"De pensamiento es la guerra mayor que se nos hace: ganémosla a pensamiento" José Martí

sábado, 17 de marzo de 2018

Ex "número 2" del FBI McCabe acusa de represalia a Trump tras ser despedido

Por Sarah N. Lynch

WASHINGTON (Reuters) - El ex “número dos” del FBI, Andrew McCabe, afirmó que fue cesado en la noche del viernes por ser un testigo crucial en el caso que investiga si el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, está intentando obstruir las pesquisas sobre Rusia.

El fiscal general, Jeff Sessions, dijo en un comunicado que considera justificado despedir a McCabe después de que el órgano supervisor interno del Departamento de Justicia descubrió que filtró información a periodistas y engañó a los investigadores sobre sus acciones.

“El FBI espera que todos los empleados se adhieran a los más altos estándares de honestidad, integridad y responsabilidad”, señaló Sessions.

No obstante, McCabe, que jugó un papel crucial en las investigaciones del FBI sobre Hillary Clinton y la interferencia rusa en la elección estadounidense de 2016, negó las acusaciones y aseguró que se trata de una represalia del gobierno de Trump.

En un largo comunicado, McCabe indicó que cree que se ha convertido en un objetivo político porque corroboró los reclamos del exdirector del FBI James Comey de que Trump intentó presionarle para que pusiera fin a la pesquisa sobre Rusia. El mandatario despidió a Comey el año pasado y reconoció en una entrevista televisiva que lo hizo por “esta cosa sobre Rusia”.

La salida de McCabe se produjo dos días antes de su 50 cumpleaños, cuando podría jubilarse de la Oficina Federal de Investigaciones con su pensión completa, y nueves meses después del de Comey.

“Estoy siendo apartado y tratado así por el papel que jugué, las acciones que adopté y los hechos de los que fui testigo tras el despido de James Comey”, dijo McCabe en su comunicado. “Este ataque contra mi credibilidad forma parte de un esfuerzo más grande (...) para manchar al FBI, a las fuerzas de seguridad y a los profesionales de la inteligencia en general”.

En la madrugada del sábado, Trump escribió en Twitter: “Andrew McCabe DESPEDIDO, un gran día para los hombres y mujeres que trabajan duro en el FBI - Un gran día para la Democracia. El mojigato James Comey era su jefe e hizo que McCabe pareciera un niño del coro. ¡Sabía todo sobre las mentiras y la corrupción que había a los niveles más altos del FBI!”.


Reporte de Sarah N. Lynch y Will Dunham; reporte adicional de Makini Brice y Rich McKay; editado en español por Carlos Serrano

Moscú expulsa a 23 diplomáticos británicos en respuesta a las medidas de Londres

Publicado: 17 mar 2018 08:14 GMT | Última actualización: 17 mar 2018 16:43 GMT

En respuesta a las acusaciones infundadas contra Moscú por el caso Skripal y la consecuente decisión de Londres de expulsar a 23 diplomáticos rusos, el Gobierno ruso ha decidido tomar una medida recíproca.


David Mdzinarishvili / Reuters

Moscú ha calificado de personas no gratas a 23 diplomáticos de Reino Unido y ha anunciado su expulsión de Rusia, detallando que tienen una semana para abandonar el país. Asimismo, la Cancillería ha retirado el permiso de apertura y funcionamiento del Consulado General británico en San Petersburgo.

Por otra parte, fue anunciado el cierre del instituto británico público de difusión del conocimiento de la lengua inglesa. "Debido al estado no resuelto del British Council en la Federación de Rusia, sus actividades cesan", agregó la Cancillería a través de un comunicado.

Estas medidas fueron tomadas luego de que Londres expulsara de forma análoga al mismo número de diplomáticos rusos, tras las acusaciones de Theresa May contra Rusia. Sin presentar pruebas al respecto, la primera ministra británica culpó a Moscú del envenenamiento del exagente doble Serguéi Skripal y su hija.

El argumento principal de Theresa May en cuanto a la culpabilidad de Rusia es 'highly likely' [altamente probable, en español]"Serguéi Lavrov, ministro de Asuntos Exteriores ruso

Moscú ha dejado claro que no tiene nada que ver con el caso Skripal, y ha condenado este tipo de señalamientos británicos. Al respecto, Rusia "se reserva el derecho de tomar medidas adicionales" en caso de recibir más ataques infundados y "hostiles" de parte de Reino Unido, según detallaron desde la Cancillería rusa.

Por su parte, May ha prometido que consultará con los aliados de Reino Unido para examinar prontamente los próximos pasos a dar respecto a Rusia.

Abierta a colaborar

Rusia ha insistido en varias ocasiones que está "abierta a colaborar" en el caso Skripal y ha pedido acceso a los materiales de la investigación. No obstante, Londres se lo ha denegado sin explicar claramente los motivos. "El argumento principal de Theresa May en cuanto a la culpabilidad de Rusia es 'highly likely' [altamente probable, en español, la expresión utilizada por la 'premier' británica]", ironizó el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov.

Al mismo tiempo, Londres tampoco entregó ningún tipo de información del caso a la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ), a pesar de que Moscú le solicitó que lo hiciera. "Es obvio que se está ocultando la verdad", criticó la portavoz del Ministerio de Exteriores ruso, María Zajárova.
Falta de pruebas¿Alguien además de las autoridades británicas tiene estos datos? Nadie. María Zajárova, portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia

Sin embargo, la falta de argumentos convincentes no impidió que varios países expresaran su apoyo al Reino Unido. "¿En qué se basan para hacer semejantes declaraciones? ¿Les entregaron datos de algún tipo? […] A nosotros nadie nos ha entregado nada, a la OPAQ nadie le ha entregado nada. Existe lo que se llaman pruebas, materiales, muestras de la sustancia encontrada. ¿Alguien además de las autoridades británicas tiene estos datos? Nadie", expuso Zajárova. "¿Cómo puedes solidarizarte con algo que no comprendes porque no tienes datos originales concretos?", se preguntó la diplomática.



