La presentación en la isla del grupo Kage boushi contribuye a estrechar los lazos de amistad entre Cuba y Japón, suscritos hace más de 400 años.
CULTURA Redacción IPS Cuba 7 agosto, 2015
Foto: Presentación de la compañía japonesa Kage boushi Theatre company, con un espectáculo donde se incluyen tres piezas , La grulla agradecida ,El árbol del Mochi y teatro de sombras humanas, en La sala Covarrubias del Teatro Nacional, en La Habana, Cuba 05 de agosto de 2015. Foto: Jorge Luis Baños_IPS
La Habana, 7 ago. – La compañía de teatro japonés Kage boushi sedujo a espectadores de todas las edades al transformar en arte las sombras proyectadas por marionetas y cuerpos humanos, en sus dos funciones ofrecidas esta semana en Cuba.
Las piezas La grulla agradecida, El árbol del Mochi y ¡Qué levante la mano quien quiera divertirse! fueron del agrado de las personas que se dieron cita este miércoles en la capitalina Sala Covarrubias del Teatro Nacional.
“Fue un lujo ver el espectáculo y cómo todos los niños estaban prácticamente hipnotizados, incluso a los más chiquitos se les veía en la cara la emoción”, afirmó a la Redacción de IPS Cuba la actriz y dramaturga Margarita Milián.
“El martes vinimos, no pudimos entrar, pero insistimos y de verdad valió la pena”, acotó.
Mientras tanto, para el historiador del arte Carlos Alfonso “el teatro de la sombra es genial porque logra que algo tan familiar y cotidiano se convierta en un suceso mágico”.
Las dos primeras historias emplearon la técnica de títeres, mientras las sombras corporales de los integrantes del elenco nipón protagonizaron el tercer relato.
Valores universales como el respeto, el agradecimiento y el amor a la familia emergieron en todas las fábulas, basadas en cuentos tradicionales de la nación del Sol Naciente.
La puesta en escena de la compañía nipona estuvo pensada, sobre todo, para el público infantil. Foto: Foto: Jorge Luis Baños. Redacción IPS-Cuba
Las destrezas de los 11 intérpretes del teatro de sombras permitieron observar diversas figuras como avestruces, pulpos, calamares, cangrejos, manzanas y árboles.
Además, Kage boushi hizo referencia a obras clásicas como el ballet El lago de los cisnes y a los ninjas, estos últimos distintivos de su cultura.
La puesta en escena de la compañía nipona estuvo pensada, sobre todo, para el público infantil.
En la sala se escucharon las voces de niños y niñas en su intento de adivinar cada imagen proyectada.
“Es una jirafa”, “mira una manzana”, “son perros”, “elefantes”, corearon en varias ocasiones durante la hora y media de función.
Carlos Samuel Alfonso, de 12 años, disfrutó toda la propuesta, pero le impresionó más “el cuento El árbol del Mochi y las figuras humanas”, dijo.
Y de haber estado cerca del escenario “hubiera hecho figuras en la pantalla”, expresó en referencia al taller ofrecido por los asiáticos luego de concluido el espectáculo.
Una veintena de infantes y adolescentes interactuó y creó sombras con sus cuerpos tras recibir instrucciones de los artistas japoneses.
Valores universales como el respeto, el agradecimiento y el amor a la familia emergieron en todas las fábulas. Foto: Foto: Jorge Luis Baños. Redacción IPS-Cuba
“Son obras fuera de lo común, no habíamos podido disfrutar de propuestas así en muchos años. Yo he visto teatro de sombras, pero nada comparable con lo que disfruté hoy”, apuntó la sexagenaria Nancy Monteagudo.
Por su parte, Cary Jubán (68 años), aludió que “ojalá haya otras funciones en el futuro para todas aquellas personas que no pudieron verla”.
Sin dudas, la Sala Covarrubias del Teatro Nacional quedó pequeña para la cantidad de público deseoso de presenciar el arte de Kage boushi, cuya estancia en la isla fue auspiciada por la Embajada de Japón en Cuba, la Fundación Japón y el estatal Consejo Nacional de las Artes Escénica de Cuba.
