Por Marco Antonio Moreno
El banco de inversión JP Morgan pagará una multa de 13.000 millones de dólares por incurrir en prácticas delictivas relacionadas con los bonos hipotecarios que llevaron al estallido de la crisis subprime. El banco fue acusado por su mala gestión en los controles de riesgo, donde no informó a los reguladores de Estados Unidos y Gran Bretaña, sobre las deficiencias de estas arriesgadas operaciones que habían sido identificadas por la administración del banco.
En un acuerdo inédito que busca resolver muchas reclamaciones sobre la venta de hipotecas con problemas en Estados Unidos, JPMorgan Chase negoció un plan de pago para poner fin a los pleitos por demandas hipotecarias. Este acuerdo consta en un pago de 4.000 millones de dólares para el alivio de los consumidores; 7.000 millones de dólares para pagar demandas civiles y federales relativas a valores hipotecarios engañosos; y 2.000 millones de dólares que serán pagados al gobierno de Estados Unidos como multa. Este acuerdo no exime a JPMorgan y a sus empleados, de posibles cargos criminales en el futuro de la investigación.
Este acuerdo entre JP Morgan y la Justicia de Estados Unidos fue negociado durante meses, ya que los funcionarios buscaron un final satisfactorio a una serie de demandas judiciales en investigaciones derivadas de la crisis financiera que comenzó en 2007. El Departamento de Vivienda y Desarrollo Urbano también participó en las conversaciones y parte de los 4.000 millones de dólares ayudará a algunos propietarios de viviendas cuyas hipotecas están a cargo del banco.
En una inusual medida, otro porcentaje del dinero se utilizará para reducir el deterioro de los barrios salpicados por el saqueo y el abandono desde que sus propietarios fueron desalojados. El acuerdo se deriva del mal comportamiento en relación a las hipotecas y los bonos respaldados por hipotecas que emitió el banco. Estos fueron los mercados que bombearon la burbuja inmobiliaria y provocaron el estallido de la crisis financiera en agosto de 2007.
Al igual que la mayoría de los bancos en Estados Unidos, JPMorgan estructuró paquetes con cientos de hipotecas en títulos que luego comercializó como inversiones que podrían ser objeto de comercio como las acciones. Sin embargo, cuando los propietarios de las viviendas dejaron de pagar sus hipotecas en masa, el valor de los títulos se desplomó y los inversores se quedaron con grandes pérdidas. Esto fue porque durante 70 años el precio de la vivienda siempre había ido en ascenso y era impensable que retrocediera. Tras el estallido de la crisis los precios se desplomaron y las autoridades iniciaron una investigación para determinar si los bancos engañaron a los inversionistas acerca de los riesgos y la calidad de los activos.
La ballena de Londres
La investigación dejó al descubierto que JP Morgan ayudó a sembrar las semillas de la crisis subprime, y que además no fue la única institución financiera que creó activos tóxicos para luego venderlos a inversionistas desprevenidos. Si JPMorgan ha sido perseguido hasta el final es por las repercusiones financieras que este caso tuvo en Europa con la llamada “ballena de Londres”.
Este era el apodo del funcionario de JP Morgen en Londres, Bruno Iksil, que realizó gigantescas operaciones en derivados. Era conocido a veces con el nombre de Voldemore, pero especialmente como “la ballena de Londres” entre los comerciantes de fondos de cobertura por el enorme volumen de sus valores en derivados financieros. Uno de los gestores de hedge funds llegó a decir que el tamaño de esta ballena gigante era de todo el Océano Atlántico.
La investigación sobre estas operaciones fue acelerada cuando en julio de 2012 JP Morgan anunció pérdidas por 5.800 millones de dólares atribuidas a la ballena de Londres (Voldemore/Iksil) y en octubre de 2012 el banco emitió una demanda en la Corte Suprema de Londres contra Javier Martin Artajo, el supervisor de Iksil en las operaciones fraudulentas. De no ser por la ballena de Londres, y por las presiones del gobierno británico para que Estados Unidos aplicara una fuerte sanción al banco que dirige Jamie Dimon, JP Morgan aún gozaría de la impunidad que han tenido bancos como Goldman Sachs, Citibank o Bank of América, los otros bancos implicados en la estafa de la subprime que provocaron el estallido de la crisis hace seis años. JP Morgan Chase es el mayor banco de Estados Unidos por sus activos, que en total constituyen cerca de 2,3 billones de dólares. Este banco opera en más de 60 países en todo el mundo.