"Ellos temen un debate profesional sobre este tema"

A su vez, el representante permanente de Rusia ante la ONU, Vasili Nebenzia, cuestionó la decisión de Londres de convocar de urgencia al Consejo de Seguridad para tratar el caso.

"¿Por qué el Reino Unido ha llevado este caso al Consejo de Seguridad de la ONU en lugar de llevarlo a organizaciones pertinentes? La respuesta es obvia: los británicos saben que sus argumentos no convencerán a los expertos. Ellos temen un debate profesional sobre este tema. Moscú considera absolutamente inaceptables las acusaciones infundadas de la primera ministra Theresa May", dijo Nebenzia.


"Si dicen que es Novichok es que tienen la fórmula"Si los británicos dicen que se trata del gas Novichok, entonces 'a priori' tienen un estándar de esta sustancia, así como su colección y su fórmula Vasili Nebenzia, representante permanente de Rusia ante la ONU

Los expertos tienen razones para creer que el propio Reino Unido tiene una fórmula química de la sustancia neuro-paralítica Novichok, que supuestamente fue utilizada para el envenenamiento de Serguéi Skripal y su hija, afirmó Nebenzia.

"Les daré la opinión de un químico profesional: para que los especialistas británicos puedan con total confianza establecer que este gas es exactamente el Novichok, y no algún otro, ellos sin falta deben tener lo que se llama un estándar de control. Para probar que se trata del compuesto en cuestión, hay que compararlo con el estándar correspondiente. Si los británicos dicen que se trata del gas Novichok, entonces 'a priori' tienen un estándar de esta sustancia, así como su colección y su fórmula", explicó. 

El 4 de marzo, el exagente doble de inteligencia Serguéi Skripal y su hija Yulia fueron envenenados con un agente nervioso en la ciudad británica de Salisbury.
El 12 de marzo, Theresa May afirmó, sin presentar pruebas al respecto, que era "muy probable que Rusia fuera responsable" del envenenamiento y dio a Moscú un ultimátum de 36 horas exigiendo explicaciones. 

Moscú no proporcionó la información exigida por no haber recibido la solicitud que Londres debería haberle enviado de acuerdo con la Convención sobre las Armas Químicas y por no tener acceso a una muestra de la sustancia química en cuestión.

NELA MARTÍNEZ, la Ecuatoriana del Siglo XX

Por Pedro Martínez Pírez


No todos los ecuatorianos conocen que el Consejo de Estado de la República de Cuba otorgó a Nela Martínez Espinosa, conocida como La Ecuatoriana del Siglo XX, la Orden “Ana Betancourt”, que es el máximo estímulo que se entrega a aquellas mujeres que dentro y fuera de Cuba sobresalen por el esfuerzo excepcional de lucha revolucionaria y política, el trabajo científico, la creación artística y el empeño para lograr una paz justa para los pueblos.

La distinción evoca a una figura excepcional de la primera gesta por la independencia de Cuba, la camagüeyana Ana Betancourt, patriota que supo resistir la muerte de su esposo, Ignacio Mora, y después las consecuencias de la prisión y el destierro.

La orden, que consiste en una medalla con la efigie de Ana Betancourt, fue instituída en los primeros años de la década de los setenta del siglo pasado, y establece que la condecoración podrá otorgarse a mujeres nacidas en cualquier país del mundo que se destaquen en la defensa de las ideas progresistas, en la lucha antiimperialista y por la liberación e independencia de los pueblos.

La heroína cubana Haydée Santamaría Cuadrado fue la primera mujer que recibió la distinción de manos del líder histórico de la Revolución, Comandante Fidel Castro, quien había subrayado en su alegato conocido como “La historia me absolverá”, refiriéndose a la conducta revolucionaria de Haydée, que nunca fue puesto en un lugar tan alto de heroismo y dignidad el nombre de la mujer cubana.

También merecieron la Orden “Ana Betancurt” otras destacadas mujeres, entre ellas la primera cosmonauta rusa Valentina Tereshkova, la patriota puertorriqueña Lolita Lebrón, la dirigente femenina argentina Fanny Edelman, y la fundadora de la Federación de Mujeres Cubanas y heroína de la Sierra Maestra, Vilma Espín, quien precisamente en Quito, en noviembre de 2001, me dijo en una entrevista para Radio Habana Cuba que Nela Martínez “era una revolucionaria formidable, de un calibre muy alto y una amiga de toda la vida”.

Y a la ecuatoriana del siglo XX la recordamos esta semana en un sencillo acto efectuado en el Cementerio Cristóbal Colón de La Habana, donde reposan sus cenizas desde el día siguiente a su fallecimiento en La Habana, el 30 de julio de 2004, cuatro meses antes de cumplir los 92 años de edad.

Fue para mí un verdadero honor acompañar en ese homenaje a la embajadora de Ecuador en Cuba, María Augusta Calle, compañera de luchas e ideales y nuera de Nela Martínez, la primera mujer Diputada en Ecuador y, quien dirigió la toma del palacio presidencial en la insurrección popular –denominada “La Gloriosa”-- que derrocó al dictador Carlos Alberto Arroyo del Rio el 28 de mayo de 1944.

