba tonterías. En definitiva, todos caemos en tonterías de una u otra forma. A veces, pensando que no somos tontos somos los más tontos del mundo. Pero, empezaba, y veía con tanto respeto lo que yo hacía, y me parecía que mucha gente iba realmente a comulgar con la canción de la manera en que yo la asumía. Y de pronto, que hubiera gente más acostumbrada a la cosa farandulera o lentejuelezca me molestaba. Y gente que pedían, y que hablaban, pues mandaba a callar a la gente. En alguna ocasión me levanté y me fui también. Lo hice. En otros lugares me botaron. Varias veces me botaron de los lugares. Pero fueron cosas más relacionadas con los inicios.

-Eso ayudó a tejer una leyenda de un Silvio que no sea quizá el Silvio real, ¿es muy difícil ser el Silvio verdadero?

-Yo nunca he sido una persona agresiva, para nada. Todo lo contrario. Si me agreden, trato de defenderme; pero no es que sea mi naturaleza. ¿Sabes qué pasa? Como yo, y no solo yo, sino alguno de nosotros éramos un poco contraculturales, hacíamos un poco de contracultura, contracultura convencional, se tejió también alrededor nuestro, por cuestiones políticas, de defensa de esa cultura entre comillas, una leyenda un poquito, no voy a decir que negra porque sería demasiado, pero sí gris con pespuntes negros. Es lo que yo pienso. Hubo un momento incluso en que se decía que la Nueva Trova se quería adueñar de la cultura, y que quería que todo fuera como ella. Nada más alejado de la realidad. A nosotros se nos hicieron campañas dentro de ese mundo lentejuelezco. En el fondo eran campañas políticas porque eran campañas que miraban el arte como pedestal, no como ara.

-¿Por eso ustedes alguna que otra vez combatieron ese arte, aquella otra forma de hacer canción?

Realmente yo no me dediqué a eso. Yo hice una sola canción que habla de eso.

-Pero digo, en entrevistas, a través de comentarios públicos.

-Si me das una referencia yo te la respondo, porque ahora no recuerdo haber combativo nada en ese sentido. Sí creo que hice una canción, La Masa, que habla de eso, de las distintas maneras de asumir el arte, en mi caso la canción. Pero no insistí. No fue un cruzado tampoco. Mi cruzada era hacer canciones buenas, de calidad. Esa ha sido mi única cruzada en la vida, hacer canciones diferentes, incluso en contrapunto de mis propias canciones, porque no me gusta que ninguna canción mía se parezca a otra.

- A propósito, qué le ha parecido la versión que grabó Shakira de La Masa para el disco de Mercedes Sosa.

-Me parece muy bien. Estoy acostumbrado a que Mercedes cante canciones mías. Cantó muchas. Recuerdo especialmente dos, arregladas por Charly. Hizo una versión de Unicornio preciosa para un disco. Y la otra era La Masa, en una versión de Charly García. Los arreglos son así… bueno, ella es un clásico, pero los arreglos de Charly son fabulosos. No me acuerdo cómo se llama el disco. Y bueno, esta joven… me parece maravilloso. Me sorprendió, porque evidentemente no está en esa línea de trabajo.

-¿Su elección para colaborar con otros artistas de qué depende? Recuerdo cuando estaba prohibido José Feliciano aquí, y usted fue como la puerta para que volviera a escucharse en los medios.

-Es que aquí, como en todas partes, se tejen leyendas sobre artistas. Hemos estado muy aislados durante muchos años, y aquellos años eran de gran aislamiento. No existía internet. No había forma de saber qué era la verdad detrás de todo eso. También a veces los artistas en determinadas coyunturas saben qué es lo que se está cocinando, le hacen una pregunta y hacen una concesión, sueltan una cosita un poquito pesada para contentar el ambiente que los está entrevistando. Aquí a veces nos tomamos esas cosas demasiado a pecho. Y son cosas a veces circunstanciales. Son cosas de las que después los artistas ni se acuerdan. Hay otros que sí, que tienen una postura y una forma de pensar muy definida y son defensores de una forma.

Silvio se queda pensativo, y me mira como si otra vez tratara de averiguar qué pienso, y yo a su vez lo miro a él.

-Hay una cosa que te quiero decir antes de que te vayas, dice: Me parece muy importante. Ayer me llamó Gerardo Hernández, ¿sabes quién es Gerardo?
Lo observo con sospecha, porque quién no conoce en Cuba a Gerardo Hernández, si en cada esquina hay un afiche donde se puede ver su rostro junto al de los otros cuatro que han pasado a conocerse como: Los Cinco.

-Sí, respondo.

