"De pensamiento es la guerra mayor que se nos hace: ganémosla a pensamiento" José Martí

viernes, 9 de febrero de 2018

Deficiencias en algunos Hospitales cubanos.

La calidad de la atención hospitalaria depende, en buena parte, de la infraestructura; pero el descuido y la indisciplina pueden opacar los esfuerzos que se hacen al respecto. Desde un ejemplo, Granma alerta hoy sobre un fenómeno que lamentablemente se repite en el país




Vista de uno de los salones quirúrgicos del nuevo Cuerpo de Guardia creado para mejorar la atención médica. Foto: Del autor

HOLGUÍN.–El Hospital Lucía Íñiguez Landín constituye una evidencia sólida del interés estatal por proporcionar al sistema de Salud Pública los recursos financieros y materiales necesarios para asegurar la atención médica a la población.

Este centro, ubicado en la capital provincial, puso en funcionamiento a finales del pasado año un Cuerpo de Guardia que requirió 2 600 000 pesos para llevar a feliz término los procesos de construcción civil, montajes de sistemas y moderno equipamiento.

La nueva área posee cuatro salones quirúrgicos para urgencias, una Unidad de Terapia Intensiva, recepción de traumas y locales destinados a las consultas de Ortopedia, Neurocirugía, Cirugía General, Oftalmología, Otorrinolaringología y Maxilofacial, detalló el director del centro asistencial, doctor Luis Manuel García Niebla.

Otros eslabones de la cadena de actos constructivos emprendidos allí en los últimos tiempos se aprecian en las salas de hospitalización de las especialidades de Ortopedia, Maxilofacial y Otorrinolaringología, así como en la inauguración reciente de un confortable local para la atención a familiares de pacientes.

SOMBRAS INDESEABLES

Ese conjunto de mejoras estructurales, dijo el galeno, se ven ensombrecidas por indisciplinas sociales y vulgares hechos delictivos que socavan la buena marcha del hospital y conducen al empleo de sumas adicionales de dinero.

Al finalizar el 2016, debieron erogar más de 100 000 pesos no previstos en los gastos, pues hubo que reponer, entre otros medios, llaves y latiguillos de lavamanos, difusores de duchas, luminarias y tomacorrientes, gran parte de ellos sustraídos por personas inescrupulosas, reveló Salvador Copping del Toro, subdirector administrativo.

Cuando Granma visitó el plantel asistencial tras el rastro del nefasto asunto, se contabilizaban los daños causados durante el 2017 por actos de depredación e incorrectas formas de comportamiento de las personas.

Copping del Toro ilustró la situación con el desarrollo de los acontecimientos en las salas destinadas a pacientes con síntomas febriles, intervenidas varias veces por la falta y roturas de llaves de lavamanos, duchas, lámparas y componentes de la red eléctrica, sobre todo tomacorrientes e interruptores. En cada ocasión, aseguró, hubo que reponer el 80 % de esos elementos.

La licenciada en Enfermería, Niuska Gentle Álvarez, jefa de la sala de Urología, confirmó que la situación es compleja.

«Revisas los baños o cualquier otro local y están completos, pero te concentras en atender con rigor a los pacientes y cuando vuelves a pasar, falta algo. Ocurre así en los últimos años.

«Cada vez que ingresa un paciente con su acompañante, recordamos la forma en que deben comportarse, lo cual se recoge también en un folleto impreso que distribuimos siempre que hay disponibles. Los deberes dejan claro el cuidado de los recursos que ponemos a su servicio, el uso del pantry según el horario, y la prohibición de arrojar desechos de alimentos y basura en la red sanitaria, los aleros y patios interiores».

Las acciones depredadoras también se extienden a los ventanales, sobre todo a los que están en áreas poco concurridas en horario nocturno. El hurto de grandes paños de cristal sugiere acciones premeditadas por los delincuentes, con el empleo de herramientas y el estudio detallado de los sitios y rutas de entrada y salida.