Desde muy joven sobresalió Nela Martínez como una destacada intelectual revolucionaria en la nación andina, fundadora de sindicatos y organizaciones femeninas, militante comunista irreductible, luchadora en favor de los derechos de los pueblos indígenas, y fervorosa partidaria de la paz, lo cual la llevó a condenar la existencia de una base militar de Estados Unidos en la ciudad portuaria de Manta, en la provincia ecuatoriana de Manabí.

Fue una fiel amiga de Cuba y su Revolución durante toda su vida, y la persona que durante casi 17 años guardó la bandera cubana que fue arriada de la Embajada de Cuba en Quito, en 1963, cuando la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos logró que el gobierno de Carlos Julio Arosemena rompiera relaciones diplomáticas con Cuba.

En el año 1977, junto a renombrados intelectuales de Ecuador, como Benjamín Carrión y Oswaldo Guayasamín, Nela fundó el 

Instituto Cultural José Martí y presidió la Coordinadora Ecuatoriana de Amistad y Solidaridad con Cuba.

Y luego del 23 de agosto de 1979, cuando el presidente Jaime Roldós Aguilera, restableció las relaciones diplomáticas con Cuba, Nela Martínez entregó la enseña nacional cubana que había guardado celosamente durante más de 16 años, en un gesto inolvidable para todos los cubanos.

Entrevisté en varias ocasiones a Nela Martínez, la mayoría en su casa del barrio de La Floresta, en Quito, incluída la de su noventa cumpleaños, el 24 de noviembre de 2002, cuando me dijo que rescató la bandera cubana cuando fue bajada del mástil de nuestra Embajada, y la guardó con respeto y con amor. “Con respeto, por lo que significa Cuba, y con amor, no solamente por el cariño de hoy en día, sino por el de ayer, José Martí de por medio”, me dijo con la ternura de su voz, y como un regalo adicional, al mencionar a nuestro Apóstol y recordar su gran amistad con el prócer ecuatoriano Eloy Alfaro, el único Presidente de América que reclamó a España la independencia de Cuba y que apoyó la gesta emancipadora encabezada por José Martí y Antonio Maceo, quienes fueron amigos del Viejo Luchador ecuatoriano.

En esa entrevista, en la que hablamos del retrato que en una ocasión le hizo el pintor Oswaldo Guayasamín y que yo pude ver en una de las paredes de su casa, Nela me confesó que había recibido muchas condecoraciones, “todas están guardaditas –recalcó-- pero la de Cuba es la que más quiero y guardo cerca de mi corazón”.

A sus noventa años Nela tenía ya dificultades para caminar y algunos otros problemas de salud, pero mantenía a plenitud la lucidez mental y la firmeza revolucionaria de siempre. En marzo de 2004, cuatro meses antes de su fallecimiento, la entrevisté en el CIMEQ, Centro de Investigaciones Médico Quirúrgicas de La Habana, donde recibió una atención exquisita y estuvo siempre acompañada por alguno de sus hijos y otros familiares.

Agrego a este artículo la transcripción de las palabras de Nela Martínez en su mensaje dirigido a las mujeres del mundo, transmitido en su voz a través de las ondas internacionales de Radio Habana Cuba el 8 de marzo de 2004 desde el centro hospitalario donde eminentes especialistas cubanos de la Salud luchaban por su vida:

“Seguimos luchando para que en el mundo entero cese la injusticia frente a las mujeres, a los niños y frente a las clases sociales humildes. Naturalmente cuando hablamos de Cuba, hablamos de su unidad, del afecto que Ecuador tiene para Cuba, de la necesidad de estrechar más aún los lazos de unidad política que permita a los dos pueblos, como a toda América Latina, a enfrentarse con la nueva violencia que hoy encarna el imperialismo norteamericano. Esa violencia trata de llevarnos a la guerra, a una guerra de dominación colonial mundial, es decir, al regreso al fascismo al estilo de Hitler, pero le vamos a decir NO, hombres, mujeres y niños de esta gran patria de América Latina desde la cual me siento orgullosa de nuevamente saludar, no solamente a las mujeres cubanas, sino a las mujeres del mundo entero que luchan por la paz”.

Y a esas palabras de Nela Martínez Espinosa, que pueden ser consideradas como parte de su testamento político y que atesoramos en el archivo de voces de Radio Habana Cuba, se agrega el hecho nada casual de que junto al nicho que guarda las cenizas de la nonagenaria luchadora, reposen también los restos de otro ecuatoriano: el joven periodista Carlos Bastidas Argüello, asesinado por un sicario de la policía batistiana el 13 de mayo de 1958.

Veintitrés años de edad tenía Carlos Bastidas cuando fue vilmente ultimado. Había retornado a La Habana procedente de la Sierra Maestra, donde estuvo cerca de dos meses con el Comandante Fidel Castro y otros guerrilleros, y se sumó a la causa revolucionaria y lo hizo patente desde los micrófonos de Radio Rebelde, emisora a través de la cual habló con el seudónimo de Atahualpa Recio para denunciar los crímenes de la dictadura y respaldar la lucha que allí se libraba para fundar una nueva Cuba.

Y los restos de estos dos insignes ecuatorianos reposan en el Panteón donde también están los de los caídos en la guerra por la primera independencia de Cuba, no solamente cubanos, sino también combatientes procedentes de Puerto Rico y otras naciones de América. Están asimismo los restos de los internacionalistas cubanos caídos en Angola y otras naciones del mundo, e igualmente los milicianos que ofrendaron sus vidas durante la invasión mercenaria e imperialista por Playa Girón en abril de 1961.

