"De pensamiento es la guerra mayor que se nos hace: ganémosla a pensamiento" José Martí

miércoles, 20 de diciembre de 2017

Celebran en Cuba aniversario 40 de la Brigada Antonio Maceo. Homenaje mundial



Agradecemos la colaboración de Miguel Fernández Martiínez , Iliana García Giraldino Fotos: Karoly Emerson (Siempre con Cuba/ICAP) y Iliana Isabel García Giraldino y otros colegas

La Habana, 20 dic (PL) El presidente del Instituto Cubano de Amistad
con los Pueblos (ICAP), Fernando González, resaltó la valentía de los
emigrados cubanos que trabajan en la defensa de la soberanía nacional,
en el aniversario 40 de la Brigada Antonio Maceo.

En el acto efectuado en la sede del ICAP, en esta capital, González
destacó la labor de un grupo de emigrados de la Isla residentes en
Estados Unidos, que “enfrentan al terrorismo justo en el mismo
escenario donde conviven con los enemigos más acérrimos de nuestro
pueblo, ese segmento ultra reaccionario de la derecha extremista de
origen cubano en Miami, que a causado incontables daños a nuestro
país”.

En sus palabras, González rindió merecido homenaje al joven Carlos
Muñiz Varela, miembro de esta brigada, asesinado en Puerto Rico el 28
de abril de 1979 por terroristas de origen cubano.

El también Héroe de la República de Cuba recordó que esta brigada
Antonio Maceo “contribuyó a edificar una nueva relación entre el
gobierno revolucionario y su emigración”.

Subrayó que el líder histórico de la Revolución cubana, Fidel Castro,
“con su visión estratégica respecto a la emigración, ya en el año 1978
invitaba a los emigrados a un diálogo constructivo con el Gobierno, lo
cual puso de manifiesto, en conferencia de prensa con periodistas de
origen cubano y norteamericanos, celebrada en La Habana en ese mismo
año”.

“En tiempos de Revolución –dijo el presidente del ICAP-, la emigración
cubana representada en gran medida por este grupo de hermanos que
tenemos hoy aquí, ha demostrado que se puede contar con todos los
cubanos de buena voluntad, aun cuando vivan por largo tiempo en otras
latitudes, incluyendo Estados Unidos”.

Afirmó que “quienes integran la Brigada Antonio Maceo no son de los
que se arrepienten, ni de los que retroceden. Han sido –enfatizó-, al
lado de su pueblo, protagonistas de muchas y difíciles batallas”.

“Esa voluntad patriótica que caracteriza a los cubanos de aquí y de
allá ha sido el principal motor para el avance de nuestra Revolución.
El futuro de nuestra Patria depende de todos los hombres y mujeres,
dentro y fuera de Cuba, dispuestos a vivir y a morir por ella”, afirmó
el presidente del ICAP.

En el acto, que estuvo presidido además por Josefina Vidal, directora
general de la dirección Estados Unidos en el Ministerio de Relaciones
Exteriores; Jorge Arias Díaz, vicejefe del departamento de Relaciones
Internacionales del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, y
Ernesto Soberón, director de Asuntos Consulares y Cubanos Residentes
en el Exterior, usó de la palabra Andrés Gómez, presidente y fundador
de la Brigada Antonio Maceo.

El periodista y activista cubano residente en Miami destacó que la
brigada “ha estado presente en todas las grandes batallas de nuestro
pueblo, hemos sido claves en lograr una política migratoria mucho más
justa, que en realidad logró, entre otras cosas, arrebatarle a la
potencia imperial estadounidense la utilización de nuestra emigración
contra nuestro pueblo”.

Dijo –además, que en estos 40 años, la Brigada Antonio Maceo trabajó a
favor de la defensa de un pueblo “que logró su verdadera independencia
y sus plenas libertades como nación libre”.

También intervino Max Lesnick, presidente de la Alianza Martiana,
coalición que agrupa a diferentes organizaciones de emigrados cubanos
en Estados Unidos, quien resaltó el arduo trabajo de la Brigada
Antonio Maceo, “para mantener en alto la lucha por una Cuba, lejana en
la distancia, pero profundamente cercana en el corazón de los cubanos
que salieron de la Isla por diversas razones”.


