"De pensamiento es la guerra mayor que se nos hace: ganémosla a pensamiento" José Martí

martes, 31 de marzo de 2015

Ferrys Cuba USA


Escrito por YF

LA HABANA, 31 (ANSA)- La idea de Brian Hall, un "yanqui" que busca restablecer una ruta de barcos ferrys de Estados Unidos a La Habana, despertó la curiosidad de los cubanos, uno de ellos con la edad para recordar un servicio similar hace 60 años.

"Nadie se acuerda de eso, solo los viejos. Creo que la gente está exagerando", dijo a ANSA Rogerio Pérez, de 81 años de edad, quien aseguró que "ese servicio se acabó para no volver".

Entonces, los servicios diarios de ferrys Estados Unidos-Cuba "solo eran suspendidos por el mal tiempo", recordó. "Eran relativamente baratos pero no tanto para que fueran de uso masivo", aseguró.

En Estados Unidos, del otro lado del Estrecho de la Florida, Hall, un empresario de Jacksonville, dice estar preparado para poner a navegar ferrys otra vez sobre la franja marítima de 90 millas que separa ambos países.

Según explicó a la publicación Jacksonville Bussiness Journal en su página digital (www.bizjournals.com), su plan es "cubrir" la distancia en menos de tres horas con barcos con capacidad para 28 automóviles a unos 300 dólares el pasaje, frente a los casi 500 que cobran las aerolíneas.

"Ciencia ficción. O mejor política-ficción. Primero Estados Unidos tiene que quitar el bloqueo y después aceptar que sus ciudadanos vengan a cualquier hora para acá. También nuestras autoridades probablemente tengan algo que decir y regular al respecto. Habría un montón de problemas que resolver", expuso, Pérez.

Belkis, una joven de 25 años de edad de La Habana, no sabe nada del proyecto, pero dijo que "descubrió" la existencia alguna vez de un servicio de ferrys entre los dos países mediante "películas viejas". Citó un filme protagonizado por Robert Redford en 1990, titulado Havana, en el cual el actor es un jugador de póker que llega a la capital cubana con su auto en uno de esos barcos poco antes de ganar la revolución cubana el 1 de enero de 1959.

La chica, una aficionada al cine junto a su novio, citó también la segunda parte de El Padrino, en la cual Michael Corleone, protagonizado por Al Pacino, hace una referencia a ese servicio, afirmó.

"Existen muchos problemas que resolver antes entre los dos países", insistió Pérez, pero reconoció que los estadounidenses comunes "parecen desesperados" por venir de vacaciones. El turismo es una de las muy pocas ramas económicas en las que quizá se note el "deshielo" entre las dos naciones. El presidente Barack Obama hizo un par de "agujeros" en el cuerpo legal del embargo al abrir una modesta puerta legal para que a los estadounidenses les sea más fácil viajar a la isla, siempre y cuando estén en 12 categorías de personas autorizadas.

Las autoridades cubanas, por su parte, siempre han tenido las puertas abiertas para recibir turistas estadounidenses, que ya vienen anualmente en un número entre 60.000 y 100.000, según estadísticas no oficiales.

El entusiasta Hall y su "CubaKat", tal como nombra a su nueva empresa, tienen incluso antecesores. Ya en marzo de 2011, cuando nadie imaginaba que habría "pronto" negociaciones entre La Habana y Washington, divulgadas en diciembre pasado, otro empresario de la Florida proyecto un servicio de ferrys desde Tampa a La Habana. Pero el esfuerzo quedó anulado por los grandes obstáculos, la gran mayoría de los cuales aún persisten.

Conozca qué países generan la mayor parte de su energía a partir del petróleo

En las regiones donde la mayor parte de la energía proviene del petróleo existe una competencia directa entre este hidrocarburo y las fuentes renovables como la energía eólica y la solar. ¿Pueden los bajos precios de petróleo echar del mercado a las fuentes de energía renovables en esas zonas del planeta?

Los países que obtienen la mayor parte de su energía a partir del petróleo son los de Oriente Medio, el Caribe y América Central, informa 'Business Insider' con referencia al informe de Citi Research titulado 'Lucha por el futuro de la energía: petróleo barato contra energías renovables'. En otras partes del mundo existe una menor relación directa, porque la generación de energía proviene también de otras fuentes, como el carbón, el gas natural y los biocombustibles, entre otros.