El vertimiento de restos de comida y de otros desechos en los lavamanos y tasas sanitarias causa serios atascamientos en las tuberías. En el último trimestre del pasado año, para resolver casos de este tipo, Alfredo Freeman Rojas, jefe del departamento de Mantenimiento, firmó 150 órdenes de trabajo, a las que se añadieron más de 50 al concluir enero de este año. De las redes afectadas sacaron huesos, trapos, almohadillas sanitarias, papeles y pedazos de nailon, entre otras cosas.

Las obstrucciones de las redes de desagüe originan la suspensión del suministro de agua, que provoca a su vez afectaciones a la higiene personal de los pacientes y el funcionamiento en general del centro. En una sala con ese problema, las enfermeras comentaron al reportero que la situación las obligaba a desinfectar instrumentos y manos con solución salina, un compuesto que tiene otros fines terapéuticos.

Los desechos también son arrojados de modo habitual por las ventanas y más de una vez han inutilizado los desagües de las cubiertas de las plantas bajas, motivo de acumulaciones de agua y posteriores filtraciones al interior de los locales.

MEDIDAS DE CONTENCIÓN


Los tomacorrientes e interruptores están entre los elementos sustraídos con mayor frecuencia. Foto: Del autor

El hurto de cristales ha cesado debido al empleo con fines de vigilancia de cámaras que hasta hace poco tenían otros propósitos, medida que ayuda a compensar el incompleto estado de la plantilla de custodios.

El doctor Luis Manuel García refirió que continuamente ofertan las plazas vacantes, pero resulta poco el interés de las personas por ocuparlas.

«De las diez áreas que requieren de custodios permanentes, podemos cubrir la mitad. Entre las variantes usadas para contrarrestar la situación, está colocar rejas en varios sitios con el fin de reorientar el flujo de personas».

El centro adquirió tiempo atrás un grupo de cestos metálicos para recoger restos de alimentos, pero las indisciplinas provocaron su falta en varios de los pantry de las salas, hecho verificado por Granma.

Sin embargo, aun en el momento en que los depósitos estaban en buen estado, la higiene de las salas se vio comprometida porque el hospital no tiene creado un sistema de recogida de ese tipo de desperdicios. Tal es así, que el personal que sirve la comida a los ingresados es el que recoge las sobras por iniciativa propia, a todas luces para alimentar animales.

La dañina abundancia de restos de comida arrojados irresponsablemente en los más variados sitios está relacionada con la autorización para acceder a las salas con alimentos, situación que en los otros centros asistenciales de la capital provincial tiene severas restricciones, pero que en este se ha permitido con el fin de beneficiar a los acompañantes de los pacientes, pues un gran número de personas procede de los municipios.

Todo indica que esa medida flexible y los daños que causa deben evaluarse a fondo. Tal vez es hora de prohibir definitivamente la entrada de alimentos. No quiere decir que los acompañantes de los pacientes quedarán sin opciones.

En el exterior del centro, organizados en quioscos con las condiciones higiénicas necesarias, cuentapropistas ofrecen desde bocaditos y pizzas hasta platos más suculentos.

Algunas personas sugieren que la dirección del hospital estudie la posibilidad de crear un espacio específico fuera de las salas, para que los acompañantes de los pacientes acudan al mismo y consuman los alimentos que adquieren o les traen otras personas, lo cual, lógico está, introduciría el tema de la recogida organizada de los desechos de los comestibles.

Varios pacientes y acompañantes abordados, entre ellos la joven Yenisel de la Rosa, refirieron que igual que de forma general se les relaciona con los hurtos y actos de depredación, los directivos y trabajadores del centro también deben enfocarse en el personal propio, algunos de cuyos miembros pueden haber encontrado una forma de lucrar con las sustracciones descritas.

Hoy los directivos del hospital siguen buscando vías para cambiar el panorama, empeño en el que deben arreciar la organización interna, con énfasis en el completamiento de la plantilla del cuerpo de vigilancia y protección, así como la movilización de todo el personal para combatir los perjudiciales hechos.

Sin embargo, los cambios vendrán definitivamente con la enérgica respuesta popular encaminada a restablecer el cuidado y conservación de los locales y medios del centro. Con esa actitud se impedirá el reciclaje del efecto bumerán sobre el que deberían razonar quienes protagonizan las indisciplinas sociales y los actos de vandalismo, porque al dañar la institución, también son víctimas.
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