Los tepuyes del sur de Venezuela, montañas con paredes verticales y cumbres planas, brindan a los viajeros la oportunidad única de sentirse exploradores: la mayor parte de esas maravillas naturales nunca ha sido visitada debido a su poca accesibilidad.
Los tepuyes son mesetas especialmente abruptas del Escudo guayanés en Sudamérica, que se encuentran puntuamente en Venezuela. Elevándose por encima de un bosque circundante, los tepuyes tienen escarpes casi verticales, y muchos de ellos se elevan a más de 1.000 metros por encima de la selva. Y aunque los tepuyes parecen desiertos, en realidad ofrecen una biodiversidad impresionante y única: alrededor de un tercio de las especies de su flora no se encuentra en ninguna otra parte del mundo.
YOUTUBE / Mysteries of the World
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Las paredes casi verticales y el denso bosque tropical a su alrededor los hace inaccesibles para exploradores a pie. Así, se puede alcanzar caminando sólo tres montañas de la región Gran Sabana, -entre ellas el tepuy más accesible, el monte Roraima, de 2.180 metros de altura-, dividida entre Venezuela, Guayana y Brasil.
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Se considera que más del 90% de los tepuyes no ha sido pisado por el hombre, escondiendo misterios y una gran cantidad de especies biológicas aun sin descubrir. Tanta inaccesibilidad y misterio han dado lugar a leyendas e incluso inspiraron a artistas. Se cree que precisamente el monte Roraima –con sus pequeñas cascadas y depósitos naturales de cuarzo, su vegetación frondosa, cuevas y lagos- inspiró la novela 'El mundo perdido ', de Arthur Conan-Doyle.
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