IEA / Citi Research


Al analizar el sector de la producción de la energía mundial, los investigadores de Citi Research hallaron que el petróleo representa solo el 5% de la generación total de energía. A primera vista, el petróleo y las energías renovables raramente compiten. Sin embargo, existen estadísticas que esconden realidades duras para varias regiones donde el petróleo es una base importante para la generación de energía y representa una competencia directa para las energías renovables.

Existe la opinión de que los bajos precios del petróleo apartan del mercado cualquier rastro de los proyectos relacionados con la energía limpia, especialmente en las regiones que encabezan la lista presentada. No obstante, existe un punto de vista diferente según el cual en Oriente Medio el ritmo del crecimiento del consumo de petróleo para generar energía es tan alto que la creciente demanda podría poner en serio peligro las exportaciones de crudo en lugares como Arabia Saudita, donde en 2014 se quemaron 900.000 barriles de petróleo diariamente para producir energía.

En tales circunstancias el desarrollo de las energías renovables afectaría el suministro de petróleo a largo plazo y la disponibilidad de las exportaciones, sugiere el diario. Esta variable también es aplicable a algunas naciones de América Latina, indica. "Parece que las energías renovables podrían tener un futuro brillante en estos mercados", concluye.

DECLARACIONES A LA PRENSA DE ANAYANSI RODRIGUEZ CAMEJO, EMBAJADORA, REPRESENTANTE PERMANENTE DE CUBA EN GINEBRA, AL TÉRMINO DEL DIÁLOGO SOBRE DERECHOS HUMANOS ENTRE CUBA Y ESTADOS UNIDOS


Hemos concluido estas conversaciones entre Cuba y Estados Unidos sobre temas de Derechos Humanos, que como se había anunciado y reiteramosen el día de ayer, partió de una propuesta inicial de Cuba, realizada en julio de 2014, reiterada en enero de este año, y aceptada por el Departamentode Estado de los Estados Unidos. 

Se desarrollaron, como esperábamos y preveíamos, en un clima de profesionalidad y respeto, sobre bases recíprocas, sin discriminación de ningún tipo. Se discutieron las bases metodológicas para eventuales rondas futuras de conversaciones y discusiones sobre temas de Derechos Humanos entreambos países. También se abordaron algunos temas sustantivos que serían de interés para ambas partes tratar en dichas eventuales rondas futuras deconversaciones sobre temas de Derechos Humanos entre Cuba y Estados Unidos.

Como también se esperaba, fue obvio, se ratificó que existen diferencias entre ambos países en el abordaje del tema de los derechos humanos, tantodesde el punto de vista nacional o cómo se protegen y promueven los Derechos Humanos en nuestros respectivos países, como su tratamiento en elámbito internacional, en los foros multilaterales que abordan estos temas.

Sin embargo, se ratificó por ambas partes que somos capaces de tener una conversación respetuosa, profesional, civilizada en esos temas,reconociendo estas diferencias sustanciales que tenemos de percepciones e incluso de balances en cuanto a derechos civiles y políticos y derechoseconómicos, sociales y culturales, que por nuestra parte -reitero- Cuba los ve de una manera indivisible, interconectada, integral y no tienen unos un valor superior a los otros, sino que los abordamos de esta manera integral. Esas diferencias se pusieron en evidencias, pero -reitero- se demostró quepodemos conversar de una manera civilizada, respetuosa y profesional.

En el Newseum de Washingont DC: Remember the Maine!

Por: Ismael Francisco, Rosa Miriam Elizalde

En palabras del secretario de Estado John Hay, la intervención militar norteamericana en Cuba de 1898 fue “una espléndida guerrita”, que transformó a Estados Unidos en una potencia mundial imperial. La evidencia está a unos pasos de la Casa Blanca, en el quinto piso del Newseum, el museo del periodismo de Washington DC. Aquí, dice la poética promoción del lugar, “la noticia busca un refugio no perecedero, lejos de las páginas de los diarios, que le proveían un albergue temporal y frágil al paso del tiempo y la memoria”.