Se trata de un majestuoso Panteón de tres niveles, permanentemente atendido por integrantes de la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana, a donde concurren los familiares y amigos para colocar ofrendas en los nichos de esta siembra gloriosa de héroes de Nuestra América.


La Habana, 16 de marzo de 2018.

Rubio y Díaz-Balart tienen ($$) vínculos con constructores de puente colapsado de Miami

By Álvaro Fernández On Mar 17, 2018

MIAMI. Por encima de todo, el senador Marco Rubio y el representante Mario Díaz-Balart están en deuda con sus benefactores políticos. Y hay gente que muere por eso.

Por ejemplo, prefieren proteger la industria de armas, incluso a costa de… los niños. Es un hecho conocido que tanto Rubio como Díaz-Balart son importantes defensores de la Asociación Nacional del Fusil (NRA). Algunos dicen que les pertenecen a la NRA, la cual a lo largo de los años ha colmado a ambos de dinero. Nadie en la Florida ha recibido más dinero que estos dos de manos de este lobby de armas de fuego que cree que la Segunda Enmienda y el derecho a disparar contra las personas tienen más peso que la vida de un niño de 14 años en Miami o, para el caso, de la de un niño de seis años en la Escuela Elemental Sandy Hook.

¡Pero no es la NRA la que ha hecho que me alce hoy!

A estas alturas, la mayoría de las personas de todo el país y otras partes del mundo saben que un puente peatonal de 950 toneladas colapsó sobre Tamiami Trail el jueves por la tarde, en el suroeste de Miami-Dade, y mató al menos a seis personas. Se esperan más muertos. A la altura del viernes (16 de marzo), los trabajadores todavía estaban cavando en el sitio de la tragedia en busca de cuerpos.

Mi primera reacción fue de tristeza.

Entonces allí estaban. Marco y Mario en la televisión prometiendo ayuda del gobierno federal. Lo que sea necesario… ellos lo conseguirán. ¡Mentirosos!

Estos dos hombres –y había otros como ellos allí, por cierto– de repente están usando una tragedia para tratar de parecer sacudidos por el horrible incidente. Pero parece que se encontraron con un excelente y rápido reporte producido por los periodistas de Miami New Times, Tim Elfrink y Brittany Shamas. Estos dos informan que junto con el alcalde de Miami-Dade, Carlos Giménez, que está en China comunista haciendo negocios para el condado –sí, el mismo condado que rechaza cualquier cosa de Cuba porque todos allí son comunistas– pronto tendrá que responder preguntas difíciles.

En su publicación del viernes por la tarde, el New Times informa que “para los enterados del condado de Miami-Dade, no fue una sorpresa cuando Munilla Construction Management (MCM) derrotó a otros tres competidores para ganar una oferta de $14,2 millones para construir un puente peatonal de alta tecnología en la Universidad Internacional de la Florida. Eso se debe a que Munilla no es solo uno de los mayores contratistas en el sur de la Florida, sino también uno de los mejores conectados políticamente, gracias a años de entregar cientos de miles de dólares a campañas”.

Pasando al tercer párrafo, Elfrink y Shamas continúan: “Pero habrá que hacer preguntas acerca de los profundos vínculos de Munilla con los políticos locales, incluyendo al representante federal Mario Díaz-Balart y al alcalde del condado de Miami-Dade Carlos Giménez –en especial porque la firma nunca ha sido tímida a la hora de convertir su generosidad política en tomas de decisiones favorables”.

Hmm, los estrechos vínculos con políticos locales y el nombre de Díaz-Balart y del alcalde Giménez figuran de manera destacada.

Continúan ellos: “Solo echen un vistazo al último ciclo electoral, cuando los ejecutivos y las entidades de Munilla dejaron unos reveladores $25 000 en las arcas locales de campaña, según un análisis del Miami Herald en aquel momento. De hecho, la firma era la única compañía que el Herald descubrió que había donado generosamente a los seis comisionados del condado que se postulaban para la reelección.

“No es coincidencia que la comisión del condado haya votado firmemente para respaldar la protesta legal en curso de Munilla, lo que ha retrasado un proyecto federal de $800 millones para construir un nuevo puente I-395 en el centro de la ciudad”.

Ahora al menos seis comisionados deberían preocuparse. ¿Y qué hay de ese jugoso proyecto federal…? Pero sigan leyendo, se pone mejor, o peor aún:

“A veces su patrocinio era demasiado obvio, hasta en Miami-Dade. En 2011, el director de ética del condado obligó a Giménez a recusarse de una votación contractual de $50 millones que ganó Munilla, porque la empresa empleó a uno de sus hijos, Julio, y le pagó a otro hijo, Carlos Jr., como cabildero.

“Al año siguiente, los acogedores vínculos políticos de la compañía metieron en apuros a otro cliente. El comisionado del condado Bruno Barreiro, que se postula para la nominación republicana por retirarse Ileana Ros-Lehtinen de su cargo de representante, votó a favor de otorgar a Munilla un acuerdo de $25 millones para construir una vía de prueba para los coches del Metrorail.

“¿El problema? Barreiro no solo recibió el máximo de donaciones de manos de cuatro miembros de la familia Munilla en las últimas elecciones, sino que también alquiló espacio para oficinas a la familia y reconoció que era ‘amigo cercano’ de ellos. Pero todo eso no le impidió votar por el negocio del Metrorail, por no mencionar dos negocios multimillonarios anteriores, según el Herald.

