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El sector fabril de China mostró el lunes señales de un crecimiento más sólido, mientras que datos económicos débiles de otros países en Asia resaltaron el impacto de la reciente venta generalizada de activos en los mercados emergentes.
La salida de flujos de capital en estas naciones, conforme los inversionistas anticipan tasas de interés más altas en Estados Unidos, ha golpeado a países como India e Indonesia, que dependen significativamente de la inversión extranjera.
A China le ha ido mejor, en gran medida debido a las restricciones sobre los flujos de capital que han protegido su moneda, el yuan. "Definitivamente hay una dicotomía entre los datos de China y los de muchas otras economías de Asia", dijo Vishnu Varathan, economista de Mizuho Corporate Bank.
El lunes, HSBC HSBA.LN +0.65% dijo que su índice de gerentes de compras para China subió a 50,1 puntos en agosto frente a 47,7 del mes anterior, volviendo a quedar por encima del nivel de 50 puntos que divide la expansión de la contracción. Esto se conoció después de que se divulgara el índice oficial de actividad manufacturera en China, que registró 51 puntos, un máximo de 16 meses.
Estas cifras se sumaron a una serie de datos mejores de lo previsto de la economía china en julio, incluyendo exportaciones, producción industrial e inversiones en activos fijos, lo que confundió a los pesimistas que proyectaban una desaceleración del crecimiento en el segundo semestre del año.
El Producto Interno Bruto de China creció a una tasa interanual de 7,6% en el primer semestre, su ritmo más lento en años, y algunos economistas prevén un peor desempeño para el resto de 2013.
El índice de gerentes de compras de HSBC mostró mejoras modestas en varias áreas, incluyendo más trabajos pendientes e inventarios más bajos de productos terminados, una señal de que las líneas de producción están más cerca de su velocidad plena. Los costos de producción subieron por primera vez desde febrero, conforme los precios globales de commodities como el crudo y el mineral de hierro se recuperaron. Esto puede ayudar a frenar las persistentes caídas en los precios de bienes industriales chinos.
"El sector manufacturero de China ha sido testigo de un repunte", señala Capital Economics, una firma de investigación de macroeconomía. "Aunque aún parece que la recuperación está alimentada por el crédito y dirigida por la inversión, lo que plantea dudas sobre cuánto durará", agrega.
Los datos del resto de Asia fueron obstinadamente sombríos. Indonesia reportó el déficit comercial más alto del que se tenga registro: US$2.310 millones en julio, frente a US$847 millones en junio, y mucho más que los US$350 millones que preveían los economistas. La importación de combustible subió para satisfacer la demanda de la temporada de viajes en anticipación a los feriados musulmanes de Eid al-Fitr, a principios de agosto.
Mercados emergentes con grandes déficits comerciales, como Brasil, Indonesia, India y Turquía, han sido los más expuestos durante la actual venta generalizada de activos ya que dependen de esos flujos de capital hacia las acciones y los bonos para financiar esos déficits. Atraer esos capitales es cada vez más difícil en medio de las expectativas de que la Reserva Federal de EE.UU. empezará a desmantelar su programa de compra de bonos antes de fin de año, lo que elevaría las tasas de interés.
Indonesia enfrenta vientos en contra desde todos lados. Esfuerzos para frenar las importaciones no han logrado reducir el déficit comercial. El crecimiento económico de la nación se ha reducido a menos de 6%, su ritmo más lento en tres años, conforme la demanda china de sus exportaciones de materias primas ha disminuido.
La inflación continúa siendo un problema debido a la debilidad de la rupia, que ha descendido 13% frente al dólar este año.
India también enfrenta enormes desequilibrios comerciales, un crecimiento más lento y la posibilidad de un alza de la inflación, lo que ha llevado a grandes pérdidas para su moneda.
Leif Eskesen, economista de HSBC, dice que el índice de gerentes de compras, que es un indicador de la actividad económica en un mes, sugiere que lo peor no ha pasado para la economía india, que creció 4,4% entre abril y junio, su nivel más bajo en cuatro años y medio. "La lectura de agosto fue desalentadora", afirma Eskesen. "Junto con la cifra de julio, parece claro que la economía sigue desacelerándose y que el PIB de abril-junio no fue el fondo".
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