En realidad, no hay mucha poesía si usted hala una de las gavetas que guarda la historia de las relaciones Cuba-EEUU. Si lo hace, se encuentra, por ejemplo, con la portada de The New York Journal, del 15 de febrero de 1898, y puede tocar lo que ha escuchado miles de veces: cómo la prensa fraguó el pretexto para invadir a Cuba y convenció a la opinión pública norteamericana para que apoyara con entusiamo el envío de las cañoneras a la Isla.

Al alcance de una pantalla táctil está la copia del Journal, propiedad del magnate William Randolph Hearst, inspirador del Ciudadano Kane de Orson Welles. En sus ediciones del 16 y 17 de febrero, publicó unos gráficos que son considerados como las primeras infografías de la Historia. Sin investigación periodística alguna, basándose solo en el deseo de desencadenar el conflicto y vender más periódicos que la competencia a cargo de Joseph Pulitzer, William Randolph Hearst inventó la evidencia que necesitaba. Eran tiempos oscuros para el periodismo, aunque al Newseum no le importa demasiado advertirlo a sus visitantes y solo muestra con satisfacción la portada histórica.

Lo que parece ser la religión de hoy, ya lo tenía muy claro Hearst: no hay nada como el poder de la imagen para dar legitimidad a una interesada conjetura. Los gráficos delJournal, gracias a un estilo técnico engañosamente preciso y serio, desorientan al lector. Parecen haber sido diseñados por ingenieros meticulosos y no por artistas; están más preocupados por el espectáculo que por la fidelidad a los pocos detalles que en aquel momento se conocían de lo que acontecía en Cuba.

La leyenda cuenta que un año antes de la explosión del Maine, en enero de 1897, Frederic Remington, un artista a quien Hearst había enviado a Cuba para cubrir la guerra contra la colonia española, mandó un telegrama en el que comentaba que todo estaba tranquilo, que una guerra abierta era improbable y que deseaba regresar a EEUU. El gran manipulador respondió:

“Please, remain. You furnish the pictures. I’ll furnish the war” (“Por favor, permanezca ahí. Usted proporcióneme las fotografías. Yo le daré la guerra”; el verbo furnish puede traducirse como “proporcionar” o “facilitar”).

Esta última frase es uno de los mitos fundacionales de nuestra profesión, plausible sumario de las esencias del periodismo amarillo: que la realidad no te impida atraer a las masas con pedazos humanos, sangre y ruido. Como está ocurriendo ahora mismo con la historia de Airbus que se estrelló en los Alpes.

La imagen que guarda el Newseum, por más que está extraviada en esta catedral de 76 000 metros cuadrados en el corazón de Washington, demuestra que los primeros profesionales dedicados a crear gráficos para los diarios eran artistas competentes (algunos, como Remington, extraordinarios), pero les importaba un comino la ética que debe guiar cualquier representación de los hechos. Eran dibujantes antes que comunicadores; sus prioridades eran el dramatismo, no la precisión. Y así les fue en el negocio, a costa de los nuestros, con su “espléndida guerrita” que echó por el caño en 1898 los sueños de independencia de los cubanos.
El bloqueo, según Kennedy

No hay tiempo para caminar todo el Museo de la Noticia, el Newseum, con sus miles de fotografías y portadas históricas, sus cientos de horas de vídeo, sus 14 galerías, 15 aulas y dos estudios de televisión. Es un templo del periodismo que costó 450 millones de dólares y documenta desde su nacimiento hasta la era digital una historia arrimada a una manera de ver la profesión como espectáculo, más que como servicio público.

Situado en la Avenida Pennsylvania, muy cerca de la Casa Blanca y el Capitolio, el edificio tiene miles de fetiches de la información y terminas mareado, si no tienes preconcebido, para empezar, un punto de partida. La galería del quinto piso es aceptable para iniciar la visita. Presenta 350 primeras páginas históricas y no es difícil tropezarse con Cuba en los titulares. Entre ellos, el que utilizó The Arizona Republic, el 22 de octubre de 1962, con el Presidente John Kennedy como vocero del bloqueo naval contra la Isla, en el apogeo de la Crisis de Octubre.