“Sin embargo, las donaciones políticas de Munilla no están limitadas a las contiendas electorales locales. Son grandes bateadores en especial en las elecciones federales, en las que apoyan mayormente a republicanos. Según registros federales, desde 1995 Jorge, Juan, Pedro, Raúl y Fernando han gastado conjuntamente al menos $420 400 en candidatos afiliados al partido y en comités de acción política. El que más gasta es Pedro, que ha soltado al menos $209 000.

“La familia ha invertido mucho en Díaz-Balart; le dieron al congresista republicano al menos $63 400.

“Y Díaz-Balart, quien preside el Subcomité de Asignaciones de la Cámara de Representantes para el Transporte, la Vivienda y el Desarrollo Urbano, fue fundamental en obtener apoyo para la creación del puente. El fin de semana pasado, la FIU elogió al congresista, junto con la representante Debbie Wasserman Schultz, por hacer que el proyecto se hiciera realidad”.

Así que parece que Debbie también participa en la acción. Recuerden que en el mundo de “el dinero manda” en el que vivimos, no importa si uno es demócrata o republicano. Si es verde y tiene la marca de agua aprobada, por unos pocos miles de dólares uno se compra un miembro de Congreso.

Pero continúen leyendo:

“Cuando el puente se colocó en su lugar el sábado, Díaz-Balart calificó al proyecto de una ‘verdadera colaboración’ entre socios a nivel local, estatal y federal y en los sectores público y privado. […] “Así se ven las soluciones creativas para los desafíos del transporte, y continuaré apoyando e incentivando estas nuevas ideas”.

La creatividad de Mario es algo digno de contemplar. ¿No es así?

Pero luego viene Marco Rubio para dar a la noticia de New Times el final que merece:

“Los reporteros preguntaron al senador Marco Rubio, quien visitó el sitio del colapso del puente y habló con los Munilla, si los había presionado acerca de lo que salió mal. ‘Esa gente fue sacudida allí’, dijo el senador, el cual ha recibido decenas de miles de dólares de donaciones de manos de la familia. ‘No hubo oportunidad de entrar en eso’”.

Las muertes se acumulan y los políticos como Marco y Mario culparán a los demás excepto a sí mismos y a sus benefactores, porque los pobres (los Munilla) parecen “conmocionados”. ¿Marco piensa que sentirse conmocionados es malo? ¿Qué hay de las familias de los muertos a los que les cayó 950 toneladas de concreto en la cabeza?

En serio… Creo que es hora de que los electores en Miami- Date despierten ante los hechos, y saquen a estos vagabundos de su cargo.

Traducción de Germán Piniella para Progreso Semanal.

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Lo que el gobierno de EE.UU. no dice acerca de esos “ataques sónicos” en Cuba

Tha Nation

Cuando la Revista de la Asociación Médica Estadounidense (Journal of the American Medical Association, JAMA por sus siglas en inglés) publicó recientemente una evaluación clínica preliminar de los problemas de salud sufridos por el personal de la embajada estadounidense en La Habana, el Departamento de Estado aprovechó la oportunidad para reiterar una “alerta de salud” a nivel nacional acerca de Cuba. “Discutan el artículo de JAMA con su médico antes de viajar si se sienten preocupados”, informó el departamento el 14 de febrero. “Exhortamos a los ciudadanos estadounidenses que viajan a Cuba y que están preocupados por sus síntomas a compartir este artículo con su médico”. (1)

La alerta refleja un esfuerzo continuo por parte del Departamento de Estado del presidente Trump para asustar a los viajeros estadounidenses y que se mantengan alejados de Cuba. En septiembre pasado, cuando la administración anunció una reducción drástica del 60% del personal de la embajada en La Habana en respuesta a misteriosas enfermedades, el departamento emitió una advertencia categórica a los ciudadanos estadounidenses de “no viajar a Cuba”. 

A principios de enero, cuando el Departamento de Estado emitió un nuevo sistema de clasificación de seguridad para todas las naciones, Cuba recibió una designación de “nivel 3”: “Reconsiderar el viaje: Evite viajar debido a riesgos graves para la seguridad”. A fines de enero, un portavoz del Buró de Asuntos del Hemisferio Occidental dijo a The Miami Herald que, después de la alerta de septiembre, 19 ciudadanos estadounidenses habían llamado para informar problemas de salud después de viajar a Cuba –de entre los cerca de 620 000 viajeros [de EE.UU.] que visitaron la isla en 2017– a pesar de que los funcionarios del Buró de Asuntos Consulares que atendieron esas llamadas admiten que no tomaron medidas para determinar cuándo, dónde y cómo ocurrieron esas enfermedades, y simplemente refirieron a las personas que llamaron al FBI. Y la semana pasada, cuando el Departamento de Estado determinó que la embajada no sería rehabilitada de personal y “continuará operando con el mínimo personal necesario para desempeñar funciones consulares y diplomáticas básicas”, el departamento publicó una larga lista de advertencias para cualquiera que esté pensando en viajar a Cuba, a pesar de que la isla sigue siendo uno de los países más seguros del mundo que los ciudadanos estadounidenses puedan visitar.

El muy técnico estudio de JAMA, titulado “Manifestaciones Neurológicas en el Personal del Gobierno de EE.UU. que Informa de Fenómenos Audibles y Sensoriales Direccionales en La Habana, Cuba”, sin duda suena aterrador.