-Yo nunca había hablado con él. Cuando estuve en Estados Unidos hace tres o cuatro años tratamos de hablar pero no fue posible. Hablé con otros dos o tres compañeros suyos, pero con él no pude. Primera vez que hablo con él y fue una conversación extraordinaria. Y es porque en Mayarí sentí que el teléfono me sonaba cuando estaba cantando las últimas canciones. Me tapaba el atril y lo saqué disimuladamente. Vi que habían unas cuantas llamadas. Lo desconecté porque estaba sonando y tenía miedo de que se metiera por el micrófono. Cuando terminé volví a fijarme. Era una llamada de los Estados Unidos porque tenía un uno delante. Y sonó otra vez. Era una emisora de los Ángeles que hacía un programa especial para Gerardo por el día de su cumpleaños. Me hicieron una entrevista. Hablé un ratico con la muchacha que me entrevistó y él oyó la entrevista. Entonces localizó mi teléfono y me llamó, por supuesto que era para agradecerme. Uno habla con esos hombres que están pasando tantas vicisitudes, que han sido tan maltratados, y tratados con tanta injusticia y realmente le dan lecciones a uno de supervivencia, uno se queja… Yo había llamado a alguien para que me mirara el aire acondicionado, porque no estaba funcionando bien. Y me dije: Caballero, le ronca. Uno está preocupado porque no funciona bien el aire acondicionado y este hombre lleva 16 años presos, tiene dos o tres condenas de por vida y te habla con un optimismo, con una seguridad, con una firmeza, con una fe tan grande en que se va a hacer justicia, en que va a estar un día aquí. Realmente es muy conmovedor. Y nos hace pensar mucho. Me preguntó: ¿Dónde tú estás? Le digo: Estoy en Holguín. Entonces dice: Coño, Holguín, ¿tú sabes, por cierto, que Holguín es una de las provincias de Cuba de las que yo recibo más cartas? Digo: ¿De verdad? Dice: Sí, no te puedo decir ahora que es la que más porque tendría que contarlo, pero te garantizo que es una de las provincias de Cuba de las que más cartas recibo. Tú pudieras transmitir de mi parte… Me dijo eso y por eso te lo estoy trasmitiendo: Tú pudieras transmitir de mi parte mi gratitud al pueblo holguinero por no olvidarse de nosotros. Así que tienes para mí esa mínima misión.

-También una prima mía le escribía a uno. A Antonio, creo.

-Hay mucha gente del pueblo que les escribe. Y de otros pueblos. Ellos reciben una cantidad de cartas. Yo no sé qué harán con tantas cartas. Cómo las tendrán metidas. No sé cómo resolverán ellos ese problema.

-¿Y su relación con el pueblo holguinero cómo ha sido?

Mi relación con el pueblo holguinero ha sido maravillosa, con el público y con gente que he conocido en la calle.

-Ya que nos referimos a Amoríos, ¿amores holguineros ha tenido?

-Sí, dice como quien primero lo piensa un poco.

-¿Hay canciones que tienen que ver con esos amoríos?

-Sí, responde en el mismo tono.

-¿Una mujer con sombrero tiene que ver con esos amoríos?

-No, dice rápido, y para salir del tema, pues me interesa más dejar el misterio que descubrir el nombre de la que debe ser una bella mujer, le aseguro que estamos como en Escriba y Lea. Silvio sonríe, ríe, repite: Estamos como en Escriba y Lea. Piensa y murmura varias veces la palabra “Sí” antes de soltar: Hay un amor holguinero bastante intenso. Puedes publicarlo además. Le escribí un poema una vez. Es probable que también esté en alguna canción.

-¿Entonces Camino a Camagüey pudo haber sido camino a Holguín?

-Sí, dice él: Una vida ya, unos cuantos años. Pasan muchas cosas en una vida.

Después hablamos un rato sobre pintura, sobre la posibilidad de que algún día sea nominado al Premio Nacional de Literatura debido a que galardones semejantes, le digo, recibieron cantautores como Leonard Cohen o Bob Dylan.

Responde que eso solo sucede en el primer mundo. “En el tercer mundo no, donde todos tienen que defender sus predios de publicación. Imagínate, si todo aquí se confunde, además de las pocas publicaciones de poesías que hay que también los trovadores empecemos a usurparle espacios a los poetas. Yo prefiero, al menos por ahora, hasta que no haya posibilidades de publicar más, que sigan los poetas en lo suyo, y los trovadores en lo suyo.”

También hablamos del escritor argentino Ernesto Sábato, a quien admiro, y con quien Silvio mantuvo una buena amistad de la cual queda al menos una pista en las palabras de presentación para Descartes, escritas por el autor de Sobre Héroes y tumbas. “Era un hombre atormentado”, me dice.

-Creo que todo artista lo es, digo: Usted también debe tener sus tormentos.

-Mis tormentos y mis tormentas, dice: Todos las tenemos.