También hay cientos de recuerdos, como los documentos y fotografías del escándalo Watergate, donde estuvieron involucrados tres cubanos de la CIA; la acreditación de Ernest Hemingway como corresponsal de guerra en Europa en 1944, antes de irse vivir en Finca Vigía de La Habana. Otros artículos también llaman la atención: una camioneta con cientos de disparos, utilizada por la revista Time en Sarajevo, donde también “vendieron la moto” del villano que se merecía la guerra de la OTAN; el jersey rojo que la mítica corresponsal de la Casa Blanca, Helen Thomas, usaba para atraer la atención de los presidentes en las conferencias de prensa -periodista, por cierto, que fue expulsada de los predios presidenciales por atreverse a cuestionar a los sionistas, cosa que no dice el curador de este Museo. Mucho que ver, poco para distanciarse de tantos fogonazos informativos.

Cubadebate estuvo en el Newseum en dos momentos. Primero, a fines de febrero de este año cuando se produjo la segunda ronda de conversaciones Cuba-EEUU, en Washington DC. Y luego, esta mañana, mientras esperaba por el desenlace del diálogo sobre derechos humanos, que ha llevado a otra delegación oficial cubana a la capital de los Estados Unidos. No es casualidad que aterrizáramos aquí buscando a la Isla, en el breve tiempo que pasamos en esta ciudad. Aquel “Remember the Maine!”, que el Newseum de Washington guarda entre sus hitos informativos, nos parece ahora una frase de aleccionadora pertinencia.


En la galería historica, el traje de Helen Thomas. Foto: Ismael Francisco/ Cubadebate.

El Capitolio desde el balcón del Newseum. Foto: Ismael Francisco/ Cubadebate.

La explisión del Maine, según The World, el periódico de Joseph Pulitzer. Foto: Ismael Francisco/ Cubadebate.

Foto: Ismael Francisco/ Cubadebate.

Los premios Pulitzer. Foto: Ismael Francisco/ Cubadebate.

Una vista desde las galerías del Newseum. Foto: Ismael Francisco/ Cubadebate.

The Washington Post: Kennedy ordena el Bloqueo naval a Cuba. Foto: Ismael Francisco/ Cubadebate.

Foto: Ismael Francisco/ Cubadebate.

Foto: Ismael Francisco/ Cubadebate.

Foto: Ismael Francisco/ Cubadebate.

Foto: Ismael Francisco/ Cubadebate.

Foto: Ismael Francisco/ Cubadebate.

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Foto: Ismael Francisco/ Cubadebate.

Foto: Ismael Francisco/ Cubadebate.

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Foto: Ismael Francisco/ Cubadebate.

Foto: Ismael Francisco/ Cubadebate.

Foto: Ismael Francisco/ Cubadebate.

Primera cámara digital que se usó en la prensa. Foto: Ismael Francisco/ Cubadebate.

Foto: Ismael Francisco/ Cubadebate.

El error monetarista

J. Bradford DeLong is Professor of Economics at the University of California at Berkeley and a research associate at the National Bureau of Economic Research.

BERKELEY – Las ideas importan. Esa es la lección de Hall of Mirrors, la crónica del economista norteamericano Barry Eichengreen de las dos mayores crisis económicas de los últimos 100 años: la Gran Depresión del siglo XX y la Gran Recesión en curso, de la cual todavía luchamos ineficazmente por recuperarnos.

Eichengreen es mi amigo, profesor y patrocinador, y su libro es, en mi opinión, la mejor explicación hasta la fecha de por qué los responsables de las políticas económicas en Europa y Estados Unidos han reaccionado al colapso económico más dramático en casi cuatro generaciones con medidas tibias e intervenciones a medio terminar.

Según Eichengreen, la Gran Depresión y la Gran Recesión están relacionadas. La respuesta inadecuada a nuestros problemas actuales se puede rastrear en el triunfo de los discípulos monetaristas de Milton Friedman sobre sus pares keynesianos y los seguidores de Minsky al describir la historia de la Gran Depresión.

En Una historia monetaria de los Estados Unidos, publicado en 1963, Friedman y Anna Jacobson Schwartz, como todo el mundo sabe, sostenían que la Gran Depresión se debía exclusiva y absolutamente al fracaso de la Reserva Federal de Estados Unidos a la hora de expandir la base monetaria del país y así mantener la economía en un sendero de crecimiento estable. Si no hubiera habido una caída de la masa monetaria, dice su argumento, no habría existido la Gran Depresión.