El artículo resume los hallazgos médicos iniciales en 21 de los 24 miembros de la comunidad de la embajada estadounidense en La Habana (diplomáticos, familiares y agentes de inteligencia) que sufrieron una serie de síntomas neurológicos de una fuente no identificada entre finales de 2016 y agosto de 2017. “Se observaron disfunciones cognitivas, vestibulares y oculomotoras persistentes, así como trastornos del sueño y dolores de cabeza entre el personal del gobierno de Estados Unidos en La Habana, Cuba, asociados con informes de fenómenos auditivos y/o sensoriales direccionales de origen incierto”, reportó un equipo de médicos del Centro de Lesión Cerebral y Reparación de la Universidad de Pensilvania. “Estos individuos parecían haber sufrido daños en redes cerebrales generales sin un historial asociado de traumatismo craneoencefálico”.

Sin embargo, al informe lo acompañaba una advertencia editorial acerca de que los resultados siguen siendo preliminares e incompletos. “En este punto, una explicación unificadora para los síntomas experimentados por los funcionarios del gobierno de Estados Unidos descritos en esta serie de casos sigue siendo difícil de alcanzar y el efecto de la posible exposición a fenómenos audibles no está claro”, afirma el editorial de JAMA. “Antes de llegar a conclusiones definitivas, se debe obtener evidencia adicional y evaluarla rigurosa y objetivamente”. (2)

No obstante, el estudio de JAMA ha ayudado a aclarar los eventos turbios y tergiversados ​​que la administración Trump ha caracterizado como “ataques sónicos” contra personal estadounidense en La Habana –y una amenaza potencial para los viajeros estadounidenses. El artículo de la revista contiene varias conclusiones importantes:

El mito del “ataque sónico” ha sido científicamente establecido. Los doctores determinaron que los sonidos que escucharon los que enfermaron, descritos como “sonido agudo”, “zumbido”, “chirrido metálico”, “chillidos penetrantes” y “zumbidos”, no pudieron haber causado los síntomas que experimentaron.

“En realidad, no creemos que el sonido audible sea el problema”, dice el doctor Douglas Smith, coautor del estudio, y que dirige el Centro de Lesiones y Reparación Cerebral. “Creemos que el sonido audible fue una consecuencia de la exposición, porque no se conoce que el sonido produzca daño cerebral”.

Al mismo tiempo, el estudio de JAMA arroja dudas acerca de fuentes virales o químicas de los síntomas. Aunque el editorial de JAMA alude a la “enfermedad psicógena masiva” como una posible explicación –una teoría que los investigadores cubanos también han propuesto– después de un año de investigaciones serias por parte de múltiples agencias estadounidenses, la causa de los problemas de salud permanece sin identificar.

Informes sensacionales acerca de daños cerebrales resultan ser noticias falsas. 

Basándose en filtraciones de funcionarios estadounidenses anónimos que fueron informados acerca de los hallazgos del estudio médico, la Associated Press circuló una primicia aparentemente explosiva en diciembre de que los médicos habían “descubierto anomalías cerebrales” en personal de la embajada de Estados Unidos. “Las pruebas médicas revelaron que los trabajadores de la embajada desarrollaron cambios en los tractos de sustancia blanca que permiten que las diferentes partes del cerebro se comuniquen”, informó AP. Pero ahora se ha revelado que, en el mejor de los casos, esas afirmaciones son incorrectas y, en el peor de los casos, son maliciosas. Según el estudio de JAMA, los 21 pacientes se sometieron a pruebas de IRM (Imágenes de Resonancia Magnética), y “en la mayoría de los pacientes solo se veían imágenes convencionales”. Solo tres mostraron “múltiples focos de T2 brillante en la sustancia blanca”; de ellos, dos fueron “de grado leve y 1 con cambios moderados”. El estudio dejó en claro que no había forma de saber si esos pocos casos tenían algo que ver con los hechos en La Habana o “quizás podrían atribuirse a otros procesos de enfermedad preexistente” o a factores de riesgo.

Los que experimentaron problemas de salud en las habitaciones de hoteles habaneros eran parte del personal estadounidense. El estudio en JAMA se refiere a pacientes del gobierno que experimentaron un “inicio de síntomas en sus hogares y habitaciones de hotel”, lo que ofrecía una confirmación oficial, aunque accidental, de que los incidentes informados en el Hotel Nacional y el Hotel Capri involucraban a empleados estadounidenses, no a turistas. Aparte de los nombres de los hoteles, el Departamento de Estado se ha negado a proporcionar detalles acerca de los tres incidentes que tuvieron lugar en el Nacional y en el Capri. Pero cuando la administración anunció en septiembre pasado el cierre casi completo de la embajada, el Departamento de Estado señaló a los hoteles como evidencia de una amenaza potencial para los turistas estadounidenses y les advirtió categóricamente que no viajaran a la Isla.

“Debido a que la seguridad de nuestro personal está en riesgo, y no podemos identificar el origen de los ataques”, dice la advertencia de viaje, “creemos que los ciudadanos estadounidenses también pueden estar en peligro y les advertimos de no viajar a Cuba. (…) Se han producido ataques en residencias diplomáticas y hoteles frecuentados por ciudadanos estadounidenses”. Un aviso actualizado de viaje que se publicó en el sitio web del Departamento de Estado la semana pasada instruye específicamente a los viajeros estadounidenses a “evitar los hoteles Nacional y Capri”.

Como era de esperar, estas advertencias de viaje han dado lugar a importantes cancelaciones en el Capri y el Nacional, así como un descenso significativo en el total de visitantes de Estados Unidos a la Isla. Ese podría no haber sido el caso si la administración Trump fuera transparente y honesta acerca de lo que sucedió en Cuba, en lugar de explotar esta situación problemática para sabotear las relaciones normalizadas.