Discurso de Fernando González, Héroe de la República de Cuba y presidente del Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos, en el acto central por el aniversario 40 de la fundación de la Brigada Antonio Maceo, integrada por emigrados cubanos residentes en Estados Unidos

.


Nos reunimos hoy en la sede de nuestro instituto para conmemorar y celebrar la creación de una organización que tiene especial significado para nosotros.

La Brigada Antonio Maceo está cumpliendo cuatro décadas de existencia.

Hoy no solo estamos recordando aquel diciembre de 1977, cuando un grupo de 55 jóvenes decidieron visitar su Patria por vez primera, luego de muchos años de ausencia, momento del que surge la Brigada Antonio Maceo.

Hoy también estamos homenajeando la valentía de ese grupo de emigrados cubanos, que han trabajado incansablemente en la defensa de la soberanía de Cuba y han enfrentado al terrorismo justo en el mismo escenario, donde conviven con los enemigos más acérrimos de nuestro pueblo, ese segmento ultra reaccionario de la derecha extremista de origen cubano en Miami, a causado incontables daños a nuestro país, y sus acciones han cobrado la vida de muchas personas, entre ellas las de Carlos Muñiz Varela, miembro de esta brigada y a quien hoy también rendimos merecido homenaje.

Recordemos que esta brigada contribuyó a edificar una nueva relación entre el gobierno revolucionario y su emigración. Fidel (Castro), con su visión estratégica respecto a la emigración cubana, ya en el año 1978 invitaba a los emigrados a un diálogo constructivo con el Gobierno, lo cual puso de manifiesto, en conferencia de prensa con periodistas de origen cubano y norteamericanos, celebrada en La Habana en ese mismo año.

En aquel momento expresó que las relaciones de Cuba y su emigración no podían ser objeto de negociaciones con el gobierno de Estados Unidos porque trascendía la naturaleza de esas relaciones.

Los cubanos en la emigración han sido siempre parte esencial de la nación cubana y de su afanosa búsqueda de independencia y justicia. Al seno de la comunidad de emigrados fueron nuestros principales líderes en el siglo XIX a gestar nuestras luchas de independencia.

Fue entre la emigración que el Apóstol formó y fundó el partido único de los patriotas cubanos. A esos mismos emigrados acudió Fidel en busca de apoyo, solidaridad y complicidad para fundar y apoyar al movimiento 26 de Julio, que permitió el triunfo definitivo y la liberación de nuestra Patria.

En tiempos de Revolución, la emigración cubana, representada en gran medida por este grupo de hermanos que tenemos hoy aquí, ha demostrado que se puede contar con todos los cubanos de buena voluntad, aun cuando vivan por largo tiempo en otras latitudes, incluyendo los Estados Unidos.

Son estos los cubanos que batallaron tenazmente junto a su pueblo por la devolución del niño Elián González, los que durante 16 años denunciaron la injusta encarcelación de los cinco cubanos, y los que armándose de valor colocaron dos vallas en las calles más transitadas de Miami, exigiendo nuestra liberación.

Imposible dejar de mencionar que cuando se recaudaban fondos que permitieran pagar un anuncio en un periódico norteamericano de tirada nacional, para hacer llegar a los norteamericanos información sobre la injusticia cometida con Los Cinco, fue en Miami, entre la emigración cubana donde se hizo el mayor aporte financiero a ese esfuerzo.

Y justo allí, son ellos mismos los que organizan extensas caravanas de autos para demandar el levantamiento del bloqueo, y son los que día a día buscan la forma de mostrar al mundo la verdad sobre Cuba y su Revolución, y añadiría también, que fue allí donde se realizó el acto cuando el Comandante en Jefe falleció, y con mucho valor y tremenda dignidad, se reunieron para homenajear a este hombre que nos trajo la victoria.

Estos nobles compatriotas han sido atacados, perseguidos en sus trabajos, en sus casas, recibido amenazas, e insultados en sus reuniones. Sin embargo, no han cejado en su intención de apoyar al proceso revolucionario y de contribuir al desarrollo de nuestro proyecto social.