Esta interpretación tiene cierto sentido, pero se basa en una presunción crítica. La receta de Friedman y Schwartz habría funcionado sólo si las tasas de interés y lo que los economistas llaman la "velocidad del dinero" -el ritmo al que el dinero cambia de manos- hubieran sido ampliamente independientes entre sí.

Sin embargo, lo más probable es que la caída de las tasas de interés como consecuencia de las intervenciones necesarias para expandir la oferta de dinero del país habría puesto un freno a la velocidad del dinero, minando la cura propuesta. En ese caso, poner fin a la Gran Depresión también habría exigido la expansión fiscal reclamada por John Maynard Keynes y las políticas de apoyo respecto del mercado de crédito prescriptas por Hyman Minsky.

El debate sobre qué intervenciones serían necesarias para poner un freno a algo como la Gran Depresión debería haberse centrado, lisa y llanamente, en analizar la evidencia. En tiempos económicos difíciles, ¿las tasas de interés tuvieron poco impacto en la velocidad del dinero, como sugería Friedman? ¿Keynes estaba en lo cierto cuando describió el concepto de una trampa de liquidez, una situación en la que un mayor alivio de la política monetaria no resulta efectivo? ¿La masa monetaria en una economía es un indicador adecuado del gasto total, como decía Friedman, o el funcionamiento aceitado de los canales de crédito es un factor más importante, como sostenía Minsky?

Estos interrogantes se pueden debatir. Pero resulta bastante claro que incluso en los años 1970 no había suficiente evidencia empírica en respaldo de las ideas de Friedman para justificar su creciente dominancia. Y, por cierto, tampoco se puede negar el hecho de que la cura de Friedman resultó una respuesta inadecuada para la Gran Recesión -lo que sugiere enfáticamente que habría resultado igualmente inapropiada si se la hubiera aplicado durante la Gran Depresión.

La predominancia de las ideas de Friedman al inicio de la Gran Recesión tiene menos que ver con la evidencia que las respalda que con el hecho de que la ciencia de la economía muchas veces está teñida por la política. En este caso, la contaminación era tan mala que los responsables de las políticas económicas no estaban dispuestos a ir más allá de Friedman y aplicar políticas propuestas por Keynes y Minsky en una escala lo suficientemente grande como para abordar los problemas que presentaba la Gran Recesión.

Admitir que la cura monetarista era inadecuada habría demandado que los economistas establecidos nadaran contra las corrientes neoliberales de nuestro tiempo. Habría exigido reconocer que las causas de la Gran Depresión iban mucho más allá de un fracaso tecnocrático a la hora de gestionar la oferta monetaria de manera apropiada. Y hacer eso habría sido equivalente a admitir los méritos de la democracia social y a reconocer que el fracaso de los mercados a veces puede ser un peligro mayor que la ineficiencia de los gobiernos.

El resultado fue una serie de políticas basadas, no en la evidencia, sino en ideas examinadas de manera inadecuada. Y todavía hoy estamos pagando el precio por ese error intelectual.


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El Turismo de Estados Unidos a Cuba ante el Nuevo Escenario de Relaciones Bilaterales

DR. JOSÉ LUIS PERELLÓ CABRERA *
Facultad de Turismo. Universidad de La Habana

El desarrollo del turismo internacional en Cuba, fue concebido a partir de un escenario de confrontación y restricciones de viajes que han caracterizado las relaciones entre Cuba y Estados Unidos desde los inicios de la Revolución.

La estrategia de crecimiento y desarrollo del turismo se asentó, desde los inicios de la década de los años noventa del pasado siglo, en la construcción de hoteles en zonas de playa y dirigidos hacia los mercados emi-sores de Europa occidental y en especial, hacia el turismo canadiense que se ha consolidado como el principal mercado turístico con 40% de participación, en el total de los arribos internacionales.

En todos estos años, la política del gobierno estadounidense hacia Cuba ha transitado desde momentos de acercamiento y suspensión de algunas restricciones de viajes, como en el gobierno de Carter, hasta recrudeci-miento en las medidas y leyes de bloqueo, como bajo los mandatos de George W. Bush y William Clinton.