El banco de inversión JP Morgan pagará una multa de 13.000 millones de dólares por incurrir en prácticas delictivas relacionadas con los bonos hipotecarios que llevaron al estallido de la crisis subprime. El banco fue acusado por su mala gestión en los controles de riesgo, donde no informó a los reguladores de Estados Unidos y Gran Bretaña, sobre las deficiencias de estas arriesgadas operaciones que habían sido identificadas por la administración del banco.
En un acuerdo inédito que busca resolver muchas reclamaciones sobre la venta de hipotecas con problemas en Estados Unidos, JPMorgan Chase negoció un plan de pago para poner fin a los pleitos por demandas hipotecarias. Este acuerdo consta en un pago de 4.000 millones de dólares para el alivio de los consumidores; 7.000 millones de dólares para pagar demandas civiles y federales relativas a valores hipotecarios engañosos; y 2.000 millones de dólares que serán pagados al gobierno de Estados Unidos como multa. Este acuerdo no exime a JPMorgan y a sus empleados, de posibles cargos criminales en el futuro de la investigación.
Este acuerdo entre JP Morgan y la Justicia de Estados Unidos fue negociado durante meses, ya que los funcionarios buscaron un final satisfactorio a una serie de demandas judiciales en investigaciones derivadas de la crisis financiera que comenzó en 2007. El Departamento de Vivienda y Desarrollo Urbano también participó en las conversaciones y parte de los 4.000 millones de dólares ayudará a algunos propietarios de viviendas cuyas hipotecas están a cargo del banco.
En una inusual medida, otro porcentaje del dinero se utilizará para reducir el deterioro de los barrios salpicados por el saqueo y el abandono desde que sus propietarios fueron desalojados. El acuerdo se deriva del mal comportamiento en relación a las hipotecas y los bonos respaldados por hipotecas que emitió el banco. Estos fueron los mercados que bombearon la burbuja inmobiliaria y provocaron el estallido de la crisis financiera en agosto de 2007.
Al igual que la mayoría de los bancos en Estados Unidos, JPMorgan estructuró paquetes con cientos de hipotecas en títulos que luego comercializó como inversiones que podrían ser objeto de comercio como las acciones. Sin embargo, cuando los propietarios de las viviendas dejaron de pagar sus hipotecas en masa, el valor de los títulos se desplomó y los inversores se quedaron con grandes pérdidas. Esto fue porque durante 70 años el precio de la vivienda siempre había ido en ascenso y era impensable que retrocediera. Tras el estallido de la crisis los precios se desplomaron y las autoridades iniciaron una investigación para determinar si los bancos engañaron a los inversionistas acerca de los riesgos y la calidad de los activos.
La ballena de Londres
La investigación dejó al descubierto que JP Morgan ayudó a sembrar las semillas de la crisis subprime, y que además no fue la única institución financiera que creó activos tóxicos para luego venderlos a inversionistas desprevenidos. Si JPMorgan ha sido perseguido hasta el final es por las repercusiones financieras que este caso tuvo en Europa con la llamada “ballena de Londres”.
Este era el apodo del funcionario de JP Morgen en Londres, Bruno Iksil, que realizó gigantescas operaciones en derivados. Era conocido a veces con el nombre de Voldemore, pero especialmente como “la ballena de Londres” entre los comerciantes de fondos de cobertura por el enorme volumen de sus valores en derivados financieros. Uno de los gestores de hedge funds llegó a decir que el tamaño de esta ballena gigante era de todo el Océano Atlántico.
La investigación sobre estas operaciones fue acelerada cuando en julio de 2012 JP Morgan anunció pérdidas por 5.800 millones de dólares atribuidas a la ballena de Londres (Voldemore/Iksil) y en octubre de 2012 el banco emitió una demanda en la Corte Suprema de Londres contra Javier Martin Artajo, el supervisor de Iksil en las operaciones fraudulentas. De no ser por la ballena de Londres, y por las presiones del gobierno británico para que Estados Unidos aplicara una fuerte sanción al banco que dirige Jamie Dimon, JP Morgan aún gozaría de la impunidad que han tenido bancos como Goldman Sachs, Citibank o Bank of América, los otros bancos implicados en la estafa de la subprime que provocaron el estallido de la crisis hace seis años. JP Morgan Chase es el mayor banco de Estados Unidos por sus activos, que en total constituyen cerca de 2,3 billones de dólares. Este banco opera en más de 60 países en todo el mundo.
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