Por Jose Luis Rodriguez*
Para el año 2015 se ha previsto que la economía cubana crezca algo más de 4%, con lo que se lograría un aumento significativo en el ritmo del crecimiento económico del país, que ha venido incrementándose a un promedio anual de 2,5% en los últimos cinco años, con un máximo de 3% en 2012. Lograr ese objetivo ha supuesto algunos cambios de importancia en la política relativa al sector externo de la economía.
En primer lugar, se señaló justamente que si el país no incrementa sus importaciones no es posible crecer a mayor velocidad. En efecto, diversos análisis econométricos han demostrado que para lograr un incremento del 1% en el PIB las importaciones deben aumentar más de 2%.
No obstante, limitaciones financieras de diversa naturaleza, esencialmente, provocaron que el peso de las importaciones en relación con el PIB descendiera del 32,4% en 2008 al 20,1% en 2014. Además, en la composición de esas importaciones descendieron los bienes de capital –fundamentales para el proceso inversionista– de 18,5% en 2007 a 10,2% en 2013.
En segundo lugar, como es lógico suponer, no basta proponerse aumentar las compras en el exterior si ello no se acompaña de un crecimiento en la capacidad de compra. Sin embargo, el acceso a nuevas fuentes de financiamiento externo se ha venido restringiendo aceleradamente en los últimos años producto de una aplicación cada vez mayor del bloqueo norteamericano, que en su extraterritorialidad ha llegado a multar recientemente por más de 8 300 millones de dólares al banco francés BNP-Paribas por el supuesto delito de traficar con activos cubanos. A esto se añade que la agencia Moody’s elevó la calificación de riesgo país en abril de 2014 a Caa2 –alto riesgo–, a partir de lo que considera indefiniciones en la política económica y una supuesta incertidumbre en el suministro de petróleo al país.
Ante la imperiosa necesidad de obtener recursos para hacer frente a la descapitalización que ha sufrido la economía cubana desde la crisis del Período especial, y la demanda de nuevas inversiones en la agricultura y la industria que permitan expandir exportaciones y sustituir importaciones, se adoptó una nueva Ley de Inversión Extranjera durante una sesión extraordinaria de la Asamblea Nacional en marzo de 2014, a la que siguió la publicación de una Cartera de Oportunidades de Negocios en noviembre, contentiva de 246 proyectos por un valor estimado de 8 700 millones de dólares.
Junto a todo lo anterior, en la sesión del parlamento cubano de diciembre de 2014 se dieron a conocer nuevas medidas encaminadas a incrementar los recursos financieros disponibles en el presente año al elevarse a unos 5 700 millones de dólares en el plan de 2015 el pago por servicio de la deuda –alrededor del 30% del valor de las exportaciones–, con una retoma de créditos por una cifra similar.
En torno a esta última decisión son destacables varios elementos. En primer término, si bien el país ha venido honrando sus compromisos de pagos externos en los últimos años, reduciendo el monto de la deuda de 37 a 30% del PIB, estimados internacionales plantean que aún quedan pendientes de liquidación un volumen de pagos atrasados equivalentes al 27% del total de los adeudos.
De este modo, un incremento del pago del servicio de la deuda, que puede estimarse en 84%, no pasará inadvertido a los medios financieros internacionales, lo que apunta a favor de la retoma de créditos por una cifra similar. Asimismo, también se anunció la liquidación de 447,3 millones de dólares de dividendos pendientes de pago a las asociaciones económicas internacionales, lo que igualmente coloca en una posición más favorable a la contraparte cubana.
La posible entrada de un volumen de financiamiento de esa magnitud, junto a una mayor entrada de capital extranjero, apoyaría decisivamente un crecimiento de las inversiones, que se espera llegue a 28,7% este año, con el consecuente derrame de este impacto para el crecimiento de la productividad del trabajo y el aumento de la remuneración de los trabajadores de las empresas estatales, todo lo cual apoya la meta de incrementar en algo más de 4% el PIB.
No obstante, se requiere de un especial esfuerzo para lograr las cifras planificadas, habida cuenta de los desequilibrios aún presentes en la estructura económica del país.