Al final Silvio me regala un ejemplar del libro Por todo espacio, por este tiempo. Con Silvio Rodríguez en los barrios de La Habana, de Mónica Rivero y Alejandro Ramírez. Porque casualmente ando con mi único libro publicado decido reciprocarle el gesto con el ejemplar. Y para no ser menos, se lo dedico.

Entonces no sé por qué me sale una dedicatoria torpe, totalmente intolerable por culpa de una rima que no hubiera escrito ni cuando empezaba a escuchar sus canciones previo a la adolescencia. Recordando esas palabras pienso que, al fin, en la conversación no invocamos ni a la economía ni a los conciertos que hacía por el oriente de Cuba, tan solo convocamos recuerdos de un entrevistador, recuerdos de los cuales Silvio Rodríguez forma parte y, sin saberlo, tuvo a bien azuzarlos.

Autoretrato con Silvio, después de la conversación.



(Tomado de Cubavistaalasseis)

Facundo Bacardí ve posibilidades de retornar a Cuba

MANUEL JUAN SOMOZA18/06/2014 12:51 AM

La Habana

Facundo Bacardí, heredero de la elite cubana hasta el triunfo de la revolución en 1959 y ahora ejecutivo de Bacardí Ltd, se sumó a quienes en Estados Unidos ven una posibilidad de retorno a la isla con las reformas en el país caribeño y se inclinan por un cambio en la política de Washington.

Según cubastandard.com., Facundo Bacardí, de 47 años, declaró a la revista Cigar Aficionado que “mientras las reformas continúan, las personas que más se benefician son los cubanos” y advirtió que “vamos a invertir allá más de lo que se necesita para construir la marca”. No obstante, reconoció que en su familia “hay diferencias” en cuanto al tema.

Las declaraciones del ejecutivo, se registraron dos meses después de que otro representante de la desparecida realeza cubana, Alfonso Fanjul, se expresara en términos parecidos. Los Fanjul, conocidos como los reyes del azúcar, figuraron entre las 40 personalidades de los negocios, la política, la cultura y ex altos cargos de Washington que sugirieron en mayo pasado al presidente Barack Obama cambiar la política hacia la isla.

Facundo Bacardí, por su parte, habría declarado incluso que fue su antecesor en el liderazgo de la compañía, Manuel Jorge Cutillas, quien llevó a la ronera por el camino del enfrentamiento al gobierno de la isla. Según La Habana, el financiamiento de los Bacardí ha acompañado las acciones más violentas del exilio cubano y su lobby en el congreso de EU “fue decisivo” en la aprobación en 1996 de la ley Helms Burton, que “endureció hasta el extremo el bloqueo estadunidense”.

Esa ley, vigente todavía, prohíbe tanto a los Bacardí como a los Fanjúl invertir en la isla, si antes no hay elecciones multipartidistas y un cambio de gobierno, certificado por los estadunidenses. "Debo decir que no somos políticos. La gente que realmente se preocupa por Cuba, no desde una perspectiva comercial, sino desde el deseo de ayudar a los cubanos, ya está haciendo esto (cuestionar la validez del bloqueo) , sea pro o anti embargo", consideró Facundo Bacardí.

"Existen indicios de que EE.UU. planea ataque nuclear contra Rusia"

Según opina el analista estadounidense Eric Zuesse, hay una serie de indicios de que EE.UU. está preparando un ataque nuclear contra Rusia y enumera varios sucesos que muestran que los preparativos se han intensificado a raíz de la crisis ucraniana.

El miércoles 11 de junio de 2014 el canal CNN informaba en su sitio web que EE.UU. despliega en Europa bombarderos furtivos B-2, recuerda Eric Zuesse, analista del portal OpEdNews, que también apunta que la ventaja principal de esta aeronave furtiva es lanzar ataques nucleares preventivos. 

Según Zuesse, los círculos gobernantes de EE.UU. necesitan una guerra con Rusia para preservar el dólar como moneda de reserva mundial, una estatus que proporciona innumerables ventajas a la 'aristocracia' estadounidense. Y de ahí la estrategia de presentar como el imperio del mal a una Rusia que ya no es 'comunista', al estilo de la Guerra Fría. 

Nuestros medios de comunicación presentan al líder ruso, Vladímir Putin, como el malo de la película, incluso cuando la realidad no lo justifica

"En mi opinión, es muy significativo que, según una reciente encuesta de CNN, el temor de los estadounidenses ante Rusia ha crecido claramente en los dos últimos años. Nuestros medios de comunicación presentan al líder ruso, Vladímir Putin, como el malo de la película, incluso cuando la realidad no lo justifica", indicó. 

