En este artículo: Ataques Sónicos, Cuba, Estados Unidos, Ministerio de Relaciones Exteriores (MINREX), Relaciones Cuba Estados Unidos
23 julio 2019
Johana Tablada, subdirectora de la Dirección General de EE.UU. del Ministerio de Relaciones Exteriores.
“Tras dos años de mucha especulación y poca información y cooperación, sigue sin aparecer una sola razón que sustente el cierre de los servicios consulares, la expulsión de los diplomáticos cubanos de Washington, las alertas engañosas de viajeros y todas las medidas injustas que Estados Unidos ha tomado con el pretexto de que sus funcionarios en Cuba corren algún tipo de peligro”, dijo hoy Johana Tablada, subdirectora de la Dirección General de EE.UU., en la sede del Ministerio de Relaciones Exteriores.
Estas medidas han tenido “un alto costo humanitario en nuestra población, obligada a viajar sin garantía a terceros países, para visitar a sus familiares o participar en algún evento profesional”. También han afectado a muchos sectores en Estados Unidos, añadió Tablada.
La diplomática cubana se refirió al nuevo estudio publicado horas antes por expertos de la Universidad de Pensilvania en la Revista de la Asociación de Medicina Estadounidense (JAMA, por sus siglas en inglés).
Los científicos aseguran que encontraron diferencias al comparar imágenes del cerebro de los diplomáticos estadounidenses que reportaron afectaciones con una muestra de personas que nunca estuvieron en la Isla.
Este texto es la continuación de una investigación realizada por encargo, que en marzo de 2018, describía el cuadro clínico de los funcionarios, y que recibió fuertes críticas, dentro y fuera de Estados Unidos, por su falta de rigor científico. Tal y como ha sucedido, en menos de 24 horas, con esta segunda publicación.
La diplomática recordó que “agencias especializadas —estadounidense y cubanas—, como el FBI y la Dirección de Investigación Criminal y la criminalística, coincidieron en sus conclusiones en que no existe evidencia alguna de ningún tipo de ataque o acto contra los diplomáticos en La Habana”.
Tablada enfatizó en que el artículo publicado hoy no modifica esta situación, por el contrario, la confirma. “Reconoce que los cambios detectados son mínimos, que sus conclusiones son inciertas y que no pueden identificar la causa de los mismos”, evidenció la funcionaria, acompañada por miembros del Comité de Expertos cubanos que estudia las alegaciones estadounidenses.
Pretexto para imponer medidas cada vez más leoninas
John Bolton y el Departamento de Estado en “sus documentos públicos han mantenido el uso irresponsable del término ‘ataques’ cuando conocen que no ha habido ataques ni acto deliberado alguno contra sus diplomáticos en Cuba”, expuso la subdirectora de la Dirección General de EE.UU.
Resaltó que este es un término cuyo uso entraña mala intención y que no ha sido sustentado jamás. “No nos sorprende que lo hagan, pues toda la política de hostilidad y las más recientes medidas de agresión contra Cuba están montadas sobre la mentira para cumplir perversos propósitos políticos y de dominación”, señaló.
“Cuba solicita al gobierno de Estados Unidos que ponga fin a la manipulación y utilización de este tema como pretexto para imponer nuevas medidas, cada vez más leoninas, de agresión contra la integridad de nuestro país su economía y su pueblo”, agregó.
Antes de concluir sus declaraciones, Tablada aseguró que de lo único que hay evidencia es de que “Cuba es un país seguro para diplomáticos estadounidenses y de cualquier país, como lo es para los ciudadanos cubanos, para los residentes extranjeros y para los millones de viajeros de todas partes del mundo que visitan Cuba cada año. Cuba es y seguirá siendo un país seguro, estable y atractivo”.
Una vez más insistió en que el Gobierno cubano está dispuesto “a desarrollar un diálogo respetuoso para cooperar en este y otros temas en beneficio de ambos pueblos”.