Fidel expresó en octubre de 1995, ante una representación de la comunidad puertorriqueña y emigrados cubanos, en el distrito del Bronx, en Nueva York, y cito: “No se arrepientan nunca del heroísmo, no se arrepientan nunca de la justicia, no se arrepientan nunca de la valentía, del atrevimiento, porque fueron los valientes, la gente firme, fueron los atrevidos, los que hicieron las cosas más bellas de la historia” (fin de la cita).

Se puede afirmar que quienes integran la Brigada Antonio Maceo no son de los que se arrepienten, ni de los que retroceden. Han sido, al lado de su pueblo, protagonistas de muchas y difíciles batallas, no podemos decir que su labor se redujo a aquella primera visita en la década de 1970, marcada por la nostalgia y la necesidad de acercamiento, sino que durante todos estos años han fortalecido su compromiso y su voluntad de resistencia.

Esa voluntad patriótica que ha caracterizado a los cubanos de aquí y de allá ha sido el principal motor para el avance de nuestra Revolución.

El futuro de nuestra Patria depende de todos los hombres y mujeres, dentro y fuera de Cuba, dispuestos a vivir y a morir por ella.



¡Viva la Brigada Antonio Maceo!

¡Viva Cuba!

¡Viva Fidel!

¡Viva la Revolución Cubana!


FRAGMENTO DEL DISCURSO DE ANDRES GOMEZ


La Alianza Martiana, como toda organización tiene un proceso de cambio, de radicalización, por el trabajo que realiza y las circunstancias que confronta.

Además, Max Lesnick dirige la programación de Radio Miami, ahora en Internet, porque nos han cerrado las posibilidades de alquilar un espacio en la radio comercial.

Hacíamos innumerables actividades públicas y no públicas, tenemos manifestaciones, caravanas de automóviles, reuniones periódicas en el local que tenemos, actividades propias de cada organización, especialmente círculos de estudio.

Voy a nombrar a las organizaciones que la integran, además de la Brigada Antonio Maceo: está la Alianza Martiana como organización individual –porque además es el nombre de la coalición-, la Asociación José Martí, el Círculo Bolivariano de Miami Negra Hipólita, la Asociación de Mujeres en Defensa de la Familia, y la Alianza de Trabajadores de la Comunidad Cubana.

Son muchas organizaciones, en realidad todas trabajamos juntas. La Alianza de Trabajadores de la Comunidad Cubana (ATC) jugó un papel fundamental con la Brigada Antonio Maceo, a principio de los años 90, durante el Periodo Especial, con una resolución impresionante, valiente y patriótica, igual que los miembros de la Coalición Alianza Martiana, por eso decidimos mantener el nombre de la ATC en esta coalición, como parte de la herencia y el trabajo realizado, y un homenaje también a su presidente, el entrañable Walfrido Moreno, como también es imprescindible mencionar aquí hoy a nuestro compañero de la Brigada Antonio Maceo, quien fue presidente de la Alianza Martiana –como organización individual- Antonio “Tony” Llansó, que tanto luchó, se esforzó, por garantizarle a los familiares de Los Cinco, durante aquellos años terribles, cuando la esperanza era lejana y se podrían ellos en prisión, y además, por Los Cinco mismos, función que también cumplió Ramón Coll, compañero nuestro de muchos años, encargado de las mismas responsabilidades que tenía Tony hasta el día de su muerte.

Nosotros todos venimos de diferentes lugares, de diferentes situaciones, salimos de Cuba por diferentes razones, y como el Generalísimo (Máximo Gómez) y otros generales dominicanos en la guerra de 1868, que apoyaron la opción de la reintegración de la República Dominicana a la colonia española, una vez derrotada esa facción, comprendieron en Cuba la monstruosidad de la esclavitud y la monstruosidad del despotismo, contra el resto de nuestra población.

Allá, estos compañeros y compañeras comprendieron la monstruosidad de las políticas de agresión, de las políticas del guerrerismo de Estado, y se integraron a las labores en defensa de nuestro pueblo.

