No fue una derrota inesperada. Seamos honestos. Era de esperarse.
¿Cuáles son las razones? Muchísimas, por supuesto.
Que la guerra económica es la principal causa de la derrota del PSUV en las elecciones parlamentarias del 6 de diciembre de 2015, dice la mayoría desde la izquierda.
Eso nadie lo niega. Solo un ciego no puede ver el tremendo desgaste que esto ha provocado en la población venezolana, sobre todo en los sectores populares y de la clase media, puesto que los ricos nunca están desabastecidos de ningún producto. Ellos, además, tienen otra vida en Miami.
El deterioro no solo se produjo a nivel económico. Se dio, también, a nivel anímico. La voluntad de las personas es un elemento fundamental para participar con energía o no en un proceso de cambio.
Que el imperialismo está detrás de todo esto. En eso no hay duda alguna. En el imperialismo no hay que confiar ni un tantito así, diría el Che. La voracidad imperial por el petróleo venezolano, el odio acérrimo a las ideas bolivarianas es lo que impulsa a los yanquis a atacar a Venezuela.
¿Estuvieron los gringos y sus criminales agencias detrás de la muerte de Chávez? Yo creo que sí. Ellos son capaces de todo.
Y la CIA, no cabe duda, es responsable de cada acto de espionaje, sabotaje y manipulación de la mente de las personas contra la revolución que lideró el Comandante Hugo Chávez.
Los dos argumentos son, en definitiva, ciertos.
Gene Sharp escribió un libro titulado: “De la Dictadura a la Democracia”, con un sinnúmero de recetas para llevar adelante un golpe suave. Que esto es lo que están aplicando en Venezuela contra el gobierno bolivariano. Sí. De eso también ya nos vienen contando desde hace algún tiempo, así como de la campaña mediática dentro de Venezuela y a nivel internacional con el propósito de engañar a la población, para de esta manera hacer que el gobierno bolivariano pierda apoyo. La cloaca de la SIP ha desempeñado un papel importante en este sentido. Ya es hora de emprender una campaña por el mundo para catalogarla como organización terrorista.
También está claro que muchos individuos de la derecha internacional han hecho un trabajo poderoso para desprestigiar al régimen de Nicolás Maduro. Encabezan la lista el narcoparamilitar Álvaro Uribe Vélez y el fascistoide José María Aznar. Hay otros de menor calibre criminal como Andrés Pastrana, Jorge Quiroga, Mireya Moscoso, Laura Chinchilla, Luis Lacalle, ex mandatarios de países de América Latina que, descaradamente, han estado trabajando junto a la contrarrevolución venezolana para socavar al gobierno bolivariano.
No entiendo porque el presidente venezolano los recibió en el Palacio de Miraflores. Con enemigos de esa calaña, no me hubiera juntado. Realmente les hubiese mandado al carajo a estos provocadores, amigos de terroristas, delincuentes neoliberales.
No estoy exagerando.
Pastrana implementó por órdenes de Washington el Plan Colombia que provocó miles de muertos en ese hermano país, la Moscoso indultó al terrorista Posada Carriles por órdenes de EEUU a cambio de una buena suma de dólares y los otros han implementado políticas económicas criminales que han afectado a los sectores populares.
Las imágenes del Tuto Quiroga y de Andrés Pastrana evidencian que estaban muy envalentonados, como si estuvieran en sus haciendas o administrando sus negocios. Nicolás Maduro debió haberles parado en seco y no recibirlos, pero lo hecho, hecho está.
Todo eso está claro, creo yo. Aunque a estas alturas del partido, que lo gana la derecha por goleada, no sé si muchos realmente lo tienen claro.
Dice el dicho popular que “guerra avisada, no mata gente”. En Venezuela la guerra no solo estuvo avisada, sino que se la viene ejecutando desde hace 15 años. Advertía José Martí que es criminal no prepararse contra la guerra inminente. ¿Por qué no se lo ha hecho en forma eficaz y eficiente en estos años de embate de la oligarquía y el imperialismo yanqui? Yo creo, con sentido crítico, que el enemigo ha sido mucho más inteligente y, por supuesto, poderoso. Hace falta cambiar las tácticas y las estrategias políticas. Y ojo, sin ningún ánimo guerrerista, frente al golpe contrarrevolucionario, hay que prepararse para enfrentar la otra guerra por lo que no estaría demás ir preparando adecuadamente las milicias revolucionarias bolivarianas. Ellos vienen con todo. No lo olviden.
