Los panelistas recomiendan profundizar en las esencias y consecuencias de la cita y socializar las valoraciones.
POLÍTICA Redacción IPS Cuba 25 junio, 2015
El ciclo Debates Hemisféricos busca fomentar un espacio de análisis, discusión e intercambio sobre la dinámica geopolítica contemporánea.
Foto: Jorge Luis Baños
La Habana, 25 jun.- El análisis de las relaciones hemisféricas y la participación de Cuba en foros paralelos de la reciente VII Cumbre de las Américas, en Panamá, centró el debate de un panel académico efectuado este miércoles en la capitalina Casa del Alba Cultural.
El encuentro forma parte del ciclo Debates Hemisféricos que desde abril y con carácter bimensual auspicia la institución, junto al Centro de Estudios Hemisféricos y sobre Estados Unidos (CEHSEU) de la Universidad de La Habana.
Su objetivo es fomentar un espacio de análisis, discusión e intercambio sobre la dinámica geopolítica contemporánea.
Los panelistas recomendaron profundizar en las esencias y consecuencias del cónclave y reuniones paralelas efectuados del 8 al 11 de abril pasado, y donde la nación caribeña asistió por vez primera, desde el establecimiento de estas citas regionales en Miami, en 1994.
El diálogo entre los presidentes Raúl Castro y Barack Obama resultó uno de los elementos más llamativos de la cumbre, como parte del proceso para restablecer relaciones diplomáticas anunciado por ambos mandatarios el 17 de diciembre, y del nuevo enfoque en la política hacia La Habana anunciado por la Casa Blanca.
El profesor e investigador Jorge Hernández lamentó la visión “sesgada” ofrecida por algunos medios sobre el desempeño de la delegación cubana en el Foro de la sociedad civil, por lo cual recomendó “estimular debates científicos que salgan del marco institucional y ahonden en las significaciones del evento”.
El también director del CEHSEU, quien fungió como moderador, recomendó “seguir con especial atención los resultados de investigaciones e informes de tanques pensantes y centros académicos estadounidenses”, para intuir cuáles son los nuevos pasos de la política estadounidense hacia América Latina tras la cumbre.
Ileana Sorolla, directora del Centro de Estudios de Migraciones Internacionales (CEMI), relató sus experiencias como participante de una de las mesas del Foro de la sociedad civil, centrada en el desplazamiento de las personas a nivel hemisférico.
Describió el panel “como un escenario de confrontación política, con debates entre organizaciones contrarrevolucionarias y la auténtica sociedad civil cubana”.
Lamentó la casi total ausencia de delegados sudamericanos y académicos, si bien reconoció el uso de “un lenguaje técnico alto”, ante la abundancia de abogados, juristas privados y representantes de organizaciones proinmigrantes.
Deploró el enfoque de discusiones en torno a pequeñas dimensiones de las relaciones bilaterales entre países, que rozaron muchas veces lo anecdótico, “y se desaprovechó un espacio para discutir y consensuar temas de alcance estratégico”.
A su juicio, “faltó unidad y el trazado de una estrategia común en un tema que impacta la agenda regional, pues uno de los principales corredores migratorios del mundo atraviesa nuestro hemisferio, con destino a Estados Unidos, el mayor receptor de emigrantes del mundo”.
Leyde Rodríguez, profesor del Instituto Superior de Relaciones Internacionales, opinó que “la sociedad civil hemisférica se encuentra fragmentada, como expresión de las propias divisiones al interior de las naciones” (…), si bien “existen organizaciones y grupos que resisten la globocolonización y el afán de implantar un modelo único”.
Consideró escasa la asistencia de medios de prensa a los salones donde ocurrieron los debates y señaló que la separación de las discusiones sobre Emigración y Seguridad, por un supuesto exceso de participantes, conspiró contra la necesaria visión multilateral y holística sobre el tema.
Como actor participante en Panamá, Rodríguez explicó que se opuso al concepto de seguridad ciudadana que allí se proponía, y que en su lugar promovió el de seguridad humana, con el objetivo de dirigir la atención hacia problemas que atañen a todas las personas como alimentación, salud y educación, entre otros.
Respaldó, dijo, el concepto de cultura de paz, “siempre y cuando excluya el uso de la fuerza y de armas no convencionales como las nucleares y las de destrucción masiva, para conseguir objetivos de dominación”.
Por último, Luis René Fernández, profesor del Cehseu, criticó la presencia de elementos que catalogó como “contrarrevolucionarios”, empeñados en su opinión en provocar a la delegación cubana y empañar la imagen del país.
Aseveró que la Cumbre de las Américas “nos dejó lecciones oportunas, como la necesidad de reconocer deficiencias y trabajar para erradicarlas”.
“La política exterior no puede ser exitosa si no tiene una base interna que la respalde (…) lo cual nos compromete, entre otros asuntos, a avanzar en temas relacionados con la democracia socialista”, significó. (2015)
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