26 septiembre 2015
Raúl en la ONU. Foto: The New York Times.
El Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros de Cuba, General de Ejército Raúl Castro Ruz intervino la mañana de este sábado en la cumbre de la ONU sobre los objetivos de desarrollo sostenible 2015-2030.
“Los avances, quince años después de adoptados los Objetivos de Desarrollo del Milenio, son insuficientes y desigualmente distribuidos. Persisten, e incluso se agravan en muchos casos, niveles inaceptables de pobreza y desigualdad social, incluso en las propias naciones industrializadas”, destacó el presidente cubano.
Asimismo, se refirió en su breve y contundente discurso a las problemáticas que afectan al mundo de hoy como las crisis migratorias, motivadas por los conflictos bélicos y la dura situación económica que enfrenta una parte de la humanidad, lo cual incrementa la brecha entre el Norte y el Sur y la polarización de las riquezas.
“No menos de 2 mil 700 millones de personas en el mundo viven en la pobreza. La tasa global de mortalidad infantil en menores de cinco años, sigue siendo varias veces la de los países desarrollados. La mortalidad materna en las regiones en desarrollo es 14 veces más alta que en aquellos”, precisó.
Raúl enfatizó también en la importancia de que los debates sobre temas como los objetivos de desarrollo sostenible compulsen a la toma de acuerdos que se puedan concretar en acciones.
Si queremos un mundo habitable de paz y concordia entre las naciones, de democracia, justicia social y respeto a los derechos humanos de todos, tendríamos que adoptar compromisos tangibles en materia de ayuda al desarrollo y solucionar el problema de la deuda, ya varias veces pagada, expresó.
Sería necesario, continuó, crear otra arquitectura financiera internacional, eliminar el monopolio tecnológico y del conocimiento de las naciones industrializadas y que estas aceptaran su deuda histórica, a partir de responsabilidades comunes, pero diferenciadas.
La falta de recursos no puede esgrimirse como pretexto cuando se invierten 1,7 millones de millones de dólares anuales en gastos militares, sin cuya reducción no serán posibles el desarrollo ni una paz estable y duradera, añadió.
El presidente cubano manifestó que el restablecimiento de relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos, la apertura de embajadas y los cambios en la política hacia nuestro país declarados por Obama; constituyen un importante avance que ha concitado el apoyo internacional.
Sin embargo, apuntó, persiste el bloqueo económico, comercial y financiero por más de medio siglo, el cual causa daños y privaciones al pueblo cubano, es el principal obstáculo para el desarrollo del país, afecta a otras naciones por su extraterritorialidad, y perjudica a los ciudadanos y empresarios estadounidenses.Además, el bloqueo ha sido rechazado en numerosas ocasiones por la aplastadora mayoría de los países miembros de la Organización de Naciones Unidas.
Pese a todo, Cuba cumplió los objetivos del milenio y brindó su ayuda a otros países en varios sectores, lo que continuaremos haciendo con nuestros modestos esfuerzos; dijo Raúl.
No renunciaremos a la solidaridad, la lucha por la dignidad humana y la justicia social, que son convicciones profundas de nuestra sociedad socialista; concluyó.
Lea a continuación el discurso completo:
Estimados jefes y jefas de Estado y de Gobierno:
Distinguidos jefes y jefas de delegaciones:
Señor Secretario General de las Naciones Unidas:
Señor Presidente:
La inestabilidad en numerosas regiones tiene sus raíces en la situación de subdesarrollo en que viven dos tercios de la población mundial.
Los avances, quince años después de adoptados los Objetivos de Desarrollo del Milenio, son insuficientes y desigualmente distribuidos. Persisten, e incluso se agravan en muchos casos, niveles inaceptables de pobreza y desigualdad social, incluso en las propias naciones industrializadas. La brecha entre el Norte y el Sur y la polarización de la riqueza se incrementan.
Constatamos que estamos aún muy lejos de contar con una verdadera asociación mundial para el desarrollo.
No menos de 2 mil 700 millones de personas en el mundo viven en la pobreza. La tasa global de mortalidad infantil en menores de cinco años, sigue siendo varias veces la de los países desarrollados. La mortalidad materna en las regiones en desarrollo es 14 veces más alta que en aquellos.
En medio de la actual crisis económica y financiera, los acaudalados y las compañías transnacionales se hacen cada vez más ricos, y aumentan dramáticamente los pobres, los desempleados y las personas sin casa debido a crueles políticas llamadas “de austeridad”. Oleadas de inmigrantes desesperados arriban a Europa huyendo de la miseria y de los conflictos que otros desataron.
Los medios para implementar la Agenda, sin compromisos medibles ni calendarios, no son proporcionales al alcance de sus 17 objetivos de desarrollo sostenible.
Si queremos un mundo habitable, de paz y concordia entre las naciones, de democracia, justicia social, dignidad y respeto a los derechos humanos de todos, tendríamos que adoptar cuanto antes compromisos tangibles en materia de ayuda al desarrollo y solucionar el problema de la deuda ya pagada varias veces. Habría que construir otra arquitectura financiera internacional, eliminar el monopolio tecnológico y del conocimiento, y cambiar el orden económico internacional vigente.
Los países industrializados debieran aceptar su deuda histórica y ejercer el principio de “responsabilidades comunes pero diferenciadas”. No puede esgrimirse como pretexto la falta de recursos cuando se invierten 1,7 millones de millones de dólares anuales en gastos militares, sin cuya reducción no serán posibles el desarrollo ni una paz estable y duradera.
Sr. Presidente:
El restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Cuba y los Estados Unidos, la apertura de embajadas y los cambios que el presidente Barack Obama ha declarado en la política hacia nuestro país constituyen un importante avance, que ha concitado el más amplio apoyo de la comunidad internacional.
Sin embargo, persiste el bloqueo económico, comercial y financiero contra Cuba, por más de medio siglo, el cual causa daños y privaciones al pueblo cubano, es el principal obstáculo para el desarrollo económico de nuestro país, afecta a otras naciones por su alcance extraterritorial y continúa perjudicando los intereses de los ciudadanos y las compañías estadounidenses. Esta política es rechazada por 188 Estados miembros de las Naciones Unidas que demandan ponerle fin.
Pese a todo, Cuba cumplió los Objetivos de Desarrollo del Milenio y brindó su cooperación a otros países en desarrollo en varios sectores, lo que continuaremos haciendo en la medida de nuestras modestas posibilidades.
No renunciaremos jamás a la dignidad, la solidaridad humana y a la justicia social, que son convicciones profundas de nuestra sociedad socialista.
Muchas gracias.
(Con información de Granma)
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