Comité de Expertos: Resultados médicos publicados en JAMA son más confusos y contradictorios
Doctor en Ciencias Mitchell Joseph Valdés-Sosa, director General del Centro de Neurociencias de Cuba ofrece declaraciones a la prensa en la Cancillería. Foto: @CubaMINREX
A nombre del Comité de Expertos cubanos que estudia las alegaciones estadounidenses, el Doctor en Ciencias Mitchell Joseph Valdés-Sosa, director General del Centro de Neurociencias de Cuba, expuso criterios preliminares sobre los resultados del nuevo estudio de la Universidad de Pensilvania.
A continuación, Cubadebate reproduce las palabras textuales del prestigioso investigador cubano:
Hoy se dio a conocer un nuevo estudio, de la Universidad de Pennsylvania, en la revista JAMA, donde se comparan imágenes del cerebro de personal diplómatico estadounidense que reportaron afectaciones cuando estaban estacionados en La Habana con las de un grupo de personas control. El estudio concluye que hay diferencia en las imágenes cerebrales de los diplomáticos y los controles. Este trabajo es la continuación de un artículo que describe el cuadro clínico de esos diplomáticos en esa misma revista, en marzo de 2018.
Aunque no es usual comentar con tanta celeridad sobre un artículo científico, dada la repercusión mediática que ha tenido el mismo y para prevenir interpretaciones erróneas, damos a conocer los criterios preliminares del grupo de expertos:
- Los propios autores del trabajo reconocen que el estudio no es concluyente y no tienen explicación para sus hallazgos.
- Los cambios descritos son pequeños, muy diversos abigarrados, difusos, y no se corresponden a un cuadro coherente. Esto no es solo opinión del grupo médico cubano sino de expertos reconocidos en el tema de neuroimágenes que ya han declarado hoy que no tienen consistencia interna estos resultados.
- Es frecuente que los estudios de neuroimagen como en otros campos médicos, se encuentran pequeños efectos obtenidos en muestras pequeñas que no son replicables. Pueden originarse por el azar. Alguno de los cambios fueron ligeramente hacia lo anormal pero otros ligeramente hacia lo hipernormal.
- No se muestran en el trabajo el grado de superposición de los datos de los dos grupos.
- Las diferencias entre diplomáticos y controles, de existir, pueden deberse a cómo se seleccionó el grupo control. Cualquier enfermedad preexistente en un grupo de los diplomáticos que estuvieron ausentes en los controles (y viceversa) podrían dar origen a una diferencia en las imágenes.
- Las medidas de redes de conectividad funcional utilizadas son muy inespecíficas y se alteran por el estado psicológico de la persona, según reconoce el propio artículo y la comunidad científica.
- No hay relación discernible entre las alteraciones descritas en las neuroimágenes y los síntomas referidos de los diplomáticos.
- No hay correspondencia entre los resultados de este artículo y el trabajo anterior. Por ejemplo, en el artículo anterior del mismo grupo investigador de la Universidad de Pennsylvania se describían alteraciones de las funciones ejecutivas en pruebas neuropsicológicas. En este trabajo no se encuentran alteraciones de conectividad funcional en la subred ejecutiva.
- Las alteraciones en las neuroimágenes, de existir, pueden haberse originado antes de estar en Cuba o por una enfermedad sin relación ninguna con los fenómenos “direccionales” de sonidos extraños y otras sensaciones descritas por los diplomáticos.
- A pesar de que en título se hacer referencia a unos llamados “fenómenos direccionales”, en el trabajo no se demuestra ninguna relación entre los hallazgos de las imágenes y estos supuestos fenómenos. Esto tiene importancia, dado el descrédito generalizado en la comunidad científica de las teorías de ataques sónicos o de microondas.
Concluyendo:
El artículo no permite llegar a conclusiones científicas claras finales.
Podría decirse que el cuadro de resultados médicos es más confuso y contradictorio, más aún que las numerosas críticas de la comunidad científica internacional no se han respondido satisfactoriamente.
No demuestra, contrario a lo que se ha especulado, y lo que se planteaba en el artículo anterior, que se había producido un daño cerebral en un grupo de diplomáticos durante su estancia en Cuba.
Reiteramos que no negamos que puedan existir individuos enfermos pero sí reclamamos la necesidad de avanzar hacia explicaciones coherentes desde el punto de vista científico.
La única forma de esclarecer el estado de salud de los afectados es mediante la discusión científica transparente y los intercambios de información diáfana y desprejuiciada
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