Hemos estado presentes en todas las grandes batallas de nuestro pueblo, hemos sido claves en lograr una política migratoria mucho más justa, que en realidad ha logrado, entre otras cosas, arrebatarle a la potencia imperial, la utilización de nuestra emigración contra nuestro pueblo.

La emigración ha cambiado, no es la misma que la emigración antes de 1980. La emigración es otro fenómeno de ese proceso, producto de una política subversiva por parte de Estados Unidos para destruir la Revolución, que en realidad sirvió para subvertir el apoyo político de esa emigración a esa opción de agresión permanente.

Hemos estado presente en el combate contra el terrorismo, aun antes del asesinato de Carlos (Muñiz Varela), porque en el primer contingente fuimos al mausoleo de las Fuerzas Armadas Revolucionarias a denunciar el acto bárbaro que derribó el avión de Cubana de Aviación en 1976, como fuimos ayer también a insistir que se haga justicia y se haga cumplir la ley en Estados Unidos contra esos monstruos terroristas que mantienen vida en Miami y son nuestros vecinos, y viven impunes a sus crímenes.

Hemos luchado y obtuvimos victorias en restituirles a los cubanos que viven en Estados Unidos su derecho a poder visitar libremente y sin restricciones a su familia en Cuba, a su cultura, a sus amigos, a tener la relación más normal posible con el pueblo cubano, y el hecho de que viajen anualmente 300 mil cubanos a Cuba, muestra el éxito de esas campañas.

El hecho de que este gobierno (de Donald Trump) no haya tocado ese derecho, también demuestra la fuerza que tal política tiene en la población de cubanos emigrados en Estados Unidos.

Fuimos también importantes en la campaña para liberar a Elián González, fuimos importantes en la campaña para liberar a nuestros cinco hermanos, y como dije anteriormente, fuimos importantes en nuestra decisión de proteger y facilitar a sus familiares, a sus madres, a sus hermanos, la posibilidad, con seguridad absoluta, que pudieran ver a los muchachos en las cárceles.

De todo eso y mucho más, la lucha contra el bloqueo, que sigue en pie y ahora más que antes, y otras muchas cosas, la preparación ideológica e histórica, y política de nuestra membrecía a través de los actos y los círculos de estudio.

Nosotros, sin quererlo, organizamos esta coalición como un frente único, utilizando sin quererlo, por necesidad que nos confrontaba, muy similar a la organización del Partido Revolucionario Cubano, donde cada organización mantenía autonomía y trabajaba con sentido común de las tareas a realizar, en aquel entonces eran mucho más importantes porque era la preparación de la Guerra de Independencia, y en esta es la defensa de un pueblo que ha logrado su plena independencia y sus plenas libertades como nación libre.

Creo que he hablado suficiente hoy, creo que los hechos, nuestra acciones hablan más de lo que yo pudiera hacerlo si estuviera aquí 40 días y 40 noches.

Muchas gracias por su atención y Patria o Muerte


Palabras de Max Lesnik Delegado General de La Alianza Martiana y Director de Radio Miami.

Buenas noches, en nombre de la coalición de emigrados cubanos Alianza Martiana.

Ya Andrés (Gómez), en palabras sinceras, de corazón, hizo un recuento histórico de la lucha de 40 años, que entonces un joven sin barbas canas se reencontró con su Patria, la Cuba de todos nosotros, para permanentemente, en años, meses, semanas y días, mantener el alto, dentro de las entrañas del monstruo, recordando a José Martí, la lucha por una Cuba lejana en la distancia, pero profundamente cercana en el corazón de los cubanos que salieron de la Isla –como él decía- por diversas razones.

Múltiples razones que fueron borradas en el tiempo para buscar el reencuentro con la Cuba de siempre, dejando atrás, para algunos, rivalidades absurdas que algunas veces rayaron en la actitud antipatriótica, inclusive de combatir la Revolución cubana.