Este proceder inestable en la política estadounidense, desde el punto de vista del turismo internacional, propició una cierta consolidación de los demás mercados turísticos en el área del Caribe. En este sentido, tres destinos reciben el 55% de los estadounidenses que viajan al Caribe: República Dominicana (40%), Jamaica (63%) y Bahamas (84%), mientras el mercado canadiense posicionó a Cuba como su destino de vacaciones.

Tabla 1. Llegada de visitantes de América del Norte a Cuba 2009-2014










2009
2010
2011
2012
2013
2014







Estadounidenses (EU)
52.455
63.055
73.566
98.051
92.346
91.254
Cubanoamericanos (CA)
163.019
262.963
284.942
268.803
261.084
258.837







Subtotales (EU+CA)
215.474
326.018
358.508
366.854
353.430
350.091







Canadienses (CN)
914.884
945.666
1.002.318
1.071.692
1.105.729
1.175.077
Subtotal América Norte
1.130.358
1.271.684
1.360.826
1.438.546
1.459.159
1.525.168







Arribos totales
2.429.806 
2.530.368
 2.716.317
 2.838.607 
2.852.572
3.002.745







% part. EU+CA
8,87
12,88
13,20
12,92
12,39
11,66
% part. CN
37,65
37,37
36,90
37,75
38,76
39,13
% part. América Norte
46,52
50,26
50,10
50,68
51,15
50,79








Tabla 1. Llegada de visitantes de América del Norte a Cuba 2009-2014

A pesar de las dificultades económicas por las que ha atravesado el país, que han repercutido en la calidad de muchos de los servicios que se ofrecen en los hoteles, el fondo habitacional cuenta con capacidades de alojamiento en todos los polos turísticos. El 47% de los hoteles se localizan en playas y el 39% son hoteles de ciudad.

Actualmente operan un total de 17 cadenas hoteleras internacionales, de las cuales trece son españolas. Estas cadenas gestionan 71 hoteles bajo contratos de gestión y comercialización, que representan el 21 por ciento de la planta hotelera del turismo (339 hoteles), y del 52 por ciento de todas las habitaciones (60.552 habitaciones); el 68% ostentan la categoría 4 y 5 estrellas. A estas capacidades del sector estatal, se suman las 18.740 habitaciones del sector privado, que ofrecen una atención personalizada con un esmerado servicio.

Las cadenas hoteleras españolas representan el 76 por ciento de las asociadas en la isla, y gestionan 58 estab-lecimientos, 82 por ciento de los que operan bajo esta modalidad. El 83 por ciento de los hoteles, están bajo contratos de administración, y responden a la modalidad Sol y playa, que predomina aún en el panorama turístico cubano pese a las estrategias en busca de la diversificación de la oferta.

En correspondencia con la política de bloqueo y las restricciones de viajes, las relaciones comerciales, financieras y la imposibilidad de participar en el desarrollo turístico cubano, es fácil comprender por qué las cadenas hoteleras norteamericanas no están presentes en el mercado cubano.

EL TURISMO EN CUBA ANTE EL ESCENARIO 17D
 
El grupo de medidas anunciadas por los Presidentes de Cuba y Estados Unidos sobre el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre ambos países, representa la posibilidad de discutir varios temas que tienen incidencia sobre el turismo cubano.

La ampliación en las categorías de licencias, prácticamente incluyen el abanico de motivaciones de viajes, por lo que cualquier viajero se desplaza desde su lugar de residencia hacia un destino para conocer nuevos espacios de vida. La definición aceptada de “viaje experiencial” es una de las principales tendencias de mercado en la industria turística moderna. Es un enfoque de viajar que se orienta a vivir la experiencia de un país, ciudad o sitio en particular, relacionándose con su historia, población, comida y cultura. Los motivos de viaje que se autorizan con las licencias para viajar a Cuba, se inscriben en el enunciado anterior.

Licencias generales se otorgarán a todos los viajeros autorizados en las siguientes categorías existentes:

1. visitas familiares;
2. asuntos oficiales del gobierno de E.U., gobiernos extranjeros y determinadas organizaciones intergubernamentales;
3. actividad periodística;
4. investigación profesional y reuniones profesionales;
5. actividades educacionales;
6. actividades religiosas;
7. presentaciones públicas, clínicas, talleres, competencias deportivas y otras, y exhibiciones;
8. apoyo al pueblo cubano;
9. proyectos humanitarios;
10. actividades de fundaciones o institutos de investigación y educacionales privadas;
11. exportación, importación, o transmisión de información o materiales informativos;
12. determinadas transacciones de exportación que se pudieran autorizar bajo las actuales regulaciones y lineamientos.

