Haliam Pérez, cineasta cubano radicado en España, cuenta cómo su abuela Marina ha sido el corazón de su familia por décadas.
CULTURA Redacción IPS Cuba 29 septiembre, 2016
Marina sigue siendo la inspiración de su extensa familia. Foto: Cortesía de la familia Pérez
La Habana, - Las huellas de la emigración, la muerte y los reencuentros forman parte del mosaico familiar exhibido en el documental Marina, que relata las peripecias cotidianas de una nonagenaria cubana y su descendencia.
La proyección formó parte del espacio Cine bajo las Estrellas, organizado por la Embajada de Noruega en Cuba los últimos martes y miércoles de cada mes, en la propia sede diplomática, ubicada en el barrio capitalino de Vedado.
Más allá de la historia
Odalys Pérez reveló a la Redacción IPS Cuba que Marina tuvo una prole de 11 hijos e hijas, de la cual ella es la menor.
“La vida ha continuado y en total seis de mis hermanos han emigrado, tres han fallecido y Jacinto —otro de los protagonistas de la cinta— vive hace tres años con su hija Katia en Estados Unidos”, confesó.
El audiovisual, estrenado en 2015 y con 69 minutos de duración, refleja la vida de Caridad Marina Pérez y su familia más allegada, cuyos testimonios fueron captados por el lente de Haliam Pérez, director de la cinta y nieto de la protagonista.
“De mutuo acuerdo decidimos abrir la puerta trasera de la casa y mostrar esas cuestiones que ocurren en todos los hogares, pero solo se comparten con las personas más íntimas”, dijo a la Redacción IPS Cuba Odalys Pérez, una de las entrevistadas en el largometraje.
“Tampoco el audiovisual pretende exponer toda nuestra vida, pues apenas tiene una hora de duración y Haliam tuvo que escoger lo más interesante entre lo experimentado tras su regreso 13 años después”, comentó tras la proyección de la película, el pasado 27 de septiembre.
Explicó, además, que no fue fácil revelar “parte de las interioridades familiares a tantas personas, pero a su vez ha sido estimulante ver cómo el público reacciona ante la obra”.
A su juicio, las personas sienten el documental “como algo cercano, porque la historia se parece a la de cualquier familia del país, con problemas y conflictos comunes”.
De igual modo, Odalys resaltó que “el proceso de filmación fue complejo, porque junto a Haliam estuvo el sonidista, el asistente de dirección, un equipo de trabajo completo dando vueltas por toda la casa”.
A sus 90 años, Marina Pérez también participó en el espacio Cine bajo las estrellas junto a un grupo de familiares.
“Estoy muy contenta, en todos los lugares donde he estado aceptan muy bien la película”, comentó.
“¿Quién iba a decirme que a esta edad iba a tener un documental y que me conocerían en Cuba, España y otros lugares?”, reflexionó.
Otras personas allegadas y el público en general calificaron la obra de conmovedora, sincera e ilustrativa de la realidad cubana.
Miguel Alejandro Gómez Pérez, integrante de la familia Pérez, manifestó que es un largometraje “muy emotivo, capaz de remover a quien lo vea sin importar de donde sea”.
“Lo he visto varias veces y aun cuando soy de la familia, siempre me llega”, expresó el joven músico de 29 años, residente en Sancti Spíritus, a 360 kilómetros al este de La Habana.
Entretanto, a María Elsa Pacheco, vecina de Vedado, el material le atrajo por “la sinceridad de la historia y su manera sencilla de contar a través de recuerdos, fotos, anécdotas, e incluso, con la voz de fondo (en off)”.
Además de Marina, la muestra cinematográfica del martes 28 exhibió el corto noruego Silly (2013), mientras que el miércoles 28 la programación incluyó la película nórdica El hombre que amó a Yngve (2008) y el documental cubano El otro viaje, de 2015. (2016)
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