Al término de su primera fase, en 2016, se prevé satisfacer 66 por ciento de la demanda nacional.
La Habana, 12 ene.- El arroz, uno de los platos imprescindibles de la mesa cubana, cuenta con un programa de desarrollo para sustituir costosas importaciones y mejorar la calidad del grano producido en el país, que hoy genera múltiples quejas y rechazos.
De acuerdo con Lázaro Díaz, director general del Grupo Empresarial de Granos, del Ministerio de la Agricultura, en la primera etapa prevista a concluir en 2016 se aspira alcanzar 538.000 toneladas de arroz, que representan 66 por ciento de la demanda anual de la nación caribeña.
Debido a la desatención de este cultivo, tanto en el plano agrícola como industrial, en 2010, el país llegó a tener una de las más bajas etapas de producción del grano en su historia, con solo 82.000 toneladas.
A partir de 2011, como resultado de la inyección de recursos y equipamiento, existe una tendencia a elevar la producción, hasta llegar en 2014 a más de 300.000 toneladas, de las cuales fueron entregadas 254.000 toneladas al balance nacional, para la venta subsidiada a través de la cartilla de racionamiento.
Una de las medidas de impacto en la recuperación del cultivo, desarrollado tanto en grandes empresas estatales como en productores privados, es el alza del precio que se les paga a los agricultores por cada quintal del grano (equivalente a 45 kilogramos).
"El precio del quintal de arroz cáscara húmeda es de 150 pesos. Ese monto permite asumir el costo de la producción y deja un margen de ganancia de más de 50 por ciento, el nivel que estamos persiguiendo", dijo el directivo.
En este cultivo, se les garantizan a los productores de forma subsidiada el paquete tecnológico que incluye fertilizantes, productos químicos y petróleo. Y se les presta un servicio técnico, que se extenderá progresivamente, bajo una ficha de costo factible para los productores.
En Cuba existen no pocas quejas y hasta rechazo del arroz nacional: suciedad, piedras y muchos granos partidos que dificultan la cocción.
A juicio de Díaz, hoy se produce solo 45 por ciento de la demanda nacional, el resto se recibe de países como Brasil y Vietnam, que nos exportan arroz de máxima calidad. Ese grano es muy superior al cubano, acotó.
"Estamos tratando de organizar la siembra y la cosecha para que el arroz no se vaya de parámetros y el proceso industrial pueda realizarse con un arroz que tenga el tiempo de reposo requerido y esté limpio. Así, a la hora de pasarlo por el molino y venderlo se obtendrá un grano de calidad superior", abundó.
A partir de 2015, consideró el también doctor en ciencias, el programa debe consolidarse por la entrada en 2014 de recursos como maquinaria para la preparación de campos, restauración de viales y sistemas de riego, entre otros.
Como parte de la modernización de la industria, el país adquirió en el mercado internacional equipamiento que limpia el arroz, entre ellos una máquina llamada despedradora, que extrae el perdigón, la piedrita y demás suciedades.
Además el plan estudia diferentes variedades de arroz.
"En el mundo y en Cuba no se puede trabajar una sola variedad, sino con una composición varietal. En nuestro caso, tenemos siete variedades específicas y un total de 50", detalló Díaz.
"Falta por lograr que cada una de las variedades producidas tenga un ciclo productivo y no se mezclen. Esto puede influir en la calidad por las diferencias entre el tamaño y el grosor de los granos, lo que deteriora el proceso de molinería", advirtió.
Entre las insatisfacciones de no pocas personas se encuentra la casi total ausencia en el mercado nacional de arroz precocido e integral, este último recomendado para quienes padecen diabetes.
"Tenemos en funcionamiento en la central provincia de Sancti Spíritus una planta de arroz precocido y hemos negociado con el Ministerio del Comercio Interior para ir habilitando algunos puntos de venta en paquetes de un kilogramo. En el caso del integral, no hay problemas para ponerlo a disposición de la población", informó.
Ejemplificó que en la oriental Santiago de Cuba, a instancia de sus autoridades, se realiza una experiencia de comercialización de arroz integral en diferentes puntos de venta.
Para la recuperación de arroz, Cuba estableció proyectos con naciones como Vietnam que posibilitaron a un grupo de campesinos cubanos viajar a la nación asiática y, por un período de cuatro meses, aprender en la práctica las técnicas de cultivo de uno de los mayores productores del grano en el mundo.