Las categorías de viajes autorizadas serán en el futuro cubiertas por licencias generales, lo que implica no tener que pedir permiso específico para hacerlo, ni rendir informes a la OFAC sobre los viajes, en el entendido de que cada viajero está seguro de cumplir con los requisitos.

La categoría “people to people” (pueblo a pueblo), aunque permaneció como licencia específica, ha sido reservada para organizaciones culturales, educacionales, sociales y sobre todo por turoperadores especializados, para realizar programas de grupos, con la condición de relacionarse todo lo posible con el pueblo cubano. En este sentido, la mayoría de los viajeros considerados como turistas internacionales, tienen como principal motivación de viaje relacionarse, en todo lo posible, con las sociedades y comunidades que visitan; excepto el turismo de sol y playa; todos los demás están comprendidos en las licencias.

Por otra parte, cuando se habla de los posibles “impactos sociales”, negativos o positivos, para la sociedad cubana; hay que tener en cuenta que estos impactos ya han ocurrido, pues desde los inicios del turismo inter-nacional, hace 20 años, Cuba ha recibido 41.150.315 visitantes internacionales, de estos 1.204.712 estadounidenses y 12.000.779 canadienses.

Otro de los articulados en las nuevas regulaciones que resultan de interés, se enuncia:

A los viajeros autorizados de E.U. a Cuba se les permitirá importar productos de Cuba hasta un valor de $400, de los cuales no más de $100 podrán ser productos de tabaco y alcohol combinados.

Si tomamos como referencia los viajeros desde EE.UU. que visitaron Cuba, el pasado año, con cualquiera de las licencias otorgadas por OFAC, los ingresos directos por este concepto alcanzarían un monto de U$140.036.400; habría que pensar si el país cuenta con productos autóctonos (tabaco, cigarrillos, rones, artesanías, textiles) para cubrir esa demanda sin afectar el actual mercado turístico y nacional.

PERFILES DE LOS VIAJEROS ESTADOUNIDENSES

Tomando los datos de National Travel and Tourism Office (NTTO), del U.S. Department of Commerce, el volumen del mercado de viajes al exterior de los residentes estadounidenses es de 113 millones de personas y de estos 60,7 millones poseen pasaporte. El 70% de los viajes al exterior excluyendo Canadá y México (overseas) son generados por ocho estados, y de estos, New York (21%), California (15%), New Jersey (10%) y Florida (7%) son los principales.

De estos viajeros “a ultramar”, un 36% viaja a Europa; un 19% a Asia y el 24% al Caribe, teniendo como principales destinos República Dominicana (8%) y Jamaica (5%). En 2013, viajaron al Caribe 6.480.800 estadounidenses, no incluido los que lo hicieron en un crucero.

En lo referente al alojamiento en el destino que visita, un 62% prefiere los hoteles para una estancia media de 9,8 noches (pernoctaciones), mientras que el 43% elige las casas privadas para estancia media de 21,2 noches.

En cuanto a la composición de los viajes; un 66% viaja solo, el 21% con el cónyuge y el 4% viaja con amigos. Es significativo que solo un 1% viaja en grupo (tour group). Solamente el 12% de los viajeros lo hace mediante paquetes de viaje prepagado; siendo de preferencia la reserva directa al establecimiento vía Internet (52%). Para el 2015, el 25% de todas las ventas de viajes serán a través de móviles generando U$ 40 billones en ventas: el 91% de la población estadounidense posee teléfono celular, y el 58% utiliza iPhone o Android.

Según el informe de NTTO, las actividades de preferencia de los estadounidenses en los lugares que visita son:

Visitas a lugares de interés (78%); Compras (76%); Visitas a pueblos y áreas rurales (43%); Gastronomía (41%); Lugares históricos (40%); Excusiones con guía (35%); Patrimonio cultural y étnico (31%); Actividades nocturnas y baile (26%); Deportes acuáticos (18%); Conciertos/Teatro/Música (14%); entre las principales actividades.