Las presentaciones de Kage boushi en la Mayor de las Antillas forman parte de una gira de verano que incluye a siete países de Centroamérica y el Caribe. (2015)
CULTURA Redacción IPS Cuba 7 agosto, 2015
Foto: Presentación de la compañía japonesa Kage boushi Theatre company, con un espectáculo donde se incluyen tres piezas , La grulla agradecida ,El árbol del Mochi y teatro de sombras humanas, en La sala Covarrubias del Teatro Nacional, en La Habana, Cuba 05 de agosto de 2015. Foto: Jorge Luis Baños_IPS
La Habana, 7 ago. – La compañía de teatro japonés Kage boushi sedujo a espectadores de todas las edades al transformar en arte las sombras proyectadas por marionetas y cuerpos humanos, en sus dos funciones ofrecidas esta semana en Cuba.
Las piezas La grulla agradecida, El árbol del Mochi y ¡Qué levante la mano quien quiera divertirse! fueron del agrado de las personas que se dieron cita este miércoles en la capitalina Sala Covarrubias del Teatro Nacional.
“Fue un lujo ver el espectáculo y cómo todos los niños estaban prácticamente hipnotizados, incluso a los más chiquitos se les veía en la cara la emoción”, afirmó a la Redacción de IPS Cuba la actriz y dramaturga Margarita Milián.
“El martes vinimos, no pudimos entrar, pero insistimos y de verdad valió la pena”, acotó.
Mientras tanto, para el historiador del arte Carlos Alfonso “el teatro de la sombra es genial porque logra que algo tan familiar y cotidiano se convierta en un suceso mágico”.
Las dos primeras historias emplearon la técnica de títeres, mientras las sombras corporales de los integrantes del elenco nipón protagonizaron el tercer relato.
Valores universales como el respeto, el agradecimiento y el amor a la familia emergieron en todas las fábulas, basadas en cuentos tradicionales de la nación del Sol Naciente.
La puesta en escena de la compañía nipona estuvo pensada, sobre todo, para el público infantil. Foto: Foto: Jorge Luis Baños. Redacción IPS-Cuba
Las destrezas de los 11 intérpretes del teatro de sombras permitieron observar diversas figuras como avestruces, pulpos, calamares, cangrejos, manzanas y árboles.
Además, Kage boushi hizo referencia a obras clásicas como el ballet El lago de los cisnes y a los ninjas, estos últimos distintivos de su cultura.
La puesta en escena de la compañía nipona estuvo pensada, sobre todo, para el público infantil.
En la sala se escucharon las voces de niños y niñas en su intento de adivinar cada imagen proyectada.
“Es una jirafa”, “mira una manzana”, “son perros”, “elefantes”, corearon en varias ocasiones durante la hora y media de función.
Carlos Samuel Alfonso, de 12 años, disfrutó toda la propuesta, pero le impresionó más “el cuento El árbol del Mochi y las figuras humanas”, dijo.
Y de haber estado cerca del escenario “hubiera hecho figuras en la pantalla”, expresó en referencia al taller ofrecido por los asiáticos luego de concluido el espectáculo.
Una veintena de infantes y adolescentes interactuó y creó sombras con sus cuerpos tras recibir instrucciones de los artistas japoneses.
Y aunque las nuevas generaciones eran mayoría en las lunetas del Teatro Nacional, para la población adulta también fue una interesante experiencia.
Valores universales como el respeto, el agradecimiento y el amor a la familia emergieron en todas las fábulas. Foto: Foto: Jorge Luis Baños. Redacción IPS-Cuba
“Son obras fuera de lo común, no habíamos podido disfrutar de propuestas así en muchos años. Yo he visto teatro de sombras, pero nada comparable con lo que disfruté hoy”, apuntó la sexagenaria Nancy Monteagudo.
Por su parte, Cary Jubán (68 años), aludió que “ojalá haya otras funciones en el futuro para todas aquellas personas que no pudieron verla”.
Sin dudas, la Sala Covarrubias del Teatro Nacional quedó pequeña para la cantidad de público deseoso de presenciar el arte de Kage boushi, cuya estancia en la isla fue auspiciada por la Embajada de Japón en Cuba, la Fundación Japón y el estatal Consejo Nacional de las Artes Escénica de Cuba.
Las presentaciones de Kage boushi en la Mayor de las Antillas forman parte de una gira de verano que incluye a siete países de Centroamérica y el Caribe. (2015)
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