Matanzas, Cuba, 14 ago (PL) Mejorar el manejo de los recursos hídricos y regular de manera adecuada el régimen acuático, integran el proyecto Estrategia de adaptación al cambio climático con participación comunitaria, en el humedal cubano Ciénaga de Zapata.
Esta investigación corrió a cargo del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (Citma) y se desarrolló con la participación de los pobladores de esa región, informó hoy Ángel Alonso, directivo en la provincia de Matanzas de esa cartera.
La agreste zona, asiento del mayor y mejor conservado humedal de la insularidad caribeña, está ubicada al sur del occidental territorio matancero y a unos 200 kilómetros al sureste de la capital de esta nación caribeña.
Otras acciones -amplió el especialista- están vinculadas con los sectores forestal, agropecuario y de la conservación, y con la rama turística la cual emplea los recursos naturales.
Alonso incluyó el ordenamiento territorial tomando en consideración estudios científicos para reducir la vulnerabilidad social y económica, y elevar la capacidad del ecosistema de enfrentar a la naturaleza.
"Si no mejoramos la salud de los ecosistemas estos están en desventaja ante los efectos del cambio climático", destacó el directivo del Citma a la emisora Radio 26.
Al ampliar sobre el tema, precisó que los humedales, por sus características físico-geográficas son zonas bajas, y ante los efectos negativos pronosticados constituyen lugares muy vulnerables a la elevación del nivel del mar.
Alonso insistió en preparar a la sociedad, autoridades y las comunidades para elevar la capacidad de adaptación con la participación de la propia población.
"Se han hecho diagnósticos socioambientales, hemos indagado sobre la percepción de los pobladores, cómo ven su participación en minimizar los efectos negativos y multiplicar estos conocimientos en apoyo a la estrategia local de desarrollo", acotó.
Los cenagueros -amplió- se han desarrollado en un ecosistema muy particular y la gente está acostumbrada a hacer uso de los elementos del bosque, a cazar y pescar.
"Ellos tienen un arraigo particular por las cuestiones relacionadas con la biodiversidad, con la fauna que está en estos lugares, e indiscutiblemente estas cuestiones tienen que tomarse en cuenta para elaborar cualquier programa", apuntó.
Esta región cuenta con unos cinco mil kilómetros cuadrados de bosques, ciénagas, lagunas y canales de aguas claras, y cerca de nueve mil personas en unas 20 comunidades, para una densidad de dos habitantes por kilómetro cuadrado, la más baja de Cuba.
La riqueza de la flora, con más de 900 especies de plantas autóctonas -de ellas 115 endémicas del país-, se complementa con la existencia de hasta 160 variedades de aves, 12 de mamíferos, anfibios y reptiles, en especial el cocodrilo.
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