Y la guerra en Ucrania brinda una oportunidad 'histórica' para ello… 

El articulista sugiere que la operación punitiva en el territorio de Ucrania tiene por objeto provocar a Rusia para que intervenga militarmente. 

Imagine que dos prestamistas reclaman a un moroso el dinero que les debe pero solo lo recibe el que tiene más armas

"Como resultado, la gente de Obama está aumentando la presión sobre Putin, bombardeando los territorios ucranianos habitados por rusófonos que tienen vínculos familiares en el territorio de Rusia. Solo dos semanas después de la perpetración de esos atentados el apoyo a Putin entre los ciudadanos rusos comenzará a caer significativamente si no decide poner fin a la masacre y no envía tropas para proteger a la gente y repeler los ataques de Kiev (que obedece a Washington), hecho que finalmente dará a Obama el deseado pretexto", señaló. 

Así, el presidente Obama actualmente está intentando convencer a los líderes de la UE para que se unan a su plan de crear una vía para un ataque nuclear preventivo que podría eliminar por completo a Rusia del escenario mundial. 

Otra posible razón de la operación militar en el este de Ucrania es, según el analista, forzar a Rusia a aceptar la pérdida de los créditos que ofreció a Ucrania para que Kiev pague primero sus deudas al FMI y la UE. 

"De hecho, ante nosotros tenemos un procedimiento internacional de quiebra, pero en lugar de recursos judiciales se utilizan medios militares. Imagine que dos prestamistas reclaman a un moroso el dinero que les debe pero solo lo recibe el que tiene más armas. Es por ello que el FMI ordenó a Kiev poner fin a la rebelión en el sureste", sugirió. 

Al mismo tiempo, Obama no solo aumenta la capacidad de un ataque nuclear preventivo de EE.UU., sino que también crea algo nuevo. Se trata de la iniciativa llamada 'Prompt Global Strike' (Ataque Global Rápido), que debería complementar las fuerzas nucleares con armas de precisión. En teoría, estas armas deberían ser capaces, una vez lanzadas desde el territorio de la vecina Ucrania, de destruir las armas nucleares rusas en pocos minutos, recuerda Zuesse. 

"Solo dos cosas son capaces de detener [a Obama] en este momento: una división dentro de la OTAN o que Putin decida aceptar los ataques de la opinión pública en su país por no responder a nuestras crecientes provocaciones", concluye el analista. 




Cuba preparada para enfrentar presencia del virus de Chikungunya

En el mes de diciembre del año 2013, la Or­ganización Mundial de la Salud y la Or­ganización Panamericana de la Salud, emitieron la primera alerta epidemiológica sobre la entrada del virus de Chikungunya en la región del Caribe, reportando hasta la fecha transmisión en 16 países de la región 


17 de junio de 2014 22:06:27 

En el mes de diciembre del año 2013, la Or­ganización Mundial de la Salud y la Or­ganización Panamericana de la Salud, emitieron la primera alerta epidemiológica sobre la entrada del virus de Chikungunya en la región del Caribe, reportando hasta la fecha transmisión en 16 países de la región. 

Desde la notificación de los primeros casos, el Ministerio de Salud Pública de Cuba emitió indicación para reforzar las medidas de vigilancia y control a los viajeros procedentes de países con riesgos de la enfermedad, fundamentalmente del área del Caribe. 

En el reporte del seis de junio, la Or­ganización Panamericana de la Salud informó un acumulado de 130 mil 941 casos sospechosos de la enfermedad con 4 mil 486 confirmados autóctonos; fueron notificados además 35 casos importados en seis países, que incluyen a: Estados Unidos, Panamá, Chile, Aruba, Barbados y Cuba. 

Hasta el momento en el país se han detectado seis personas afectadas por el virus de Chikungunya, casi en su totalidad ciudadanos cubanos vinculados al comercio ilícito, que han viajado recientemente, y lo hacen con frecuencia a Haití (5) y Re­pública Dominicana (1). Todos los enfermos evolucionan favorablemente. A diferencia de aquellos, los colaboradores cubanos antes de viajar a nuestro país son sometidos a una estricta cuarentena. 

El Chikungunya es un virus que se transmite al hombre por la picadura de los mosquitos Aedes aegypti y Aedes albopictus (ambos presentes en el país). 

Los síntomas de la enfermedad aparecen después de un periodo de incubación de tres a siete días de forma brusca y comprenden fiebre alta, dolor de cabeza, erupción en la piel, dolores musculares y articulares, que pueden acompañarse de inflamación a este nivel. 

Se recomienda a las personas con residencia permanente en Cuba, que realizan viajes a países del área del Caribe, adoptar medidas para su protección durante su estancia y acudir en las primeras 72 horas de su regreso al consultorio del Médico de Familia para realizar el Control Sanitario. De presentar algún síntoma de los antes referidos, personarse de inmediato a los servicios de salud más cercanos. 

