La semana pasada tuvo lugar la Primera Sesión de Concertación Economía y Medio Ambiente.
La Habana, 9 feb.- Los desafíos y riesgos que implican los nuevos cambios en el modelo de desarrollo cubano acercan a especialistas en economía y defensores del medioambiente para debatir sobre el presente y futuro de la nación caribeña.
La no gubernamental Fundación Antonio Núñez Jiménez de la Naturaleza y el Hombre (FANJ) y el Centro de Estudios de la Economía Cubana (CEEC) han realizado más de un encuentro durante los últimos tiempos en diferentes universidades del país, con el fin de abordar el desarrollo en Cuba de manera más multidisciplinaria.
De acuerdo con Omar Everleny, economista del centro adscrito a la Universidad de La Habana, se trata de una “alianza estratégica” entre ambas instituciones, que permitirá aunar saberes, experiencias, así como integrarse y cooperar con otras instituciones “cada una desde su perspectiva”.
Por otra parte, las nuevas circunstancias socio-económicas del país, cuyo modelo aún no está del todo claro, han despertado profundas preocupaciones entre los ecologistas congregados por la fundación.
Como consecuencia, el 6 de febrero se desarrolló en el Hotel Habana Libre, de esta capital, la Primera Sesión de Concertación Economía y Medio Ambiente para socializar conceptos y acciones que sobre estos temas cada institución investiga y trabaja, en busca de acordar rutas futuras para recorrerlas juntas o no.
Los tópicos analizados fueron, entre otros, la nueva organización empresarial, sistema tributario, crecimiento y desarrollo desde una economía ajustada para la prosperidad y sustentabilidad soñada, las economías de los gobiernos locales, el banco, uso de combustibles, los principales motores de la economía, inversión extranjera, recursos naturales y otras economías.
Trascendió que a las empresas estatales cubanas no les interesa hacer una estrategia ambiental, pues no tienen maniobrabilidad ni capacidad de tomar decisiones. Se observó la influencia en ese sentido de la carencia de grupos de presión y protección al consumidor.
Y se llamó a incluir y exigir el cuidado del ambiente, en especial los mecanismos de tratamiento de desechos, en la formación de las cooperativas no agropecuarias. De hecho, las autoridades aspiran a convertir hasta 2016 más de 1.200 instalaciones estatales en cooperativas.
Por su parte, Saira Pons, quien estudia las finanzas públicas, aseguró que no se sabe cuán eficaz o eficiente es el Gasto Público Ambiental, dado que en el país no se calcula ese índice ni su eficiencia. Tampoco han sido desarrollados incentivos en el área medioambiental.
Al ser imposible hacer un balance de los recursos naturales para trazar estrategias de desarrollo, se dificulta cumplir con las expectativas de sostenibilidad, como en el caso concreto del turismo.
José Luis Perello explicó que los actuales proyectos de desarrollo incluyen 135.000 nuevas habitaciones turísticas. El 62 por ciento de ellas se ubicará en primera línea de costa, uno de los ecosistemas más sensibles del archipiélago.
La Habana, 9 feb.- Los desafíos y riesgos que implican los nuevos cambios en el modelo de desarrollo cubano acercan a especialistas en economía y defensores del medioambiente para debatir sobre el presente y futuro de la nación caribeña.
La no gubernamental Fundación Antonio Núñez Jiménez de la Naturaleza y el Hombre (FANJ) y el Centro de Estudios de la Economía Cubana (CEEC) han realizado más de un encuentro durante los últimos tiempos en diferentes universidades del país, con el fin de abordar el desarrollo en Cuba de manera más multidisciplinaria.
De acuerdo con Omar Everleny, economista del centro adscrito a la Universidad de La Habana, se trata de una “alianza estratégica” entre ambas instituciones, que permitirá aunar saberes, experiencias, así como integrarse y cooperar con otras instituciones “cada una desde su perspectiva”.
Por otra parte, las nuevas circunstancias socio-económicas del país, cuyo modelo aún no está del todo claro, han despertado profundas preocupaciones entre los ecologistas congregados por la fundación.
Como consecuencia, el 6 de febrero se desarrolló en el Hotel Habana Libre, de esta capital, la Primera Sesión de Concertación Economía y Medio Ambiente para socializar conceptos y acciones que sobre estos temas cada institución investiga y trabaja, en busca de acordar rutas futuras para recorrerlas juntas o no.
Los tópicos analizados fueron, entre otros, la nueva organización empresarial, sistema tributario, crecimiento y desarrollo desde una economía ajustada para la prosperidad y sustentabilidad soñada, las economías de los gobiernos locales, el banco, uso de combustibles, los principales motores de la economía, inversión extranjera, recursos naturales y otras economías.
Trascendió que a las empresas estatales cubanas no les interesa hacer una estrategia ambiental, pues no tienen maniobrabilidad ni capacidad de tomar decisiones. Se observó la influencia en ese sentido de la carencia de grupos de presión y protección al consumidor.
Y se llamó a incluir y exigir el cuidado del ambiente, en especial los mecanismos de tratamiento de desechos, en la formación de las cooperativas no agropecuarias. De hecho, las autoridades aspiran a convertir hasta 2016 más de 1.200 instalaciones estatales en cooperativas.
Por su parte, Saira Pons, quien estudia las finanzas públicas, aseguró que no se sabe cuán eficaz o eficiente es el Gasto Público Ambiental, dado que en el país no se calcula ese índice ni su eficiencia. Tampoco han sido desarrollados incentivos en el área medioambiental.
Al ser imposible hacer un balance de los recursos naturales para trazar estrategias de desarrollo, se dificulta cumplir con las expectativas de sostenibilidad, como en el caso concreto del turismo.
José Luis Perello explicó que los actuales proyectos de desarrollo incluyen 135.000 nuevas habitaciones turísticas. El 62 por ciento de ellas se ubicará en primera línea de costa, uno de los ecosistemas más sensibles del archipiélago.
Mientras, de acuerdo con José Antonio Díaz, exviceministro de la cartera de ciencia y ambiente, la situación del agua es uno de los problemas más críticos a enfrentar en el país.
Cuba dispone anualmente de apenas 13,5 kilómetros cúbicos de agua, mientras que las actuales y futuras demandas sobrepasan varias veces esa cifra, sobre todo si se considera que en el texto programático de las reformas actuales se incluyó la decisión de trabajar en la exportación de agua.
Tales cuestiones condujo al especialista a calificar de “falta de visión de sostenibilidad” en los documentos rectores del desarrollo cubano.
A criterio de los ecologistas, el desarrollo sostenible ha quedado relegado en el discurso y políticas públicas. Y mostraron preocupación por la ausencia de miradas éticas al medio ambiente, sobre todo por el efecto que puede tener la relación comercial de Cuba con el hemisferio y el predominio de criterios desarrollistas en las políticas económicas externas.
No obstante, ambas partes identificaron durante el encuentro percepciones comunes, como la necesidad de desarrollar la participación social en el diseño de políticas y una comunicación más fluida entre la academia, los decisores y ejecutores.
También constataron que economistas y ecologistas no son bandos opuestos, sino dos visiones, dos fuerzas, expresiones del conocimiento y la conciencia social, por tanto, deben concretar alianzas en el camino del desarrollo.
El periodista Ariel Terrero, moderador del encuentro, concluyó que “cualquier política y modelo económico está condenado al fracaso si da la espalda al medio ambiente. Y cualquier visión ecologista estrecha no avanzará en la sociedad si desconoce otras exigencias, incluida las económicas”. (2015)
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