"De pensamiento es la guerra mayor que se nos hace: ganémosla a pensamiento" José Martí

lunes, 24 de diciembre de 2012

Bernard Lietaer y la crisis del sistema financiero

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Por Marco Antonio Moreno               




Agradezco a JesúsN su comentario en el post sobre la cruda realidad del sistema financiero, dado que nos ha permitido acceder a una interesante entrevista realizada en Perú a Bernard Lietaer, autor “El futuro del dinero” y otros 13 libros sobre el sistema monetario. Lietaer ha trabajado en esta área durante más de tres décadas y mientras estaba en el Banco Central de Bélgica co-diseñó y puso en práctica el mecanismo de convergencia (ECU) para el sistema único de moneda europea, el euro.
Lietaer nos recuerda que en los últimos 40 años han existido más de 200 crisis financieras provocadas por el castillo de naipes en que se ha convertido el sistema financiero y su creación de dinero desde la nada. Mucha gente cree todavía que la banca privada presta el dinero que otros han depositado ahí, como una suerte de transferencia entre los ahorrantes y los deudores. Pero eso no es cierto: los bancos crean dinero desde la nada y esa magia especulativa al hacerse sin control de ningún tipo, es la que desata las crisis. Respecto a la acción de los bancos centrales, Lietaer es enfático:
  "Los bancos centrales son como el director de orquesta: hacen muchos gestos y mueven muchos las manos.., pero no hacen ningún ruido. Son otros los que tocan los instrumentos.. El banco central sólo decide el costo de los préstamos, pero no cuántos préstamos se realizan".

Lietaer señala que una de las salidas posibles a la crisis del euro está en eliminar las reglas que no permiten la generación de otras monedas en pueblos o comunidades que no requieren el euro. Obligarlos a usar el euro no es más que el producto del monopolio que tiene el Banco Central Europeo como guardián de los principales bancos de Europa. La clave es que cada comunidad tenga su propia moneda y que eso le permita alcanzar un desarrollo equilibrado.
Como muy bien señala Lietaer, el dinero ha perdido su rol de puente entre necesidades insatisfechas y recursos no utilizados. Recuperar este puente no solo será una tarea de gran audacia, sino también una avanzada estratégica para superar la crisis del euro y del sistema financiero al cual pertenece. Pero esta no es una tarea fácil dado que el sistema financiero gobierna a los propios gobiernos y esta es la auténtica dictadura que enfrenta hoy la humanidad.

Europa moderna, remedios medievales

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Mario Monti anuncia su dimisión.
Europa me ha sorprendido con su resistencia política: la disposición de los países deudores a soportar un sufrimiento aparentemente interminable y la capacidad del Banco Central Europeo para hacer solo lo justo, en el último minuto, a fin de calmar los mercados cuando la situación parece a punto de estallar.
Pero la economía de la austeridad ha ido siguiendo el guión al pie de la letra (el guión keynesiano, claro está, no el austeriano). Una y otra vez, los tecnócratas “responsables” inducen a sus países a tragar la amarga píldora de la austeridad. Y una y otra vez, no consiguen que dé resultado.  El ejemplo ilustrativo más reciente es Italia, donde el primer ministro Mario Monti —un buen tipo, profundamente sincero— anunciaba hace poco que deja el cargo antes de tiempo, en última instancia porque sus políticas están conduciendo a Italia a la depresión. (Y sí, para que conste, esto significa que Italia no conocerá al verdadero Monti).
¿Y cuál es la respuesta? Mantened el rumbo, dicen los eurócratas. Empezará a funcionar en cualquier momento; ¡ya viene el hada de la confianza! El economista Kevin O’Rourke da en el clavo: Europa se ha convertido en un continente en el que los buenos tiempos siempre están a la vuelta de la esquina.
En realidad es como la medicina medieval, cuando los médicos sangraban a los pacientes para tratar sus enfermedades y, cuando la sangría les hacía empeorar, los médicos los sangraban todavía más.
El FMI y los controles de capital
El Fondo Monetario Internacional ha dicho ahora, oficialmente, que los controles de capital —límites impuestos a los movimientos internacionales de fondos— tienen su utilidad.
Según un artículo de The Financial Times publicado el 3 de diciembre: “El Fondo Monetario Internacional ha consolidado un giro ideológico considerable al aceptar el uso de controles directos para moderar los volátiles flujos interfronterizos de capital, como los empleados por los países con mercados emergentes en los últimos años. Aunque el fondo sigue advirtiendo de que dichos controles deben ser ‘específicos, transparentes y en general temporales’, la política, anunciada en un documento para el personal publicado recientemente, supone un cambio radical respecto al entusiasmo del fondo por liberalizar las cuentas de capital durante la década de 1990”.
El documento, titulado “La liberalización y la gestión de los flujos de capital: una visión institucional” puede consultarse en imf.org.
Se trata en esencia de una codificación de prácticas recientes; el FMI ya ha dado luz verde a los controles de capital en países concretos, como Islandia. Aun así, supone un giro interesante, otro indicador de la sorprendente flexibilidad intelectual de la que hace gala últimamente el FMI.
Y me trae recuerdos de la crisis asiática de los años noventa, cuando me vi inmerso en este debate.
© 2012 New York Times
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