El costo de esta guerra criminal ha sido muy alto. Y al final, ellos, me refiero a la MUD, han ganado las elecciones parlamentarias casi que por paliza.
No es la primera derrota de la revolución bolivariana. Es la segunda en una lid electoral. En 2007 la propuesta del Comandante Hugo Chávez para reformar la Constitución no contó con el respaldo de la mayoría de la población. Claro, en ese momento la derecha se adjudicó un triunfo irrisorio, o como dijo Chávez, una victoria de mierda, pero, en fin, fue una victoria.
Recuerdo que el Comandante Chávez asistió a un acto público y la gente gritaba contra los funcionarios corruptos. Él se molestó. Sí. No me gustó aquello. Pero fue así. Espero no digan que no es el momento de traer a colación esto, que la figura de Chávez es casi sagrada, etc. Creo que es muy importante tomar en cuenta esto. Además que el Comandante Chávez, a quien guardo un amor profundo, era humano y no un dios, como hoy, equivocadamente, se lo pretende convertir. Lo fundamental de este episodio radica en que el pueblo, ya en ese momento, había identificado un serio problema en el proceso: la brutal corrupción dentro del gobierno. Lo negativo es que desde las altas instancias se negaban a reconocerlo públicamente, como una de las causas de la pérdida de apoyo popular.
Chávez planteó, casi de inmediato, quizás con un profundo sentido crítico y autocritico las tres R: revisar, rectificar y reimpulsar la Revolución.
El Comandante Hugo Chávez era un hombre auténtico en todo sentido. Él no necesitaba fingir que estaba con el pueblo. Él era pueblo. Fue un hombre honesto, digno, un verdadero revolucionario. Él lo fue. ¿Lo han sido todos aquellos que han estado a su alrededor y que hoy se dicen chavistas a muerte? En estas circunstancias, ya es hora de irles quitando la máscara a algunos farsantes disfrazados de bolivarianos, de chavistas. No todo es rojo, rojito, así se pongan una camisa de ese color.
¿Se cumplió lo propuesto por Chávez? Creo que no.
No ha habido rectificaciones, puesto que la corrupción sigue presente y, lo peor de todo, en todos los niveles. Me dicen que hay funcionarios “bolivarianos” que se han hecho millonarios de la noche a la mañana y que exhiben sus “logros” como cualquier capo de la mafia. A estos se los conoce como la “boliburguesía”. Luchamos contra el capitalismo dicen, somos chavistas a muerte, pero nos encanta vivir como la burguesía. ¿Alguien puede decirme que esto no es verdad?
Fue Mario Silva, del programa la Hojilla, quien denunció algunos actos de corrupción en una conversación telefónica con funcionarios de la inteligencia cubana, la cual se hizo pública. Él nunca dijo que eso no haya sido cierto, pero al final calló. Lástima. Se perdió una oportunidad valiosa de golpear desde dentro a los corruptos, puesto que Silva tenía mucha acogida en la población pobre venezolana.
Encuentren ahí una de las razones de la derrota de este domingo 6 de diciembre de 2015. La fórmula es sencilla: corrupción + ineficiencia + clientelismo= La MUD gana las elecciones. Y esto sucederá igual en las presidenciales, si las cosas continúan de la misma manera.
A nivel de gobierno, los funcionarios hablan del proyecto socialista, pero, incluido Maduro no han dado los pasos para concretarlo. Recordemos que el presidente Nicolás se ha reunido muchas veces con los grandes empresarios venezolanos y ha cedido ante sus peticiones. Les llamaba la atención públicamente, es verdad. Pero al final, pese a los ataques de ellos, no se afectaban sus intereses. Se acuerdan de las reuniones amistosas con Lorenzo Mendoza, el propietario de la Polar, que controla casi toda la industria alimenticia venezolana, hasta la de los perros. Igual con la política cambiaria, el gobierno ha beneficiado a los sectores de la oligarquía venezolana.