El Sistema de Salud ratifica la necesidad de intensificar la lucha antivectorial que se viene realizando en el país, por lo que se hace imprescindible que en cada vivienda y centro laboral se garanticen las acciones necesarias para eliminar los posibles criaderos de estos vectores. El personal de salud está debidamente capacitado y se han adoptado las medidas requeridas para la atención de los casos. 

Ministerio de Salud Pública
17 de junio de 2014

La necesidad de abrir caminos

Dúplica a Haroldo Dilla

Por Julio César Guanche

Obelisco, municipio de Marianao. Foto: Juan Suárez

HAVANA TIMES – Haroldo Dilla me ha hecho el honor de replicar, en “Los íconos difusos”, un artículo en el que cuestiono algunos de sus comentarios.

No me he referido a los miedos que despierte ser acusado de “difuso”, ni a cuál sería la respuesta heroica ante ello. Sostener una posición política democrática debe ser un derecho ante el cual la heroicidad sea superflua y el miedo inconcebible —como defiendo, ya que estamos, abolir todas las fuerzas antidisturbios y liberar a todos los presos por razones políticas de este mundo—. Pero sigo pensando que su posición regatea la legitimidad de posturas políticas diferentes.

Nunca he aceptado desacreditar una postura intelectual por las descalificaciones que se dirijan a la persona de su proponente. Dilla hizo esto en su primer texto, cuando aseguró que todas las opciones de Alfredo Guevara se orientaban a su “uso y beneficio” como “mandarín y gay oficial”, “suerte de florero”. Ahora dice que soy yo el que lleva a ese punto la discusión. Pero lo dejaré de lado, pues dice cosas de mayor importancia que mis reales o supuestos yerros polémicos.

Las biografías son algo más importante que los intercambios de “chismes” privados. Ya que Dilla entra en detalles biográficos, lo haré para explicarme.

Para entender la vida política de Mañach, por ejemplo, es necesario ser preciso en su biografía. Es oportuno saber que prologó la primera edición en forma de libro (1954) de La historia me absolverá. Es importante conocer que Mañach, “no se fue” de Cuba, sino que, según él mismo, no le dejaban alternativa, cuando lo retiraron del claustro universitario, y le privaron de sus fuentes de empleo en los medios de prensa.

También es necesario notar que se opuso a la dictadura de Batista, y que, por sus convicciones, liberal republicanas, no podía compartir el curso comunista, que según entendía, tomaba el curso revolucionario desde fecha temprana. Es bueno saber que llegó muy enfermo a Puerto Rico, que esto ha habilitado reinterpretar el “apoyo explícito” que, se ha dicho, prestó a la invasión de Girón (1961), o conocer que no autorizó en vida la publicación de Teoría de la frontera, que eran notas de curso sobre un tema que nunca antes había trabajado.

Tampoco es redundante la interpretación de sus inserciones políticas. Es necesaria la interpretación del ABC, entendida tradicionalmente como “facistoide”, cuando fue el primer movimiento moderno de una derecha de masas en Cuba. Es una simpleza calificarlo de “fascista”, como si todas las derechas lo fuesen sin más.

Es importante comprender el contexto de enunciación de las ideas: no es lo mismo defender la democracia bajo un sistema liberal oligárquico que defenderla bajo un formato liberal social, que con sufragio universal o sin él. Habrá quien piense que la democracia es “una sola” —como dicen los estalinistas que “hay un solo marxismo”—, pero es un error, que Dilla no comete, aunque no considera sus diversas implicaciones.

La biografía, la interpretación de las opciones políticas y de los contextos de enunciación de las ideas son aspectos cruciales para comprender una tradición y sus “recuperaciones” posibles. Es lo que he intentado hacer con Roa, y he visto utilidad en hacerlo para el presente, como es útil para la interpretación del pasado, hecho que también es relevante. Desde ahí busco interpretar los legados de intelectuales políticos, como Mañach o Alfredo Guevara, aspirando a hacer algo más que asignar calificaciones de quién es más importante, o más intelectual que el otro. Dilla, aunque en su segundo texto es mucho más analítico que en su primer alegato, simplifica este tema.

Dilla establece que los problemas que yo señalo como propios de la relación entre el socialismo y la democracia, son más bien atinentes a la relación liberalismo-democracia: “los problemas de la libertad del individuo ante el estado/comunidad”.

Desde el punto de vista teórico, esa idea retrocede décadas para afirmar algo semejante. Pretende que aún es válida la distinción entre democracia “formal”, la liberal-capitalista, y “democracia sustantiva o real”, la socialista. Ese fue el marco en que el “marxismo” estalinista se hundió desde su origen. Fue, asimismo, una victoria del tipo de liberalismo que ganó en la Guerra Fría y que, con el tiempo, estructuró una definición mínima de la democracia, que goza de gran predicamento, centrada más en la ingeniería de la democracia (reglas, procedimientos), que en su contextura material y cultural (que alude a problemas de distribución, reconocimiento y representación).