Pero cuando hay honestidad en la conducta y cuando la inteligencia dicta lo profundo del sentimiento martiano, se quedan atrás las diferencias para buscar aquello que Fidel (Castro) definió como la unidad de las buenas fuerzas morales, inclusive pasando por encima de pequeñas diferencias para mantener en alto el pensamiento de Martí y el brazo armado del general Antonio Maceo, porque nuestra batalla, la de la Brigada Antonio Maceo y los integrantes de la Alianza Martiana, sabemos combatir en todos los campos, pero el principal ha de ser la batalla de ideas, para vencer a un enemigo que en un momento dado fue poderoso y tuvo el respaldo de distintos gobiernos norteamericanos, donde los que defendíamos la cubanía, muchas veces, en absoluta minoría, pero corazón nos dictaba que la razón nos asistía.

Éramos pocos en una ocasión, como también lo fue Fidel en la Sierra Maestra, cuando dijo, con apenas 12 hombres, “ya tenemos la victoria”, ese ejemplo lo llevamos también al corazón del monstruo para decir allá, muchas veces en solitario, que Cuba nos guiaba hacia un destino, el de mantener en alto la bandera de la estrella solitaria, siguiendo el pensamiento de lo que emana del corazón, de esa Revolución –como decía Martí- con todos y para el bien de todos.

Mis palabras de esta noche son para rendirle homenaje a aquel joven que hoy peina canas y barbas blancas, que ha sido el motor idealista que movió la coalición de la Alianza Martiana a actividades constantes que muchas veces rayan en el corazón de cada cubano emigrado.

Que se levante mi voz y diga: un aplauso para los que hicieron esta Revolución, Fidel, Raúl, y en la distancia, para Andrés Gómez, el jefe de la Brigada Antonio Maceo.

Para él, nuestro corazón, nuestra adhesión, y nuestro grito de Independencia o Muerte.

Muchas gracias

Presidente Trump: Misión “La Luna”, ¡no! Misión: “ ¡la Tierra!”

 Por Federico Mayor Zaragoza
miércoles, 20 de diciembre de 2017

“El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha anunciado que volverá a enviar astronautas a la Luna 45 años después. El objetivo de regresar a la Luna supone un giro en la política espacial estadounidense… Esta decisión de Trump, una vez más, es reprobada internacionalmente y goza de una baja popularidad en Estados Unidos (Diario Público)”… 

Detrás de esta nueva “ocurrencia” del Presidente Trump están inmensas cantidades de dinero que se invertirán en hacer posible este ambicioso proyecto… ¡Si en lugar de llegar a la Luna llegásemos a los que padecen sida, malaria, lepra, Alzheimer, cáncer, hambre, frío...; a los que sufren las consecuencias de catástrofes naturales o provocadas…! Las urgentes necesidades en materia de salud, nutrición, justicia, educación... de la mayor parte de las personas se postergarán una vez más y quedarán supeditadas al brillo de un gobierno y de quienes, en su propio país o fuera de él, no alcanzan a ver, deslumbrados por luminarias fugaces, las consecuencias de no mirar alrededor y hacia delante. Y de no mirar atrás y aprender las lecciones del pasado. 

Si Estados Unidos en lugar de conocer mejor la Luna conociera mejor las Naciones Unidas, que están en la misma isla de Manhattan, y lideraran – como hicieron en 1945 – el establecimiento de este marco ético -jurídico que con tanto apremio necesita hoy la humanidad, integrando en el Sistema de las Naciones Unidas el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial (“de la reconstrucción y el desarrollo”, por cierto), la Organización Mundial del Comercio... Si decidieran adherirse sin más demora al Tribunal Penal Internacional; y de esta forma, se dieran cuenta de inmediato que la justicia a escala mundial requiere una particularísima atención: tráficos de toda índole, transgresores en la mayor impunidad, para los que causan un deterioro a veces irreversible del medio ambiente, para los que practican la “contabilidad creativa”... Si decidieran continuar en la UNESCO… 

La mayoría de los habitantes de la Tierra aguardan aún que desde el barrio de la abundancia de la aldea global se de la ansiada orden de “Misión, la Tierra”. Pero, desgraciadamente, una vez más, no será así. Como ciudadano del mundo conozco los desafíos mucho más perentorios para las condiciones de vida de la especie humana que quedarán desatendidos. He tenido ocasión de conocer de cerca muchos de los rincones del planeta y admirar la grandeza creadora que anida en la infinita diversidad de sus habitantes, y he procurado contribuir a aliviar la situación en que viven (y mueren) tantos habitantes de la Tierra, que esperaban todavía que los pueblos más prósperos volvieran, por fin, los ojos hacia ellos. 