Hay otro elemento preocupante. La utilización equivocada de la imagen del Comandante Hugo Chávez. Lo han endiosado y casi que por fidelidad espiritual, creen que la gente debe votar por el PSUV. Y el pueblo también se da cuenta de eso. Del abuso de la imagen de Chávez porque él no puede ser convertido en un ícono, en un ídolo. Su proyecto, como el de Bolívar, debe ser el que se materialice y eso se lo hace con la concreción de sus ideas y no con la abusiva utilización de su figura.
Maduro dijo este domingo 6 de diciembre que si ganaban, a partir del día siguiente radicalizaría la Revolución. Me sentí tan decepcionado. Me hubiese gustado que antes de las elecciones se empiece con la radicalización del proceso, es decir, construir en la práctica el modelo socialista. “No dejes para mañana lo que puedes hacer hoy”, dice la sabiduría popular.
Que el triunfo de la MUD es como una bofetada para despertar, ha dicho el presidente venezolano. Sorprendente: eso significa que su gobierno ha estado dormido. Cosa más grande chico, diría Tres Patines. ¡Dormidos frente al embate de la burguesía y el imperialismo! Si esto no fuera tan serio, me echaría a reír.
Y lo mismo dicen otros militantes de alto nivel que aparecen como fieles seguidores de Chávez. Yo, realmente, estaría muy alerta frente a ellos. Tienen grandes ambiciones.
Ojo pelao, dirían en Venezuela. Y ojo pelao con lo que pasa al interior de las Fuerzas Militares, porque, me perdonan, no creo que todos quienes la conforman sean chavistas, bolivarianos y revolucionarios socialistas. Ahí hay mucho trabajo que hacer y la CIA tiene un gran camino recorrido por ahí.
Ojalá los sesudos analistas de izquierda empezaran a hablar de esto.
Taparse los ojos frente a la corrupción es un acto de corrupción, si no se la denuncia.
La derecha va con todo, ella no se anda con medias tintas. Ellos entrarán a golpear duramente. La guerra económica continuará hasta conseguir el desgaste total del gobierno de Maduro. Ellos tendrán así el control absoluto.
Estoy seguro que el próximo paso será el llamado a la revocatoria del mandato, aunque antes golpearán desde el parlamento con algunas medidas como el indulto de delincuentes como Leopoldo López, Antonio Ledesma y Manuel Rosales, a los que falsimedia les presenta como presos políticos.
Ellos no aceptan diálogos, peor conciliaciones. Ellos quieren el poder total. Es su concepto de democracia. Aplastar a sus enemigos, para imponer su modelo. Yo no vería a una Lilian Tintori (posible candidata presidencial), o quizás a su marido, al que indultará el nuevo parlamento contrarrevolucionario, siendo presidentes del país, recibiendo en Miraflores a personajes de la izquierda revolucionaria latinoamericana. Ellos no son ingenuos.
Estos demócratas golpearán a sus opositores. Terapia del shock la llaman. Recuerdan el 11 de abril de 2002 cuando agredieron brutalmente a seguidores de Chávez, como al General Ramón Rodríguez Chacín, a Rafael Cabrises, a Nicolás Rivera, a Henry Atencio. No olviden que estos demócratas suprimieron la Constitución y destituyeron a magistrados de justicia y a los diputados a la Asamblea Nacional.
La derecha venezolana tiene como fuerza de choque a grupos paramilitares colombianos y las usará para golpear a sus contradictores políticos y así afianzar su proyecto clasista oligárquico y proimperialista. Recuerden la masacre en Puente Llaguno perpetrada por mercenarios al servicio de la contrarrevolución.
Para ese momento, cuando ellos sean gobierno, el CNE estará a años luz de lo que hoy es esa institución a la que estos miserables han acusado de acciones fraudulentas cada vez que han perdido las elecciones y que hoy no dicen lo mismo, puesto que los resultados los favorecen. Triste escenario, pero es lo que viene si no se actúa a tiempo.
La única alternativa para frenar el embate neoliberal, de corte fascista, es tomar el poder real y empezar a afectar los intereses de la burguesía. Expropiar a los expropiadores. Y limpiar la mata de los corruptos boliburgueses, caiga quien caiga.
El trabajo político es de vital importancia. El pueblo no está concienciado plenamente y los procesos de alienación son poderosos. Por otro lado, la clase media es muy peligrosa y los valores capitalistas están muy arraigados en ella. Hay que combatirlos con ideas, pensamientos y acciones revolucionarias.
Es la hora de los hornos y no se ha de ver más que la luz.
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