(Continuará).- See more at: http://www.cubacontemporanea.com/noticias/12012-cuba-desempeno-economico-en-2014-y-proyecciones-para-2015-iii#sthash.fRoCSYul.dpuf
Para el año 2015 se ha previsto que la economía cubana crezca algo más de 4%, con lo que se lograría un aumento significativo en el ritmo del crecimiento económico del país, que ha venido incrementándose a un promedio anual de 2,5% en los últimos cinco años, con un máximo de 3% en 2012. Lograr ese objetivo ha supuesto algunos cambios de importancia en la política relativa al sector externo de la economía.
En primer lugar, se señaló justamente que si el país no incrementa sus importaciones no es posible crecer a mayor velocidad. En efecto, diversos análisis econométricos han demostrado que para lograr un incremento del 1% en el PIB las importaciones deben aumentar más de 2%.
No obstante, limitaciones financieras de diversa naturaleza, esencialmente, provocaron que el peso de las importaciones en relación con el PIB descendiera del 32,4% en 2008 al 20,1% en 2014. Además, en la composición de esas importaciones descendieron los bienes de capital –fundamentales para el proceso inversionista– de 18,5% en 2007 a 10,2% en 2013.
En segundo lugar, como es lógico suponer, no basta proponerse aumentar las compras en el exterior si ello no se acompaña de un crecimiento en la capacidad de compra. Sin embargo, el acceso a nuevas fuentes de financiamiento externo se ha venido restringiendo aceleradamente en los últimos años producto de una aplicación cada vez mayor del bloqueo norteamericano, que en su extraterritorialidad ha llegado a multar recientemente por más de 8 300 millones de dólares al banco francés BNP-Paribas por el supuesto delito de traficar con activos cubanos. A esto se añade que la agencia Moody’s elevó la calificación de riesgo país en abril de 2014 a Caa2 –alto riesgo–, a partir de lo que considera indefiniciones en la política económica y una supuesta incertidumbre en el suministro de petróleo al país.
Ante la imperiosa necesidad de obtener recursos para hacer frente a la descapitalización que ha sufrido la economía cubana desde la crisis del Período especial, y la demanda de nuevas inversiones en la agricultura y la industria que permitan expandir exportaciones y sustituir importaciones, se adoptó una nueva Ley de Inversión Extranjera durante una sesión extraordinaria de la Asamblea Nacional en marzo de 2014, a la que siguió la publicación de una Cartera de Oportunidades de Negocios en noviembre, contentiva de 246 proyectos por un valor estimado de 8 700 millones de dólares.
Junto a todo lo anterior, en la sesión del parlamento cubano de diciembre de 2014 se dieron a conocer nuevas medidas encaminadas a incrementar los recursos financieros disponibles en el presente año al elevarse a unos 5 700 millones de dólares en el plan de 2015 el pago por servicio de la deuda –alrededor del 30% del valor de las exportaciones–, con una retoma de créditos por una cifra similar.
En torno a esta última decisión son destacables varios elementos. En primer término, si bien el país ha venido honrando sus compromisos de pagos externos en los últimos años, reduciendo el monto de la deuda de 37 a 30% del PIB, estimados internacionales plantean que aún quedan pendientes de liquidación un volumen de pagos atrasados equivalentes al 27% del total de los adeudos.
De este modo, un incremento del pago del servicio de la deuda, que puede estimarse en 84%, no pasará inadvertido a los medios financieros internacionales, lo que apunta a favor de la retoma de créditos por una cifra similar. Asimismo, también se anunció la liquidación de 447,3 millones de dólares de dividendos pendientes de pago a las asociaciones económicas internacionales, lo que igualmente coloca en una posición más favorable a la contraparte cubana.
La posible entrada de un volumen de financiamiento de esa magnitud, junto a una mayor entrada de capital extranjero, apoyaría decisivamente un crecimiento de las inversiones, que se espera llegue a 28,7% este año, con el consecuente derrame de este impacto para el crecimiento de la productividad del trabajo y el aumento de la remuneración de los trabajadores de las empresas estatales, todo lo cual apoya la meta de incrementar en algo más de 4% el PIB.
No obstante, se requiere de un especial esfuerzo para lograr las cifras planificadas, habida cuenta de los desequilibrios aún presentes en la estructura económica del país.
(Continuará).- See more at: http://www.cubacontemporanea.com/noticias/12012-cuba-desempeno-economico-en-2014-y-proyecciones-para-2015-iii#sthash.fRoCSYul.dpuf
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