El Puente Almendares. Foto: Juan Suárez

La cuestión es mucho más complicada, pues no se refiere solo a quién o cómo se ejerce el poder del estado, sino a cómo se elaboran los consensos democráticos y se desarrollan ciudadanías más integrales.

Esto atañe a los déficits del socialismo y a los de la democracia liberal. Alude a la división entre representación y distribución, que es un rasgo característico de las democracias de formato más típicamente liberal. Esto es, su tendencia a reconocer como polo más poderoso el aparato representativo de gobierno, la ejecutoria real de los grandes poderes políticos-económicos, la primacía decidida del interés empresarial; mientras asiste al debilitamiento, por el otro polo, de la justicia, la capacidad de la sociedad civil para impugnar decisiones político-económicas, la redistribución de poder político, la defensa del bien común y de la ética de la ciudadanía.

Lo que Dilla sitúa como problemas del socialismo y la democracia deberían ser, a su modo respectivo, también los de un liberalismo que aspire a comprender la democracia como algo más que un mecanismo de selección de élites.

Entre tales problemas a afrontar por el liberalismo se encontrarían: a) la conexión entre libertad, igualdad y justicia, tan conflictiva para la economía neoclásica, que separa política y economía; concepción que inunda de serios problemas a la propia libertad cuando recrea mercancías “ficticias”, que antes no han sido “producidas”, como el patrimonio natural, la mano de obra o el dinero, y cuyo monopolio hace que los parlamentos y los gobiernos elegidos por sufragio popular sean sometidos por el sufragio invisible de los capitales, como decía Keynes, no Marx, b) la impugnación del mercado como lugar central de asignación y de recursos sociales, por ser productor constante de asimetrías y desigualdades, y c) el cuestionamiento a la prioridad otorgada a la concepción excluyente de la propiedad privada a favor de un marco regulatorio democrático para la misma, como hacía el artículo 27 de la Constitución mexicana de 1917, modelo mundial de una concepción democrática sobre la propiedad—, que fue reformado para blindar el despliegue del gran capital neoliberal, entre otras cuestiones, supuestamente “económicas”, relativas a la democracia.

Del mismo modo, es imprescindible subrayar los problemas políticos de la relación entre el socialismo y la democracia. Para que el primero pueda resultar un orden reglado a favor de la libertad, tiene como obligación afrontar la cuestión procedimental de la legitimidad. De las dinámicas del régimen de la propiedad y de la organización de la producción no se “desprenden”, por sí solas, las cuestiones relativas a cómo garantizar la participación de la ciudadanía en la definición colectiva del orden. La igualdad es requisito necesario, pero no suficiente para la democracia.

Este problema involucra la calidad de las instancias representativas estatales, como el parlamento, y de las organizaciones de representación plural de la ciudadanía, como los partidos y los movimientos. El poder estatal no es una “emanación del pueblo”, que por ello pueda sobreponer los derechos del poder ante los derechos de los ciudadanos. Por ello, es imprescindible habilitar instituciones que armen una entera gama de controles desde lo social frente a la actuación estatal, pues esto pone en juego la defensa de la soberanía popular, una “clave” del desarrollo de la pluralidad y la diversidad, y del recorte de la desigualdad asociada a la injusticia.

Dilla puede creer que mi argumento es un enfoque “normativo”, limitado al “deber ser”. No tienen nada de “malo” los enfoques normativos. Rawls, como sabe Dilla, es un filósofo normativo donde los hay, y es una de las figuras más destacadas del siglo XX. Sin embargo, mi enfoque también es histórico. El compromiso del socialismo con la democracia —que un comentarista que celebra a Dilla dice alegremente que “no ha existido nunca”— está en la base de desarrollos democráticos muy concretos.

Esto, si se quiere ir más allá de la idea guerrerrafría que cree que “el socialismo” es sinónimo solo de “comunismo” y no un grupo de tradiciones que incluyen opciones anarquistas, anarcosindicalistas, socialdemócratas, comunistas y socialistas marxistas o no marxistas, laboristas, populistas, republicanas sociales, etc. Que los cubanos tengamos frente a nosotros un tipo de socialismo, con el cual tengamos que relacionarnos desde un amplio registro de posicionamientos, y que contemos con muy desiguales posibilidades para modificarlo (cuando este afirma por igual que nadie “sabe lo que es el socialismo” como que aquí “no habrá reforma política” porque esto “es” el socialismo), no lo hace el único posible y menos él único deseable.