Mirar hacia arriba no es lo difícil. Lo difícil es contemplar los grandes problemas de la Tierra en estos principios de siglo y de milenio y reconocer el fracaso de las fórmulas aplicadas hasta ahora para hacer frente a un buen número de ellos. En lugar de mirar hacia la Luna habría que volver la vista hacia los países explotados y recelosos por tantas promesas incumplidas. Enviar expediciones a países donde viven – sobreviven – miles de millones de personas. Sólo de esta manera los Estados Unidos figurarían en la historia como el imperio que supo protagonizar la inflexión desde una cultura de fuerza a una cultura de conciliación, de convivencia, de paz. Esta sería la mejor “misión” que pueden realizar, la que el pueblo americano se merece. Todos al lado de la vida... en la Tierra. Este sería el liderazgo. 

Es urgente reducir, hasta eliminarlos, los caldos de cultivo de miseria, de exclusión, de explotación, de dependencia, donde se genera la frustración, la radicalización, la desesperanza, la violencia. Remediar los desgarros, prevenirlos. Es urgente modificar unas pautas económicas que han ampliado, en lugar de estrechar, la brecha que separa a los ricos de los pobres. Y aprender a dar idéntico valor a las vidas – y a las muertes – de todos los seres humanos, “iguales en dignidad”. 

Todos aplaudiríamos una “Misión, la Tierra” que descubriera y eliminara las redes de narcotraficantes (¡empezando por los de arriba!), la compra–venta ilegal de armas, los paraísos fiscales (que son una vergüenza consentida, una realidad sobre la que se hace la “vista gorda”), las mafias y el extremismo. Millones de personas reconocerían la actuación de quienes de esta forma mejoraran su bienestar.

Ahora, al contemplar la Tierra en su conjunto, nos damos cuenta de la grave irresponsabilidad que supuso transferir al mercado los deberes políticos que, guiados por ideales y principios éticos, podrían conducir a la gobernanza democrática. Al observar la degradación del medio ambiente - del aire, del mar, del suelo -; la uniformización progresiva de las culturas, cuya diversidad es nuestra riqueza (estar unidos por unos valores universales es nuestra fuerza); la erosión de muchos aspectos relevantes del escenario democrático que con denodados esfuerzos construimos... nos parece más inesperada e inadmisible la ausencia de reacción de instituciones y personas, la resignación, la sumisión, el distraimiento de tantos. ¿Cómo es posible? En muchos de estos países, empezando por los propios Estados Unidos, es innegable la irrestricta libertad de expresión. Todos pueden decir lo que quieran... pero con frecuencia los medios de comunicación de mayor difusión seleccionan las noticias y las presentan de tal modo que se favorece el pensamiento único, la aceptación de lo que sucede (de lo que dicen que sucede) y de la forma en que los gobiernos así auto-halagados abordan los problemas. 

Debemos apostar por un “Proyecto Tierra” y así, si en lugar de invertir en prestigio hoy hacerlo en el porvenir de los habitantes del planeta. 

Los Estados Unidos son un crisol de culturas. Ha sido tierra de acogida y ha sabido – y sabe todavía – atraer a talentos de todo el mundo, lo que le confiere una extraordinaria fuerza creadora. Todos los países deberían unirse para llevar a cabo unos programas espaciales siempre y cuando ello no impidiera ni menoscabara la gran prioridad que representan los seres vivos y, en primer lugar, los seres humanos que ya existen sobre la Tierra. 

Estamos ante gravísimas amenazas a la habitabilidad de la Tierra y son precisas acciones decididas con firmeza y a tiempo. Mirar en estos momentos tan sombríos hacia la Luna puede situar a Estados Unidos, indebidamente, muy lejos del corazón de la mayoría de los ciudadanos del mundo. Que no se aleje más. Para ello bastaría con que se tuviera la visión y el coraje de proclamar: “¡Misión: la Tierra!”.
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