"De pensamiento es la guerra mayor que se nos hace: ganémosla a pensamiento" José Martí

domingo, 26 de abril de 2015

Ni chambelona ni reguilete


Los llamados amantes de la ‘’libertad de expresión’’, según sus consideraciones en Occidente, alardean de cómo reflejan en sus medios la información, tanto nacional,como internacional, con la llamada objetividad. La recién terminada Cumbre de las Américas es un claro ejemplo de esos criterios informativos.

Estos medios reflejaron fundamentalmente sucesos aislados y extrayendo la respuesta a las situaciones creadas por las provocaciones contra nuestra delegación pero nunca sus causas. Eso incluyó la presencia del mercenario que participó en el asesinato del Che,Félix Rodríguez Mendigutía, lo cual conllevó lógicas protestas. Al enfrentamiento ocurrido entre amigos de Cuba -a los que se sumaron personas de la embajada cubana- y los mercenarios que provocaron los hechos, se le dio gran destaque con títulos como “turbas castristas agreden a pacíficos opositores’’, y a su regreso a Miami se difundieron declaraciones de varios de los que viajaron con intención de sabotear la presencia de Cubaen la reunión. Desde luego, ninguna opinión sobre el incidente de quienes enfrentaron la agresión.

También fue destacado en varias ocasiones, con fotos desde distintos ángulos, el protocolar encuentro entre los mandatarios de Cuba y Estados Unidos. De toda la intervención del Jefe del Estado cubano aislaron el párrafo donde Raúl se refirió a Obama en buenos términos. De toda la declaración histórica realizada, la mayor parte de la prensa no dijo nada, solo medios afines como TeleSur recogieron la clara posición de Cuba en el desarrollo de las conversaciones en aras de normalizar las relaciones diplomáticas entre nuestros países y el claro y solidario apoyo explícito a la Revolución Bolivariana.

Después de la Cumbre, se centraron en el anuncio estadounidense de las futuras conversaciones entre ambos países pero en función de los intereses de Estados Unidos por tratar jurídicamente la devolución de los denominados ‘’fugitivos’’ para compensar el impacto del reconocimiento de Cuba como país que nada tiene que ver con el terrorismo.

Como llevamos más de 50 años sufriendo los embates de los comprometidos medios occidentales, albergo no ya la duda, sino la certeza, de que lo que buscan con este tipo de manipulación de la información no es otra cosa que crear confusión y división.

No está de más para los que escribimos nuestras ideas y convicciones, no dejar resquicios a quienes manejan estos asuntos y evitar prevalezcan sus intereses sobre nuestras verdades. Lo que no podemos es comernos la chambelona, ni ponernos a jugar con el reguilete que nos quieren vender.

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