El promedio de gastos fuera de Estados Unidos (pasaje de avión y alojamiento no incluido) es de U$ 1.575 por visitante (U$ 86 por día). El 53% paga por tarjeta de crédito y un 20% por cheques de viajero.

En estudios realizados por Cuban Research Institute (CRI) de la Universidad Internacional de la Florida (FIU), una vez que se reinicien las relaciones diplomáticas y se levanten las restricciones de viaje, un millón de norteamericanos visitarían Cuba. La encuesta realizada en el ámbito nacional por Visit Florida mostró que el 51% de los norteamericanos tienen interés en tomar unas vacaciones en Cuba cuando se restablezcan las rela-ciones diplomáticas y se levanten las prohibiciones de viajes.

De los que viajarían a Cuba, un 60% está interesado en visitar a Cuba como parte de un viaje en cruceros frente a un 13% que desea un viaje de estancia. El tiempo medio de estancia preferido es de 2.9 noches. El mayor interés de pasar unas vacaciones en Cuba se centra en los norteamericanos de ingresos altos (48.2%) y jóvenes (57.5% para edades 18-24 años).

Las encuestas realizadas por Visit Florida entre los hispano-americanos mostraron un fuerte interés de éste segmento del mercado que se lanzaría a explorar la isla en los primeros momentos en que se levanten las restricciones.

Si American, Delta o United Airlines, que han obtenido licencias como portadores (“carrier service providers” CSP) para operar vuelos a Cuba, las utilizaran para establecer rutas regulares y dichos viajes se pudieran contratar por Internet y teléfonos móviles, esto pudiera darle un significativo impulso al aumento de viajeros estadounidenses a Cuba.

Según análisis realizados (Figueras y Perelló), si los contactos bilaterales entre Cuba y Estados Unidos, logran avances en el transcurso del presente año; unos 800.000 estadounidenses y 380.000 cubanoamericanos pudi-eran visitar Cuba el próximo año. Esta cifra de visitantes pudiera representar 1.858,5 millones de dólares en ingresos asociados al turismo.

Sin embargo, esto está limitado por la situación de la infraestructura de alojamiento y otros servicios para visi-tantes de ciudad que hoy tiene el país. Según Díaz Medina (Catalejo Temas, febrero 2015), “de no resolverse este déficit a corto plazo, comenzando por la recuperación del alto por ciento de habitaciones fuera de servicio que hoy existe, las cifras mencionadas serán inalcanzables”.1 En este nuevo escenario debe destacarse el protagonismo de los pequeños negocios privados, familiares y cooperativos, tanto de alojamiento como de servicios turísticos.

Díaz Medina estima que “el aumento de los viajes, sea en grupos o individualmente, será significativo, aunque paulatino”, pudiendo alcanzar 150.000 estadounidenses este año—un aumento de 65% sobre el año anterior—y 200.000 en 2016. La posibilidad de que una nueva administración republicana asuma en 2017 y revierta las medidas de Obama “impide aventurarse más allá”. 

*DR. JOSÉ LUIS PERELLÓ CABRERA

Doctor en Ciencias Económicas, Profesor Titular de la Facultad de Turismo de La Universidad de La Habana y Presidente de su Consejo Científico. Master en Gestión Turística por la Universidad de La Habana y Diplomado en Alta Dirección de Empresas Turísticas por la ESADE de Barcelona. Ha participado como profesor en Universidades de Centro y Suramérica, Se desempeñó como consultor de la Cámara Nacional de Turismo de Honduras. Ha impartido numerosos cursos de postgrado en Cuba y en el extranjero. Ha publicado varios libros y artículos en revistas especializadas nacionales y extranjeras. También ha participado como ponente en varios Congresos y Convenciones internacionales y nacionales. En la actualidad se especializa en temas de migraciones internacionales y desarrollo turístico. 

La serie “Desde la Isla” es una colección de artículos originales auspiciados por el Cuba Study Group de miembros de la sociedad civil en Cuba con el propósito de ofrecer una perspectiva original acerca de lo que ocurre en la isla. Las opiniones expresadas en los artículos son la responsabilidad única de sus autores, mas no reflejan las opiniones del Cuba Study Group ni sus miembros.

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