La llegada del verano. Foto: Juan Suárez

Tal grupo de tradiciones informó a los actores que más lucharon por alcanzar avances democráticos inequívocos del siglo XX: los grandes partidos de masas; las grandes organizaciones sindicales de defensa de los salarios, de las condiciones del trabajo y de los derechos de los trabajadores; el constitucionalismo social; el régimen efectivamente parlamentario (haciendo al gobierno responsable ante el parlamento), el sufragio universal; la visión interdependiente de los derechos políticos y sociales; la descolonización y el derecho a la autodeterminación de los pueblos.

Como se notará, he evitado entrar en una polémica irresoluble sobre cuestiones que Dilla defiende con gran energía. Por ejemplo, si Alfredo Guevara fue un intelectual o un funcionario letrado. Sobre todo si, para más, Dilla ha dicho que puede dictaminar tal cuestión sin estudiar la obra de Guevara. Esa es su opción.

Hay algo más importante en este punto. Los cubanos hemos ganado demasiadas guerras. No estaría mal perder algunas. Por ejemplo, perder la guerra de los insultos, los epítetos, la desconfianza, la simpleza analítica y la asignación de la ética aceptable solo a quien grite un viva o un abajo. Es necesario gritar cuando el grito es la única opción contra el silencio forzoso o contra la situación que no se resiste más. Por lo mismo, otros gritan para defender lo que no pueden perder. Creo que no va a ninguna parte asignar mayor legitimidad a quien grite más su verdad. Creo también que los cubanos necesitamos escuchar, y hacerlo en cualquier caso, si se quiere de veras ver al otro como algo más que un tiro al blanco sobre el cual eternizar las injurias. Además, es necesario recordarlo: hay quien no acepta gritar lo que otros quieren que grite, o que no les gusta gritar. Menciono esto no tanto por Dilla como por el tipo de escenarios que se revela, por ejemplo, en los comentarios que se hacen a intercambios como el nuestro.

Es importante, entonces, interrogarnos con cuáles metodologías los cubanos afrontaremos los encuentros y los desencuentros que seguiremos teniendo en nuestro futuro. Me parece que este es un tema central, y también invito a participar de ello a Dilla, como parte de ese debate que sugiere.

A propósito de tales metodologías, creo que Dilla la anticipa cuando declara afecto hacia mi persona en su respuesta. Yo hago lo mismo, y le sumo el respeto.

Desde ese respeto, me parece un “resbalón” serio —no mencionaré otros—, calificar de “cheerladies” a personas que comparten algunos de mis criterios. El sociólogo no encuentra nada mejor para la invectiva que calificarlos de porristas —no me voy a detener aquí en la lamentable asociación que establece, implícitamente, entre las mujeres y la aceptación que él supone acrítica—, y de “figuras patéticas” que “animan”. Dilla contribuye a la impresión de que se juegan aquí bandos definidos, mientras reparte a granel adjetivos descalificadores, cuando se trata de posturas políticas diversas que no deberían ser reconducidas a los que están a favor o en contra de mi o de él. Por si fuera poco, lo hace cuando cuestiona el elitismo intelectual.

Una última cuestión. Elegguá, el príncipe de las encrucijadas, el rey de las contradicciones, el que abre y cierra los caminos, parece en la analogía de Dilla un dueño “monopolizador” de estos últimos. He aprendido de los creyentes de la regla de Osha-Ifá algo más complejo: Elegguá es el dueño de los caminos, los destinos, y por ello vive en la frontera entre el bien y el mal, y tiende sus trampas para enseñar el camino del bien. Siendo un guerrero, su sabiduría y su compasión, en búsqueda de equilibrio, me parece imprescindible. Esto no tiene nada que ver con mortales que se hacen, o se quieran hacer, dueños terrenales de los caminos. Es sobre ese fundamento que quiero ver sostenido el futuro de Cuba.

Hasta aquí mis respuestas a Dilla en este intercambio en concreto, ha sido una experiencia de la que he aprendido, y que he querido reciprocarle con afecto y respeto.- See more at: http://www.havanatimes.org/sp/?p=96677#sthash.rbHYiirN.dpuf

Otra pifia, otro éxito

Cuba consiguió elevar la producción de azúcar por cuarto mes consecutivo, pero quedó lejos del crecimiento que había programado.

Cuando quedaban pocos días para dar fin a la zafra azucarera 2013-2014, el Grupo Empresarial Azcuba confirmó que quedaría muy lejos de los planes. A principios de junio el director de la Sala de Análisis de esa entidad, Dionis Pérez, reportó una producción de azúcar superior en un 3,6 por ciento al volumen logrado un año antes, pero las aspiraciones eran crecer un 18 por ciento. En un postrer esfuerzo, seguían moliendo caña unos pocos centrales del oriente cubano, para conseguir un 4 por ciento de incremento total en el país.