“Las filtraciones de información engañosa y falsa por parte de funcionarios del gobierno de Estados Unidos han distorsionado la verdad y han hecho más difícil llegar al fondo del misterio”, señala Collin Laverty, que dirige Cuba Educational Travel (CET) y rastrea el impacto de las políticas de Trump en el turismo y el sector turístico en Cuba. La administración, sugiere, está “ocultando muchos de los hechos”.

CIA: el elefante en la embajada

El estudio de JAMA evaluó a 11 mujeres y 10 hombres que fueron identificados vagamente como “personal del gobierno de Estados Unidos destacados en tareas diplomáticas en La Habana, Cuba”. La prensa dominante a menudo se ha referido a aquellos que informaron lesiones como “diplomáticos”, mientras que funcionarios estadounidenses se han referido a ellos como “miembros de la comunidad de la Embajada”. No se han dado nombres y apellido de un solo miembro de esta “comunidad”, ni mucho menos alguno de ellos ha dado un paso adelante para identificarse a sí mismo.

Han sido los intrépidos periodistas de investigación de la CNN, la AP y, más recientemente, de ProPublica, los que han revelado el eslabón perdido en este misterio: un número importante de los afectados eran miembros de la estación de la CIA en Cuba.

El artículo de ProPublica, basado en una larga investigación de los reporteros Tim Golden y Sebastian Rotella, apareció el 14 de febrero, el mismo día en que se publicó el estudio JAMA. Mientras que el artículo de JAMA fue recogido por los principales medios de noticias como The New York Times y The Washington Post, las revelaciones del largo recuento de ProPublica han sido poco difundidas. 

El artículo, El sonido y la furia: dentro del misterio de la embajada de La Habana, brinda la primera cronología creíble e integral acerca de cómo se desarrolló la crisis de salud y, lo más importante, denuncia el encubrimiento de la administración Trump acerca de quién fue afectado inicialmente. “Los primeros cuatro estadounidenses que informaron haber sido golpeados por el fenómeno”, según Golden y Rotella, “eran todos oficiales de la CIA que trabajaban bajo fachada diplomática, al igual que otros dos afectados posteriormente”. (Se rumorea que entre los dos últimos se encuentra un médico de la agencia que fue enviado a La Habana para evaluar lo que estaba sucediendo a sus colegas de la CIA y que informó de lesiones acústicas mientras se hospedaba en uno de los hoteles.) Los oficiales de la CIA vieron “un patrón que no era casual”.

De hecho, el artículo deja en claro que tanto los altos funcionarios de la embajada como los de inteligencia creían que los episodios acústicos eran parte de una larga y desagradable historia de “espía contra espía” en Cuba. Entre fines de diciembre de 2016, cuando el primer operativo de la CIA informó sus síntomas, y fines de marzo de 2017, cuando se compartieron los problemas de salud con la comunidad de la embajada, “tanto los oficiales de inteligencia como los diplomáticos de alto rango supusieron que los ruidos eran ‘simplemente otra forma de acoso’ por parte del gobierno cubano “, informó ProPublica. En marzo, el embajador estadounidense de facto, Jeff DeLaurentis, dijo a un colega diplomático que deseaba una reunión completa de la embajada acerca del tema que “él y otros que conocían de los incidentes creían que estaban confinados a un ‘pequeño universo de personas’ de quien los cubanos probablemente sospechaban que hacían trabajo de inteligencia, ya fueran oficiales de la CIA o no”.

The Nation supo que los principales funcionarios de la CIA estaban tan convencidos de que sus agentes estaban bajo ataque que aparentemente ordenaron el cierre de la estación de la CIA en La Habana —una medida que contribuyó a la decisión en septiembre del ex secretario de Estado Rex Tillerson de cerrar el consulado y reducir al mínimo las operaciones de la embajada.

Solo después de que DeLaurentis informara a todo el cuerpo diplomático en la embajada de La Habana, a fines de marzo de 2017, estalló algo parecido a una histeria colectiva. Unos 80 miembros de la comunidad diplomática de Estados Unidos, incluidos familiares y personal no diplomático, marcharon a Miami para que se les realizaran pruebas relacionadas con los síntomas. De ellos, se descubrió que alrededor de una docena tenía experiencias traumáticas similares a los casos más serios del personal inicial de la CIA. Entre abril y agosto, se reportaron otros ocho casos, incluidos los tres en los hoteles Capri y Nacional, al menos uno de los cuales incluía a un empleado de la CIA. En total, se han identificado 24 casos como parte de este misterio de salud. Ninguno involucra a turistas estadounidenses.

“Deber de informar”

El hecho de que un “pequeño universo” de personal de la CIA esté en el centro de lo que ha evolucionado hasta convertirse en un importante punto muerto en las relaciones entre Estados Unidos y Cuba explica el secreto que rodea este misterio; admitir públicamente que existe una “estación de la CIA” en cualquier parte del mundo es tabú para los funcionarios estadounidenses. La naturaleza de alto secreto de las operaciones de la CIA restringe la divulgación de información por parte de la administración, y por senadores y representantes que han recibido múltiples informes clasificados acerca de la situación. Limita el acceso a la información que tanto científicos como médicos necesitan para evaluar completamente lo que podría haber creado esta situación misteriosa.

De hecho, la sensibilidad en torno a las tecnologías de espía contra espía en uso en Cuba también puede impedir una consulta muy necesaria entre las comunidades de inteligencia estadounidense y cubanas acerca de si el equipo relacionado con el espionaje podría haberse combinado inadvertidamente para crear estas condiciones de salud.