Según Telce Morera, director del estatal Instituto de Investigaciones de Granos, en el país se emplean alternativas para minimizar o eliminar el empleo de productos químicos contra plagas, enfermedades, malezas y otros daños a este cultivo. (2015)
La Habana, 12 ene.- El arroz, uno de los platos imprescindibles de la mesa cubana, cuenta con un programa de desarrollo para sustituir costosas importaciones y mejorar la calidad del grano producido en el país, que hoy genera múltiples quejas y rechazos.
De acuerdo con Lázaro Díaz, director general del Grupo Empresarial de Granos, del Ministerio de la Agricultura, en la primera etapa prevista a concluir en 2016 se aspira alcanzar 538.000 toneladas de arroz, que representan 66 por ciento de la demanda anual de la nación caribeña.
Debido a la desatención de este cultivo, tanto en el plano agrícola como industrial, en 2010, el país llegó a tener una de las más bajas etapas de producción del grano en su historia, con solo 82.000 toneladas.
A partir de 2011, como resultado de la inyección de recursos y equipamiento, existe una tendencia a elevar la producción, hasta llegar en 2014 a más de 300.000 toneladas, de las cuales fueron entregadas 254.000 toneladas al balance nacional, para la venta subsidiada a través de la cartilla de racionamiento.
Una de las medidas de impacto en la recuperación del cultivo, desarrollado tanto en grandes empresas estatales como en productores privados, es el alza del precio que se les paga a los agricultores por cada quintal del grano (equivalente a 45 kilogramos).
"El precio del quintal de arroz cáscara húmeda es de 150 pesos. Ese monto permite asumir el costo de la producción y deja un margen de ganancia de más de 50 por ciento, el nivel que estamos persiguiendo", dijo el directivo.
En este cultivo, se les garantizan a los productores de forma subsidiada el paquete tecnológico que incluye fertilizantes, productos químicos y petróleo. Y se les presta un servicio técnico, que se extenderá progresivamente, bajo una ficha de costo factible para los productores.
En Cuba existen no pocas quejas y hasta rechazo del arroz nacional: suciedad, piedras y muchos granos partidos que dificultan la cocción.
A juicio de Díaz, hoy se produce solo 45 por ciento de la demanda nacional, el resto se recibe de países como Brasil y Vietnam, que nos exportan arroz de máxima calidad. Ese grano es muy superior al cubano, acotó.
"Estamos tratando de organizar la siembra y la cosecha para que el arroz no se vaya de parámetros y el proceso industrial pueda realizarse con un arroz que tenga el tiempo de reposo requerido y esté limpio. Así, a la hora de pasarlo por el molino y venderlo se obtendrá un grano de calidad superior", abundó.
A partir de 2015, consideró el también doctor en ciencias, el programa debe consolidarse por la entrada en 2014 de recursos como maquinaria para la preparación de campos, restauración de viales y sistemas de riego, entre otros.
Como parte de la modernización de la industria, el país adquirió en el mercado internacional equipamiento que limpia el arroz, entre ellos una máquina llamada despedradora, que extrae el perdigón, la piedrita y demás suciedades.
Además el plan estudia diferentes variedades de arroz.
"En el mundo y en Cuba no se puede trabajar una sola variedad, sino con una composición varietal. En nuestro caso, tenemos siete variedades específicas y un total de 50", detalló Díaz.
"Falta por lograr que cada una de las variedades producidas tenga un ciclo productivo y no se mezclen. Esto puede influir en la calidad por las diferencias entre el tamaño y el grosor de los granos, lo que deteriora el proceso de molinería", advirtió.
Entre las insatisfacciones de no pocas personas se encuentra la casi total ausencia en el mercado nacional de arroz precocido e integral, este último recomendado para quienes padecen diabetes.
"Tenemos en funcionamiento en la central provincia de Sancti Spíritus una planta de arroz precocido y hemos negociado con el Ministerio del Comercio Interior para ir habilitando algunos puntos de venta en paquetes de un kilogramo. En el caso del integral, no hay problemas para ponerlo a disposición de la población", informó.
Ejemplificó que en la oriental Santiago de Cuba, a instancia de sus autoridades, se realiza una experiencia de comercialización de arroz integral en diferentes puntos de venta.
Para la recuperación de arroz, Cuba estableció proyectos con naciones como Vietnam que posibilitaron a un grupo de campesinos cubanos viajar a la nación asiática y, por un período de cuatro meses, aprender en la práctica las técnicas de cultivo de uno de los mayores productores del grano en el mundo.
Según Telce Morera, director del estatal Instituto de Investigaciones de Granos, en el país se emplean alternativas para minimizar o eliminar el empleo de productos químicos contra plagas, enfermedades, malezas y otros daños a este cultivo. (2015)
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