"De pensamiento es la guerra mayor que se nos hace: ganémosla a pensamiento" José Martí

lunes, 19 de septiembre de 2011

China no va a salvar al euro

Por Nicholas Hasting
Las compras de ocasión de China no son tan buenas para el euro ya que Beijing está siendo bastante parsimonioso.
Por meses, China ha pasado por varias etapas durante la crisis de deuda de la zona euro y prometió ayuda a Grecia, Portugal, España e incluso Irlanda.
Esta semana, han circulado informes de que Beijing ahora ha mantenido conversaciones con Italia sobre la compra de activos italianos estratégicos.
Con US$3 billones de reservas internacionales en sus bolsillos, el interés de China en la zona euro casi no es sorprendente.
En primer lugar, la región es el principal socio comercial de China, y la última cosa que le gustaría a Beijing es que la eurozona colapse y que la demanda de productos chinos caiga aún más, lo que amenazaría la estabilidad económica y política interna.
Zhang Yansheng, director del Instituto de Comercio Exterior de China, señala: "China sabe que ayudar a Italia, ayudar a Grecia, ayudar a Europa, es ayudar al mundo y ayudarse a sí misma".
En segundo lugar, el respaldo de China ayudaría a frenar la caída del euro y a asegurar que la preservación de la salud de las inversiones previas de China en la región. Esta semana, funcionarios chinos estuvieron interesados una vez más en demandar estabilidad en la zona euro y también en la moneda única, mientras el euro comenzaba a caer abruptamente después de meses de relativa resistencia.
En tercer lugar, se trata del simple hecho de una caza de gangas. China tiene el dinero. La eurozona tiene los productos a precios de liquidación y hay pocos clientes dando vueltas.
Difícilmente se puede culpar a Beijing por sentirse atraído por lo que podría parecer una venta de ocasión italiana.
No obstante, una vez dicho todo esto, China no ha estado despilfarrando dinero.
De hecho, ha sido bastante parsimoniosa. Sus inversiones en deudores periféricos han sido descritas como "contenidas" y "relativamente modestas" por los estrategas que siguen de cerca los flujos.
Esto podría ser debido a que, pese a los US$3 billones que ya tiene en sus bolsillos, el reciente crecimiento de las reservas de China se ha moderado y el Banco Popular de China simplemente tiene menos para diversificar desde el dólar hacia activos de la zona euro.
En otras palabras, si Beijing realmente quisiera realizar compras importantes en Italia posiblemente tendría que vender algunas de las tenencias que ya compró en otros países periféricos.
Esta no sería una maniobra particularmente beneficiosa para el euro.
Sin embargo, hay otra razón por la que las compras chinas no están a la altura de las expectativas.
Beijing sin duda estará atento a la caída de la confianza en el futuro del euro mientras los rendimientos siguen escalando a nuevos máximos récord, se profundizan los problemas políticos y fiscales de los deudores y disminuye la confianza en la moneda única entre los inversionistas internacionales.
Las noticias de esta semana acerca de que Alemania está buscando un plan de contingencia en caso de que Grecia caiga en cesación de pagos de sus deudas pondrán de manifiesto cuán frágil se han vuelto las maniobras con la moneda única en general.
Como un inversionista sabio, Beijing habrá visto los riesgos involucrados y habrá decidido que es mejor, en lo que respecta al euro, no poner demasiado dinero donde come.
E, incluso con todo el parloteo acerca del interés de China, el euro continuará cayendo.
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