Apuesta por reconocer el aporte femenino a las economías locales de Cuba.
La Habana, 13 sep.- Enseñarlas a conducir eficientemente sus negocios, crear capacidades para producir materiales radiales y audiovisuales con enfoque de género y sensibilizar a actores locales sobre la situación de la mujer, son los propósitos de un proyecto internacional que beneficia a 24 cubanas de zonas rurales.
La iniciativa "Incorporación al desarrollo socioeconómico local de las mujeres emprendedoras rurales desde una adecuada perspectiva de género en tres provincias de Cuba", cuenta con financiamiento de la Unión Europea.
Es implementada por la organización no gubernamental española Acsur Las Segovias y la local Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP).
Según Lorena Rodríguez, de Acsur Las Segovias en la oriental provincia de Granma, la acometida busca integrar a las mujeres rurales al desarrollo socioeconómico y político local, incorporando una adecuada estrategia de equidad de género en decisores y organismos estatales en los tres territorios involucrados (Artemisa, Camagüey y Granma).
En abril pasado, se registraron 65.993 mujeres asociadas a las cooperativas agrícolas del país, una cifra que fue de 64.063 en febrero de 2011.
El acceso y control de los recursos agrícolas todavía es mayoritariamente masculino, por lo que respecta a tierras, agua, insumos, créditos y toma de decisiones sobre los beneficios de las actividades productivas.
De ahí que el proyecto apueste por reconocer el aporte a las economías locales de las mujeres y su capacidad para integrar un modelo de desarrollo endógeno local, a partir de su empoderamiento y apropiación de conocimientos.
"En esta experiencia participan mujeres seleccionadas de los municipios de Florida (Camagüey), Guanajay (Artemisa) y Bartolomé Masó (Granma), que no solo se dedican a la producción agrícola sino también a labores manuales como la costura", explicó Rodríguez a la Redacción IPS Cuba.
Por ejemplo, una de ellas se dedica a la crianza de aves, otra dirige un grupo de mujeres recolectoras de café en la Cooperativa de Producción Agropecuaria (CPA) Sergio González, de Bartolomé Masó; mientras Dannys Marín, de la CPA Abel Santamaría, en Florida, es jefa de una finca para la producción cañera.
En esos tres puntos escogidos de la geografía cubana varias de las mujeres integradas al proyecto son costureras o artesanas.
Pero, todas tienen el común la realidad de vivir en espacios rurales donde tradicionalmente la misión femenina ha sido el cuidado del hogar y reproducción de la vida.
El proyecto, que debe finalizar al cierre de 2014 y recibe el apoyo de la Federación Democrática Internacional de Mujeres, incluyó un módulo de gestión económica y planificación con enfoque de género para desarrollar sus iniciativas productivas.
Desde hace más de 40 años, Odalys Bello, de Florida, se ha dedicado a coser y bordar. "Siempre tenemos trabajo y no solo de la comunidad donde vivo sino también de otras cercanas", reveló.
Nancy Guerra, criadora de aves, nunca se imaginó que un día, junto a otras mujeres, aprendería cómo llevar adelante un negocio y distribuir recursos para mejorar su economía sin dejar de prestar un servicio útil a su comunidad.
No solo las emprendedoras se han beneficiado de conocimientos y algunos recursos. A los talleres y cursos han asistido también representantes de los gobiernos locales y organizaciones como la ANAP y la Federación de Mujeres Cubanas, entre otras.
De acuerdo con Rodríguez, se trata de fortalecer las capacidades de los actores locales con enfoque de género incorporando la presencia de las mujeres en los procesos productivos, económicos y de decisión.
Otra de las líneas de acción del proyecto radica en la creación de capacidades para la realización de materiales escritos, radiales y audiovisuales que visibilicen las labores de mujeres con un adecuado enfoque de género, en las comunidades y en periodistas locales.
Persigue estimular la reflexión y construcción sobre la equidad de género y la inclusión social; repensar el modelo comunicativo y la necesidad de estimular procesos dialógicos y participativos y contribuir a la formación de personas críticas en la producción y recepción de los productos de comunicación, entre otros.
Así, han surgido varias propuestas de productos comunicativos. Entre ellos se encuentran el noticiero televisivo La ventana y el espacio radial Amanecer, los boletines La Carreta (Camagüey) y Sin paréntesis (Artemisa).
