Cuba se prepara en estos días para recibir a los más de ocho mil médicos que retornarán desde Brasil como digna respuesta a las insolentes declaraciones del presidente electo Jair Bolsonaro, quien se propone revertir el programa Más Médicos creado durante el mandato de Dilma Rouseff con el reconocimiento de la Oficina Panamericana de la Salud.
En ese programa participaron en los últimos cinco años veinte mil médicos cubanos, la mayoría doctoras, que atendieron a 113 millones de pacientes en unos mil cien municipios brasileños, donde habitan poblaciones de bajo índice de desarrollo humano, en la periferia metropolitana, y los territorios alejados de las zonas urbanas.
Las estadísticas de salud de Brasil registran que setecientos municipios de esa extensa nación suramericana vieron por primera vez un médico en los últimos cinco años, y todos eran cubanos. Asimismo los médicos cubanos atendieron en estos años 90 por ciento de las poblaciones indígenas de Brasil.
Durante la Cumbre Iberoamericana celebrada la semana pasada en Antigua, Guatemala, el canciller cubano, Bruno Rodrìguez, recordó que en poco más de cinco décadas la pequeña Cuba aportó 600 mil colaboradores de la Salud a 164 naciones para enfrentar, en los lugares más remotos y difíciles, el ébola en Africa, la ceguera en nuestra región, el cólera en Haití y 26 grandes desastres naturales en otras latitudes.
Cuba, nación bloqueada por Estados Unidos hace casi seis décadas, tiene el mérito, reconocido por la Organización Mundial de la Salud, de haber formado gratuitamente 35 mil 600 profesionales de la Salud de 138 países, entre ellos centenares de brasileños.
Por eso no es de extrañar que los médicos cubanos que han prestado servicios en Brasil sean despedidos con gratitud y cariño por los pobladores humildes, y sean ahora recibidos con honores en su tierra, donde la Saludes, desde el triunfo de la Revolución, un derecho del pueblo.
La Habana, 19 de noviembre de 2018.
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