Un exhaustivo estudio acústico publicado la semana pasada por un equipo de científicos e ingenieros informáticos de la Universidad de Michigan y la Universidad de Zhejiang en China concluyó que los chirridos metálicos que escuchó el personal estadounidense en Cuba podrían haber sido causados ​​por una combinación accidental de ondas de ultrasonido, lo que aumenta la posibilidad de que varios portadores ultrasónicos, incluidas las tecnologías de escucha e interferencia, chocaran para crear las condiciones para el daño.

“Si el ultrasonido desempeñó un papel en dañar a los diplomáticos en Cuba”, afirma el estudio, “entonces una causa posible es la distorsión de intermodulación entre señales ultrasónicas que sintetizan involuntariamente tonos audibles”. En otras palabras, la interferencia acústica sin intención maliciosa de causar daño podría haber provocado las sensaciones audibles en Cuba”. Es difícil imaginar cómo esta teoría potencialmente prometedora puede ser demostrada sin un diálogo formal y sincero entre las autoridades apropiadas de Estados Unidos y Cuba. (3)

Sin embargo, al ocultar esta parte de la historia, la administración Trump ha creado una falsa impresión de que existe una amenaza más amplia para los viajeros en Cuba, cuando la amenaza, si es que hubo alguna, parece haber evolucionado en torno a un grupo específico de personal estadounidense. Sin este contexto, la alerta oficial de viaje –ordenada por los procedimientos del “deber de informar” del Departamento de Estado cuando hay una reducción del personal de la embajada– es totalmente engañosa para el público viajero.

De hecho, si la administración cumpliera honestamente su “deber de informar”, aconsejaría a los turistas potenciales que los problemas de salud han sido específicos del personal del gobierno de Estados Unidos, que no se han reportado casos desde agosto de 2017 y que, en general, Cuba sigue siendo una de las naciones más seguras del mundo para visitar.

Un honesto asesor de viajes señalaría que en enero la Feria Internacional de Viajes en Madrid acordó otorgar a Cuba un premio a la excelencia como el “país más seguro para el turismo”. Una encuesta reciente del Centro de Viajes Responsables (CREST) ​​de 42 agencias que organizan viajes a Cuba descubrió que ni uno solo de los viajeros que ellas atendieron en 2017 había informado acerca de problemas de salud relacionados con los de la comunidad de la embajada.

“Hemos llevado a Cuba a más de 10 000 estadounidenses en los últimos años, incluidos miles en 2017 y 2018, y ninguno ha reportado ningún problema de salud similar durante o después de su visita”, señala Laverty, de CET, quien también maneja los viajes de The Nation a Cuba. “Por el contrario, una de las respuestas más comunes en las encuestas posteriores al viaje es cuán seguros se sienten los viajeros en ese país”.

CREST y CET se encuentran entre casi tres docenas de agencias de viajes y grupos educativos que pidieron al ex secretario Tillerson que cambie la advertencia de viaje y devuelva al personal a la embajada. Solicitudes similares han llegado de parte de senadores y representantes del Congreso, incluidos el senador de Vermont Patrick Leahy y la representante de la Florida Kathy Castor, quienes visitaron Cuba a fines de febrero y se reunieron con funcionarios cubanos para analizar cómo hacer avanzar las relaciones entre Cuba y Estados Unidos.

En una carta del 28 de febrero a Tillerson, la congresista Castor le instó a “devolver lo antes posible a la embajada a los funcionarios consulares y al personal diplomático” para que Estados Unidos pueda promover sus intereses políticos, culturales y económicos en momentos de una importante transición de liderazgo en Cuba, así como para apoyar al creciente sector privado cubano, que depende de la interacción comercial y el turismo estadounidense.

“También es hora de revertir la excesiva advertencia de viaje del Departamento de Estado de que no es seguro viajar a Cuba”, continuó su carta. “No hay nada en la historia reciente que demuestre que Cuba es insegura para los visitantes estadounidenses”.

Sin embargo, el 5 de marzo el Departamento de Estado comenzó a implementar un nuevo plan de personal que mantendrá a la comunidad de la embajada en niveles mínimos, transformando una reducción temporal en una indefinida. La embajada “funcionará como una misión no acompañada, lo que se define como una misión en la que no se permite residir a familiares del personal”, declaró el departamento la semana pasada. La decisión fue acompañada por otra larga advertencia contra viajar a Cuba.

Pero en momentos en que la administración Trump parece decidida a socavar las mejoradas relaciones de Estados Unidos con Cuba, viajar a la Isla se ha vuelto aún más importante. Si el Departamento de Estado no está dispuesto a participar en la misión de diplomacia, se dejará en manos de los ciudadanos/diplomáticos llenar el vacío y, a nivel de pueblo a pueblo, promover la causa de relaciones positivas.

Notas:
(1, 2 y 3) Ver comentario en http://progresosemanal.us/20180315/notas-al-margen/

Peter Kornbluh dirige el Proyecto de Documentación de Cuba y el Proyecto de Documentación de Chile en el Archivo de Seguridad Nacional en Washington, DC. También es coautor, junto con William M. LeoGrande, de Un canal clandestino a Cuba: la historia oculta de las negociaciones entre Washington y La Habana. Kornbluh es también autor de El archivo Pinochet: un dossier desclasificado acerca de la atrocidad y la responsabilidad.

Fuente: The Nation
Traducción de Germán Piniella para Progreso Semanal.
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