Entre los temas que abordan se encuentran la inserción femenina en el entorno agropecuario cubano, prácticas agroecológicas, novedades tecnológicas en la producción, recetas de cocina, tradiciones y cultura campesinas. (2014)
La Habana, 13 sep.- Enseñarlas a conducir eficientemente sus negocios, crear capacidades para producir materiales radiales y audiovisuales con enfoque de género y sensibilizar a actores locales sobre la situación de la mujer, son los propósitos de un proyecto internacional que beneficia a 24 cubanas de zonas rurales.
La iniciativa "Incorporación al desarrollo socioeconómico local de las mujeres emprendedoras rurales desde una adecuada perspectiva de género en tres provincias de Cuba", cuenta con financiamiento de la Unión Europea.
Es implementada por la organización no gubernamental española Acsur Las Segovias y la local Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP).
Según Lorena Rodríguez, de Acsur Las Segovias en la oriental provincia de Granma, la acometida busca integrar a las mujeres rurales al desarrollo socioeconómico y político local, incorporando una adecuada estrategia de equidad de género en decisores y organismos estatales en los tres territorios involucrados (Artemisa, Camagüey y Granma).
En abril pasado, se registraron 65.993 mujeres asociadas a las cooperativas agrícolas del país, una cifra que fue de 64.063 en febrero de 2011.
El acceso y control de los recursos agrícolas todavía es mayoritariamente masculino, por lo que respecta a tierras, agua, insumos, créditos y toma de decisiones sobre los beneficios de las actividades productivas.
De ahí que el proyecto apueste por reconocer el aporte a las economías locales de las mujeres y su capacidad para integrar un modelo de desarrollo endógeno local, a partir de su empoderamiento y apropiación de conocimientos.
"En esta experiencia participan mujeres seleccionadas de los municipios de Florida (Camagüey), Guanajay (Artemisa) y Bartolomé Masó (Granma), que no solo se dedican a la producción agrícola sino también a labores manuales como la costura", explicó Rodríguez a la Redacción IPS Cuba.
Por ejemplo, una de ellas se dedica a la crianza de aves, otra dirige un grupo de mujeres recolectoras de café en la Cooperativa de Producción Agropecuaria (CPA) Sergio González, de Bartolomé Masó; mientras Dannys Marín, de la CPA Abel Santamaría, en Florida, es jefa de una finca para la producción cañera.
En esos tres puntos escogidos de la geografía cubana varias de las mujeres integradas al proyecto son costureras o artesanas.
Pero, todas tienen el común la realidad de vivir en espacios rurales donde tradicionalmente la misión femenina ha sido el cuidado del hogar y reproducción de la vida.
El proyecto, que debe finalizar al cierre de 2014 y recibe el apoyo de la Federación Democrática Internacional de Mujeres, incluyó un módulo de gestión económica y planificación con enfoque de género para desarrollar sus iniciativas productivas.
Desde hace más de 40 años, Odalys Bello, de Florida, se ha dedicado a coser y bordar. "Siempre tenemos trabajo y no solo de la comunidad donde vivo sino también de otras cercanas", reveló.
Nancy Guerra, criadora de aves, nunca se imaginó que un día, junto a otras mujeres, aprendería cómo llevar adelante un negocio y distribuir recursos para mejorar su economía sin dejar de prestar un servicio útil a su comunidad.
No solo las emprendedoras se han beneficiado de conocimientos y algunos recursos. A los talleres y cursos han asistido también representantes de los gobiernos locales y organizaciones como la ANAP y la Federación de Mujeres Cubanas, entre otras.
De acuerdo con Rodríguez, se trata de fortalecer las capacidades de los actores locales con enfoque de género incorporando la presencia de las mujeres en los procesos productivos, económicos y de decisión.
Otra de las líneas de acción del proyecto radica en la creación de capacidades para la realización de materiales escritos, radiales y audiovisuales que visibilicen las labores de mujeres con un adecuado enfoque de género, en las comunidades y en periodistas locales.
Persigue estimular la reflexión y construcción sobre la equidad de género y la inclusión social; repensar el modelo comunicativo y la necesidad de estimular procesos dialógicos y participativos y contribuir a la formación de personas críticas en la producción y recepción de los productos de comunicación, entre otros.
Así, han surgido varias propuestas de productos comunicativos. Entre ellos se encuentran el noticiero televisivo La ventana y el espacio radial Amanecer, los boletines La Carreta (Camagüey) y Sin paréntesis (Artemisa).
Entre los temas que abordan se encuentran la inserción femenina en el entorno agropecuario cubano, prácticas agroecológicas, novedades tecnológicas en la producción, recetas de cocina, tradiciones y cultura campesinas. (2014)
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