En declaraciones a la televisión nacional, el ejecutivo achacó el incumplimiento a “adversidades como una temporada invernal anómala, con frecuentes lluvias”. Pero admitió también tropiezos por “deficiencias organizativas, roturas y falta de preparación del personal”.

Azcuba había reconocido ambos problemas desde inicios de año. Sin embargo, el recorte de ganancias resultó más costoso que lo previsible y superior a incumplimientos anteriores. La zafra 2012-2013 terminó con un alza de producción de un 8 por ciento contra un plan de crecimiento del 20 por ciento.

Los efectos se harán sentir, sobre todo, desde el punto de vista de los ingresos por exportaciones. Este año los precios del mercado mundial han mostrado tendencia a recuperarse, como habían previsto firmas especializadas y la FAO.

Históricamente, la zafra se ejecuta de noviembre a abril, por coincidir con el invierno. También identificado como etapa de seca en Cuba, el clima ofrece condiciones óptimas para el corte de la caña madura y altos rendimientos industriales. Pero los cambios climáticos se manifiestan en el Caribe en una alteración de los períodos de precipitaciones.

Otro especialista de Azcuba, Liobel Pérez, consideró que las lluvias, abundantes fuera de temporada, unido a temperaturas más altas de lo habitual, fueron responsables de dos terceras partes del tiempo perdido por el corte de caña y la molienda.

Pero la producción también sufrió por fallas en la planificación y en el suministro puntual de piezas de repuestos y otros recursos, necesarios para la reparación de los centrales azucareros antes de iniciar labores. Más de una de estas fábricas dilató la fecha programada para la arrancada. También golpeó la tardanza en el abastecimiento de piezas de repuesto para las cosechadoras brasileñas Case, de reciente adquisición. A pesar de tales problemas, la cantidad de industrias que comenzó a moler en la llamada zafra chica -meses finales del año 2013- aumentó en comparación con la campaña anterior.

Para aminorar el daño y las pérdidas, el corte y molienda de la caña de azúcar se extendió hasta junio –inusual en Cuba para estas labores- en dos provincias orientales, Las Tunas y Holguín. El territorio norteño de ambas mantenía condiciones secas a pesar del inicio de la temporada de lluvias en el resto del país. Un central de Holguín se ocupó de dar el pitazo final de la zafra cubana 2013-2014.

Del total de 13 provincias que intervinieron en la zafra, solo seis cumplieron los planes de producción de azúcar: Cienfuegos, Sancti Spíritus y Ciego de Ávila, en el centro del país, y Guantánamo, Santiago de Cuba y Holguín, en el oeste. Y de los 49 centrales participantes, solo 11 alcanzaron la producción programada.

A pesar de los inconvenientes acumulados, la zafra recién concluida es la cuarta en línea con crecimientos en los totales de azúcar extraída.Uno de los factores que retardó la arrancada en algunos centrales, fue la demora en el suministro de piezas de repuesto para reparar la industria y cosechadoras Case.

Con producciones estabilizadas en torno a 8 millones de toneladas en los años 80, la agroindustria azucarera se deprimió y descapitalizó aceleradamente hasta tocar mínimos de un siglo a mediados de la década pasada: alrededor de 1,1 millones de toneladas en 2006. Desde entonces, emprendió un proceso de reestructuración –que implicó el cierre de la mayoría de los centrales, por su deterioro-, reducción de las áreas de cultivo, reordenamiento empresarial, compra gradual de nuevo equipamiento –camiones, tractores y cosechadoras- y mejoramiento de condiciones laborales, incluida un alza del precio de la caña de azúcar pagado a los productores agrícolas.

Aunque más lentamente que lo soñado por ese sector, comienza a percibirse una reacción favorable. Este año se acercó a 1,6 millones de toneladas, a juzgar por los estimados de la zafra anterior. Otra señal es la inversión de debilidades entre la agricultura y la industria. Si antes era la falta de caña el problema fundamental, ahora son los ingenios los que no consiguen absorber toda la materia prima disponible en los cañaverales.

Un grupo de centrales no molió toda la caña planificada e incumplen sus respectivos planes de producción, dijo Dionis Pérez.

Las esperanzas descansan ahora en las inversiones que se lleven a cabo en la industria. La Ley de Inversión Extranjera aprobada en marzo -entra en vigor este mes- ubica a esta agroindustria entre los objetivos priorizados para atraer capital foráneo. La primera inversión de este tipo la realizó la compañía brasileña COI, subsidiaria de la corporación Odebrecht, en el central 5 de septiembre, en la provincia de Cienfuegos.

Después de años de depresión azucarera, es evidente la reanimación del interés gubernamental por un sector con larga historia en Cuba. (2014)
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